Friday, April 28, 2023

DAB Español, Sábado 29 de Abril

Día 119, DAB Español, Sábado 29 de Abril


Jueces 9:22-10:18; Lucas 24:13-53; Salmos 100; Proverbios 14:11-12 (Palabra de Dios para Todos (PDT))








Jueces 9:22-10:18

Palabra de Dios para Todos

Abimélec pelea contra Siquén


22 Abimélec gobernó en Israel durante tres años, 23 pero Dios causó problemas entre Abimélec y los líderes de Siquén, quienes dejaron de ser leales a Abimélec. 24 Eso sucedió para que pagaran por lo que habían hecho, pues Abimélec había matado a sus propios hermanos, los 70 hijos de Yerubaal, y los líderes de Siquén habían ayudado a Abimélec en semejante asesinato. 25 Ellos enviaron hombres a las montañas para que asaltaran a los que pasaran por allí y Abimélec se enteró de lo que pasaba.


26 Un hombre llamado Gaal hijo de Ébed y sus hermanos se mudaron a la ciudad de Siquén. Los líderes de Siquén confiaron en Gaal y lo siguieron.


27 Un día todos salieron al campo a cosechar uvas. Llevaron las uvas y las pisaron para hacer vino y celebrar. Entraron al templo de su dios, comieron, bebieron y se burlaron de Abimélec.


28 Gaal hijo de Ébed dijo: «¿Quién es ese tal Abimélec? Es uno de los hijos de Yerubaal, y Zebul es su ayudante, ¿verdad? ¿Por qué tenemos que servirlo y obedecerlo? ¡Nosotros no debemos obedecer a Abimélec! Debemos obedecer a nuestro propio pueblo, los hijos de Jamor[a]. 29 Si me dejan dirigir a esta gente, yo puedo derrotar a Abimélec. Le diré a Abimélec: “Alista tu ejército y ven a pelear”».


30 Zebul era el gobernador de la ciudad de Siquén. Zebul se enteró de lo que dijo Gaal, se enfureció 31 y mandó mensajeros a la ciudad de Arumá[b], donde estaba Abimélec, con este mensaje:


«Gaal hijo de Ébed y sus hermanos llegaron a esta ciudad y están poniendo a la gente en tu contra. 32 Así que tú y tus hombres deben salir de allí esta noche y esconderse en el campo. 33 Mañana, apenas salga el sol, ataquen la ciudad. Gaal y sus hombres saldrán al ataque, y tú podrás hacerles lo que quieras».


34 Así que Abimélec y sus hombres salieron en la noche y se escondieron. Se repartieron en cuatro grupos y se escondieron cerca de la ciudad de Siquén. 35 Gaal hijo de Ébed salió a la entrada de la ciudad y los hombres de Abimélec salieron de sus escondites.


36 Gaal vio a los soldados y dijo a Zebul:


—¡Mira! Hay hombres acercándose desde la montaña.


Pero Zebul le respondió:


—¡No! Sólo son las sombras de las montañas, las estás confundiendo con sombras de hombres.


37 Pero Gaal volvió a decir:


—¡Mira! Hay hombres viniendo desde el Ombligo de la Tierra y hay otros que vienen desde el Cedro de los Adivinos.[c]


38 Y Zebul respondió:


—¿Y por qué no presumes ahora? Tú mismo dijiste “¿Quién es Abimélec? ¿Por qué debemos obedecerlo?” Te burlaste de estos hombres; ahora ve y pelea contra ellos.


39 Entonces Gaal dirigió a los líderes de Siquén y salieron todos a pelear contra Abimélec. 40 Pero Abimélec y sus hombres persiguieron a Gaal y a los que estaban con él. Los hombres de Gaal huyeron hacia la entrada de la ciudad de Siquén, pero muchos murieron antes de llegar a la entrada. 41 Abimélec regresó a la ciudad de Arumá y Zebul obligó a Gaal y a sus hermanos a salir de Siquén.


42 Al día siguiente los hombres de Siquén salieron a trabajar al campo y Abimélec se enteró. 43 Entonces Abimélec aprovechó para atacar por sorpresa la ciudad. Abimélec dividió a sus hombres en tres grupos y les dijo que se escondieran en el campo. Cuando vio que los hombres de Siquén salían de la ciudad, Abimélec llegó y los atacó. 44 Abimélec y el grupo que estaba con él corrieron hacia la entrada de la ciudad; los otros grupos salieron hacia el campo y mataron a todos los que estaban allí. 45 Abimélec estuvo combatiendo todo el día, invadió la ciudad y mató a todos sus habitantes. Destruyó la ciudad completamente y derramó sal por todas partes.


46 Había algunos viviendo en la torre de Siquén[d]. Cuando se enteraron de lo que había pasado en Siquén, se reunieron en el salón más seguro del templo del dios El Berit[e]. 47 Cuando Abimélec se enteró de que todos los líderes estaban reunidos allí, 48 él y sus hombres fueron hacia el monte Zalmón[f]. Abimélec llevó unas hachas para cortar leña, tomó la leña que había cortado y la cargó en sus hombros. Abimélec les dijo a los hombres que estaban con él: «Hagan lo mismo que hice yo». 49 Todos cortaron leña y siguieron a Abimélec. Llegaron al templo de El Berit y allí amontonaron toda la leña en el salón más seguro[g] del lugar. Luego prendieron fuego a toda la leña y quemaron a los que estaban dentro del salón, matando a más de 1000 personas que vivían cerca de la torre.

Muerte de Abimélec


50 Abimélec fue a Tebes, la atacó y la conquistó. 51 En la ciudad había una gran torre y todos los habitantes de Tebes se encerraron allí y subieron hasta el techo. 52 Abimélec se acercó a la torre para atacarla. Llegó hasta la puerta y estaba a punto de quemarla 53 cuando una mujer lanzó una piedra de moler desde la torre. La piedra cayó en la cabeza de Abimélec y le rompió el cráneo. 54 Inmediatamente, Abimélec llamó al ayudante que cargaba las armas y le dijo: «Trae tu espada y mátame para que nadie pueda decir que una mujer mató a Abimélec». El ayudante le clavó la espada y Abimélec murió. 55 Cuando los israelitas vieron que Abimélec estaba muerto, todos regresaron a su casa.


56 Así, Dios castigó a Abimélec, le devolvió todo el mal que le hizo a su papá cuando mató a sus 70 hermanos. 57 Dios también castigó a los líderes de Siquén por todas las cosas malas que hicieron. Y se cumplió todo lo que dijo Jotán, hijo menor de Yerubaal.

El jefe Tola


10 Después de la muerte de Abimélec, Dios envió a otro jefe para salvar al pueblo de Israel. Ese jefe se llamaba Tola, hijo de Fuvá y nieto de Dodó. Tola era de la tribu de Isacar y vivía en la ciudad de Samir que quedaba en la región montañosa de Efraín. 2 Tola fue comandante del pueblo de Israel durante 23 años, luego murió y fue enterrado en la ciudad de Samir.

El jefe Yaír


3 Después de la muerte de Tola, Dios envió a otro jefe que se llamaba Yaír, que vivía en la ciudad de Galaad. Él fue comandante de Israel durante 22 años. 4 Yaír tenía 30 hijos. Cada uno de ellos tenía su propio burro[h] y gobernaba un pueblo del área de Galaad. Hasta hoy esos pueblos se conocen como «los pueblos de Yaír». 5 Yaír murió y fue enterrado en la ciudad de Camón.

Los amonitas pelean contra Israel


6 Nuevamente los israelitas hicieron lo que no le agradaba al SEÑOR. Empezaron a adorar a los dioses Baal y Astarté. Además adoraron a los dioses de la gente de Siria, de Sidón, de Moab, de Amón y de los filisteos. El pueblo de Israel se alejó del SEÑOR y dejó de servirlo. 7 Entonces el SEÑOR se enojó con los israelitas y permitió que los filisteos y los amonitas los derrotaran. 8 En ese mismo año los filisteos y los amonitas derrotaron a los israelitas que vivían al oriente del río Jordán en el área de Galaad. Esa era la zona donde vivían los amorreos. Los israelitas sufrieron durante 18 años. 9 Los amonitas atravesaron el río Jordán para pelear contra las tribus de Judá, Benjamín y Efraín. Ellos les causaron muchas dificultades a los israelitas.


10 Entonces los israelitas pidieron ayuda al SEÑOR y dijeron:


—Hemos pecado contra ti, hemos abandonado a nuestro Dios y hemos adorado al falso dios Baal.


11 Y el SEÑOR les respondió:


—Ustedes me pidieron ayuda cuando los egipcios, los amorreos, los amonitas y los filisteos les causaban dificultades. Yo los ayudé y los salvé de esa gente. 12 Ustedes me pidieron ayuda cuando los sidonios, los amalecitas y los madianitas[i] les causaron dificultades. Yo también los salvé de esos pueblos. 13 Pero luego ustedes me abandonaron y empezaron a adorar a dioses extraños, por eso ahora ya no los quiero salvar otra vez. 14 Pídanles ayuda a esos dioses que han elegido. Que ellos los salven cuando estén en dificultades.


15 Los israelitas le dijeron al SEÑOR:


—Hemos pecado. Haz con nosotros lo que te parezca, pero por favor ¡sálvanos ahora!


16 Entonces los israelitas dejaron de adorar a otros dioses, volvieron a servir al SEÑOR, y él ya no pudo soportar más el sufrimiento de los israelitas.

Eligen a Jefté


17 Los amonitas se reunieron para ir a la guerra y levantaron su campamento en la región de Galaad. A su vez, los israelitas se reunieron y levantaron su campamento en Mizpa. 18 Los líderes que vivían en esa zona de Galaad dijeron: «El que nos dirija en el ataque contra los amonitas será el jefe de toda la gente de Galaad».

Footnotes


9:28 hijos de Jamor Son los nacidos en la ciudad de Siquén, la cual recibió ese nombre en honor al hijo de Jamor.

9:31 a la ciudad de Arumá o secretamente o Torma. Allí era donde vivía Abimélec, más o menos a 20 kilómetros al sur de Siquén.

9:37 Ombligo […] los Adivinos Lugares que quedaban cerca de Siquén.

9:46 torre de Siquén Tal vez un lugar cercano a Siquén, que no era parte de la ciudad.

9:46 El Berit Este nombre significa Dios del pacto.

9:48 monte Zalmón Tal vez es otro nombre para el monte Ebal que está cerca de Siquén.

9:49 el salón más seguro El hebreo es oscuro.

10:4 burro Esto muestra que eran hombres importantes. Seguramente cada uno era el dirigente de un pueblo en Galaad.

10:12 madianitas Según LXX. TM: maonitas.


Lucas 24:13-53

Palabra de Dios para Todos

En el camino hacia Emaús

(Mr 16:12-13)


13 Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban hacia un pueblo llamado Emaús que queda a unos once kilómetros[a] de Jerusalén. 14 Iban hablando de todo lo que había pasado. 15 Mientras discutían, Jesús mismo se acercó y empezó a caminar con ellos, 16 pero no les fue permitido reconocer a Jesús. 17 Entonces Jesús les dijo:


—¿De qué tanto hablan por el camino?


Los hombres se detuvieron muy tristes. 18 El que se llamaba Cleofás respondió:


—¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha pasado en ella en estos días?


19 Jesús les dijo:


—¿Qué quieren decir?


Ellos le respondieron:


—Nos referimos a todo lo que sucedió con Jesús de Nazaret, quien por sus hechos y palabras demostró ante Dios y la gente que era un profeta poderoso. 20 Y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestros líderes lo entregaron para que lo sentenciaran a muerte y lo crucificaran. 21 Teníamos la esperanza de que él fuera el que iba a liberar a Israel. Sin embargo, además de todo eso, este ya es el tercer día desde que sucedió todo esto, 22 y algunas mujeres de nuestro grupo nos contaron algo asombroso. Esta mañana muy temprano fueron al sepulcro, 23 pero no encontraron el cuerpo. Vinieron y nos dijeron que habían visto ángeles en una visión. Los ángeles les dijeron que Jesús estaba vivo. 24 Entonces algunos de los que estaban con nosotros fueron a ver el sepulcro y lo encontraron tal y como las mujeres habían dicho, pero no vieron a Jesús.


25 Entonces Jesús les dijo:


—¡No sean tan tontos! ¿Por qué les cuesta tanto creer todo lo que dijeron los profetas? 26 ¿Acaso no dijeron que el Mesías tendría que sufrir todo eso antes de dar comienzo a su período de gloria?


27 Entonces Jesús les explicó todo lo que había sido escrito sobre él en las Escrituras, empezando con los libros de Moisés y todos los profetas. 28 Al acercarse al pueblo al que iban, Jesús hizo como que iba a seguir de largo. 29 Pero ellos le rogaron con insistencia:


—Quédate con nosotros, porque ya está atardeciendo. Ya casi es de noche.


Entonces Jesús entró y se quedó con ellos. 30 Cuando estaba a la mesa con ellos, tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos. 31 En ese preciso instante les fue permitido reconocerlo, pero él desapareció. 32 Los dos hombres se dijeron entre sí:


—¡Con razón sentíamos que el corazón nos ardía de emoción cuando nos venía hablando y explicando las Escrituras en el camino!


33 Entonces se pusieron de pie de inmediato y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos, 34 y dijeron:


—¡En verdad el Señor ha resucitado! Se le ha aparecido a Simón.


35 Entonces los dos hombres les contaron a los demás lo que había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús cuando estaba partiendo el pan.

Jesús se aparece a sus seguidores

(Mt 28:16-20; Mr 16:14-18; Jn 20:19-23; Hch 1:6-8)


36 Mientras los seguidores estaban hablando de todo esto, Jesús se les apareció, y les dijo:


—Que la paz esté con ustedes.


37 Entonces ellos se asustaron y aterrorizaron pensando que estaban viendo a un fantasma, 38 pero Jesús les dijo:


—¿Por qué están tan asustados? ¿Por qué dudan de lo que ven? 39 Miren mis pies y mis manos. ¡Soy yo! Tóquenme y vean que mi cuerpo está con vida. Los fantasmas no tienen cuerpo.


40 Diciendo esto, les mostró los huecos de sus manos y pies. 41 Los seguidores seguían tan asombrados y felices que no podían creerlo. Jesús les preguntó:


—¿Tienen comida aquí?


42 Le dieron un pedazo de pescado asado. 43 Jesús tomó el pescado y lo comió delante de ellos. 44 Luego les dijo:


—Esto es lo que les había anunciado cuando todavía estaba con ustedes: que todo lo que está escrito sobre mí en la ley de Moisés, los libros de los profetas y en los Salmos tiene que cumplirse.


45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras,[b] 46 y les dijo:


—Está escrito que el Mesías tenía que morir y resucitar al tercer día, 47 y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que cambien y se vuelvan a Dios para el perdón de los pecados. Empiecen desde Jerusalén 48 pues ustedes son testigos de todo esto. 49 Ahora les enviaré lo que mi Padre les ha prometido, pero quédense en Jerusalén hasta que reciban poder del cielo.

Jesús vuelve a los cielos

(Mr 16:19-20; Hch 1:9-11)


50 Después Jesús llevó a sus seguidores fuera de Jerusalén, casi hasta Betania y, levantando las manos, los bendijo. 51 Mientras los estaba bendiciendo, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Entonces los seguidores lo adoraron y luego regresaron muy felices a Jerusalén; 53 y estaban en el área del templo alabando continuamente a Dios.

Footnotes


24:13 unos once kilómetros Textualmente 60 estadios.

24:45 o Entonces les explicó las Escrituras de manera que pudieran entender su significado.


Salmos 100

Palabra de Dios para Todos

Canten alegres al Señor

Canción de agradecimiento.


1

Canten alegres al SEÑOR,

    habitantes de toda la tierra.

2

Adoren con alegría al SEÑOR;

    vengan a él con canciones alegres.

3

Reconozcan que el SEÑOR es Dios;

    él nos creó y le pertenecemos.

Nosotros somos su pueblo,

    las ovejas que él mismo cuida.


4

Entren por sus puertas con canciones de agradecimiento,

    y a sus patios con canciones de alabanza.

    Agradézcanle y alaben su nombre.

5

Porque el SEÑOR es bueno;

    su fiel amor es para siempre,

    de generación en generación.

Proverbios 14:11-12

Palabra de Dios para Todos


11

El hogar del perverso será destruido,

    pero el del justo progresará.

12

Hay caminos que a uno le parecen correctos,

    pero en realidad llevan a la muerte.

Palabra de Dios para Todos (PDT)


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