Daniel 5:1-31; 2 Pedro 2:1-22; Salmos 119:113-128; Proverbios 28:19-20 (Nueva Versión Internacional (NVI))
Daniel 5 Nueva Versión Internacional
(NVI)
La
escritura en la pared
5
El rey Belsasar ofreció un gran banquete a mil miembros de la nobleza, y bebió
vino con ellos hasta emborracharse. 2-3 Mientras brindaban, Belsasar mandó que
le trajeran las copas de oro y de plata que Nabucodonosor, su padre, había
tomado del templo de Jerusalén. Y así se hizo. Le llevaron las copas, y en
ellas bebieron el rey y sus nobles, junto con sus esposas y concubinas. 4 Ya
borrachos, se deshacían en alabanzas a los dioses de oro, plata, bronce,
hierro, madera y piedra.
5
En ese momento, en la sala del palacio apareció una mano que, a la luz de las
lámparas, escribía con el dedo sobre la parte blanca de la pared. Mientras el
rey observaba la mano que escribía, 6 el rostro le palideció del susto, las
rodillas comenzaron a temblarle y apenas podía sostenerse. 7 Mandó entonces que
vinieran los hechiceros, astrólogos y adivinos, y a estos sabios babilonios les
dijo:
—Al
que lea lo que allí está escrito, y me diga lo que significa, lo vestiré de
púrpura, le pondré una cadena de oro en el cuello y lo nombraré tercer
gobernante del reino.
8
Todos los sabios del reino se presentaron, pero no pudieron descifrar lo
escrito ni decirle al rey lo que significaba. 9 Esto hizo que el rey Belsasar
se asustara y palideciera más todavía. Los nobles, por su parte, se hallaban
confundidos.
10
Al oír el alboroto que hacían el rey y sus nobles, la reina misma entró en la
sala del banquete y exclamó:
—¡Que
viva Su Majestad por siempre! ¡Y no se alarme ni se ponga pálido! 11 En el
reino de Su Majestad hay un hombre en quien reposa el espíritu de los santos
dioses. Cuando vivía el rey Nabucodonosor, padre de Su Majestad, se halló que
ese hombre poseía sabiduría, inteligencia y gran percepción, semejantes a las
de los dioses. El padre de Su Majestad llegó a nombrar a ese hombre jefe de los
magos, hechiceros, astrólogos y adivinos. 12 Y es que ese hombre tiene una
mente aguda, amplios conocimientos, e inteligencia y capacidad para interpretar
sueños, explicar misterios y resolver problemas difíciles. Llame usted a ese
hombre, y él le dirá lo que significa ese escrito. Se llama Daniel, aunque el
padre de Su Majestad le puso por nombre Beltsasar.
13
Daniel fue llevado a la presencia del rey, y este le preguntó:
—¿Así
que tú eres Daniel, uno de los exiliados que mi padre trajo de Judá? 14 Me han
contado que en ti reposa el espíritu de los dioses, y que posees gran agudeza e
inteligencia, y una sabiduría sorprendente. 15 Los sabios y hechiceros se
presentaron ante mí para leer esta escritura y decirme lo que significa, pero
no pudieron descifrarla. 16 Según me han dicho, tú puedes dar interpretaciones
y resolver problemas difíciles. Si logras descifrar e interpretar lo que allí
está escrito, te vestiré de púrpura, te pondré una cadena de oro en el cuello y
te nombraré tercer gobernante del reino.
17
—Su Majestad puede quedarse con sus regalos, o dárselos a otro —le respondió
Daniel—. Yo voy a leerle a Su Majestad lo que dice en la pared, y le explicaré
lo que significa.
18
»El Dios Altísimo dio al rey Nabucodonosor, padre de usted, grandeza, gloria,
majestad y esplendor. 19 Gracias a la autoridad que Dios le dio, ante él
temblaban de miedo todos los pueblos, naciones y gente de toda lengua. A quien
él quería matar, lo mandaba matar; a quien quería perdonar, lo perdonaba; si
quería promover a alguien, lo promovía; y, si quería humillarlo, lo humillaba.
20 Pero, cuando su corazón se volvió arrogante y orgulloso, se le arrebató el
trono real y se le despojó de su gloria; 21 fue apartado de la gente y recibió
la mente de un animal; vivió entre los asnos salvajes y se alimentó con pasto
como el ganado; ¡el rocío de la noche empapaba su cuerpo! Todo esto le sucedió
hasta que reconoció que el Dios Altísimo es el Soberano de todos los reinos del
mundo, y que se los entrega a quien él quiere.
22
»Sin embargo, y a pesar de saber todo esto, usted, hijo de Nabucodonosor, no se
ha humillado. 23 Por el contrario, se ha opuesto al Dios del cielo mandando
traer de su templo las copas para que beban en ellas usted y sus nobles, sus
esposas y concubinas. Usted se ha deshecho en alabanzas a los dioses de oro,
plata, hierro, madera y piedra, dioses que no pueden ver ni oír ni entender; en
cambio, no ha honrado al Dios en cuyas manos se hallan la vida y las acciones
de Su Majestad. 24 Por eso Dios ha enviado esa mano a escribir 25 lo que allí
aparece: Mene, Mene, Téquel, Parsin.
26
»Pues bien, esto es lo que significan esas palabras:
»Mene:
Dios ha contado los días del reino de Su Majestad, y les ha puesto un límite.
27
»Téquel: Su Majestad ha sido puesto en la balanza, y no pesa lo que debería
pesar.
28
»Parsin: El reino de Su Majestad se ha dividido, y ha sido entregado a medos y
persas».
29
Entonces Belsasar ordenó que se vistiera a Daniel de púrpura, que se le pusiera
una cadena de oro en el cuello, y que se le nombrara tercer gobernante del
reino. 30 Esa misma noche fue asesinado Belsasar, rey de los babilonios, y
Darío el Persa se apoderó del reino. 31 Para entonces, Darío tenía sesenta y
dos años.
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2 Pedro 2 Nueva Versión Internacional
(NVI)
Los
falsos maestros y su destrucción
2
En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos
maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de
negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción. 2
Muchos los seguirán en sus prácticas vergonzosas, y por causa de ellos se
difamará el camino de la verdad. 3 Llevados por la avaricia, estos maestros los
explotarán a ustedes con palabras engañosas. Desde hace mucho tiempo su
condenación está preparada y su destrucción los acecha.
4
Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al abismo,
metiéndolos en tenebrosas cavernas[a] y reservándolos para el juicio. 5 Tampoco
perdonó al mundo antiguo cuando mandó un diluvio sobre los impíos, aunque protegió
a ocho personas, incluyendo a Noé, predicador de la justicia. 6 Además, condenó
a las ciudades de Sodoma y Gomorra, y las redujo a cenizas, poniéndolas como
escarmiento para los impíos. 7 Por otra parte, libró al justo Lot, que se
hallaba abrumado por la vida desenfrenada de esos perversos, 8 pues este justo,
que convivía con ellos y amaba el bien, día tras día sentía que se le
despedazaba el alma por las obras inicuas que veía y oía. 9 Todo esto demuestra
que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como Dios quiere, y
reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio. 10 Esto les espera
sobre todo a los que siguen los corrompidos deseos de la naturaleza humana y
desprecian la autoridad del Señor.
¡Atrevidos
y arrogantes que son! No tienen reparo en insultar a los seres celestiales, 11
mientras que los ángeles, a pesar de superarlos en fuerza y en poder, no
pronuncian contra tales seres ninguna acusación insultante en la presencia del
Señor. 12 Pero aquellos blasfeman en asuntos que no entienden. Como animales
irracionales, se guían únicamente por el instinto, pues nacieron para ser
atrapados y degollados. Lo mismo que esos animales, perecerán también en su
corrupción 13 y recibirán el justo pago por sus injusticias. Su concepto de
placer es entregarse a las pasiones desenfrenadas en pleno día. Son manchas y
suciedad, que gozan de sus placeres mientras los acompañan a ustedes en sus
comidas. 14 Tienen los ojos llenos de adulterio y son insaciables en el pecar;
seducen a las personas inconstantes; son expertos en la avaricia, ¡hijos de
maldición! 15 Han abandonado el camino recto, y se han extraviado para seguir
la senda de Balán, hijo de Bosor,[b] a quien le encantaba el salario de la
injusticia. 16 Pero fue reprendido por su maldad: su burra —una muda bestia de
carga— habló con voz humana y refrenó la locura del profeta.
17
Estos individuos son fuentes sin agua, niebla empujada por la tormenta, para
quienes está reservada la más densa oscuridad. 18 Pronunciando discursos
arrogantes y sin sentido, seducen con los instintos naturales desenfrenados a
quienes apenas comienzan a apartarse de los que viven en el error. 19 Les
prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, ya que
cada uno es esclavo de aquello que lo ha dominado. 20 Si, habiendo escapado de
la contaminación del mundo por haber conocido a nuestro Señor y Salvador
Jesucristo, vuelven a enredarse en ella y son vencidos, terminan en peores
condiciones que al principio. 21 Más les hubiera valido no conocer el camino de
la justicia que abandonarlo después de haber conocido el santo mandamiento que
se les dio. 22 En su caso ha sucedido lo que acertadamente afirman estos
proverbios: «El perro vuelve a su vómito»,[c] y «la puerca lavada, a revolcarse
en el lodo».
Footnotes:
2:4 cavernas. Var. cadenas.
2:15 Bosor. Var. Beor.
2:22 Pr 26:11
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Salmos 119:113-128 Nueva Versión
Internacional (NVI)
Sámej
113
Aborrezco
a los hipócritas,
pero amo tu ley.
114
Tú
eres mi escondite y mi escudo;
en tu
palabra he puesto mi esperanza.
115
¡Malhechores,
apártense de mí,
que quiero cumplir los mandamientos de mi
Dios!
116
Sostenme
conforme a tu promesa, y viviré;
no defraudes mis esperanzas.
117
Defiéndeme,
y estaré a salvo;
siempre optaré por tus decretos.
118
Tú
rechazas a los que se desvían de tus decretos,
porque solo maquinan falsedades.
119
Tú
desechas como escoria a los impíos de la tierra;
por eso amo tus estatutos.
120
Mi
cuerpo se estremece por el temor que me inspiras;
siento reverencia por tus leyes.
Ayin
121
Yo
practico la justicia y el derecho;
no me dejes en manos de mis opresores.
122
Garantiza
el bienestar de tu siervo;
que no me opriman los arrogantes.
123
Mis
ojos se consumen esperando tu salvación,
esperando que se cumpla tu justicia.
124
Trata
a tu siervo conforme a tu gran amor;
enséñame tus decretos.
125
Tu
siervo soy: dame entendimiento
y llegaré a conocer tus estatutos.
126
Señor,
ya es tiempo de que actúes,
pues tu ley está siendo quebrantada.
127
Sobre
todas las cosas amo tus mandamientos,
más que el oro, más que el oro refinado.
128
Por
eso tomo en cuenta todos tus preceptos[a]
y aborrezco toda senda falsa.
Footnotes:
119:128 Por eso … tus preceptos (véanse LXX
y Vulgata); Por eso todos los estatutos de todo lo que hago recto (TM).
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Proverbios 28:19-20 Nueva Versión
Internacional (NVI)
19
El
que trabaja la tierra tendrá abundante comida;
el que sueña despierto[a] solo abundará en
pobreza.
20
El
hombre fiel recibirá muchas bendiciones;
el que tiene prisa por enriquecerse no
quedará impune.
Footnotes:
28:19 el que sueña despierto. Lit. el que
persigue lo vacío; también en 12:11.
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