Saturday, July 23, 2022

DAB Español, Domingo 24 de Julio

Día 205, DAB Español, Domingo 24 de Julio


2 Crónicas 11:1-13:22; Romanos 8:24-39; Salmos 18:35-50; Proverbios 19:27-29 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))









2 Crónicas 11-13

Nueva Biblia de las Américas

Reinado de Roboam

11 Cuando Roboam llegó a Jerusalén, reunió la casa de Judá y Benjamín, 180,000 hombres, guerreros escogidos, para pelear contra Israel y restituir el reino a Roboam. 2 Pero la palabra del Señor vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo: 3 «Habla a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y a todo Israel en Judá y Benjamín, diciéndoles: 4 “Así dice el Señor: ‘No subirán ni pelearán contra sus hermanos; vuelva cada uno a su casa, porque de Mí ha venido esto’”». Y ellos escucharon las palabras del Señor y desistieron de ir contra Jeroboam.

5 Y Roboam habitó en Jerusalén, y edificó ciudades para defensa en Judá. 6 Así edificó Belén, Etam, Tecoa, 7 Bet Sur, Soco, Adulam, 8 Gat, Maresa, Zif, 9 Adoraim, Laquis, Azeca, 10 Zora, Ajalón y Hebrón, que son ciudades fortificadas en Judá y en Benjamín. 11 También reforzó las fortalezas y puso comandantes en ellas, y provisiones de víveres, aceite y vino. 12 Y puso escudos y lanzas en todas las ciudades y las reforzó en gran manera. Así mantuvo a su lado a Judá y a Benjamín.

13 Y los sacerdotes y los levitas que estaban en todo Israel se pasaron a él desde todos sus distritos. 14 Porque los levitas dejaron sus tierras de pastos y sus propiedades y vinieron a Judá y a Jerusalén, pues Jeroboam y sus hijos los habían excluido de servir al Señor como sacerdotes. 15 Y Jeroboam designó sus propios sacerdotes para los lugares altos, para los demonios[a], y para los becerros que él había hecho. 16 Aquellos de entre todas las tribus de Israel que habían resuelto en su corazón buscar al Señor, Dios de Israel, los siguieron a Jerusalén para sacrificar al Señor, Dios de sus padres. 17 Y fortalecieron el reino de Judá y apoyaron a Roboam, hijo de Salomón, por tres años, pues por tres años anduvieron en el camino de David y de Salomón.

18 Entonces Roboam tomó por mujer a Mahalat, hija de Jerimot, hijo de David y de Abihail, hija de Eliab, hijo de Isaí, 19 y ella le dio hijos: Jeús, Semarías y Zaham. 20 Después de ella tomó a Maaca, hija de Absalón, y ella le dio a Abías, Atai, Ziza y Selomit. 21 Y amó Roboam a Maaca, hija de Absalón, más que a todas sus otras mujeres y concubinas. Porque había tomado dieciocho mujeres y sesenta concubinas, y tuvo veintiocho hijos y sesenta hijas. 22 Roboam puso a Abías, hijo de Maaca, por cabeza y jefe entre sus hermanos, porque quería hacerlo rey. 23 Y obró sabiamente, y distribuyó a algunos de sus hijos por todos los territorios de Judá y de Benjamín, por todas las ciudades fortificadas, les dio alimento en abundancia, y les buscó muchas mujeres.

Sisac invade Judá

12 Cuando el reino de Roboam se había afianzado y fortalecido, él abandonó la ley del Señor y todo Israel con él. 2 Y sucedió que en el año quinto del rey Roboam, debido a que ellos habían sido infieles al Señor, Sisac, rey de Egipto, subió contra Jerusalén 3 con 1,200 carros y 60,000 hombres de a caballo. Y era innumerable el pueblo que vino con él de Egipto: los libios, los suquienos y los etíopes. 4 Y tomó las ciudades fortificadas de Judá y llegó hasta Jerusalén.

5 Entonces el profeta Semaías vino a Roboam y a los príncipes de Judá que se habían reunido en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: «Así dice el Señor: “Ustedes me han abandonado, por eso también Yo los abandono en manos de Sisac”». 6 Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: «Justo es el Señor».

7 Cuando el Señor vio que se habían humillado, vino la palabra del Señor a Semaías, diciendo: «Se han humillado; no los destruiré, sino que les concederé cierta libertad y Mi furor no se derramará sobre Jerusalén por medio de Sisac. 8 Pero serán sus siervos para que aprendan la diferencia entre servirme a Mí y servir a los reinos de los países».

9 Subió, pues, Sisac, rey de Egipto, contra Jerusalén y tomó los tesoros de la casa del Señor y los tesoros del palacio del rey. De todo se apoderó; se llevó hasta los escudos de oro que había hecho Salomón. 10 Entonces el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, y los entregó al cuidado de los jefes de la guardia[b] que custodiaban la entrada de la casa del rey. 11 Y sucedía que cuando el rey entraba en la casa del Señor, venían los de la guardia y los llevaban, y después los devolvían a la sala de los de la guardia. 12 Cuando él se humilló, la ira del Señor se apartó de él para no destruirlo totalmente; además las cosas mejoraron en Judá.

13 Se fortaleció, pues, el rey Roboam en Jerusalén, y reinó. Roboam tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que el Señor había escogido de entre todas las tribus de Israel para poner allí Su nombre. Y el nombre de su madre era Naama, la amonita. 14 Roboam hizo lo malo porque no dispuso su corazón para buscar al Señor.

15 Los hechos de Roboam, los primeros y los postreros, ¿no están escritos en los libros[c] del profeta Semaías y del vidente Iddo, conforme al registro genealógico? Hubo guerras continuamente entre Roboam y Jeroboam. 16 Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David; y su hijo Abías reinó en su lugar.

Reinado de Abías

13 En el año dieciocho del rey Jeroboam, Abías comenzó a reinar sobre Judá. 2 Reinó tres años en Jerusalén. El nombre de su madre era Micaías, hija de Uriel[d], de Guibeá. Y hubo guerra entre Abías y Jeroboam. 3 Abías comenzó la batalla con un ejército de valientes guerreros, 400,000 hombres escogidos, mientras que Jeroboam se puso en orden de batalla contra él con 800,000 hombres escogidos, valientes y fuertes.

4 Entonces Abías se levantó en el monte Zemaraim que está en la región montañosa de Efraín, y dijo: «Escúchenme, Jeroboam y todo Israel: 5 ¿No saben ustedes que el Señor, Dios de Israel, dio a David el reino sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos con pacto de sal? 6 Pero Jeroboam, hijo de Nabat, siervo de Salomón, hijo de David, se alzó y se rebeló contra su señor. 7 Con él se juntaron hombres indignos y malvados que prevalecieron sobre Roboam, hijo de Salomón, cuando Roboam era joven y tímido, y no pudo prevalecer contra ellos. 8 Y ahora ustedes intentan resistir al reinado del Señor que está en manos de los hijos de David, porque son una gran multitud y tienen con ustedes los becerros de oro que Jeroboam les hizo por dioses. 9 ¿No han echado fuera ustedes a los hijos de Aarón, y a los sacerdotes del Señor, y a los levitas, y se han hecho sacerdotes como los pueblos de otras tierras? Cualquiera que venga a consagrarse con un novillo y siete carneros, aun este puede llegar a ser sacerdote de los que no son dioses.

10 »Pero en cuanto a nosotros, el Señor es nuestro Dios, y no lo hemos abandonado; y los hijos de Aarón sirven al Señor como sacerdotes, y los levitas en sus funciones. 11 Y cada mañana y cada tarde ellos queman holocaustos e incienso aromático al Señor; y el pan está colocado sobre la mesa limpia, y el candelabro de oro con sus lámparas para ser encendidas cada tarde. Porque nosotros guardamos la ordenanza del Señor nuestro Dios, pero ustedes lo han abandonado. 12 Así que Dios está con nosotros a la cabeza, y Sus sacerdotes con las trompetas de aviso para tocar la alarma contra ustedes. ¡Oh israelitas!, no luchen contra el Señor, Dios de sus padres, porque nada lograrán».

13 Mientras tanto Jeroboam había puesto una emboscada para atacar por detrás, así que aunque Israel estaba frente a Judá, la emboscada estaba detrás de estos. 14 Cuando Judá se volvió, vieron que eran atacados por delante y por detrás[e]. Clamaron, pues, al Señor, y los sacerdotes tocaron las trompetas. 15 Entonces los hombres de Judá lanzaron el grito de guerra; y mientras los hombres de Judá lanzaban el grito de guerra, Dios hirió a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá.

16 Cuando los israelitas huyeron delante de Judá, Dios los entregó en sus manos. 17 Abías y su gente los derrotaron con una gran matanza, y cayeron muertos 500,000 hombres escogidos de Israel. 18 Así fueron humillados los israelitas en aquel tiempo, y los hijos de Judá prevalecieron porque se apoyaron en el Señor, Dios de sus padres. 19 Abías persiguió a Jeroboam, y le tomó varias ciudades: Betel[f] con sus aldeas, Jesana con sus aldeas y Efraín[g] con sus aldeas. 20 Jeroboam no volvió a recuperar poder en los días de Abías; y el Señor lo hirió y murió.

21 Abías se hizo poderoso. Tomó para sí catorce mujeres, y tuvo veintidós hijos y dieciséis hijas. 22 Los demás hechos de Abías, y sus caminos y sus palabras están escritos en la historia[h] del profeta Iddo.

Footnotes

  1. 2 Crónicas 11:15 O ídolos en forma de machos cabríos.

  2. 2 Crónicas 12:10 Lit. los corredores.

  3. 2 Crónicas 12:15 Lit. las palabras.

  4. 2 Crónicas 13:2 En 1Rey. 15:2, Maaca, hija de Abisalom.

  5. 2 Crónicas 13:14 Lit. la batalla estaba delante y detrás de ellos.

  6. 2 Crónicas 13:19 I.e. Casa de Dios.

  7. 2 Crónicas 13:19 Así en el T.M.; en algunas versiones antiguas, Efrón.

  8. 2 Crónicas 13:22 Heb. midrás.

Romanos 8:24-39

Nueva Biblia de las Américas

24 Porque en esperanza hemos sido salvados, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?[a] 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia[b] lo aguardamos.

Victoriosos en Cristo

26 De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Y Aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir[c] del Espíritu, porque Él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.

28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien[d], esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito. 29 Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 A los que predestinó, a esos también llamó. A los que llamó, a esos también justificó. A los que justificó, a esos también glorificó.

31 Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? 32 El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas?

33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó[e], el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo[f]? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Tal como está escrito:

«Por causa Tuya somos puestos a muerte todo el día;

Somos considerados como ovejas para el matadero».

37 Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.

38 Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes[g], 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Footnotes

  1. Romanos 8:24 Algunos mss. antiguos dicen: ¿quién espera lo que ve?

  2. Romanos 8:25 O perseverancia.

  3. Romanos 8:27 O la mente.

  4. Romanos 8:28 Algunos mss. antiguos dicen: Dios hace que todas las cosas cooperen para bien.

  5. Romanos 8:34 Algunos mss. antiguos agregan: de entre los muertos.

  6. Romanos 8:35 Algunos mss. antiguos dicen: Dios.

  7. Romanos 8:38 O potestades; i.e. poderes espirituales.

Salmos 18:35-50

Nueva Biblia de las Américas

35 Tú me has dado también el escudo de Tu salvación;

Tu diestra me sostiene,

Y Tu benevolencia me engrandece.

36 Ensanchas mis pasos debajo de mí,

Y mis pies no han resbalado.

37 Perseguí a mis enemigos y los alcancé;

Y no me volví hasta acabarlos.

38 Los destrocé y no pudieron levantarse;

Cayeron debajo de mis pies.

39 Pues Tú me has ceñido con fuerza para la batalla;

Has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.

40 También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas,

Y destruí a los que me odiaban.

41 Clamaron, pero no hubo quién los salvara;

Aun al Señor clamaron, pero no les respondió.

42 Entonces los desmenucé como polvo delante del viento;

Los arrojé como lodo de las calles.

43 Tú me has librado de las contiendas del pueblo;

Me has puesto por cabeza de las naciones;

Pueblo que yo no conocía me sirve.

44 Al oírme, me obedecen;

Los extranjeros me fingen obediencia.

45 Los extranjeros desfallecen,

Y salen temblando de sus fortalezas.

46 El Señor vive, bendita sea mi roca,

Y ensalzado sea el Dios de mi salvación,

47 El Dios que por mí ejecuta venganza,

Y subyuga pueblos debajo de mí;

48 El que me libra de mis enemigos.

Ciertamente Tú me exaltas sobre los que se levantan contra mí;

Me rescatas del hombre violento.

49 Por tanto, te daré gracias, oh Señor, entre las naciones,

Y cantaré alabanzas a Tu nombre.

50 Grandes victorias da Él a Su rey,

Y muestra misericordia a Su ungido,

A David y a su descendencia para siempre.

Proverbios 19:27-29

Nueva Biblia de las Américas

27 Cesa, hijo mío, de escuchar la instrucción[a],

Y te desviarás de las palabras de sabiduría.

28 El testigo perverso se burla de la justicia[b],

Y la boca de los impíos esparce[c] iniquidad.

29 Los juicios[d] están preparados para los insolentes,

Y los azotes para la espalda de los necios.

Footnotes

  1. Proverbios 19:27 O disciplina.

  2. Proverbios 19:28 O del derecho.

  3. Proverbios 19:28 O traga.

  4. Proverbios 19:29 Gr. Las varas.

Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

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