Tuesday, January 5, 2021

DAB Español, Miércoles 06 de Enero

Día 006, DAB Español, Miércoles 06 de Enero

Génesis 13:5-15:21; Mateo 5:27-48; Salmos 6; Proverbios 1:29-33 (Nueva Biblia Viva (NBV))








Génesis 13:5-15:21

Nueva Biblia Viva

5 También Lot, que iba con Abram, tenía muchas ovejas, vacas y carpas. 6 De modo que ya no podían vivir juntos, pues el campo no era suficiente para alimentar a tantos animales. 7 Por eso, había muchas peleas entre los pastores que cuidaban los rebaños de Abram y los que cuidaban los rebaños de Lot. En ese tiempo, los cananeos y los ferezeos todavía vivían en aquella región.

 

8 Así que un día Abram le dijo a Lot: «Recuerda que tú y yo somos parientes, de modo que no es bueno que haya peleas entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos. 9 Mira, ahí tienes una gran extensión de tierra. Escoge dónde quieres irte a vivir. Si te vas a la región que está a la izquierda, entonces yo me iré a la que está a la derecha; pero si te vas a la derecha, entonces yo me iré a la izquierda».

 

10 Lot contempló toda la extensa llanura del Jordán, y vio que toda esa región, hasta Zoar, era muy buena para la agricultura, pues tenía mucha agua. Era como el jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Así era esa región antes de que el Señor destruyera a Sodoma y a Gomorra. 11 De modo que Lot escogió la región que estaba al oriente, es decir, la llanura del Jordán, y se fue a vivir allá. Fue así como Abram y Lot se separaron. 12 Abram se quedó viviendo en Canaán, mientras que Lot habitó entre las ciudades de la llanura, cerca de la ciudad de Sodoma. 13 Los habitantes de Sodoma eran muy perversos y ofendían mucho al Señor con sus horribles pecados.

 

14-15 Después de que Lot se fue, el Señor le dijo a Abram: «Mira toda la tierra que tienes a tu alrededor por el norte, el sur, el oriente y el occidente. Toda esa tierra será para ti y para todos tus descendientes. 16 Además, tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra. De modo que sólo quien sea capaz de contar el polvo de la tierra, podrá contar a tus descendientes. 17 Ahora, pues, levántate y recorre toda esa región, a lo largo y a lo ancho, porque te la voy a regalar».

 

18 Así que Abram se fue a vivir junto al bosque de encinas de Mamré, que queda cerca de Hebrón. Allí construyó un altar para el Señor.

 

Abram rescata a Lot

14 En esa época, Amrafel era el rey de Sinar, Arioc era el rey de Elasar, Quedorlaómer era el rey de Elam, y Tidal era el rey de Goyim. 2 Estos reyes se unieron para ir a pelear contra los reyes Bera de Sodoma, Birsá de Gomorra, Sinab de Admá, Semeber de Zeboyín, y contra el rey de Bela, que es el mismo pueblo conocido como Zoar. 3 Estos cinco últimos reyes reunieron sus ejércitos en el valle de Sidín, que es donde está el Mar Muerto. 4 Durante doce años habían estado sometidos al rey Quedorlaómer, pero en el año decimotercero decidieron rebelarse contra él.

 

5 Por eso, al año siguiente, el rey Quedorlaómer y los otros reyes que lo apoyaban fueron a la región de Astarot Carnayin y derrotaron a los refaítas. Luego fueron a Jam y derrotaron a los zuzitas; después fueron a la región de Save Quiriatayin y derrotaron a los emitas. 6 Por último, pasaron a las montañas de Seír y derrotaron a los horeos, a quienes persiguieron hasta El Parán, que está cerca del desierto. 7 Ya de regreso, Quedorlaómer y sus compañeros fueron a Enmispat, que también se conoce como Cades. Derrotaron a los amalecitas y conquistaron su territorio; también derrotaron a los amorreos que vivían en Jazezón Tamar.

 

8-9 Entonces los reyes de Sodoma, Gomorra, Admá Zeboyín y Bela, que es Zoar, fueron al valle de Sidín para pelear contra Quedorlaómer, rey de Elam, y sus aliados, es decir: Tidal, rey de Goyim, Amrafel, rey de Sinar, y Arioc, rey de Elasar. De modo que eran cinco reyes contra cuatro. 10 Los reyes de Sodoma y Gomorra, al verse derrotados, intentaron huir junto con sus ejércitos, pero cayeron en los pozos de alquitrán que había en el valle de Sidín. Los que lograron salir de allí, se escondieron en la montaña. 11 Los que ganaron la batalla fueron a las ciudades de Sodoma y Gomorra se llevaron todos los alimentos y artículos de valor que había en ellas. Después emprendieron el regreso a sus países. 12 Como Lot, el sobrino de Abram, vivía en Sodoma, también se lo llevaron, junto con todo lo que tenía.

 

13 Uno de los hombres que logró escapar fue hasta donde estaba Abram, el hebreo, y le contó todo lo que había sucedido. Abram estaba viviendo junto al bosque de encinas que pertenecía a Mamré, el amorreo. Mamré era hermano de Escol y de Aner, que eran amigos de Abram. 14 Cuando Abram oyó que a Lot se lo habían llevado preso, reunió a todos los trescientos dieciocho criados que habían nacido en su casa. Luego, con ellos, salió a perseguir a los que se habían llevado a Lot, y los alcanzó en la ciudad de Dan. 15 Esperó hasta la noche y los atacó por sorpresa, los derrotó y los persiguió hasta Hobá, que queda al norte de Damasco. 16 De modo que Abram pudo recuperar todas las cosas que esos hombres se habían robado. También logró liberar a su sobrino Lot y sus posesiones, a las mujeres y a todas las demás personas que habían sido capturadas.

 

17 Cuando Abram regresaba de derrotar a Quedorlaómer y a sus aliados, el rey de Sodoma salió a recibirlo al valle de Save, conocido también como el valle del Rey.

 

18 También Melquisedec, que era rey de Salén y sacerdote del Dios Altísimo, le llevó pan y vino. 19 Luego, Melquisedec bendijo a Abram con estas palabras:

 

«Abram, que el Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra, te bendiga.

 

20 ¡Alabado sea el Dios Altísimo que te permitió derrotar a tus enemigos!».

 

Entonces Abram le entregó a Melquisedec la décima parte de todos los bienes que había recuperado.

 

21 El rey de Sodoma le dijo a Abram:

 

―Entrégame las personas que liberaste y quédate con todas las cosas que has recuperado.

 

22-23 Pero Abram le contestó:

 

―Le prometí al Señor, el Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra, que no me quedaría con nada de lo que es tuyo, ni siquiera con un cordón o una correa de una sandalia. Así no podrás decir jamás: “Abram se hizo rico, porque se quedó con mis bienes”. 24 No quiero nada para mí. Lo único que acepto de ti son los alimentos que ya comieron mis criados. Pero mis amigos Aner, Escol y Mamré sí tomarán lo que les corresponde.

 

Dios hace un pacto con Abram

15 Poco tiempo después, el Señor le dijo a Abram:

 

―Abram, no tengas miedo, porque yo te protejo, y te voy a dar una recompensa muy grande.

 

2-3 Pero Abram contestó:

 

―Mi Señor y Dios, ¿para qué me servirá todo lo que me vas a dar, si no tengo hijos? En ese caso, como no me has dado un hijo, todo lo que me regales le quedará a Eliezer de Damasco, que es uno de mis criados.

 

4 Entonces el Señor le dijo:

 

―Vas a tener un hijo, y será él quien se quede con todo lo que tienes. ¡De modo que ningún extraño se quedará con tus bienes!

 

5 Luego el Señor hizo que Abram saliera de su carpa, y le dijo:

 

―Intenta contar todas las estrellas que hay en el cielo, y verás que no puedes. ¡Pues, así de numerosos serán tus descendientes!

 

6 Y Abram le creyó al Señor, y esto le agradó al Señor y, por eso, lo consideró un hombre justo.

 

7 Y le dijo:

 

―Yo soy el Señor que te saqué de la ciudad de Ur de los caldeos, para regalarte esta tierra.

 

8 Pero Abram le respondió:

 

―Mi Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de que me la vas a regalar?

 

9 Entonces el Señor le dijo:

 

―Trae una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno. También consigue una tórtola y un pichón de paloma.

 

10 Abram consiguió estos animales, los partió por la mitad, y puso una mitad frente a la otra. Pero las aves no las partió. 11 Entonces las aves de rapiña se lanzaban sobre los cuerpos de los animales muertos, pero Abram las espantaba.

 

12 Al anochecer, Abram se quedó profundamente dormido, y se sintió rodeado de una oscuridad aterradora.

 

13 Entonces el Señor le dijo:

 

―Abram, ten la seguridad de que tus descendientes van a vivir como esclavos en una tierra extraña, y los tratarán mal durante unos cuatrocientos años. 14 Pero yo castigaré a la nación que los esclavice, y haré que tus descendientes salgan libres y con mucha riqueza. 15 En cuanto a ti, debes saber que morirás en paz y a una edad muy avanzada. 16 Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a esta tierra. En ese momento será tanta la maldad de los amorreos que viven aquí, que tendré que castigarlos.

 

17 Cuando el sol se ocultó, y anocheció por completo, Abram vio que por entre los animales muertos se paseaba un horno que echaba humo y una antorcha encendida. 18 Ese día el Señor hizo un pacto con Abram, y le dijo:

 

―A tus descendientes les voy a dar toda la tierra que va desde el río de Egipto hasta el gran río, es decir, el río Éufrates. 19-21 Esta tierra es la que habitan actualmente los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos, los hititas, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

 

Mateo 5:27-48

Nueva Biblia Viva

El adulterio

27 »Ustedes saben que está escrito en la ley: “No cometerás adulterio”. 28 Pero yo les digo: Cualquiera que mira a una mujer y desea acostarse con ella, comete adulterio en su corazón. 29 Así que si uno de tus ojos te hace pecar, sácatelo y échalo lejos. Es mejor perder un miembro del cuerpo, y no que el cuerpo entero sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te conduce al pecado, córtatela y échala lejos. Es mejor quedarse manco que ir al infierno.

 

El divorcio

31 »También está escrito: “El que quiera separarse de su esposa, debe darle un certificado de divorcio”. 32 Pero yo les digo que el hombre que se divorcia de su esposa, excepto cuando esta haya sido infiel, hace que ella cometa adulterio y que el que se case con ella también lo cometa.

 

Los juramentos

33 »Ustedes también saben que hace mucho se dio este mandamiento: “Cumplan lo que le juren a Dios”. 34 Pero yo les digo: Nunca juren. No juren por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni juren por la tierra, porque es donde él pone sus pies; ni por Jerusalén, porque Jerusalén es la capital del gran Rey. 36 Ni siquiera juren por su propia cabeza, porque no pueden volver blanco o negro ni un solo cabello. 37 Es suficiente con que digan “sí” o “no” y nada más. Si dicen algo más, seguro viene del maligno.

 

Ojo por ojo

38 »Ustedes saben que está escrito: “Ojo por ojo y diente por diente”. 39 Pero yo les digo: No paguen mal por mal. Si los abofetean en la mejilla derecha, presenten la otra. 40 Si los llevan a juicio y les quitan la camisa, denles también el abrigo. 41 Si los obligan a llevar una carga un kilómetro, llévenla dos kilómetros. 42 Denle al que les pida, y no le den la espalda al que les pida prestado.

 

El amor a los enemigos

43 »También conocen el mandamiento que dice: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”. 44 Pero yo les digo: ¡Amen a sus enemigos! ¡Oren por quienes los persiguen! 45 De esta forma estarán actuando como hijos de su Padre que está en el cielo, porque él da la luz del sol a los malos y a los buenos y envía la lluvia a los justos y a los injustos. 46 Si ustedes aman sólo a los que los aman, ¿qué de extraordinario tiene eso? ¡Aun la gente mala puede hacerlo! 47 Y si sólo saludan a sus hermanos, ¿qué hacen de más? ¡Aun los paganos hacen eso! 48 Ustedes deben ser perfectos, como su Padre que está en los cielos es perfecto.

 

Salmos 6

Nueva Biblia Viva

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Sobre la octava. Salmo de David.

6 ¡No, Señor! ¡no me castigues cuando estés enojado; no me reprendas en tu furor! 2 Ten piedad de mí, oh Señor, porque soy débil. Sáname, pues mi cuerpo está en agonía, 3 y estoy desconcertado y turbado. Tengo el alma llena de aprensión y tristeza. ¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?

 

4 Ven, Señor, y sáname. Sálvame por tu misericordia. 5 Pues si muriera, no podría alabarte. 6 El dolor me tiene agotado; cada noche baño en lágrimas mi almohada. 7 Los ojos se me están envejeciendo y nublando de sufrimiento a causa de todos mis enemigos.

 

8 Váyanse; déjenme ya, hombres de perversas obras, porque el Señor ha escuchado mi llanto 9 y mi súplica. Él responderá a todas mis oraciones. 10 Todos mis enemigos quedarán repentinamente en ridículo, aterrorizados y avergonzados. Serán rechazados afrentosamente.

 

Proverbios 1:29-33

Nueva Biblia Viva

29 »Pues despreciaron la sabiduría y no quisieron honrar al Señor; 30 porque menospreciaron mi consejo y rechazaron mi corrección, 31 cosecharán el fruto de su conducta, se hartarán de sus malas intenciones, 32 los matará su desvío e inexperiencia, su despreocupación y necedad los destruirá. 33 Pero los que me escuchen vivirán en paz y seguridad, sin temor».

 

Nueva Biblia Viva (NBV)

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