Wednesday, April 12, 2023

DAB Español, Jueves 13 de Abril

Día 103, DAB Español, Jueves 13 de Abril


Josué 7:16-9:2; Lucas 16:1-18; Salmos 82; Proverbios 13:2-3 (Nueva Traducción Viviente (NTV))








Josué 7:16-9:2

Nueva Traducción Viviente

El pecado de Acán


16 Temprano a la mañana siguiente, Josué presentó a las tribus de Israel delante del Señor, y la tribu de Judá fue la señalada. 17 Entonces los clanes de Judá dieron un paso al frente, y el clan de Zera fue el señalado. Luego las familias de Zera dieron un paso al frente, y la familia de Zimri fue la señalada. 18 Por último, a cada miembro de la familia de Zimri se le hizo pasar al frente uno por uno, y Acán fue el señalado.


19 Entonces Josué le dijo a Acán:


—Hijo mío, da gloria al Señor, Dios de Israel, y di la verdad. Confiesa y dime lo que has hecho. No me lo escondas.


20 Acán respondió:


—¡Es cierto! He pecado contra el Señor, Dios de Israel. 21 Entre el botín, vi un hermoso manto de Babilonia,[a] doscientas monedas de plata[b] y una barra de oro que pesaba más de medio kilo.[c] Los deseaba tanto que los tomé. Está todo enterrado debajo de mi carpa; la plata la enterré aún más profundo que el resto de las cosas.


22 Así que Josué envió a algunos hombres para que investigaran. Ellos fueron corriendo a la carpa y encontraron allí escondidos los objetos robados, tal como Acán había dicho, con la plata enterrada debajo del resto. 23 Entonces tomaron las cosas de la carpa y se las llevaron a Josué y a los demás israelitas. Luego las pusieron sobre el suelo, en la presencia del Señor.


24 Después, Josué y todos los israelitas tomaron a Acán junto con la plata, el manto y la barra de oro; también tomaron a sus hijos e hijas, su ganado, sus asnos, sus ovejas, sus cabras, su carpa y todo lo que él tenía y los llevaron al valle de Acor. 25 Luego Josué le dijo a Acán: «¿Por qué nos has traído esta desgracia? Ahora el Señor te traerá desgracia a ti». Entonces todos los israelitas apedrearon a Acán y a su familia, y quemaron los cuerpos. 26 Apilaron un montón de piedras sobre Acán, las cuales siguen allí hasta el día de hoy. Por eso, desde entonces, al lugar se le llama valle de la Aflicción.[d] Así el Señor dejó de estar enojado.

Los israelitas derrotan a Hai


8 Entonces el Señor le dijo a Josué: «No tengas miedo ni te desanimes. Toma a todos tus hombres de guerra y ataca la ciudad de Hai, porque te he entregado al rey de Hai, a su pueblo, su ciudad y su tierra. 2 Los destruirás tal como destruiste a Jericó y a su rey. Pero esta vez podrán quedarse con el botín y los animales. Preparen una emboscada detrás de la ciudad».


3 Entonces Josué y todos los hombres de guerra salieron a atacar a Hai. Josué eligió a treinta mil de sus mejores guerreros y los envió de noche 4 con la siguiente orden: «Escóndanse en emboscada no muy lejos detrás de la ciudad y prepárense para entrar en acción. 5 Cuando nuestro ejército principal ataque, los hombres de Hai saldrán a pelear como lo hicieron antes, y nosotros huiremos de ellos. 6 Dejaremos que nos persigan hasta alejarlos de la ciudad. Pues dirán: “Los israelitas huyen de nosotros como lo hicieron antes”. Entonces, mientras nosotros huimos de ellos, 7 ustedes saldrán de golpe de su escondite y tomarán posesión de la ciudad. Pues el Señor su Dios la entregará en sus manos. 8 Prendan fuego a la ciudad, tal como el Señor lo ordenó. Esas son las instrucciones».


9 Entonces salieron y fueron al lugar de la emboscada, entre Betel y el lado occidental de Hai; pero esa noche, Josué se quedó con el pueblo en el campamento. 10 Temprano a la mañana siguiente, Josué despertó a sus hombres y emprendió la marcha hacia Hai, acompañado por los ancianos de Israel. 11 Todos los hombres de guerra que estaban con Josué marcharon por delante de la ciudad y acamparon al norte de Hai, donde un valle los separaba de la ciudad. 12 Esa noche, Josué envió a unos cinco mil hombres para que esperaran escondidos entre Betel y Hai, al occidente de la ciudad. 13 De esa manera, el ejército principal se estableció en el norte, y la emboscada al occidente de la ciudad. Josué, por su parte, pasó la noche en el valle.


14 Cuando el rey de Hai vio a los israelitas del otro lado del valle, se apresuró a salir temprano por la mañana con todo su ejército y los atacó desde un lugar con vista al valle del Jordán;[e] pero no se dio cuenta de que había una emboscada detrás de la ciudad. 15 Entonces Josué y el ejército israelita huyeron en retirada hacia el desierto como si los hubieran vencido por completo. 16 Así que llamaron a todos los hombres de la ciudad, para que salieran a perseguirlos. De esa manera, los alejaron de la ciudad. 17 No quedó ni un solo hombre en Hai o en Betel[f] que no persiguiera a los israelitas, y la ciudad quedó completamente desprotegida.


18 Entonces el Señor le dijo a Josué: «Apunta hacia Hai con la lanza que tienes en la mano, porque te entregaré la ciudad». Así que Josué hizo lo que se le ordenó. 19 En cuanto Josué dio la señal, todos los hombres que esperaban en la emboscada salieron de golpe de sus puestos e invadieron la ciudad en masa. Enseguida la sitiaron y le prendieron fuego.


20 Cuando los hombres de Hai miraron hacia atrás, vieron que salía tanto humo de la ciudad que cubría el cielo, y ya no tenían adónde ir. Pues los israelitas que habían huido hacia el desierto se dieron vuelta y atacaron a los que los perseguían. 21 Cuando Josué y todos los demás israelitas vieron que la emboscada había dado resultado y que de la ciudad salía humo, se dieron vuelta y atacaron a los hombres de Hai. 22 Mientras tanto, los israelitas que habían entrado en la ciudad salieron y atacaron al enemigo por la retaguardia. De esa manera los hombres de Hai quedaron atrapados en medio, ya que los guerreros israelitas los encerraron por ambos lados. Israel los atacó, y no sobrevivió ni escapó una sola persona. 23 Solo al rey de Hai lo capturaron vivo y lo llevaron ante Josué.


24 Cuando el ejército israelita terminó de perseguir y de matar a todos los hombres de Hai en campo abierto, regresó y acabó con la gente que había quedado en la ciudad. 25 Ese día fue exterminada toda la población de Hai, incluidos hombres y mujeres, doce mil personas en total. 26 Pues Josué mantuvo la lanza extendida hasta que todos los habitantes de Hai fueron totalmente destruidos.[g] 27 Solo los animales y los tesoros de la ciudad no fueron destruidos, porque los israelitas los tomaron como botín, tal como el Señor le había ordenado a Josué. 28 Luego Josué incendió la ciudad de Hai,[h] la cual se convirtió en un montón de ruinas y aún sigue desolada hasta el día de hoy.


29 Entonces Josué atravesó al rey de Hai con un poste afilado y lo dejó allí colgado hasta la tarde. A la puesta del sol, los israelitas bajaron el cuerpo como Josué ordenó y lo arrojaron frente a la puerta de la ciudad. Apilaron un montón de piedras sobre él, las cuales todavía pueden verse hasta el día de hoy.

El pacto del Señor es renovado


30 Luego Josué construyó un altar al Señor, Dios de Israel, en el monte Ebal. 31 Siguió los mandatos que Moisés, siervo del Señor, había escrito en el libro de instrucción: «Háganme un altar con piedras sin labrar y que no hayan sido trabajadas con herramientas de hierro»[i]. Entonces presentaron sobre el altar ofrendas quemadas y ofrendas de paz al Señor. 32 Y mientras los israelitas observaban, Josué copió en las piedras del altar[j] las instrucciones que Moisés les había dado.


33 Después, todo Israel—tanto los extranjeros como los israelitas de nacimiento—junto con sus ancianos, jefes y jueces fue dividido en dos grupos. Un grupo se paró frente al monte Gerizim, y el otro, delante del monte Ebal. Ambos grupos quedaron frente a frente y, entre ellos, estaban los sacerdotes levitas que llevaban el arca del pacto del Señor. Todo se hizo de acuerdo a las órdenes que Moisés, siervo del Señor, había dado previamente para bendecir al pueblo de Israel.


34 Entonces Josué le leyó al pueblo todas las bendiciones y maldiciones que Moisés había escrito en el libro de instrucción. 35 Cada palabra de cada mandato que Moisés había dado se leyó a todos los israelitas reunidos en asamblea, incluso a las mujeres, a los niños y a los extranjeros que vivían entre ellos.

Los gabaonitas engañan a Israel


9 Ahora bien, todos los reyes que estaban al occidente del río Jordán se enteraron de lo que había sucedido. Eran los reyes de los hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos, quienes vivían en la zona montañosa, en las colinas occidentales[k] y a lo largo de la costa del mar Mediterráneo[l] hasta las montañas del Líbano, al norte. 2 Esos reyes unieron sus tropas para pelear como un solo ejército contra Josué y los israelitas.

Footnotes


7:21a En hebreo de Sinar.

7:21b En hebreo 200 siclos de plata, aproximadamente 2,3 kilos o 5 libras.

7:21c En hebreo 50 siclos, aproximadamente 570 gramos o 20 onzas.

7:26 En hebreo valle de Acor.

8:14 En hebreo al Arabá.

8:17 En algunos manuscritos falta o en Betel.

8:26 El término hebreo empleado aquí se refiere a la consagración total de cosas o personas al Señor, ya sea destruyéndolas o entregándolas como ofrenda.

8:28 Hai significa «ruina».

8:31 Ex 20:25; Dt 27:5-6.

8:32 En hebreo en las piedras.

9:1a En hebreo en la Sefela.

9:1b En hebreo mar Grande.


Lucas 16:1-18

Nueva Traducción Viviente

Parábola del administrador astuto


16 Jesús les contó la siguiente historia a sus discípulos: «Había cierto hombre rico que tenía un administrador que manejaba sus negocios. Un día llegó la noticia de que el administrador estaba malgastando el dinero de su patrón. 2 Entonces el patrón lo llamó y le dijo: “¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Prepara un informe final porque voy a despedirte”.


3 »El administrador pensó: “¿Y ahora qué haré? Mi jefe me ha despedido. No tengo fuerzas para cavar zanjas y soy demasiado orgulloso para mendigar. 4 Ah, ya sé cómo asegurarme de que tendré muchos amigos que me recibirán en sus casas cuando mi patrón me despida”.


5 »Entonces invitó a todo el que le debía dinero a su patrón para conversar sobre la situación. Le preguntó al primero: “¿Cuánto debes a mi patrón?”. 6 El hombre contestó: “Le debo cien medidas[a] de aceite de oliva”. Entonces el administrador le dijo: “Toma la factura y cámbiala a cincuenta medidas[b]”.


7 »Le preguntó al siguiente: “¿Cuánto le debes tú?”. “Le debo cien medidas[c] de trigo”, respondió. “Toma la factura y cámbiala a ochenta medidas[d]”, le dijo.


8 »El hombre rico tuvo que admirar a este pícaro deshonesto por su astucia. Y la verdad es que los hijos de este mundo son más astutos que los hijos de la luz al lidiar con el mundo que los rodea. 9 Aquí está la lección: usen sus recursos mundanos para beneficiar a otros y para hacer amigos. Entonces, cuando esas posesiones se acaben, ellos les darán la bienvenida a un hogar eterno.[e]


10 »Si son fieles en las cosas pequeñas, serán fieles en las grandes; pero si son deshonestos en las cosas pequeñas, no actuarán con honradez en las responsabilidades más grandes. 11 Entonces, si no son confiables con las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas del cielo?; 12 y si no son fieles con las cosas de otras personas, ¿por qué se les debería confiar lo que es de ustedes?


13 »Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y estar esclavizado al dinero».


14 Los fariseos, que amaban mucho su dinero, oyeron todo eso y se burlaron de Jesús. 15 Entonces él les dijo: «A ustedes les encanta aparecer como personas rectas en público, pero Dios conoce el corazón. Lo que este mundo honra es detestable a los ojos de Dios.


16 »Hasta el tiempo de Juan el Bautista, la ley de Moisés y el mensaje de los profetas fueron sus guías; pero ahora se predica la Buena Noticia del reino de Dios, y todos están ansiosos por entrar.[f] 17 Eso no significa que la ley haya perdido su fuerza. Es más fácil que el cielo y la tierra desaparezcan, a que el más pequeño punto de la ley de Dios sea anulado.


18 »Por ejemplo, un hombre que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio; y el que se case con una mujer divorciada de su esposo comete adulterio».

Footnotes


16:6a En griego 100 batos.

16:6b En griego 50 [batos].

16:7a En griego 100 koros.

16:7b En griego 80 [koros].

16:9 O acaben, ustedes serán bienvenidos en los hogares eternos.

16:16 O y a todos se les urge entrar.


Salmos 82

Nueva Traducción Viviente

Salmo de Asaf.


82 Dios preside la corte de los cielos;

    pronuncia juicio en medio de los seres celestiales:

2

«¿Hasta cuándo dictarán decisiones injustas

    que favorecen a los malvados? Interludio


3

»Hagan justicia al pobre y al huérfano;

    defiendan los derechos de los oprimidos y de los desposeídos.

4

Rescaten al pobre y al indefenso;

    líbrenlos de las garras de los malvados.

5

Pero esos opresores no saben nada;

    ¡son tan ignorantes!

Andan errantes en la oscuridad

    mientras el mundo entero se estremece hasta los cimientos.

6

Yo digo: “Ustedes son dioses;

    son todos hijos del Altísimo.

7

Pero morirán como simples mortales

    y caerán como cualquier otro gobernante”».


8

Levántate, oh Dios, y juzga a la tierra,

    porque todas las naciones te pertenecen.

Proverbios 13:2-3

Nueva Traducción Viviente


2

Con palabras sabias te conseguirás una buena comida,

    pero la gente traicionera tiene hambre de violencia.


3

Los que controlan su lengua tendrán una larga vida;

    el abrir la boca puede arruinarlo todo.

Nueva Traducción Viviente (NTV)


La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

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