Ezequiel 3:16-6:14; Hebreos 4:1-16; Salmos 104:24-35; Proverbios 26:27 (Nueva Biblia Viva (NBV))
Ezequiel 3:16-6:14 Nueva Biblia Viva
(NBV)
Advertencia
a Israel
16
Al final de los siete días, el Señor me dijo:
17
«Hombre mortal, yo te he designado como un vigía sobre Israel; siempre que le
envíe una advertencia a mi pueblo, transmítesela a ellos en seguida. 18 Si
rehúsas advertir a los malos cuando yo quiero que les digas: “¡Están bajo
sentencia de muerte, por lo tanto arrepiéntanse y salven sus vidas!”, ellos
morirán en sus propias culpas, pero yo te culparé a ti por ello. 19 En cambio,
si les adviertes y ellos siguen actuando mal, y rehúsan arrepentirse, ellos
morirán en sus propias maldades, pero tú estarás sin culpa; hiciste todo lo
posible. 20 Y si un hombre bueno se vuelve malo, y tú rehúsas advertirle de las
consecuencias, y el Señor lo destruye, sus obras buenas anteriores no le
ayudarán; él morirá como culpable. Pero yo te tendré a ti como responsable de
su muerte y te castigaré. 21 Y si tú le aconsejas a un justo que se mantenga
fiel en su justicia, él será libre de castigo y tú también por haber hecho lo
correcto».
22
En eso estaba cuando el Señor me habló de nuevo: «Ve al valle y allí te hablaré».
23 Me levanté y fui al valle, y ¡vi la presencia magnífica del Señor allí, tal
como la vi en mi primera visión junto al río Quebar! Y caí con el rostro hacia
tierra. 24 Luego el Espíritu entró en mí, me fortaleció y me puso de pie. Me
dijo: «Ve y enciérrate en tu casa. 25 Te adelanto que te atarán con sogas de
manera que no puedas moverte. 26 Yo haré que tu lengua se pegue a tu paladar
para que no puedas hablar para reprenderles, pues ellos son rebeldes y tercos.
27 Pero siempre que te dé un mensaje, entonces soltaré tu lengua y te dejaré
hablar, y les dirás: “El Señor Dios dice”, y les comunicarás mi mensaje. ¡El
que quiera escuchar, que lo haga, y el que quiera rehusar hacerlo, también! Y
es que ellos son rebeldes.
Anuncio
del sitio a Jerusalén
4
»Y ahora, hombre mortal, toma una tablilla de arcilla y ponla delante de ti y
dibuja sobre ella un mapa de la ciudad de Jerusalén. 2 Dibuja allí los
terraplenes que se usarán para el sitio, los lugares de donde se lanzarán los
asaltos, los campamentos enemigos a su alrededor; y también arrietes en
derredor de las murallas. 3 Y coloca una plancha de hierro entre ti y la
ciudad, como si fuera un muro de hierro. ¡Demuestra gráficamente cómo un
ejército enemigo capturará a Jerusalén! Hay un significado especial en cada
detalle de lo que te he dicho que hagas, pues es una advertencia para el pueblo
de Israel.
4-5
»Ahora acuéstate sobre tu costado izquierdo durante trescientos noventa días,
para mostrar que Israel será castigado por trescientos noventa años mediante cautiverio
y opresión. Cada día que estés acostado allí representa un año de castigo que
aguarda a Israel. 6 Después, date vuelta y acuéstate sobre tu costado derecho
durante cuarenta días, para señalar los años del castigo de Judá. Cada día
representará un año. 7 Mientras continúa tu demostración del sitio de
Jerusalén, acuéstate allí con tu brazo arremangado (para señalar gran fuerza y
poder en el ataque contra ella); esto será un gesto simbólico que profetizará
su condena. 8 Y yo te ataré con cuerdas para que no puedas darte vuelta de un
lado al otro hasta que hayas completado todos los días que simbolizarás el
castigo para Israel y Judá.
9
»Durante los primeros trescientos noventa días come pan hecho de harina
mezclada de trigo, cebada, habas, lentejas, ajonjolí y espelta. Junta estas
varias clases de harina en un jarro. 10 Habrás de sacar de esto una ración de
doscientos cuarenta gramos por vez, una comida por día. 11 Y usa dos tercios de
un litro de agua por día, no más. 12 Cada día toma harina y prepárala como
harías pan de cebada. Mientras todos están observando, lo cocerás sobre un
fuego, usando excrementos humanos secos como combustible, y lo comerás».
13
El sentido de este gesto es que el Señor declara que Israel comerá pan
contaminado en las tierras de pueblos paganos a las que les enviará en exilio.
14
Luego yo dije: «Oh Señor Dios, ¿por qué debo yo contaminarme empleando
excrementos? Yo nunca antes he estado contaminado en toda mi vida. Desde que
era niño hasta ahora, jamás he comido ningún animal que haya muerto enfermo o
que haya encontrado lastimado o muerto, y nunca he comido de las clases de
animales que nuestra ley prohíbe».
15
Entonces el Señor dijo: «Bien, te permito emplear estiércol de vaca, en vez de
excrementos humanos».
16
Luego me dijo: «Hombre mortal, el pan estará restringido en Jerusalén. Será
pesado con gran cuidado y comido con temor. Y el agua será distribuida con
medida, y bebida con ansiedad. 17 ¡Yo haré que le falte al pueblo pan y agua, y
que se miren el uno al otro con terror, y se llenen de angustia y de
remordimientos!
5
»Hombre mortal, toma una espada afilada y empléala como navaja de peluquero
para afeitar tu cabeza y barba; emplea luego una balanza para pesar el pelo en
tres partes iguales. 2 Coloca un tercio en el centro del mapa de Jerusalén.
Quémalo allí después del sitio. Esparce otro tercio por tu mapa y da
cuchilladas sobre él. Esparce el último tercio al viento, pues yo perseguiré a
mi pueblo con los terrores de la guerra. 3 Conserva sólo un poco del pelo atrapándolo
con tu manto; 4 luego saca unos pocos pelos y arrójalos al fuego, pues este
poco representa un grupo de sobrevivientes del que posteriormente vendrá
alguien como un fuego contra Israel».
5-7
El Señor Dios dice: «Todo esto ilustra lo que sucederá a Jerusalén, pues se ha
apartado de mis instrucciones y consejos y ha sido aún más perversa que las
naciones que la rodean. Este es el motivo por el que será castigada con tanta
severidad. 8 Por eso el Señor Dios dice: Yo mismo estoy contra ustedes y los
castigaré públicamente mientras todas las naciones vecinas observan. 9 A causa
de las graves maldades que han cometido yo los castigaré en forma más severa de
lo que jamás he hecho antes o lo haré después. 10 Los padres y los hijos se
devorarán mutuamente, y aquellos que sobrevivan serán esparcidos por todo el
mundo.
11
»Pues yo les aseguro: Porque han profanado mi templo llenándolo con ídolos y
ofreciendo sacrificios rituales para ellos, entonces yo no los perdonaré ni les
tendré piedad. 12 Un tercio de ustedes morirá de hambre y peste, otro tercio
será muerto por el enemigo y un tercio esparciré en desbandada, enviando a sus
enemigos con espada en mano tras ellos. 13 Luego, por fin, mi cólera será desahogada.
¡Entonces todo Israel sabrá que aquello que advierto, también lo cumplo!
14
»Así haré un ejemplo público de ustedes entre todas las naciones en derredor y
ante todos los que pasen por entre las ruinas de su tierra. Quienes los vean se
reirán y burlarán de ustedes. 15 Llegarán a ser el hazmerreír del mundo y un
terrible ejemplo a todos, para que vean lo que sucede cuando el Señor se la
toma contra una nación entera en reprensión furiosa. Yo, el Señor, lo he dicho.
16
»Les castigaré con hambrunas severas para destruirlos. El hambre se acrecentará
hasta que no quede ni un pedazo de pan. 17 Y no sólo sobrevendrá hambre, sino
que las fieras los atacarán y los matarán a ustedes y a sus familias; la
enfermedad y la guerra los cazarán, y las espadas de los enemigos se encargarán
de terminar la obra destructiva. Yo, el Señor, lo he dicho».
Profecía
contra los montes de Israel
6
De nuevo me vino un mensaje del Señor: 2 «Hombre mortal, voltea hacia las
montañas de Israel y profetiza contra ellas. 3 Diles: “¡Oh montañas de Israel,
oigan el mensaje que el Señor Dios trae contra ustedes y contra los ríos,
valles y montes! Yo, el Señor mismo, traeré guerra que se extenderá sobre
ustedes para destruir los lugares donde se rinde homenaje a los ídolos. 4-7
Todas sus ciudades serán derribadas y quemadas, y los altares de los ídolos
quedarán abandonados. Sus dioses serán hechos pedazos, las estelas de madera
serán quemadas hasta convertirlas en cenizas; los huesos de sus devotos serán
esparcidos entre los altares de los ídolos horribles. Entonces por fin sabrán
que yo soy el Señor.
8
»”Pero dejaré que unos pocos de mi pueblo escapen, para ser esparcidos entre
las naciones del mundo. 9 Entonces, cuando estén como exiliados entre las
naciones, se acordarán de mí porque yo quitaré su amor por esos ídolos
horribles, y evitaré que sus ojos sigan buscando con lujuria esas imágenes
idolátricas que son solo basura. Entonces por fin ellos sentirán remordimientos
por toda esta maldad que cometieron. 10 Entonces se darán cuenta que sólo yo
soy el Señor y que no estaba hablando en broma cuando les advertí que todo esto
les sucedería”».
11
El Señor Dios me dijo: «Alza las manos y patalea y menea la cabeza con profundo
remordimiento y di: “¡Ay, cuánta maldad ha cometido Israel! ¡Tendrá que perecer
por la guerra, el hambre y la peste!”. 12 La peste caerá sobre los que estén en
exilio; la guerra destruirá a los que vivan en la tierra de Israel; y los que
queden perecerán de hambre durante el sitio de la ciudad. Así, por fin, desahogaré
mi indignación sobre ustedes. 13 Cuando sus muertos estén esparcidos entre sus
ídolos y altares sobre cada colina y montaña y bajo cada árbol verde y cada
gran roble donde ellos ofrecían perfumes delicados a sus dioses, esas basuras
inmundas, se darán cuenta que sólo yo soy Dios. 14 Los castigaré a ustedes y
desolaré sus ciudades desde el desierto en el sur hasta Riblá en el norte.
Entonces sabrán que yo soy el Señor».
Nueva
Biblia Viva (NBV)
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Hebreos 4 Nueva Biblia Viva (NBV)
Reposo
del pueblo de Dios
4
Aunque la promesa de Dios de entrar en su reposo se mantiene en pie, debemos
tener mucho cuidado, no sea que algunos no puedan entrar en ese reposo, 2 pues
la buena noticia nos ha sido anunciada de la misma manera que les fue anunciada
a ellos. Pero no les fue de ningún provecho, porque no la creyeron. 3 Sólo los
que tenemos fe podemos entrar en el reposo de Dios. Él ha dicho: «airado contra
ellos, juré que no entrarían al reposo que les tenía preparado».
Aunque
su trabajo quedó listo con la creación del mundo, 4 en cierto lugar se ha dicho
así del día de reposo: «Dios descansó el séptimo día tras haber terminado sus
obras». 5 Sin embargo, en el otro pasaje dice: «No entrarán en mi reposo».
6
Eso significa que todavía falta que algunos entren al reposo de Dios. Los que
primero tuvieron la oportunidad de entrar no la aprovecharon por desobedientes.
7 Por eso, el Señor volvió a señalar un día, que es «hoy», y lo anunció por
medio de David en las palabras que ya citamos:
«Si
hoy oyen la voz de Dios, no endurezcan sus corazones».
8
Si Josué les hubiera dado el lugar de reposo, Dios no habría hablado mucho
tiempo después de otro día. 9 Por lo tanto, todavía queda un reposo para el
pueblo de Dios, 10 porque quien entra en ese reposo de Dios descansa de sus
obras de la misma manera que Dios reposó de las suyas.
11
Pongamos, pues, empeño en entrar también en aquel reposo; cuidémonos de no
desobedecer a Dios como lo desobedecieron los israelitas. 12 La palabra de Dios
es viva y poderosa. Es más cortante que una espada de dos filos que penetra
hasta lo más profundo de nuestro ser, y examina nuestros más íntimos
pensamientos y los deseos de nuestro corazón. 13 Nada de lo que él ha creado
puede esconderse de aquel a quien tendremos que rendir cuentas de nuestros
hechos.
Jesús,
el gran sumo sacerdote
14
En Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que subió al mismo
cielo. Por eso, debemos seguir confiando en él. 15 Nuestro sumo sacerdote
entiende nuestras debilidades, porque él mismo experimentó nuestras
tentaciones, si bien es cierto que nunca cometió pecado. 16 Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono del Dios de amor, para encontrar allí misericordia y
gracia en el momento en que las necesitemos.
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Salmos 104:24-35 Nueva Biblia Viva
(NBV)
24
¡Señor, qué variedad de cosas has hecho! ¡Y con qué sabiduría has hecho todo!
La tierra está llena de tus criaturas.
25
Allí está el mar, ancho e infinito, que abunda en animales, grandes y pequeños,
cuyo número es imposible conocer. 26 ¡Mira como navegan los barcos, y al
Leviatán que tú hiciste para que jugara en el mar! 27 Cada uno de estos
animales espera de ti que a su tiempo le des su alimento. 28 Tú se lo das, y
ellos lo recogen. Abres tu mano para alimentarlos, y ellos quedan satisfechos.
29
Pero si te apartas de ellos, se aterran; si les quitas el aliento, mueren y
vuelven al polvo.
30
Envías entonces tu Espíritu y nace nueva vida, para volver a llenar de seres
vivientes la tierra. 31 Que la gloria del Señor dure para siempre. El Señor se
alegra en todo lo que ha creado. 32 Él mira la tierra y la hace temblar; las
montañas se incendian cuando él las toca.
33
Cantaré al Señor mientras viva. Alabaré al Señor mientras me quede aliento. 34
Deseo que a él le agraden todos estos pensamientos, pues él es la fuente de
toda mi alegría. 35 Desaparezcan de la tierra todos los pecadores; que los
malvados desaparezcan para siempre. ¡Alaba, alma mía, al Señor! ¡Aleluya!
¡Alabado sea el Señor!
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Proverbios 26:27 Nueva Biblia Viva
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27
El que cava una fosa, en ella caerá; el que echa a rodar una roca, contra él se
volverá.
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