Thursday, January 7, 2021

DAB Español, Viernes 08 de Enero

Día 008, DAB Español, Viernes 08 de Enero

Génesis 18:20-19:38; Mateo 6:25-7:14; Salmos 8; Proverbios 2:6-15 (Nueva Biblia Viva (NBV))








Génesis 18:20-19:38

Nueva Biblia Viva

20 Así que el Señor le dijo a Abraham:

 

―Ya no puedo aguantar más la queja que hay contra Sodoma y Gomorra, pues su pecado es muy grande. 21 Bajaré a Sodoma para ver si de verdad sus habitantes son tan malos. Voy a comprobar personalmente si lo que se dice de ellos es verdad o mentira.

 

22-23 Dos de los varones siguieron su camino hacia Sodoma, pero el Señor se quedó con Abraham por un momento. Entonces Abraham se le acercó y le dijo:

 

―¿Vas a exterminar juntamente al justo con el malvado? 24 Si encontraras cincuenta justos en la ciudad, ¿acabarías con todos, y no perdonarías a la gente de ese lugar por amor a los cincuenta justos? 25 ¡Jamás se te vaya a ocurrir matar al justo junto con el malvado! ¡Jamás vayas a tratar de la misma manera al justo y al malvado! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no hará lo que es correcto?

 

26 Y el Señor le contestó:

 

―Si encontrara cincuenta justos, perdonaría a todos los demás, por amor a los justos.

 

27 Y Abraham volvió a decir:

 

―Puesto que ya comencé a hablar a mi Señor, te ruego que me escuches, aunque tan solo soy un ser humano. 28 Supongamos que haya solamente cuarenta y cinco justos, ¿destruirías la ciudad por los cinco que faltan?

 

Y el Señor le dijo:

 

―Si encontrara en la ciudad cuarenta y cinco justos, no la destruiría.

 

29 Insistió Abraham con sus ruegos:

 

―Supongamos que hubiera solamente cuarenta.

 

Y el Señor le contestó:

 

―No la destruiría si encontrara cuarenta justos.

 

30 ―No te enojes conmigo, mi Señor —le rogó Abraham—, si digo algo más. ¿Y si hubiera sólo treinta?

 

Y el Señor le contestó:

 

―No destruiría la ciudad si encontrara en ella treinta justos.

 

31 Entonces Abraham dijo:

 

―Es atrevimiento mío hablarte así mi Señor, pero permíteme continuar: Supongamos que haya solamente veinte.

 

Y el Señor le contestó:

 

―No destruiría la ciudad, por amor a los veinte.

 

32 Finalmente, Abraham dijo:

 

―No te molestes mi Señor; hablaré sólo una vez más. Supongamos que sólo encontraras diez justos.

 

Y el Señor le contestó:

 

―Entonces, por amor a los diez, no destruiría la ciudad.

 

33 Cuando el Señor terminó de conversar con Abraham, continuó el viaje hacia Sodoma; y Abraham regresó a su carpa.

 

Destrucción de Sodoma y Gomorra

19 Ya estaba oscureciendo cuando los dos ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad. Cuando los vio, se levantó a saludarlos, inclinándose delante de ellos en señal de respeto, 2 y les dijo:

 

―Señores, vengan a mi casa para que se laven los pies y duerman. Mañana temprano podrán continuar el viaje.

 

―No, gracias —dijeron ellos—. Pasaremos la noche en la plaza.

 

3 Pero Lot insistió tanto, que ellos le aceptaron la invitación y se fueron con él a la casa. Allí él les sirvió una buena cena con pan sin levadura, recién horneado. 4 Todavía no se habían acostado, cuando todos los hombres de Sodoma, desde el más joven hasta el más viejo, rodearon la casa. 5 Entonces llamaron a Lot y le dijeron:

 

―¿Dónde están los hombres que han venido a quedarse en tu casa? ¡Sácalos, pues queremos tener relaciones sexuales con ellos!

 

6 Lot salió a hablar con ellos y, después de cerrar la puerta, 7 les dijo:

 

―Por favor, amigos míos, no vayan a cometer semejante maldad. 8 Miren, tengo dos hijas vírgenes. Se las daré para que hagan con ellas lo que bien les parezca, pero no les hagan nada a estos hombres, pues yo los invité a quedarse esta noche en mi casa.

 

9 ―¡Quítate de en medio! —le respondieron—. ¿Con qué derecho nos vas a ordenar lo que debemos hacer? ¡No olvides que eres un extranjero! ¡Ahora te trataremos peor que a ellos!

 

Así que comenzaron a maltratar a Lot, y se acercaron a la puerta para echarla abajo. 10 Pero los dos varones agarraron a Lot, lo metieron a la casa, y cerraron la puerta. 11 Después dejaron ciegos a los hombres que estaban allí —desde el más joven hasta el más viejo—, de modo que no pudieron encontrar la puerta. 12 Luego le preguntaron a Lot:

 

―Si tienes en la ciudad hijos, hijas, yernos y cualquier otro familiar ¡sácalos de inmediato! 13 El Señor nos ha enviado a destruir esta ciudad, porque ha recibido muchísimas quejas contra los habitantes de este lugar. Así que el Señor no puede perdonarlos más, y ha decidido destruir este lugar.

 

14 Inmediatamente Lot fue y les dijo a los novios de sus hijas:

 

―¡Apresúrense! ¡Salgan de la ciudad, porque el Señor va a destruirla!

 

Pero los jóvenes creyeron que Lot estaba bromeando.

 

15 Al amanecer, los ángeles le insistieron a Lot:

 

―¡Date prisa! ¡Toma a tu esposa y a tus dos hijas y sal con ellas de la ciudad, si no quieren morir junto con todos los demás!

 

16 Como Lot se tardaba mucho en salir, los ángeles lo tomaron de la mano, junto con su esposa y sus hijas, y los sacaron de la ciudad. Hicieron esto, porque el Señor tuvo compasión de Lot y de su familia.

 

17 Apenas salieron de la ciudad, uno de los ángeles les dijo:

 

―¡Corran para que se salven de morir! ¡No miren hacia atrás, ni se detengan en ninguna parte de esta llanura! ¡Vayan a las montañas, para que no perezcan!

 

18-19 Pero Lot les dijo:

 

―Por favor, señores míos, ya que han sido tan buenos y misericordiosos conmigo al salvarme la vida, yo les ruego que no me envíen a las montañas, ya que me da miedo que la destrucción me alcance en el camino, y muera. 20 Más bien déjenme ir a aquella pequeña ciudad que está más cerca de aquí, para salvar mi vida. En realidad es una ciudad muy pequeña.

 

21-22 ―Muy bien —dijo uno de los ángeles—. Acepto tu súplica y no destruiré esa pequeña ciudad. Pero ¡date prisa! porque nada podemos hacer hasta que te hayas refugiado en ella.

 

Desde aquel tiempo esa ciudad fue llamada Zoar (ciudad pequeña).

 

23 Salía el sol cuando Lot llegó a Zoar. 24 Entonces el Señor hizo que desde el cielo lloviera fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra. 25 De este modo destruyó completamente esas ciudades, junto con todos sus habitantes. También acabó con toda la vegetación que había en esa llanura. 26 Pero la esposa de Lot miró hacia atrás, y quedó convertida en una estatua de sal.

 

27 Aquella mañana, Abraham se levantó temprano y regresó al lugar donde había estado conversando con el Señor. 28 Miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la llanura, y vio que del suelo salía humo, como el humo que sale de un horno. 29 Fue así como Dios destruyó esas ciudades de la llanura donde Lot había vivido. Pero Dios se acordó de Abraham y, por eso, libró a Lot de perecer en aquella catástrofe.

 

Lot y sus hijas

30 Después Lot, por miedo a la gente de Zoar, dejó la ciudad, junto con sus dos hijas, y se fue a vivir a una cueva que había en la montaña. 31 Un día, la hija mayor le dijo a su hermana:

 

―Ya nuestro padre está muy viejo y, además, no ha quedado hombre alguno en estos lugares con los que podamos casarnos, como es la costumbre. 32 Así que vamos a emborracharlo, y nos acostamos con él. De este modo lograremos que nuestro padre tenga descendientes.

 

33 Aquella noche emborracharon a su padre. Entonces la hija mayor tuvo relaciones con él. Pero Lot no se dio cuenta de lo que pasó.

 

34 A la mañana siguiente la mayor le dijo a la menor:

 

―Anoche me acosté con mi padre. Vamos a emborracharlo también esta noche, para que tú te acuestes con él; y de esta manera nuestro padre tendrá descendencia.

 

35 Aquella noche volvieron a darle a beber vino hasta emborracharlo. Enseguida, la menor entró, se acostó con él, y salió. Pero Lot no se dio cuenta de lo que pasó. 36 Así fue que las dos hijas quedaron embarazadas de su padre. 37 El hijo de la mayor se llamó Moab, y fue el padre de los actuales moabitas. 38 El hijo de la menor fue llamado Ben Amí, y fue el padre de los actuales amonitas.

 

Mateo 6:25-7:14

Nueva Biblia Viva

De nada sirve preocuparse

25 »Por ello les aconsejo que no se preocupen por la comida, la bebida o la ropa. ¡Es mucho más importante tener vida y un cuerpo, que tener qué comer y qué vestir! 26 Fíjense en los pájaros, que no siembran ni cosechan ni andan guardando comida, y el Padre celestial los alimenta. ¡Para él ustedes valen más que cualquier ave! 27 Además, ¿qué gana uno con preocuparse?; ¿podemos acaso alargar nuestra vida aunque sea una hora? 28 ¿Para qué preocuparse de la ropa? ¡Miren los lirios del campo, que no tejen su propia ropa, 29 y ni aun Salomón con todo su esplendor se vistió jamás con tanta belleza. 30 Si Dios cuida tan admirablemente las flores, que hoy están aquí y mañana se queman en el fuego, ¿no los cuidará mucho más a ustedes, hombres de poca fe? 31 Por eso, no se anden preocupando por la comida o por la ropa. 32 ¡Los paganos son los que siempre se andan preocupando de esas cosas! Recuerden que su Padre celestial sabe lo que necesitan. 33 Lo más importante es que primero busquen el reino de Dios y hagan lo que es justo. Así, Dios les proporcionará todo lo que necesiten. 34 No se preocupen por lo que sucederá mañana, pues mañana tendrán tiempo para hacerlo. Ya tienen suficiente con los problemas de hoy.

 

El juzgar a los demás

7 »No juzguen a los demás, para que Dios no los juzgue a ustedes, 2 porque de la manera como juzguen a otros, así Dios los juzgará a ustedes; Dios los va a tratar de la misma forma en que ustedes traten a los demás. 3 ¿Cómo te atreves a mirar la paja que está en el ojo de tu hermano, si tienes una viga en el tuyo? 4 ¿Cómo le pedirás a tu amigo que te deje sacarle la paja que tiene en su ojo, si la viga que tienes en el tuyo no te deja ver? 5 ¡Hipócrita! Sácate primero la viga que tienes en tu ojo, para que puedas ver bien cuando estés sacando la paja del ojo de tu hermano.

 

6 »No le den lo que es santo a los perros, ni echen perlas delante de los puercos; porque son capaces de pisotearlas y luego dar media vuelta y atacarlos a ustedes.

 

Pidan, busquen, llamen

7 »Pidan y se les concederá lo que pidan. Busquen y hallarán. Toquen y se les abrirá la puerta. 8 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9 ¿Si su hijo le pide pan, ¿quién de ustedes será capaz de darle una piedra? 10 Y si le pide pescado, seguro que no le dará una serpiente venenosa, ¿verdad? 11 Pues si ustedes que son malos saben dar buenas cosas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que se las pidan!

 

12 »Haz a otros todo lo que quieras que te hagan a ti. En esto se resumen las enseñanzas de la ley y de los profetas.

 

La puerta estrecha y la puerta ancha

13 »Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conducen a la perdición; por eso muchísimas personas los prefieren. 14 En cambio, estrecha es la puerta y angosto el camino que conducen a la vida, y muy pocas personas los hallan.

 

Salmos 8

Nueva Biblia Viva

Al director musical. Sígase la tonada de «La canción del lagar». Salmo de David.

8 Oh Señor, soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos! 2 Has enseñado a los pequeños y a los niños de pecho a rendirte perfecta alabanza. ¡Que su ejemplo avergüence a tus enemigos!

 

3 Cuando alzo la vista al cielo nocturno y contemplo la obra de tus manos, la luna y las estrellas que tú hiciste, 4 no logro comprender por qué te ocupas de nosotros, simples mortales. 5 Nos hiciste apenas un poco inferior a un dios, y nos coronaste de gloria y de honra.

 

6 Pusiste a nuestro cuidado todo cuanto has hecho; todo ha sido puesto bajo nuestra autoridad: 7 las ovejas, bueyes, los animales salvajes, 8 las aves, los peces y todos los seres del mar. 9 ¡Oh Señor nuestro, la majestad y gloria de tu nombre llenan la tierra!

 

Proverbios 2:6-15

Nueva Biblia Viva

6 Porque el Señor concede sabiduría; de su boca fluyen conocimiento y ciencia. 7 El Señor ayuda y protege a los que viven con rectitud y justicia. 8 Él cuida el sendero de los justos y protege a aquellos que le son fieles. 9 Entonces comprenderás lo que es recto y justo, y sabrás tomar la decisión correcta cada vez que lo necesites. 10 La sabiduría entrará en tu corazón, y el conocimiento te llenará de alegría. 11 La prudencia te cuidará y la inteligencia te mantendrá a salvo. 12 La sabiduría te librará de los malvados, de los que hablan perversidades, 13 de los hombres que se apartan del camino recto para hacer el mal, 14 de los que se gozan en hacer el mal y festejan sus pecados, 15 de los que andan por caminos torcidos y sus sendas no son las correctas.

 

Nueva Biblia Viva (NBV)

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