Wednesday, April 26, 2023

DAB Español, Jueves 27 de Abril

Día 117, DAB Español, Jueves 27 de Abril


Jueces 7:1-8:16; Lucas 23:11-43; Salmos 97-98; Proverbios 14:7-8 (Palabra de Dios para Todos (PDT))








Jueces 7:1-8:16

Palabra de Dios para Todos


7 Muy temprano, Yerubaal, o sea Gedeón, y sus hombres armaron su campamento a orillas del río Jarod. El campamento de los madianitas estaba al norte de ellos, en el valle al pie del monte de Moré. 2 El SEÑOR le dijo a Gedeón: «Te voy a ayudar a derrotar a los madianitas. Pero tienes muchos hombres en tu ejército, y no quiero que los israelitas me olviden y crean que ellos solos se han salvado. 3 Así que llama a tus hombres y diles: “El que tenga miedo puede irse de aquí y regresar a su casa”». Se fueron 22 000 hombres pero todavía quedaron 10 000.


4 Y el SEÑOR le dijo a Gedeón: «Todavía son muchos hombres. Llévalos a tomar agua y allí les haré una prueba. Si yo digo: “Este hombre irá contigo”, entonces ese hombre irá, pero si digo: “Este hombre no irá contigo”, entonces ese hombre no irá».


5 Entonces Gedeón llevó a sus hombres a tomar agua. Allí el SEÑOR dijo: «Separa a tus hombres en dos grupos así: Arma un grupo con los que beban el agua en sus manos lamiendo como un perro y arma el otro grupo con los que se arrodillen para beber».


6 Solo 300 hombres bebieron el agua con las manos, todos los demás se arrodillaron para beber. 7 Entonces el SEÑOR le dijo a Gedeón: «Con los 300 hombres que bebieron con las manos es suficiente para salvarte, haré que derrotes a los madianitas. Todos los demás pueden irse a su casa».


8 Gedeón envió a los otros hombres a su casa y se quedó sólo con los 300 hombres, además del armamento y las trompetas de los que se fueron. Los madianitas estaban acampando en el valle, más abajo del campamento de Gedeón. 9 Esa noche el SEÑOR le dijo a Gedeón: «¡Levántate! Haré que derrotes el ejército de los madianitas, baja ya y atácalos. 10 Si tienes miedo de bajar solo, entonces lleva a tu siervo Furá. Baja al campamento de los madianitas 11 y escucha lo que dicen, después ya no tendrás temor de atacarlos».


Entonces Gedeón y su sirviente Furá bajaron hasta el límite donde estaban los soldados del campamento enemigo. 12 Los madianitas, los amalecitas y los del oriente estaban acampando en ese valle. Eran tantos hombres que parecían una plaga de langostas y parecía que había tantos camellos como los granos de arena en la playa.


13 Cuando Gedeón llegó al campamento, escuchó que un soldado le contaba un sueño al otro. El soldado decía:


—Soñé que un pan de cebada venía rodando hacia el campamento de los madianitas y golpeó la tienda tan fuerte que la tienda se derrumbó y quedó al revés.


14 El otro soldado sabía el significado del sueño y dijo:


—Tu sueño se trata de Gedeón, el hijo de Joás, significa que Dios hará que Gedeón destruya a todo el ejército madianita.


15 Después de escuchar el sueño y su significado, Gedeón adoró a Dios, luego regresó al campamento de Israel y dijo:


—¡Levántense todos! El SEÑOR nos ayudará a derrotar a los madianitas.


16 Gedeón dividió a los 300 hombres en tres grupos. A cada hombre le dio una trompeta y una vasija de barro con una antorcha adentro. 17 Gedeón les dijo a sus hombres:


—Cuando lleguen al campamento enemigo, fíjense en mí y hagan lo que yo hago. 18 Todos rodeen el campamento. El grupo que va conmigo y yo tocaremos las trompetas. Después ustedes toquen también sus trompetas y griten: “¡Por el SEÑOR y por Gedeón!”


19 Gedeón y los 100 hombres que estaban con él llegaron al borde del campamento enemigo. Llegaron a media noche, justo cuando estaban cambiando la guardia. Gedeón y sus hombres tocaron sus trompetas y rompieron las vasijas de barro.


20 Entonces los tres grupos tocaron sus trompetas y rompieron las vasijas de barro. En la mano izquierda tenían las antorchas y en la mano derecha tenían trompetas. Todos gritaban: «¡Una espada por el SEÑOR y por Gedeón!»


21 Cada uno de los hombres de Gedeón se quedó en su puesto rodeando el campamento enemigo. Los hombres del ejército madianita gritaban y corrían. 22 Cuando los 300 hombres de Gedeón tocaron sus trompetas, el SEÑOR hizo que los madianitas se mataran unos a otros con sus espadas. El ejército enemigo huyó hacia la ciudad de Bet Sitá que queda cerca de la ciudad de Zererá, corrieron hasta la ciudad de Abel Mejolá, que queda junto a Tabat.


23 Entonces se les avisó a los soldados de las tribus de Neftalí, Aser y Manasés que persiguieran a los madianitas. 24 Gedeón envió mensajeros por todas las montañas de Efraín.


Los mensajeros gritaban: «¡Salgan antes de que los madianitas lleguen!» Los hombres de Efraín salieron y tomaron control de los ríos hasta Bet Bará. 25 Ellos también capturaron a Oreb y Zeb, los dos comandantes madianitas. A Oreb lo mataron en un lugar conocido como la roca de Oreb. Y a Zeb lo mataron en un lugar de su mismo nombre donde se pisaban las uvas para hacer vino. Los hombres de Efraín siguieron persiguiendo a los madianitas, pero primero llevaron las cabezas de Oreb y Zeb a donde estaba Gedeón, en el lugar donde se cruza el río Jordán.


8 Los hombres de Efraín estaban enojados con Gedeón y cuando lo encontraron le dijeron:


—¿Por qué nos trataste así? ¿Por qué no nos llamaste para pelear contra los madianitas?


2 Gedeón respondió:


—Yo no he hecho nada importante comparado con lo que ustedes han hecho. Ustedes, los hombres de Efraín, han conseguido una cosecha mucho mejor que la de mi familia, los de Abiezer. 3 Dios les permitió atrapar a Oreb y Zeb, los comandantes madianitas. ¿Cómo podría comparar lo que yo hice con lo que ustedes hicieron?


Después de oír estas palabras, a los hombres de Efraín se les pasó el enojo con Gedeón.

Gedeón atrapa a dos reyes madianitas


4 Gedeón y sus 300 hombres llegaron al río Jordán y cruzaron a la otra orilla, pero estaban muy cansados y tenían hambre.[a] 5 Gedeón les dijo a los habitantes de Sucot:


—Por favor denles algo de comer a mis hombres, que vienen muy cansados. Venimos persiguiendo a los reyes madianitas Zeba y Zalmuna.


6 Pero los habitantes de Sucot respondieron:


—¿Por qué tenemos que dar de comer a tus hombres? ¿Acaso ya atraparon a Zeba y Zalmuna?


7 Gedeón dijo:


—No me darán comida, pero el SEÑOR me ayudará a atrapar a Zeba y Zalmuna, y luego volveré. Les golpearé todo el cuerpo con espinas y zarzas del desierto.


8 Gedeón y sus hombres salieron de ese lugar hacia Peniel. Allí, Gedeón pidió el mismo favor a los habitantes de Peniel, pero ellos le respondieron igual que los de Sucot. 9 Gedeón dijo a los habitantes de Peniel:


—Después de lograr la victoria regresaré y destruiré esta torre.


10 Zeba y Zalmuna estaban en la ciudad de Carcor con su ejército de 15 000 hombres. Era todo lo que quedaba del ejército de la gente del oriente, pues ya habían muerto en batalla 120 000 hombres. 11 Gedeón y sus hombres siguieron por el camino que limita con el desierto, al oriente de las ciudades de Noba y Yogbea. Gedeón llegó hasta la ciudad de Carcor y atacó a sus enemigos, quienes no estaban preparados para el ataque. 12 Zeba y Zalmuna, los dos reyes madianitas, salieron huyendo, pero Gedeón los persiguió y los atrapó. Gedeón y sus hombres derrotaron al ejército enemigo.


13 Gedeón hijo de Joás y sus hombres regresaron de la batalla por un camino llamado paso de Jeres. 14 Gedeón capturó a un joven de la ciudad de Sucot y le hizo algunas preguntas. El joven escribió los nombres de los líderes y ancianos de la ciudad de Sucot. En total escribió 77 nombres.


15 Entonces Gedeón regresó a la ciudad de Sucot y dijo:


—Ustedes se burlaron de mí, diciendo: “¿Por qué tenemos que darles de comer a tus hombres? ¿Acaso ya atraparon a Zeba y Zalmuna?” Pues bien, aquí están Zeba y Zalmuna. 16 Gedeón tomó espinas y zarzas del desierto y empezó a golpear a los ancianos líderes de Sucot.

Footnotes


8:4 tenían hambre Según LXX. TM: iban en persecución.


Lucas 23:11-43

Palabra de Dios para Todos


11 Herodes y sus soldados lo trataban con desprecio. Burlándose de él, le pusieron ropa lujosa y lo enviaron de nuevo a Pilato. 12 Antes Herodes y Pilato habían sido enemigos, pero desde ese día se hicieron amigos.

Jesús condenado a muerte

(Mt 27:15-26; Mr 15:6-15; Jn 18:39-19:16)


13 Pilato llamó a los jefes de los sacerdotes, a los líderes y al pueblo, 14 y les dijo:


—Ustedes me trajeron a este hombre de quien dicen estaba inquietando al pueblo, pero lo juzgué delante de todos ustedes y no lo encontré culpable de ninguno de los delitos de que lo acusan. 15 Ni tampoco Herodes porque nos lo envió de vuelta. Miren, no ha hecho nada que merezca la muerte. 16 Entonces, después de azotarlo un poco, lo dejaré ir. 17 [a]


18 Pero todos ellos gritaron a una voz:


—¡Mátenlo! ¡Dejen libre a Barrabás!


19 Barrabás estaba en la cárcel por haber empezado una revuelta en la ciudad y por asesinato. 20 Pilato quería dejar en libertad a Jesús, así que les dijo otra vez que lo iba a dejar ir. 21 Pero ellos siguieron gritando:


—¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!


22 Por tercera vez Pilato le dijo a la gente:


—¿Por qué? ¿Qué ha hecho de malo este hombre? Él no es culpable. No encuentro ninguna razón para matarlo; por eso lo soltaré después de azotarlo.


23 Pero ellos seguían gritando. Todos exigían que lo crucificaran. Tanto gritaron que 24 Pilato decidió hacer lo que pedían. 25 Pilato dejó libre a Barrabás, el hombre que había sido puesto en la cárcel por rebelión y asesinato, y les entregó a Jesús para que hicieran con él lo que quisieran.

Crucifixión de Jesús

(Mt 27:32-44; Mr 15:21-32; Jn 19:17-27)


26 Cuando los soldados se llevaban a Jesús, agarraron a un tal Simón, de la ciudad de Cirene, que venía del campo, lo obligaron a cargar la cruz y a llevarla detrás de Jesús. 27 Mucha gente seguía a Jesús, incluso algunas mujeres, las cuales lloraban y se lamentaban por él. 28 Jesús se dio vuelta y les dijo:


—Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí. Más bien lloren por ustedes y por sus hijos. 29 Está llegando la hora terrible en que la gente dirá: “Afortunadas las mujeres que no pueden tener hijos, que nunca los han tenido ni han amamantado”. 30 Entonces dirán a las montañas: “¡Caigan sobre nosotros!”, y a los cerros les dirán: “¡Cúbrannos!”[b] 31 Si le hacen esto al árbol vivo, ¿qué no le harán al seco?[c]


32 También llevaron a dos criminales para que los ejecutaran junto con Jesús. 33 Llegaron al lugar llamado «La Calavera», donde los soldados crucificaron a Jesús y también a los criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.


34 Jesús decía: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen».[d]


Los soldados rifaron entre ellos la ropa de Jesús. 35 La gente estaba allí mirando, y los líderes se burlaban de él, diciendo:


—Si él es el elegido de Dios, el Mesías, entonces que se salve a sí mismo. Salvó a otros, ¿no?


36 Los soldados vinieron y también se burlaron de él. Le ofrecieron vinagre 37 y dijeron:


—Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!


38 En la parte de arriba de la cruz estaba escrito: «Este es el Rey de los judíos». 39 Uno de los criminales también empezó a insultarlo:


—¿No eres el Mesías? ¡Entonces sálvate a ti mismo y a nosotros también!


40 Pero el otro criminal lo reprendió y le dijo:


—¿Es que no tienes temor de Dios? ¿Acaso no estás bajo la misma sentencia? 41 Tú y yo merecemos morir por lo que hicimos, pero este hombre no ha hecho nada malo.


42 Luego le dijo:


—Jesús, acuérdate de mí cuando comiences a reinar.


43 Entonces Jesús le dijo:


—Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.

Footnotes


23:17 Algunos manuscritos añaden el versículo 17: Cada año en el festival de la Pascua, Pilato le liberaba un prisionero al pueblo.

23:30 Cita de Os 10:8.

23:31 Si […] seco Posiblemente, el árbol vivo se refiere a Jesús, y el seco a la gente que será destruida después.

23:34 Jesús […] hacen Algunos manuscritos antiguos de Lucas no tienen esas palabras.


Salmos 97-98

Palabra de Dios para Todos

El Señor gobierna


1

El SEÑOR es rey, alégrese la tierra;

    alégrense las orillas remotas.

2

Nubes espesas y oscuras lo rodean;

    la justicia y el derecho son la base de su reino.

3

Delante de él avanza un fuego,

    y destruye a sus enemigos.

4

Su luz se ve en el cielo

    y tiembla la tierra al verla.

5

Las montañas se derriten como cera ante la presencia del SEÑOR,

    el dueño de toda la tierra.

6

Los cielos hablan de sus decisiones justas;

    todas las naciones ven su gloria.


7

Quedan en ridículo los que adoran ídolos,

    los que se enorgullecen de ellos.

    ¡Inclínense ante él todos los dioses!

8

Sion, escucha y se alegra;

    las ciudades de Judá, están felices,

    porque el SEÑOR toma decisiones sabias.

9

SEÑOR Altísimo, tú eres en verdad quien gobierna la tierra;

    tú estás por encima de todos los dioses.


10

Ustedes, los que aman al SEÑOR, odien el mal.

    Él protege la vida de su pueblo fiel,

    y lo libra del poder de los perversos.

11

La luz brilla para el justo

    y la alegría sobre la gente honesta.

12

Justos, alégrense en el SEÑOR

    y alaben su santo nombre.

Toquen canciones al Señor

Canción.


1

Canten una nueva canción al SEÑOR,

    porque él ha hecho maravillas.

Su mano derecha le dio la victoria,

    su santo poder lo hizo.

2

El SEÑOR ha mostrado su poder para salvar;

    ante los ojos de las naciones reveló que lo que él hace es justo.

3

Dios se acordó de su fiel amor

    y de su lealtad para con el pueblo de Israel.

La gente de tierras lejanas

    vio lo que hizo Dios para salvarnos.


4

Que todo el mundo cante con alegría al SEÑOR;

    que entonen canciones alegres y toquen alegres cantos.

5

Canten alabanzas al SEÑOR al son del arpa;

    al son del arpa y con bellas melodías.

6

Canten con alegría al SEÑOR, nuestro Rey,

    al son de trompetas y clarines.


7

Que brame el mar y todo lo que hay en ellos;

    el mundo y todos los que lo habitan.

8

Que los ríos aplaudan;

    que todas las montañas juntas festejen con cantos.

9

Cántenle al SEÑOR,

    porque él viene a juzgar al mundo.

Él gobernará al mundo con justicia,

    a los pueblos con imparcialidad.

Proverbios 14:7-8

Palabra de Dios para Todos


7

No seas amigo de los brutos,

    pues ellos no te pueden enseñar nada.


8

El inteligente es sabio

    porque piensa muy bien lo que hace,

pero el bruto es tonto

    porque se engaña a sí mismo.

Palabra de Dios para Todos (PDT)


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