Saturday, November 13, 2021

DAB Español, Domingo 14 de Noviembre

Día 318, DAB Español, Domingo 14 de Noviembre

Ezequiel 29:1-30:26; Hebreos 11:32-12:13; Salmos 112; Proverbios 27:17 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))









Ezequiel 29-30

La Palabra (Hispanoamérica)

Oráculo contra Egipto

 

29 El año décimo, el día doce del décimo mes, el Señor me dirigió la palabra:

 

2 — Hijo de hombre, ponte mirando al faraón, rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto. 3 Dirás:

 

Esto dice el Señor Dios:

Aquí estoy contra ti, faraón,

rey de Egipto,

cocodrilo gigantesco tumbado

en medio del Nilo.

“Mío es mi Nilo —dices—,

yo mismo lo hice”.

4

Aplicaré ganchos a tus fauces,

pegaré a tus escamas los peces del Nilo,

te haré salir de en medio de tu Nilo,

con los peces pegados a tus escamas.

5

Voy a arrojarte al desierto

junto con los peces de tu Nilo;

quedarás tendido en el campo,

sin nadie que te recoja y te entierre.

He decidido entregarte en alimento

a las bestias del campo,

a las aves del cielo.

6

Y todos los habitantes de Egipto

reconocerán que yo soy el Señor.

Has sido un bastón de caña

para el pueblo de Israel:

7

cuando ellos te agarraban,

te rompías y herías su mano;

al apoyarse en ti, te cascabas

y les hacías perder el equilibrio.

 

8 Por eso, así dice el Señor Dios: Voy a traer contra ti la espada, que extirpará de ti personas y animales. 9 Egipto quedará desolado y en ruinas, y reconocerán que yo soy el Señor. Por haber dicho: “Mío es el Nilo, yo mismo lo hice”, 10 aquí estoy contra ti y contra tu Nilo; convertiré la tierra de Egipto en ruina y desolación, desde Migdol hasta Asuán y hasta la frontera de Etiopía. 11 No la pisarán ni personas ni animales; quedará deshabitada durante cuarenta años. 12 Convertiré a Egipto en el más desolado de los países; sus ciudades serán las más arruinadas y asoladas, durante cuarenta años. Dispersaré a los egipcios por las naciones, los aventaré por los países. 13 Porque esto dice el Señor Dios: Al cabo de cuarenta años reuniré a los egipcios de entre los pueblos adonde fueron dispersados. 14 Cambiaré la suerte de los egipcios y los haré volver a la tierra de Patrós, su país de origen, donde formarán un reino modesto. 15 Será el más modesto de los reinos y no volverá a elevarse por encima de las naciones; haré que sea minúsculo para que no se imponga a las naciones. 16 Israel ya no pondrá en él su confianza, al recordar la culpa contraída por haberlo seguido. Y reconocerán que yo soy el Señor Dios.

Egipto será para Babilonia

 

17 El año vigésimo séptimo, el día uno del primer mes, el Señor me dirigió la palabra:

 

18 — Hijo de hombre, Nabucodonosor, rey de Babilonia, empleó a su ejército en una violenta campaña contra Tiro. Toda cabeza quedó rapada y toda espalda llagada, pero ni él ni su ejército sacaron provecho de la campaña desatada contra Tiro. 19 Por eso, esto dice el Señor Dios: Voy a entregar a Nabucodonosor, rey de Babilonia, el país de Egipto. Saqueará sus riquezas, lo expoliará y lo entregará al pillaje, y servirá de paga a su ejército. 20 En recompensa por la campaña contra Tiro, le entregaré el país de Egipto, pues trabajaron para mí —oráculo del Señor Dios—. 21 Aquel día haré que se despliegue el poder de Israel, y te daré permiso para abrir la boca en medio de ellos. Y reconocerán que yo soy el Señor.

Nabucodonosor: instrumento del Señor contra Egipto

 

30 El Señor me dirigió la palabra:

 

2 — Hijo de hombre, profetiza y di: Esto dice el Señor Dios:

 

Griten: ¡Ay aquel día!,

3

pues cerca está ese día,

cerca el día del Señor,

día cargado de nubarrones;

será la hora de las naciones.

4

Llegará la espada contra Egipto,

la angustia atenazará a Etiopía,

cuando caigan víctimas en Egipto,

cuando sean saqueadas sus riquezas

y sus cimientos reducidos a escombros.

 

5 Etiopía, Put, Lud y las distintas tropas mercenarias, Cub junto con sus tropas auxiliares, caerán víctimas de la espada. 6 Esto dice el Señor Dios:

 

Caerán los que apoyan a Egipto,

se abatirán su orgullo y su poder;

de Migdol a Asuán caerán

todos, víctimas de la espada.

 

7 Se convertirán en los más desolados de los países; sus ciudades serán las más arruinadas. 8 Y reconocerán que yo soy el Señor cuando prenda fuego a Egipto y destruya a quienes lo ayudan. 9 Aquel día enviaré mensajeros en navíos para sembrar el terror en Etiopía, que se cree segura; la angustia la atenazará cuando llegue el día de Egipto, que ya está cerca, como ven.

 

10

Esto dice el Señor Dios:

Acabaré con la opulencia de Egipto

por medio de Nabucodonosor,

rey de Babilonia.

11

Junto con su ejército,

terror de las naciones,

llega para asolar el país.

Desenvainarán sus espadas contra Egipto

y llenarán de víctimas el país.

12

Convertiré el Nilo en sequedal

y venderé el país a bandidos.

Entregaré el país y cuanto hay en él

en manos de gente extraña.

Yo, el Señor, he hablado.

13

Esto dice el Señor Dios:

Pondré fin a los ídolos,

acabaré con los dioses de Nof;

ya no habrá príncipe en Egipto,

llenaré el país de terror.

14

Dejaré Patrós devastada,

prenderé fuego a Soán

y haré justicia contra No.

 

15 Derramaré mi cólera en Sin, la fortaleza de Egipto, y acabaré con la numerosa población de No. 16 Prenderé fuego a Egipto, Sin se retorcerá de dolor, abrirán brecha en No y Nof será asaltada en pleno día. 17 Los jóvenes de On y de Pi Béset caerán a espada, y el resto de sus habitantes irán al destierro. 18 En Tafnis se oscurecerá el día, cuando haga trizas el cetro de Egipto y ponga fin a su orgullo y su poder. Quedará oculto por nubarrones, y la gente de sus ciudades irá al destierro. 19 Haré justicia contra Egipto, y reconocerán que yo soy el Señor.

 

20 El año undécimo, el día siete del primer mes, el Señor me dirigió la palabra:

 

21 — Hijo de hombre, he roto el brazo del faraón, rey de Egipto. Nadie se lo ha curado con medicamentos y vendas, de modo que recupere la fuerza y pueda empuñar la espada. 22 Por eso, así dice el Señor Dios: Aquí estoy yo contra el faraón, rey de Egipto: quebraré sus brazos, el sano y el roto, y haré que la espada se desprenda de su mano. 23 Dispersaré a Egipto por entre las naciones y aventaré a sus habitantes por otros países. 24 Fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y pondré mi espada en su mano, y quebraré los brazos del faraón, que lanzará ante él gemidos al sentirse víctima de la espada. 25 Fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y dejaré inertes los brazos del faraón, y reconocerán que yo soy el Señor cuando ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, que la manejará contra el país de Egipto. 26 Dispersaré a Egipto entre las naciones, aventaré a sus habitantes por otros países, y reconocerán que yo soy el Señor.

Hebreos 11:32-12:13

La Palabra (Hispanoamérica)

Otros testigos de la fe

 

32 ¿Qué más diré? Me faltaría tiempo si quisiera hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los demás profetas. 33 Todos ellos, por la fe, conquistaron reinos, gobernaron con justicia, vieron realizarse las promesas, cerraron bocas de leones, 34 extinguieron fuegos violentos, se libraron de morir a filo de espada, superaron enfermedades, derrocharon valor en la guerra y aniquilaron ejércitos extranjeros. 35 Hubo incluso mujeres que recobraron resucitados a sus muertos.

 

Algunos se dejaron torturar hasta morir, renunciando a ser liberados ante la esperanza de alcanzar una resurrección más valiosa. 36 Otros soportaron ultrajes, latigazos, cadenas y cárceles; 37 fueron apedreados, partidos en dos por la sierra o muertos a filo de espada; anduvieron errantes de un lado para otro, vestidos con pieles de oveja o de cabra, faltos de todo, perseguidos y maltratados. 38 Personas demasiado buenas para un mundo como este, que tuvieron que vagar por lugares desérticos, por los montes, las cuevas y las cavernas de la tierra.

 

39 Pero a pesar de haber sido todos aprobados por Dios en virtud de la fe, ninguno alcanzó la promesa. 40 Y es que Dios había reservado lo mejor para nosotros, de manera que ninguno alcanzara la perfección a no ser juntamente con nosotros.

Jesús, modelo de constancia

 

12 Estamos, pues, rodeados de una ingente muchedumbre de testigos. Así que desembaracémonos de todo impedimento, liberémonos del pecado que nos cerca y participemos con perseverancia en la carrera que se nos brinda. 2 Hagámoslo con los ojos puestos en Jesús, origen y plenitud de nuestra fe. Jesús, que, renunciando a una vida placentera, afrontó sin acobardarse la ignominia de la cruz y ahora está sentado junto al trono de Dios. 3 Tengan, por tanto, en cuenta a quien soportó una oposición tan fuerte de parte de los pecadores. Si lo hacen así, el desaliento no se apoderará de ustedes.

Pedagogía paternal de Dios

 

4 En realidad, aún no han llegado ustedes a derramar sangre en su lucha contra el pecado, 5 pero sí han olvidado la exhortación paternal que les dirige la Escritura: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor ni pierdas el ánimo cuando él te reprenda, 6 pues el Señor corrige a quien ama y castiga a quien reconoce como hijo. 7 Acepten ustedes la corrección, que es señal de que Dios los trata como a hijos. ¿Hay, en efecto, algún padre que no corrija a su hijo? 8 Pero si quedan privados de la corrección que todos reciben, es que son bastardos y no hijos legítimos.

 

9 Además, si en la tierra hemos tenido unos padres que nos han corregido y, sin embargo, los hemos respetado, ¿no deberemos, con mucha más razón, someternos al Padre sobrenatural si queremos tener vida? 10 Aquellos, en efecto, nos educaban según sus criterios para una vida corta; este, en cambio, nos educa para algo provechoso, a saber, para que participemos de su propia santidad. 11 Ninguna corrección resulta placentera cuando se recibe; al contrario, es desagradable. Mas a la postre, a quienes se sirven de ella para ejercitarse, les reporta frutos de paz y rectitud. 12 Así pues, ármense de valor y no se dejen vencer por el cansancio, 13 y encaminen sus pasos por senderos llanos para que el pie cojo no sufra una nueva torcedura, sino que pueda, más bien, sanar.

Salmos 112

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 112 (111)

El recuerdo del justo será eterno

 

112 ¡Aleluya!

Feliz quien venera al Señor

y se complace en sus mandatos.

2

En la tierra será poderosa su estirpe,

se bendecirá el linaje de los rectos.

3

Riqueza y bienes habrá en su casa,

su justicia permanecerá por siempre.

4

Brilla en la oscuridad, es luz para los rectos,

es clemente, es compasivo, es justo.

5

Feliz quien se apiada y presta,

quien atiende sus asuntos con justicia,

6

porque nunca zozobrará,

será eterno el recuerdo del justo.

7

No temerá las malas noticias,

su corazón está seguro, confiado en el Señor.

8

Su corazón firme nada teme,

mirará con desdén a sus enemigos.

9

Reparte, da a los pobres,

su justicia permanece para siempre

y alza su frente con honor.

10

El malvado mira y se enfurece,

rechina sus dientes y se consume.

Los planes del malvado fracasarán.

Proverbios 27:17

La Palabra (Hispanoamérica)

 

17

El hierro se aguza con hierro;

la persona, en contacto con su prójimo.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

 

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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