Thursday, December 26, 2019

DAB Español, Viernes 27 de Diciembre

Día 361, DAB Español, Viernes 27 de Diciembre

Zacarías 10:1-11:17; Apocalipsis 18:1-24; Salmos 146; Proverbios 30:33 (Traducción en lenguaje actual (TLA))






Zacarías 10-11 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Dios promete bendecir a su pueblo
10 Dios continuó diciendo:

«Yo soy el Dios de Israel.
Pídanme lluvia en época de sequía
y yo haré que llueva en abundancia.
Yo soy quien forma las tormentas
y quien hace que los campos produzcan.
2 Pero los ídolos son engañosos;
los adivinos sólo dicen mentiras.
Engañan a la gente con sus sueños,
y escucharlos no da ningún consuelo.
¡Por eso ustedes andan perdidos,
como un rebaño sin pastor!

3 »Yo soy el Dios de Israel,
y voy a castigar a esos pastores
porque estoy muy enojado con ellos.
Yo mismo cuidaré de mi pueblo.
Judá es ahora un rebaño de ovejas,
pero pronto voy a convertirlos
en briosos caballos de batalla.
4 De entre ellos saldrán grandes jefes
que brindarán su apoyo a mi pueblo;
serán como la estaca de una tienda,
como un arco para lanzar flechas,
¡como la piedra principal de un edificio!
5 Serán como los soldados valientes
que luchan en medio del lodo;
lucharán contra soldados de a caballo
y les ganarán la batalla,
porque yo estaré con ellos.

6 »Yo soy el Dios de Israel,
y escucho las oraciones de mi pueblo.
Yo fortaleceré a la gente de Judá
y salvaré a todos los israelitas;
los haré volver a su tierra,
y parecerá que nunca los rechacé
porque les mostraré mi compasión.

7 »Los israelitas se alegrarán
como se alegran los soldados
cuando han tomado mucho vino;
cuando sus hijos vean esto,
también se llenarán de alegría
por lo que yo haré con ellos.

8 »Cuando les dé la señal,
los llamaré y volveré a reunirlos;
y cuando los haya salvado,
volverán a ser un pueblo numeroso
como lo fueron en tiempos pasados.
9 Yo los dispersé entre las naciones,
pero aun allí se acordarán de mí,
y regresarán a su tierra
en compañía de sus hijos.

10 »Los haré volver de Egipto y Asiria,
y los haré vivir en Galaad
y en la región del monte Líbano;
pero serán muchos cuando vuelvan
y no habrá lugar para todos.
11 Angustiados, cruzarán el mar,
pero yo calmaré sus olas
y secaré por completo el río Nilo;
¡yo acabaré con el poder de Egipto,
y pondré fin al orgullo de Asiria!
12 Yo fortaleceré a mi pueblo,
y en mi nombre avanzarán sin miedo.
Yo soy el Dios de Israel,
y les juro que así será.
11 »Monte Líbano,
¡abre paso al fuego,
porque va a devorar tus cedros!
2 Ustedes, los pinos,
¡lloren por esos enormes árboles!
¡Los grandes cedros han sido derribados!
Y ustedes, robles de Basán,
¡lloren por esos grandes bosques
que han dejado de existir!
3 Los pastores lloran desesperados,
porque sus verdes pastos se quemaron;
los leones rugen furiosos,
porque los llanos del río Jordán
ahora parecen un desierto».

Los dos pastores
4 El Dios todopoderoso me dio este mensaje:

«Ve y cuida de las ovejas que serán llevadas al matadero. 5 Los que las compran las matan sin ninguna compasión; los que las venden dicen “¡Gracias a Dios ya soy rico!”; y ni siquiera sus propios pastores se compadecen de ellas.

6 »Yo haré lo mismo: ¡no tendré compasión de los habitantes de este país! Dejaré que caigan bajo el poder de las naciones vecinas y del rey que las gobierne. Y aunque su tierra sea destruida por completo, yo no iré en su ayuda. Yo soy el Dios todopoderoso, y juro que así lo haré».

7 Yo me dediqué a cuidar de las ovejas que irían al matadero, y di especial atención a las ovejas más débiles. Tenía yo dos varas de pastor; a una de ellas la llamé «Bondad», y a la otra la llamé «Unión». 8 Como los pastores no me querían, ni yo los quería a ellos, en un mes despedí a tres. 9 A las ovejas les dije: «¡Ya no quiero ser su pastor! ¡No me importa si se mueren o las matan! ¡Tampoco me importa si se comen las unas a las otras!»

10 Después tomé la vara llamada «Bondad», y la rompí. Con eso di a entender a los que estaban allí que Dios había roto su pacto con todas las naciones. 11 Los comerciantes de ovejas vieron lo que hice, y entendieron que eso era un mensaje de Dios para ellos, en el que yo representaba a Dios y las ovejas representaban al pueblo.

12 Luego les dije a los comerciantes: «Quiero que me paguen mi sueldo. Pero si no quieren pagarme, no lo hagan». Entonces ellos me pagaron treinta monedas de plata.

13 Dios me dijo: «¡Treinta monedas de plata es muy poco por todo lo que yo he hecho a favor de mi pueblo! ¡Toma las monedas, y tíralas en el cofre de las ofrendas!»

Tomé entonces las monedas, y cumplí con lo que Dios me ordenó hacer. 14 Después de eso, rompí la vara llamada «Unión», y así se rompió el lazo fraternal que unía a Israel con Judá.

Los malos pastores
15 Dios me dio este otro mensaje:

«Ahora vas a representar a esos pastores que no se preocupan por sus ovejas. 16 Porque voy a poner este país al cuidado de un rey que no se preocupará por su pueblo. Será como un pastor descuidado: no se preocupará por las ovejas que se apartan del camino, ni buscará a las ovejas perdidas, ni curará a las ovejas lastimadas, ni alimentará a la ovejas hambrientas. Ese rey sólo se ocupará de los ricos y poderosos que le dan de comer.

17 »¡Qué mal le va a ir al pastor inútil,
que no cuida del rebaño!
¡Ojalá que con una espada
le corten una mano,
y que con un cuchillo
le saquen los ojos!»

Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Apocalipsis 18 Traducción en lenguaje actual (TLA)
La destrucción de Babilonia
18 Después de esto, vi que del cielo bajaba otro ángel. Tenía mucha autoridad, y era tanto su brillo que la tierra se iluminó con su resplandor. 2 Gritaba con fuerte voz:

«¡Por fin cayó
la gran Babilonia!
Ahora es casa de demonios,
escondite de malos espíritus,
nido de todas las aves
y cueva de todas las fieras
que odiamos y no debemos comer.

3 »En todos los países
siguieron su ejemplo
y adoraron dioses falsos.
Lo mismo hicieron
los reyes de la tierra.

»Los comerciantes del mundo
se hicieron ricos,
pues ella les compró de todo
para satisfacer sus malos deseos.»

4 Entonces oí otra voz del cielo, que decía:

«Ustedes son mi pueblo.
Salgan de Babilonia,
y no pequen como ella,
para que no caigan sobre ustedes
las terribles plagas que le vendrán.

5 »Son tantos sus pecados
que llegan hasta el cielo.
¡Dios no se ha olvidado
de ninguno de ellos!

6 »Hagan con ella todo lo malo
que ella hizo con otros;
háganle pagar el doble
de todo lo malo que hizo.

»Háganla pasar dos veces
por la misma amarga experiencia
que otros tuvieron por su culpa.

7 »Ella era muy orgullosa,
y le gustaba vivir con grandes lujos;
¡pues ahora háganla sufrir!,
¡dense el lujo de atormentarla!

»Porque ella piensa:
        “Aquí me tienen,
        sentada en mi trono de reina.
        No soy viuda, y nunca sufriré.”

8 »Por eso, en un mismo día
recibirá todos estos castigos:
hambre, sufrimiento y muerte.
¡Será destruida por el fuego,
porque el Señor,
el Dios todopoderoso,
ha decidido castigarla!»

9 Cuando Babilonia arda en llamas, lo lamentarán los reyes del mundo y llorarán por ella. Esos reyes, lo mismo que Babilonia, adoraron a dioses falsos y vivieron a todo lujo. 10 Pero por miedo a ser castigados junto con ella, se mantendrán alejados y dirán:

«¡Ay, qué terrible!
¡Pobrecita de ti,
gran ciudad de Babilonia,
gran ciudad poderosa!
¡En un abrir y cerrar de ojos,
Dios decidió castigarte!»

11 También lo lamentarán los comerciantes del mundo, y llorarán, pues ya no habrá quien les compre nada. Porque Babilonia les compraba 12 cargamentos de oro, plata, joyas y perlas; cargamentos de ropa hecha de lino fino y de seda, de colores púrpura y rojo; toda clase de maderas finas y olorosas, y objetos de marfil, de bronce, de hierro y de mármol; 13 cargamentos de canela y de especias aromáticas, perfumes y aceites perfumados; cargamentos de vino, aceite, harina fina y trigo; de ganado, ovejas, caballos, carrozas, esclavos y prisioneros de guerra. 14 Y le dirán a Babilonia:

«Ya no tienes las riquezas
que tanto te gustaban;
has perdido para siempre
todos tus lujos y joyas.»

15 Esos comerciantes, que se hicieron ricos vendiendo todo esto a Babilonia, se mantendrán alejados por miedo a ser castigados con ella. Y entre lágrimas y lamentos dirán:

16 «¡Ay, qué terrible!
¡Pobrecita de ti,
gran ciudad poderosa!
Te vestías con ropas
de lino fino,
con ropas de color
púrpura y rojo,
y te adornabas con oro,
joyas y perlas.
17 ¡En un abrir y cerrar de ojos
se acabó tanta riqueza!»

Todos los capitanes de barco, los que viajaban por mar, los marineros y los comerciantes se mantuvieron alejados. 18 Y al ver el humo de la ciudad en llamas, gritaron: «¡Nunca ha existido una ciudad tan poderosa como Babilonia!» 19 Además, se echaron ceniza en la cabeza para mostrar su tristeza, y entre llantos y lamentos gritaban:

«¡Ay, qué terrible!
¡Pobrecita de ti,
gran ciudad poderosa!
Con tus riquezas se hicieron ricos
todos los comerciantes del mar.
¡Y en un abrir y cerrar de ojos
has quedado destruida!

20 »¡Alégrense ustedes los santos,
que viven en el cielo,
pues Dios ha destruido
a la gran ciudad!
¡Alégrense ustedes los apóstoles,
y ustedes los profetas,
pues Dios ha castigado a Babilonia
por todo el mal que les hizo!»

21 Entonces un poderoso ángel tomó una roca, grande como piedra de molino, y la arrojó al mar diciendo:

«Babilonia, gran ciudad poderosa,
¡así serás destruida,
y nunca más volverán a verte!

22 »¡Nunca más se escuchará
en tus calles
música de arpas,[a]
ni de flautas o trompetas!

»¡Nunca más habrá en tus calles
gente de diferentes oficios,
ni volverá a escucharse en ti
el ruido de la piedra del molino!

23 »¡Nunca más brillará en ti
la luz de una lámpara,
ni se escuchará la alegría
de una fiesta de bodas!
Porque tus comerciantes eran
los más poderosos del mundo,
y tú engañaste con tus brujerías
a todos los países.»

24 Dios castigó a esa gran ciudad, porque ella es la culpable de haber matado a los profetas y a los del pueblo de Dios. En efecto, ella mató a muchos en todo el mundo.

Footnotes:
Apocalipsis 18:22 Arpas. Véase la nota 3 en 14.2.
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Salmos 146 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Dios bendice a los que en él confían
SALMO 146 (145)
146 1-2 ¡Alabemos a Dios!

Yo quiero alabarlo,
y mientras tenga vida
le cantaré himnos a mi Dios.

3 No confíen en nadie,
que ni el hombre más poderoso
es capaz de salvarlos.
4 Cuando ese hombre muere,
se vuelve polvo;
y ese día mueren con él
todos los planes que hizo.

5 ¡El Dios de Israel
bendice a los que en él confían!
6-7 Dios hizo el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que hay en él.
Dios siempre cumple sus promesas:
hace justicia a los que son maltratados
por los poderosos,
da de comer a los hambrientos,
y pone en libertad a los presos.
8 Dios da vista a los ciegos,
levanta a los caídos
y ama a los justos.
9 Dios cuida de la gente sin patria,
y sostiene a huérfanos y a viudas.
Dios hace que fracasen
los planes de los malvados.

10 Ciudad de Jerusalén,
¡que tu Dios reine por siempre,
por todos los siglos!

¡Alabemos a nuestro Dios!

Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Proverbios 30:33 Traducción en lenguaje actual (TLA)
33 Si bates la leche, sacarás mantequilla;
si te suenas fuerte la nariz,
te sacarás sangre;
y si buscas pleitos, pleitos tendrás».

Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

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