Saturday, April 15, 2023

DAB Español, Domingo 16 de Abril

Día 106, DAB Español, Domingo 16 de Abril


Josué 13:1-14:15; Lucas18:1-17; Salmos 85; Proverbios 13:7-8 (Nueva Versión Internacional (NVI))








Josué 13-14

Nueva Versión Internacional

El territorio no conquistado


13 Cuando Josué era ya bastante anciano, el Señor le dijo: «Ya estás muy viejo, y todavía queda mucho territorio por conquistar. 2 Me refiero a todo el territorio filisteo y guesureo, 3 que se extiende desde el río Sijor, al este de Egipto, hasta la frontera de Ecrón al norte. A ese se le considera territorio cananeo, y en él se encuentran los cinco gobernantes filisteos: el de Gaza, el de Asdod, el de Ascalón, el de Gat y el de Ecrón. También queda sin conquistar el territorio de los aveos. 4 Por el lado sur queda todo el territorio cananeo, desde Araj, tierra de los sidonios, hasta Afec, que está en la frontera de los amorreos. 5 Además queda el territorio de los guiblitas y todo el Líbano oriental, desde Baal Gad, al pie del monte Hermón, hasta Lebó Jamat.[a] 6 Yo mismo voy a echar de la presencia de los israelitas a todos los habitantes de Sidón y a cuantos viven en la región montañosa, desde el Líbano hasta Misrefot Mayin.


»Tú, por tu parte, repartirás y les darás por herencia esta tierra a los israelitas, tal como te lo he ordenado. 7 Ya es tiempo de que repartas esta tierra entre las nueve tribus restantes y la otra media tribu de Manasés».

División de los territorios al oriente del Jordán


8 La otra media tribu de Manasés, los rubenitas y los gaditas ya habían recibido la herencia que Moisés, siervo del Señor, les había asignado de antemano. 9 Abarcaba desde Aroer, que estaba a orillas del arroyo Arnón, con la población ubicada en medio del valle. Incluía también toda la meseta de Medeba hasta Dibón, 10 todas las ciudades de Sijón —rey de los amorreos que reinaba desde Hesbón—, hasta la frontera del país de los amonitas. 11 Comprendía, además, Galaad, el territorio de la gente de Guesur y Macá, toda la montaña del Hermón y todo Basán hasta Salcá. 12 Esa era la tierra de Og, rey de Basán, que reinó en Astarot y Edrey; fue el último de los refaítas, a quienes Moisés había derrotado y arrojado de su territorio. 13 Pero los israelitas no expulsaron de su territorio a los habitantes de Guesur y Macá, que hasta el día de hoy viven en territorio israelita.


14 Sin embargo, a la tribu de Leví Moisés no le dio tierras por herencia, pues su herencia son las ofrendas del pueblo del Señor, Dios de Israel, tal como él se lo había prometido.


15 Estas son las tierras que Moisés había entregado a cada uno de los clanes de la tribu de Rubén: 16 abarcaban desde Aroer, que estaba a orillas del arroyo Arnón, con la población ubicada en medio del valle. Incluían también toda la meseta de Medeba 17 hasta Hesbón y todas las poblaciones de la meseta: Dibón, Bamot Baal, Bet Baal Megón, 18 Yahaza, Cademot, Mefat, 19 Quiriatayin, Sibma, Zaret Sajar, que está en la colina del valle, 20 Bet Peor, Bet Yesimot y las laderas del monte Pisgá; 21 es decir, las ciudades y los pueblos de la meseta, y todos los dominios de Sijón, rey amorreo que gobernó en Hesbón. Moisés había derrotado a este rey y a los príncipes madianitas Eví, Requen, Zur, Jur y Reba, todos ellos aliados de Sijón y habitantes de la región. 22 Los israelitas pasaron a filo de espada a muchos hombres en el campo de batalla, incluso al adivino Balán hijo de Beor. 23 El río Jordán sirvió como frontera del territorio perteneciente a los rubenitas. Estas ciudades y pueblos fueron la herencia de la tribu de Rubén, según sus clanes.


24 Moisés también había entregado a la tribu de Gad y a sus respectivos clanes los siguientes territorios: 25 las tierras de Jazer, todas las poblaciones de la región de Galaad y la mitad del territorio amonita, hasta Aroer, que está frente a Rabá; 26 y las tierras comprendidas entre Hesbón, Ramat Mizpé y Betonín, y entre Majanayin y la frontera de Debir. 27 En el valle recibieron Bet Aram, Bet Nimrá, Sucot y Zafón, junto con lo que quedaba del reino de Sijón, rey de Hesbón. Así que su territorio se extendía desde el este del Jordán hasta el sur del lago Quinéret.[b] 28 Estas ciudades y pueblos fueron la herencia de la tribu de Gad, según sus clanes.


29 Estas son las tierras que Moisés había entregado a la media tribu de Manasés y sus clanes: 30 el territorio que abarca Majanayin y toda la región de Basán, es decir, todo el reino de Og, incluyendo las sesenta poblaciones de Yaír. 31 Además, la mitad de Galaad, y Astarot y Edrey, ciudades del reino de Og, les correspondieron a la mitad de los descendientes de Maquir hijo de Manasés, según sus clanes.


32 Esta es la herencia que Moisés repartió cuando se encontraba en los llanos de Moab, al otro lado del río Jordán, al este de Jericó. 33 Sin embargo, a la tribu de Leví Moisés no le dio tierras por herencia, porque el Señor, Dios de Israel, es su herencia, tal como él se lo había prometido.

División de los territorios al occidente del Jordán


14 Estas son las tierras cananeas que el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun y los jefes de los clanes entregaron a los israelitas como herencia. 2 Esa herencia se les repartió por sorteo a las nueve tribus y media, tal como el Señor había ordenado por medio de Moisés. 3-4 Ya este les había dado por herencia la parte oriental del Jordán a las dos tribus y media, pues los descendientes de José se habían dividido en dos tribus, Manasés y Efraín. Pero a los levitas no les dio tierras, sino solo algunas poblaciones con sus respectivos campos de cultivo y pastoreo. 5 Así los israelitas dividieron el territorio tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Caleb recibe Hebrón


6 Los descendientes de Judá se acercaron a Josué en Guilgal. El quenizita Caleb hijo de Jefone le pidió a Josué: «Acuérdate de lo que el Señor le dijo a Moisés, hombre de Dios, respecto a ti y a mí en Cades Barnea. 7 Yo tenía cuarenta años cuando Moisés, siervo del Señor, me envió desde Cades Barnea para explorar el país, y con toda franqueza le informé de lo que vi. 8 Mis compañeros de viaje, por el contrario, desanimaron a la gente y le infundieron temor. Pero yo me mantuve fiel al Señor mi Dios. 9 Ese mismo día Moisés me hizo este juramento: “La tierra que toquen tus pies será herencia tuya y de tus descendientes para siempre, porque fuiste fiel al Señor mi Dios”.[c]


10 »Ya han pasado cuarenta y cinco años desde que el Señor hizo la promesa por medio de Moisés, mientras Israel peregrinaba por el desierto; aquí estoy este día con mis ochenta y cinco años: ¡el Señor me ha mantenido con vida! 11 Y todavía mantengo la misma fortaleza que tenía el día en que Moisés me envió. Para la batalla tengo las mismas energías que tenía entonces. 12 Dame, pues, la región montañosa que el Señor me prometió en esa ocasión. Desde ese día, tú bien sabes que los anaquitas habitan allí, y que sus ciudades son enormes y fortificadas. Sin embargo, con la ayuda del Señor los expulsaré de ese territorio, tal como él ha prometido».


13 Entonces Josué bendijo a Caleb y le dio por herencia el territorio de Hebrón. 14 A partir de ese día Hebrón ha pertenecido al quenizita Caleb hijo de Jefone, porque fue fiel al Señor, Dios de Israel. 15 Hebrón se llamaba originalmente Quiriat Arbá, porque Arbá fue un importante antepasado de los anaquitas.


Después de todo esto el país se vio libre de guerras.

Footnotes


13:5 Lebó Jamat. Alt. la entrada de Jamat.

13:27 lago Quinéret. Es decir, lago de Galilea.

14:9 Dt 1:36


Lucas 18:1-17

Nueva Versión Internacional

Parábola de la viuda insistente


18 Jesús les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse. 2 Les dijo: «Había en cierto pueblo un juez que no tenía temor de Dios ni consideración de nadie. 3 En el mismo pueblo había una viuda que insistía en pedirle: “Hágame usted justicia contra mi adversario”. 4 Durante algún tiempo él se negó, pero por fin concluyó: “Aunque no temo a Dios ni tengo consideración de nadie, 5 como esta viuda no deja de molestarme, voy a tener que hacerle justicia, no sea que con sus visitas me haga la vida imposible”».


6 Continuó el Señor: «Tengan en cuenta lo que dijo el juez injusto. 7 ¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? 8 Les digo que sí les hará justicia, y sin demora. No obstante, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?»

Parábola del fariseo y del recaudador de impuestos


9 A algunos que, confiando en sí mismos, se creían justos y que despreciaban a los demás, Jesús les contó esta parábola: 10 «Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro, recaudador de impuestos. 11 El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos. 12 Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo”. 13 En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”


14 »Les digo que este, y no aquel, volvió a su casa justificado ante Dios. Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Jesús y los niños


15 También le llevaban niños pequeños a Jesús para que los tocara. Al ver esto, los discípulos reprendían a quienes los llevaban. 16 Pero Jesús llamó a los niños y dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. 17 Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él».

Salmos 85

Nueva Versión Internacional

Al director musical. Salmo de los hijos de Coré.


85 Señor, tú has sido bondadoso con esta tierra tuya

    al restaurar[a] a Jacob;

2

perdonaste la iniquidad de tu pueblo

    y cubriste todos sus pecados; Selah

3

depusiste por completo tu enojo,

    y contuviste el ardor de tu ira.


4

Restáuranos una vez más, Dios y Salvador nuestro;

    pon fin a tu disgusto con nosotros.

5

¿Vas a estar enojado con nosotros para siempre?

    ¿Vas a seguir eternamente airado?

6

¿No volverás a darnos nueva vida,

    para que tu pueblo se alegre en ti?

7

Muéstranos, Señor, tu amor inagotable,

    y concédenos tu salvación.


8

Voy a escuchar lo que Dios el Señor dice:

    él promete paz a su pueblo y a sus fieles,

    siempre y cuando no se vuelvan a la necedad.[b]

9

Muy cercano está para salvar a los que le temen,

    para establecer su gloria en nuestra tierra.


10

El amor y la verdad se encontrarán;

    se besarán la paz y la justicia.

11

De la tierra brotará la verdad,

    y desde el cielo se asomará la justicia.

12

El Señor mismo nos dará bienestar,

    y nuestra tierra rendirá su fruto.

13

La justicia será su heraldo

    y le preparará el camino.

Footnotes


85:1 al restaurar. Alt. al hacer volver de la cautividad.

85:8 siempre y cuando … necedad. Lit. y a los que se vuelven de su necedad.


Proverbios 13:7-8

Nueva Versión Internacional


7

Hay quien pretende ser rico, y no tiene nada;

    hay quien parece ser pobre, y todo lo tiene.


8

Con su riqueza el rico pone a salvo su vida,

    pero al pobre no hay ni quien lo amenace.

Nueva Versión Internacional (NVI)


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