Daniel 1:1-2:23; 1 Pedro 3:8-4:6; Salmos 119:65-80; Proverbios 28:14 (Nueva Versión Internacional (NVI))
Daniel 1:1-2:23 Nueva Versión
Internacional (NVI)
Daniel
en Babilonia
1
En el año tercero del reinado del rey Joacim de Judá, el rey Nabucodonosor de
Babilonia vino a Jerusalén y la sitió. 2 El Señor permitió que Joacim cayera en
manos de Nabucodonosor. Junto con él, cayeron en sus manos algunos de los
utensilios del templo de Dios, los cuales Nabucodonosor se llevó a Babilonia y
puso en el tesoro del templo de sus dioses. 3 Además, el rey le ordenó a
Aspenaz, jefe de los oficiales de su corte, que llevara a su presencia a
algunos de los israelitas pertenecientes a la familia real y a la nobleza. 4
Debían ser jóvenes apuestos y sin ningún defecto físico, que tuvieran aptitudes
para aprender de todo y que actuaran con sensatez; jóvenes sabios y aptos para
el servicio en el palacio real, a los cuales Aspenaz debía enseñarles la lengua
y la literatura de los babilonios. 5 El rey les asignó raciones diarias de la
comida y del vino que se servía en la mesa real. Su preparación habría de durar
tres años, después de lo cual entrarían al servicio del rey.
6
Entre estos jóvenes se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran
de Judá, 7 y a los cuales el jefe de oficiales les cambió el nombre: a Daniel
lo llamó Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abednego.
8
Pero Daniel se propuso no contaminarse con la comida y el vino del rey, así que
le pidió al jefe de oficiales que no lo obligara a contaminarse. 9 Y aunque
Dios había hecho que Daniel se ganara el afecto y la simpatía del jefe de
oficiales, 10 este se vio obligado a responderle a Daniel: «Tengo miedo de mi
señor el rey, pues fue él quien te asignó la comida y el vino. Si el rey llega
a verte más flaco y demacrado que los otros jóvenes de tu edad, por culpa tuya
me cortará la cabeza».
11
El jefe de oficiales le ordenó a un guardia atender a Daniel, Ananías, Misael y
Azarías. Por su parte, Daniel habló con ese guardia y le dijo: 12 «Por favor,
haz con tus siervos una prueba de diez días. Danos de comer solo verduras, y de
beber solo agua. 13 Pasado ese tiempo, compara nuestro semblante con el de los
jóvenes que se alimentan con la comida real, y procede de acuerdo con lo que
veas en nosotros».
14
El guardia aceptó la propuesta, y los sometió a una prueba de diez días. 15 Al
cumplirse el plazo, estos jóvenes se veían más sanos y mejor alimentados que
cualquiera de los que participaban de la comida real. 16 Así que el guardia les
retiró la comida y el vino del rey, y en su lugar siguió alimentándolos con
verduras.
17
A estos cuatro jóvenes Dios los dotó de sabiduría e inteligencia para entender
toda clase de literatura y ciencia. Además, Daniel podía entender toda visión y
todo sueño.
18
Cumplido el plazo fijado por el rey Nabucodonosor, y conforme a sus
instrucciones, el jefe de oficiales los llevó ante su presencia. 19 Luego de
hablar el rey con Daniel, Ananías, Misael y Azarías, no encontró a nadie que
los igualara, de modo que los cuatro entraron a su servicio. 20 El rey los
interrogó, y en todos los temas que requerían de sabiduría y discernimiento los
halló diez veces más inteligentes que todos los magos y hechiceros de su reino.
21 Fue así como Daniel se quedó en Babilonia hasta el primer año del rey Ciro.
El
sueño del rey Nabucodonosor
2
En el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo varios sueños que lo
perturbaron y no lo dejaban dormir. 2 Mandó entonces que se reunieran los
magos, hechiceros, adivinos y astrólogos[a] de su reino para que le dijeran lo
que había soñado. Una vez reunidos, y ya en presencia del rey, 3 este les dijo:
—Tuve
un sueño que me tiene preocupado, y quiero saber lo que significa.
4
Los astrólogos le respondieron:[b]
—¡Que
viva Su Majestad por siempre! Estamos a su servicio. Cuéntenos el sueño, y
nosotros le diremos lo que significa.
5
Pero el rey les advirtió:
—Mi
decisión ya está tomada: Si no me dicen lo que soñé, ni me dan su
interpretación, ordenaré que los corten en pedazos y que sus casas sean
reducidas a cenizas. 6 Pero, si me dicen lo que soñé y me explican su
significado, yo les daré regalos, recompensas y grandes honores. Así que
comiencen por decirme lo que soñé, y luego explíquenme su significado.
7
Los astrólogos insistieron:
—Si
Su Majestad les cuenta a estos siervos suyos lo que soñó, nosotros le diremos
lo que significa.
8
Pero el rey les contestó:
—Mi
decisión ya está tomada. Eso ustedes bien lo saben, y por eso quieren ganar
tiempo. 9 Si no me dicen lo que soñé, ya saben lo que les espera. Ustedes se
han puesto de acuerdo para salirme con cuestiones engañosas y mal
intencionadas, esperando que cambie yo de parecer. Díganme lo que soñé, y así
sabré que son capaces de darme su interpretación.
10
Entonces los astrólogos le respondieron:
—¡No
hay nadie en la tierra capaz de hacer lo que Su Majestad nos pide! ¡Jamás a
ningún rey se le ha ocurrido pedirle tal cosa a ningún mago, hechicero o
astrólogo! 11 Lo que Su Majestad nos pide raya en lo imposible, y nadie podrá
revelárselo, a no ser los dioses. ¡Pero ellos no viven entre nosotros!
12
Tanto enfureció al rey la respuesta de los astrólogos que mandó ejecutar a
todos los sabios de Babilonia. 13 Se publicó entonces un edicto que decretaba
la muerte de todos los sabios, de modo que se ordenó la búsqueda de Daniel y de
sus compañeros para que fueran ejecutados.
14
Cuando el comandante de la guardia real, que se llamaba Arioc, salió para
ejecutar a los sabios babilonios, Daniel le habló con mucho tacto e
inteligencia. 15 Le dijo: «¿Por qué ha emitido el rey un edicto tan violento?»
Y una vez que Arioc le explicó cuál era el problema, 16 Daniel fue a ver al rey
y le pidió tiempo para poder interpretarle su sueño. 17 Después volvió a su
casa y les contó a sus amigos Ananías, Misael y Azarías cómo se presentaba la
situación. 18 Al mismo tiempo, les pidió que imploraran la misericordia del
Dios del cielo en cuanto a ese sueño misterioso para que ni él ni sus amigos
fueran ejecutados con el resto de los sabios babilonios.
19
Durante la noche, Daniel recibió en una visión la respuesta al misterio.
Entonces alabó al Dios del cielo 20 y dijo:
«¡Alabado
sea por siempre el nombre de Dios!
Suyos son la sabiduría y el poder.
21
Él
cambia los tiempos y las épocas,
pone y depone reyes.
A
los sabios da sabiduría,
y a los inteligentes, discernimiento.
22
Él
revela lo profundo y lo escondido,
y sabe lo que se oculta en las sombras.
¡En él habita la luz!
23
A
ti, Dios de mis padres,
te alabo y te doy gracias.
Me
has dado sabiduría y poder,
me has dado a conocer lo que te pedimos,
¡me has dado a conocer el sueño del rey!»
Footnotes:
2:2 astrólogos. Lit. caldeos; así en el
resto de este libro.
2:4 le respondieron. Lit. le respondieron
en arameo. En efecto, de aquí al final del cap. 7 el texto bíblico está escrito
en la lengua aramea.
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1 Pedro 3:8-4:6 Nueva Versión
Internacional (NVI)
Sufriendo
por hacer el bien
8
En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías,
practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. 9 No devuelvan mal
por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron
llamados, para heredar una bendición. 10 En efecto,
«el
que quiera amar la vida
y gozar de días felices,
que
refrene su lengua de hablar el mal
y sus labios de proferir engaños;
11
que
se aparte del mal y haga el bien;
que busque la paz y la siga.
12
Porque
los ojos del Señor están sobre los justos,
y sus oídos, atentos a sus oraciones;
pero
el rostro del Señor está contra los que hacen el mal».[a]
13
Y a ustedes, ¿quién les va a hacer daño si se esfuerzan por hacer el bien? 14
¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! «No teman lo que ellos temen,[b]
ni se dejen asustar».[c] 15 Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor.
Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la
esperanza que hay en ustedes. 16 Pero háganlo con gentileza y respeto,
manteniendo la conciencia limpia, para que los que hablan mal de la buena
conducta de ustedes en Cristo se avergüencen de sus calumnias. 17 Si es la
voluntad de Dios, es preferible sufrir por hacer el bien que por hacer el mal.
18
Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los
injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su
cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.[d] 19 Por medio del
Espíritu fue y predicó a los espíritus encarcelados, 20 que en los tiempos
antiguos, en los días de Noé, desobedecieron, cuando Dios esperaba con
paciencia mientras se construía el arca. En ella solo pocas personas, ocho en
total, se salvaron mediante el agua, 21 la cual simboliza el bautismo que ahora
los salva también a ustedes. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo,
sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta
salvación es posible por la resurrección de Jesucristo, 22 quien subió al cielo
y tomó su lugar a la derecha de Dios, y a quien están sometidos los ángeles,
las autoridades y los poderes.
Viviendo
el ejemplo de Cristo
4
Por tanto, ya que Cristo sufrió en el cuerpo, asuman también ustedes la misma
actitud; porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado, 2 para
vivir el resto de su vida terrenal no satisfaciendo sus pasiones humanas, sino
cumpliendo la voluntad de Dios. 3 Pues ya basta con el tiempo que han
desperdiciado haciendo lo que agrada a los incrédulos,[e] entregados al
desenfreno, a las pasiones, a las borracheras, a las orgías, a las parrandas y
a las idolatrías abominables. 4 A ellos les parece extraño que ustedes ya no
corran con ellos en ese mismo desbordamiento de inmoralidad, y por eso los
insultan. 5 Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado
para juzgar a los vivos y a los muertos. 6 Por esto también se les predicó el
evangelio aun a los muertos, para que, a pesar de haber sido juzgados según
criterios humanos en lo que atañe al cuerpo, vivan conforme a Dios en lo que
atañe al espíritu.[f]
Footnotes:
3:12 Sal 34:12-16
3:14 lo que ellos temen. Alt. sus amenazas.
3:14 Is 8:12
3:18 pero … vida. Alt. pero volvió a la
vida en su espíritu.
4:3 incrédulos. Lit. gentiles.
4:6 en lo que atañe al espíritu. Alt. en el
Espíritu.
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Salmos 119:65-80 Nueva Versión
Internacional (NVI)
Tet
65
Tú,
Señor, tratas bien a tu siervo,
conforme a tu palabra.
66
Impárteme
conocimiento y buen juicio,
pues yo creo en tus mandamientos.
67
Antes
de sufrir anduve descarriado,
pero ahora obedezco tu palabra.
68
Tú
eres bueno, y haces el bien;
enséñame tus decretos.
69
Aunque
los insolentes me difaman,
yo cumplo tus preceptos con todo el
corazón.
70
El
corazón de ellos es torpe e insensible,
pero yo me regocijo en tu ley.
71
Me
hizo bien haber sido afligido,
porque así llegué a conocer tus decretos.
72
Para
mí es más valiosa tu enseñanza
que millares de monedas de oro y plata.
Yod
73
Con
tus manos me creaste, me diste forma.
Dame entendimiento para aprender tus
mandamientos.
74
Los
que te honran se regocijan al verme,
porque he puesto mi esperanza en tu
palabra.
75
Señor,
yo sé que tus juicios son justos,
y que con justa razón me afliges.
76
Que
sea tu gran amor mi consuelo,
conforme a la promesa que hiciste a tu
siervo.
77
Que
venga tu compasión a darme vida,
porque en tu ley me regocijo.
78
Sean
avergonzados los insolentes que sin motivo me maltratan;
yo, por mi parte, meditaré en tus preceptos.
79
Que
se reconcilien conmigo los que te temen,
los que conocen tus estatutos.
80
Sea
mi corazón íntegro hacia tus decretos,
para que yo no sea avergonzado.
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Proverbios 28:14 Nueva Versión
Internacional (NVI)
14
¡Dichoso
el que siempre teme al Señor![a]
Pero el obstinado caerá en la desgracia.
Footnotes:
28:14 teme al Señor. Lit. teme.
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