Día 264
Isaías 37:1-38:22; Gálatas 6:1-18; Salmos 65:1-13; Proverbios 23:24 (La Biblia de las Américas)
Isaías 37-38 La Biblia de las Américas (LBLA)
Ezequías y el profeta
Isaías
37 Y sucedió que
cuando oyó esto el rey Ezequías, rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y
entró en la casa del Señor. 2 Envió entonces a Eliaquim, mayordomo de la casa
real, con el escriba Sebna y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de
cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz. 3 Y ellos le dijeron: Así dice
Ezequías: “Este día es día de angustia, de reprensión y de desprecio, pues
hijos están para nacer[a], pero no hay fuerzas para dar a luz. 4 “Tal vez el
Señor tu Dios oirá las palabras del Rabsaces, a quien su señor, el rey de
Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo, y lo reprenderá por las palabras
que el Señor tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún
queda.” 5 Cuando llegaron los siervos del rey Ezequías ante Isaías, 6 éste[b]
les dijo: Así diréis a vuestro señor: “Así dice el Señor: ‘No temas por las
palabras que has oído, con las que los siervos del rey de Asiria me han
blasfemado. 7 ‘He aquí, pondré en él un espíritu, oirá un rumor y se volverá a
su tierra; y en su tierra lo haré caer a espada.’”
8 Entonces el
Rabsaces volvió y halló al rey de Asiria peleando contra Libna, pues había oído
que el rey había partido de Laquis. 9 Y les oyó[c] decir acerca de Tirhaca, rey
de Etiopía[d]: Ha salido a pelear contra ti. Y cuando lo oyó, envió mensajeros
a Ezequías, diciendo: 10 Así diréis a Ezequías, rey de Judá[e]: “No te engañe
tu Dios en quien tú confías, diciendo: ‘Jerusalén no será entregada en mano del
rey de Asiria.’ 11 “He aquí, tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a
todas las naciones[f], destruyéndolas por completo, ¿y serás tú librado? 12
“¿Acaso los libraron los dioses de las naciones que mis padres destruyeron, es
decir, Gozán, Harán, Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar? 13
“¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de
Sefarvaim, de Hena y de Iva?”
14 Entonces Ezequías
tomó la carta[g] de mano de los mensajeros y la leyó, y subió a la casa del
Señor y[h] la extendió delante del Señor. 15 Y Ezequías oró al Señor, diciendo:
16 Oh Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que estás[i] sobre los
querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los
cielos y la tierra. 17 Inclina, oh Señor, tu oído y escucha; abre, oh Señor,
tus ojos y mira; escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado para
injuriar al Dios vivo. 18 En verdad, oh Señor, los reyes de Asiria han asolado
todas las naciones[j] y sus tierras, 19 y han echado sus dioses al fuego,
porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, de madera y piedra; por
eso los han destruido. 20 Y ahora, Señor, Dios nuestro, líbranos de su mano
para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo tú, oh Señor, eres Dios[k].
21 Entonces Isaías, hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías: Así dice el Señor,
Dios de Israel: “Por cuanto me has rogado acerca de Senaquerib, rey de Asiria,
22 esta es la palabra que el Señor ha hablado contra él:
‘Te ha despreciado y
se ha burlado de ti
la virgen hija de
Sion;
ha movido la cabeza a
tus espaldas
la hija de Jerusalén.
23 ‘¿A quién has
injuriado y blasfemado?
¿Y contra quién has
alzado la voz
y levantado con
altivez[l] tus ojos?
¡Contra el Santo de
Israel!
24 ‘Por mano de tus
siervos has injuriado al Señor,
y has dicho: “Con mis
numerosos carros
yo subí a las cumbres
de los montes,
a las partes más
remotas del Líbano,
y corté[m] sus altos
cedros y sus mejores cipreses;
iré a su más alta[n]
cima, a su más frondoso bosque.
25 “Yo cavé pozos y
bebí aguas,
y sequé con la planta
de mis pies
todos los ríos de
Egipto[o].”
26 ‘¿No has oído?
Hace mucho tiempo que
lo hice,
desde la antigüedad
lo había planeado.
Ahora he hecho que
suceda,
para que conviertas
las ciudades fortificadas
en montones de
ruinas.
27 ‘Sus habitantes,
faltos de fuerzas[p],
fueron desalentados y
humillados;
vinieron a ser como
la vegetación del campo
y como la hierba
verde,
como la hierba en los
techos que se quema[q]
antes de que haya
crecido.
28 ‘Pero conozco tu
sentarte,
tu salir y tu entrar,
y tu furor contra mí.
29 ‘A causa de tu
furor contra mí,
y porque tu
arrogancia[r] ha subido hasta mis oídos,
pondré, pues, mi
garfio en tu nariz
y mi freno en tu
boca[s],
y te haré volver por
el camino por donde viniste.
30 ‘Esto te será por
señal: Este año comeréis[t] lo que crezca espontáneamente; el segundo año lo
que nazca de por sí, y en el tercer año sembrad, segad, plantad viñas y comed
su fruto. 31 ‘Y el remanente de la casa de Judá que se salve, echará de nuevo
raíces por debajo y dará fruto por arriba. 32 ‘Porque de Jerusalén saldrá un
remanente, y del monte Sion sobrevivientes[u]. El celo del Señor de los
ejércitos hará esto.’” 33 Por tanto, así dice el Señor acerca del rey de
Asiria: “El no entrará en esta ciudad ni lanzará allí flecha alguna; tampoco
vendrá delante de ella con escudo ni levantará terraplén contra ella. 34 “Por
el camino que vino, por él se volverá, y no entrará en esta ciudad” —declara el
Señor. 35 “Porque defenderé esta ciudad para salvarla por amor a mí mismo y por
amor a mi siervo David.”
Muerte de Senaquerib
36 Y salió el ángel
del Señor e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios;
cuando los demás se levantaron por la mañana, he aquí, todos eran cadáveres. 37
Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a su tierra, y habitó en
Nínive. 38 Y sucedió que mientras él adoraba en la casa de su dios Nisroc, sus
hijos Adramelec y Sarezaer lo mataron a espada y huyeron a la tierra de Ararat.
Y su hijo Esar-hadón reinó en su lugar.
Enfermedad y curación
de Ezequías
38 En aquellos días
Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y
le dijo: Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque morirás y no
vivirás.” 2 Entonces Ezequías volvió su rostro hacia la pared y oró al Señor, 3
y dijo: Te ruego, oh Señor, que te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante
de ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante tus ojos. Y
Ezequías lloró amargamente[v]. 4 Entonces la palabra del Señor vino a Isaías,
diciendo: 5 Ve y di a Ezequías: “Así dice el Señor, Dios de tu padre David: ‘He
escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; he aquí, añadiré quince años a
tus días. 6 ‘Y te libraré a ti y a esta ciudad de la mano[w] del rey de Asiria,
y defenderé esta ciudad.’” 7 Esta será para ti la señal del Señor, de que el
Señor hará lo que ha dicho: 8 He aquí, haré que la sombra en las gradas, que ha
descendido con el sol en las gradas de Acaz, vuelva atrás diez grados[x]. Y la
sombra del sol retrocedió diez grados[y] en las gradas por las que había
descendido.
9 Escritura de
Ezequías, rey de Judá, cuando enfermó y sanó[z] de su enfermedad.
10 Yo dije: A la
mitad de mis días
he de entrar por las
puertas del Seol[aa];
se me priva del resto
de mis años.
11 Dije: No veré al
Señor,
al Señor en la tierra
de los vivientes;
no veré más hombre
alguno entre los habitantes del mundo.
12 Como tienda de
pastor, mi morada es arrancada y alejada de mí;
como tejedor enrollé
mi vida.
Del telar, El me
cortó;
del día a la noche
acabas conmigo.
13 Sosegué mi alma
hasta la mañana.
Como león, El rompe
todos mis huesos;
del día a la noche,
acabas conmigo.
14 Como golondrina,
como grulla, así me quejo[ab],
gimo como una paloma;
mis ojos miran
ansiosamente a las alturas.
Oh Señor, estoy
oprimido, sé tú mi ayudador.
15 ¿Qué diré?
Pues[ac] El me ha
hablado y El mismo lo ha hecho.
Andaré errante todos
mis años a causa de la amargura de mi alma.
16 Oh Señor, por
estas cosas[ad] viven los hombres,
y en todas ellas está
la vida de mi espíritu.
Restabléceme la salud
y haz[ae] que viva.
17 He aquí, por mi
bienestar tuve gran amargura;
eres tú quien ha
guardado[af] mi alma del abismo de la nada[ag],
porque echaste tras
tus espaldas todos mis pecados.
18 Pues el Seol no te
expresa gratitud,
ni la muerte te
alaba.
Los que descienden a
la fosa no pueden esperar tu fidelidad[ah].
19 El que vive, el
que vive es el que te da gracias, como yo lo hago hoy.
El padre cuenta a sus
hijos tu fidelidad[ai].
20 El Señor me
salvará;
y tocaremos mis
canciones en instrumentos de cuerda
todos los días de
nuestra vida en la casa del Señor.
21 E Isaías había
dicho: Que tomen una masa de higos y la pongan en la llaga[aj] para que se
recupere. 22 Entonces Ezequías había dicho: ¿Cuál será la señal de que subiré a
la casa del Señor?
Footnotes:
Isaías 37:3 Lit.,
saliendo de la matriz
Isaías 37:6 Lit.,
Isaías
Isaías 37:9 Lit.,
oyendo
Isaías 37:9 Heb.,
Cush
Isaías 37:10 Lit.,
Judá, diciendo
Isaías 37:11 Lit.,
tierras
Isaías 37:14 Lit.,
las cartas
Isaías 37:14 Lit., y
Ezequías
Isaías 37:16 Lit.,
estás sentado
Isaías 37:18 Lit.,
tierras
Isaías 37:20 Así en
los M.M.M. y en 2 Rey. 19:19; el T.M. no incluye, Dios
Isaías 37:23 Lit., en
alto
Isaías 37:24 Así en
la versión gr. (Sept.); en el T.M., cortaré
Isaías 37:24 Lit.,
lejana
Isaías 37:25 O, del
lugar sitiado
Isaías 37:27 Lit., de
manos débiles
Isaías 37:27 Así en
los M.M.M. y en 2 Rey. 19:26; en el T.M., y como campo arado
Isaías 37:29 Lit.,
complacencia
Isaías 37:29 Lit.,
tus labios
Isaías 37:30 Lit.,
comiendo
Isaías 37:32 Lit.,
los que escapan
Isaías 38:3 Lit.,
gran llanto
Isaías 38:6 Lit.,
palma
Isaías 38:8 O, gradas
Isaías 38:8 O, gradas
Isaías 38:9 Lit., vivió
después
Isaías 38:10 I.e.,
región de los muertos
Isaías 38:14 Lit.,
así chirrío
Isaías 38:15 El
Targum y los M.M.M. dicen: ¿Y hablaré porque
Isaías 38:16 Lit.,
por ellos
Isaías 38:16 Lit., Y
me restablecerás y harás
Isaías 38:17 Así en
algunas versiones antiguas; en heb., amado
Isaías 38:17 O,
destrucción
Isaías 38:18 O,
verdad
Isaías 38:19 O,
verdad
Isaías 38:21 O, el
tumor ulcerado
La Biblia de las
Américas (LBLA)
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Gálatas 6 La Biblia de las Américas (LBLA)
6 Hermanos, aun si
alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,
restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú
también seas tentado. 2 Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así
la ley de Cristo. 3 Porque si alguno se cree que es algo, no siendo nada, se
engaña a sí mismo. 4 Pero que cada uno examine su propia obra, y entonces
tendrá motivo para gloriarse solamente con respecto a sí mismo, y no con
respecto a otro. 5 Porque cada uno llevará su propia carga.
6 Y al que se le
enseña la palabra, que comparta toda cosa buena con el que le enseña. 7 No os
dejéis engañar, de Dios nadie se burla[a]; pues todo lo que el hombre siembre,
eso también segará. 8 Porque el que siembra para su propia carne, de la carne
segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará
vida eterna. 9 Y no nos cansemos[b] de hacer el bien, pues a su tiempo, si no
nos cansamos, segaremos. 10 Así que entonces, hagamos bien a todos según
tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia[c] de la fe.
Declaraciones finales
11 Mirad con qué
letras tan grandes os escribo[d] de mi propia mano. 12 Los que desean
agradar[e] en la carne tratan de obligaros a que os circuncidéis, simplemente
para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. 13 Porque ni aun los
mismos que son[f] circuncidados guardan la ley, mas ellos desean haceros
circuncidar para gloriarse en vuestra carne. 14 Pero jamás acontezca que yo me
gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha
sido crucificado para mí y yo para el mundo. 15 Porque[g] ni la circuncisión es
nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación[h]. 16 Y a los que anden
conforme a esta regla[i], paz y misericordia sea sobre ellos y sobre el Israel
de Dios.
17 De aquí en
adelante nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas[j]
de Jesús.
18 Hermanos, la
gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
Footnotes:
Gálatas 6:7 Lit.,
Dios no es burlado
Gálatas 6:9 O, no
desmayemos
Gálatas 6:10 Lit., de
la casa
Gálatas 6:11 U, os he
escrito
Gálatas 6:12 O,
presentarse bien
Gálatas 6:13 Algunos
mss. antiguos dicen: han sido
Gálatas 6:15 Algunos
mss. antiguos agregan: en Cristo Jesús
Gálatas 6:15 O,
criatura
Gálatas 6:16 O, sigan
esta regla
Gálatas 6:17 O,
cicatrices
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Américas (LBLA)
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Salmos 65 La Biblia de las Américas (LBLA)
La abundante
generosidad de Dios
Para el director del
coro. Salmo de David. Cántico.
65 Silencio habrá
delante de[a] ti, y alabanza en Sion, oh Dios;
y a ti se cumplirá el
voto[b].
2 ¡Oh tú, que
escuchas la oración!
Hasta ti viene todo
hombre[c].
3 Las[d] iniquidades
prevalecen contra mí;
mas nuestras
transgresiones tú las perdonas.
4 Cuán bienaventurado
es el que tú escoges, y acercas a ti,
para que more en tus
atrios.
Seremos saciados con
el bien de tu casa,
tu santo templo.
5 Con grandes
prodigios nos respondes en justicia,
oh Dios de nuestra
salvación,
confianza de todos
los términos de la tierra, y del más lejano mar[e];
6 tú, el que afirma
los montes con su poder,
ceñido de potencia;
7 el que calma el
rugido de los mares,
el estruendo de las
olas,
y el tumulto de los
pueblos.
8 Por eso los que
moran en los confines de la tierra temen tus obras[f],
tú haces cantar de
júbilo a la aurora y al ocaso[g].
9 Tú visitas la
tierra y la riegas en abundancia,
en gran manera la
enriqueces;
el río de Dios rebosa
de agua;
tú les preparas su
grano, porque así preparas la tierra[h].
10 Riegas sus surcos
abundantemente,
allanas sus
camellones[i],
la ablandas con
lluvias,
bendices sus
renuevos.
11 Tú has coronado el
año con tus bienes[j],
y tus huellas
destilan grosura.
12 Destilan los
pastos del desierto,
y los collados se
ciñen de alegría.
13 Las praderas se
visten de rebaños,
y los valles se
cubren de grano;
dan voces de júbilo,
sí, cantan.
Footnotes:
Salmos 65:1 Lit., a
Salmos 65:1 O, se
pagarán los votos
Salmos 65:2 Lit.,
toda carne
Salmos 65:3 Lit., Las
palabras de
Salmos 65:5 O, de los
más lejanos mares
Salmos 65:8 Lit.,
señales
Salmos 65:8 Lit., las
salidas de la mañana y de la tarde
Salmos 65:9 Lit., así
la preparas
Salmos 65:10 O,
glebas
Salmos 65:11 O, tu
generosidad
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Américas (LBLA)
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Proverbios 23:24 La Biblia de las Américas (LBLA)
24 El padre del justo
se regocijará en gran manera,
y el que engendra un
sabio se alegrará en él.
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