Wednesday, September 27, 2017

DAB Español, Miércoles 27 de Septiembre

Día 270

Isaías 51:1-53:12; Efesios 5:1-33; Salmos 69:19-36; Proverbios 24:07 (Traducción en lenguaje actual)





Isaías 51-53 Traducción en lenguaje actual (TLA)

Salvación para Jerusalén
51 Dios dijo:

«¡Escúchenme todos ustedes,
los que buscan a Dios
y aman la justicia!
Ustedes son descendientes
de Abraham y de Sara.
2 Miren el ejemplo
que ellos les han dejado.
Cuando yo llamé a Abraham,
él era sólo uno,
pero lo bendije
y le di muchos hijos.
3 »Aunque Jerusalén está en ruinas,
yo la consolaré
y la convertiré en un hermoso jardín.
Será como el jardín que planté en Edén.
Entonces Jerusalén celebrará
y cantará canciones de alegría
y de acción de gracias».
4 Dios continuó diciendo:

«Préstame atención, pueblo mío;
voy a dar mi enseñanza,
y mi justicia servirá de guía
para las naciones.
5 Ya se acerca mi justicia,
mi salvación está en camino.
¡Con mi poder juzgaré a las naciones!
Los pueblos de las costas lejanas
confían en mí.
Mi poder los llena de esperanza.
6 »¡Levanten los ojos al cielo!
¡Miren la tierra aquí abajo!
El cielo desaparecerá como humo,
la tierra se gastará como un vestido,
y sus habitantes morirán como moscas.
Pero mi salvación y mi justicia
permanecerán para siempre.
7 »Escúchenme,
ustedes que saben lo que es bueno
y que conocen mi ley.
No teman ni se desalienten
por los insultos de la gente,
8 porque esa gente desaparecerá
como ropa comida por la polilla,
como lana devorada por los gusanos.
Pero mi salvación y mi justicia
permanecerán para siempre».
9 Los israelitas clamaron:

«¡Despierta, Dios, despierta!
¡Despierta y vístete de fuerza!
Muestra tu poder
como lo hiciste en el pasado,
cuando destruiste a los egipcios.
10 »Tú secaste las aguas del mar
y allí abriste un camino
por donde marchó tu pueblo liberado.
11 Lo mismo que en el pasado,
ahora volverán los que tú rescataste
y entrarán en Jerusalén
con gritos de alegría.
Estarán llenos de alegría,
y el llanto y el dolor desaparecerán».
12 Dios dijo:

«Soy yo mismo el que los anima.
¿Por qué le tienen miedo
a simples seres humanos
que no son más que hierba?
13 No olviden que yo soy su creador,
yo soy el que extendió los cielos
y afirmó la tierra.
No teman al enemigo
que con furia quiere destruirlos.
Frente a mi poder
toda su furia desaparece.
14 »Pronto serán liberados los prisioneros;
no les faltará el pan
ni morirán en la cárcel,
15 porque yo soy el único Dios,
el Dios todopoderoso.
Yo agito el mar,
y las olas se levantan con estruendo.
16 »Yo les dije lo que deben decir,
y los protegeré con mi poder.
Yo he extendido los cielos
y afirmado la tierra,
y ahora digo:
“Habitantes de Jerusalén,
¡ustedes son mi pueblo!”»
El enojo de Dios
17 Isaías dijo:

«¡Despierta, Jerusalén, despierta!
Levántate, tú
que has sufrido el enojo de Dios.
Lo has sufrido tanto
que ya ni levantarte puedes.
18 De todos los hijos que tuviste,
no hubo ninguno que te guiara;
de todos los hijos que criaste,
ninguno te tomó de la mano.
19 »Estas dos desgracias
han venido sobre ti:
¡Has sufrido la guerra y el hambre!
¿Quién tendrá compasión de ti?
¿Quién te consolará?
20 Tus hijos están tirados por las calles,
están como venados atrapados en la red.
Toda la furia y el reproche de Dios
han caído sobre ellos.
21 »Por eso,
habitantes de Jerusalén,
ustedes que están borrachos
pero no de vino,
escuchen lo que dice su Dios,
22 el Dios que defiende a su pueblo:
“En mi enojo los castigué duramente
y los hice rodar por el suelo;
pero ya no volveré a castigarlos.
23 Más bien castigaré a sus enemigos,
esos que les dijeron:
‘¡Tírense al suelo,
para que los aplastemos!’
Ustedes obedecieron,
¡y ellos los aplastaron!”»
52 Dios dijo:

«¡Despierta, Jerusalén, despierta!
¡Levántate y sé fuerte!
Jerusalén, ciudad santa,
vístete de gala,
que los enemigos extranjeros
ya no volverán a atacarte.
2 »¡Jerusalén, levántate!
¡Sacúdete el polvo!
¡Quítate del cuello las cadenas,
y siéntate en el trono!
3 »Ustedes fueron vendidos por nada,
y ahora, sin dinero serán liberados.
4 »Hace mucho tiempo
mi pueblo descendió a Egipto
y vivió allí como pueblo esclavo.
Y ahora, sin motivo alguno,
Asiria ha maltratado a mi pueblo.
5 »Pero, ¿qué está pasando?
Sin motivo se han llevado a mi pueblo
a la nación de Babilonia;
sus gobernantes se burlan de él,
y en todo momento me ofenden.
6 »Pero vendrá un día
en que mi pueblo me conocerá.
En aquel día sabrán
que yo soy quien dice:
“¡Aquí estoy!”»
7 Isaías dijo:

«Qué hermoso es ver
al que llega por las colinas
trayendo buenas noticias:
noticias de paz,
noticias de salvación,
y le dice a Jerusalén:
“¡Tu Dios reina!”
8 »¡Escucha!
Tus guardias gritan de alegría,
porque ven con sus propios ojos
que Dios vuelve a Jerusalén.
9 »Habitantes de Jerusalén,
¡entonen canciones de alegría!
Dios ha consolado a su pueblo,
¡ha liberado a Jerusalén!
10 Dios mostrará su poder
a todas las naciones,
y todas las regiones de la tierra
verán la salvación de nuestro Dios.
11 »Ustedes,
pónganse en marcha,
¡salgan ya de Babilonia!
Ustedes que transportan
los utensilios del templo,
¡no toquen nada impuro!
12 No tendrán que apurarse
ni salir huyendo,
porque nadie los perseguirá.
¡El Dios de Israel
los protegerá de todo peligro!»
Sufrimiento y gloria del fiel servidor
13 Dios dijo:

«Mi fiel servidor triunfará;
se le pondrá en un alto trono
y recibirá los honores que merece.
14 »Muchos se asombrarán al verlo,
por tener la cara desfigurada,
y no parecer un ser humano.
15 »Muchas naciones se asombrarán,
y en la presencia de mi fiel servidor
los reyes quedarán mudos,
porque verán y entenderán
lo que jamás habían oído».
53 Isaías dijo:

«¡Nadie ha creído a nuestro mensaje!
¡Nadie ha visto el poder de Dios!
2 El fiel servidor creció
como raíz tierna en tierra seca.
No había en él belleza
ni majestad alguna;
su aspecto no era atractivo ni deseable.
3 Todos lo despreciaban y rechazaban.
Fue un hombre que sufrió el dolor
y experimentó mucho sufrimiento.
Todos evitábamos mirarlo;
lo despreciamos y no lo tuvimos en cuenta.
4 »A pesar de todo esto,
él cargó con nuestras enfermedades
y soportó nuestros dolores.
Nosotros pensamos
que Dios lo había herido y humillado.
5 Pero él fue herido
por nuestras rebeliones,
fue golpeado por nuestras maldades;
él sufrió en nuestro lugar,
y gracias a sus heridas
recibimos la paz y fuimos sanados.
6 »Todos andábamos perdidos,
como suelen andar las ovejas.
Cada uno hacía lo que bien le parecía;
pero Dios hizo recaer en su fiel servidor
el castigo que nosotros merecíamos.
7 »Fue maltratado y humillado,
pero nunca se quejó.
Se quedó completamente callado,
como las ovejas cuando les cortan la lana;
y como cordero llevado al matadero,
ni siquiera abrió su boca.
8 »Cuando lo arrestaron,
no lo trataron con justicia.
Nadie lo defendió ni se preocupó por él;
y al final, por culpa de nuestros pecados,
le quitaron la vida.
9 El fiel servidor de Dios
murió entre criminales
y fue enterrado con los malvados,
aunque nunca cometió ningún crimen
ni jamás engañó a nadie.
10 »Dios quiso humillarlo y hacerlo sufrir,
y el fiel servidor ofreció su vida
como sacrificio por nosotros.
Por eso, él tendrá una vida muy larga,
llegará a ver a sus descendientes,
y hará todo lo que Dios desea.
11-12 »Después de tanto sufrimiento,
comprenderá el valor de obedecer a Dios.
El fiel servidor, aunque inocente,
fue considerado un criminal,
pues cargó con los pecados de muchos
para que ellos fueran perdonados.
Él dio su vida por los demás;
por eso Dios lo premiará
con poder y con honor».
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Efesios 5 Traducción en lenguaje actual (TLA)

5 Ustedes son hijos de Dios, y él los ama. Por eso deben tratar de ser como él es. 2 Deben amar a los demás, así como Cristo nos amó y murió por nosotros. Para Dios, la muerte de Cristo es como el delicado aroma de una ofrenda.

3 Ustedes son parte del pueblo de Dios; por eso, ni siquiera deben hablar de pecados sexuales, ni de indecencias ni de ambiciones exageradas. 4 No digan malas palabras, ni tonterías, ni vulgaridades, pues eso no es correcto. Más bien, usen su boca para dar gracias a Dios. 5 Bien saben ustedes que nadie que tenga relaciones sexuales prohibidas o indecentes, o que nunca esté satisfecho con lo mucho que tiene, tendrá parte en el reino de Cristo y de Dios. Eso es tan malo como adorar a un ídolo.

Vivir obedeciendo a Dios
6 No se dejen engañar con ideas tontas, pues por cosas así Dios castiga terriblemente a quienes no lo obedecen. 7 Así que, no tengan nada que ver con esa clase de gente.

8 No conocer a Dios es como vivir en la oscuridad, y antes ustedes vivían así, pues no lo conocían. Pero ahora ya lo conocen, y han pasado a la luz; vivan entonces como corresponde a quienes conocen a Dios, 9 pues su Espíritu nos hace actuar con bondad, justicia y verdad. 10 Traten de hacer lo que le agrada a Dios. 11 No se hagan cómplices de los que no conocen a Dios; al contrario, háganles ver su error, pues sus hechos no aprovechan de nada. 12 ¡La verdad es que da vergüenza hablar de lo que ellos hacen a escondidas! 13 Cuando la luz brilla, todo queda al descubierto y puede verse cómo es en realidad. 14 Por eso alguien ha escrito:

«¡Despiértate, tú que duermes!
Levántate de entre los muertos,
y Cristo te alumbrará.»
15 Tengan cuidado de cómo se comportan. Vivan como gente que piensa lo que hace, y no como tontos. 16 Aprovechen cada oportunidad que tengan de hacer el bien, porque estamos viviendo tiempos muy malos. 17 No sean tontos, sino traten de averiguar qué es lo que Dios quiere que hagan.

18 No se emborrachen, pues perderán el control de sus actos. Más bien, permitan que sea el Espíritu Santo quien los llene y los controle. 19-20 Cuando se reúnan, canten salmos, himnos y canciones espirituales. Alaben a Dios el Padre de todo corazón, y denle siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

21 Ustedes, que honran a Cristo, deben sujetarse los unos a los otros. 22 Las esposas deben sujetarse a sus esposos, así como lo hacen con Cristo. 23 Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza de su iglesia, y también su Salvador. Cristo es la cabeza, y la iglesia es el cuerpo. 24 Por eso, la esposa debe sujetarse a su esposo en todo, así como la iglesia se sujeta a Cristo.

25 Los esposos deben amar a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella. 26 Lo hizo para hacerla sólo suya, limpiándola por medio de su mensaje y del bautismo. 27 Cristo quiso regalarse a sí mismo una iglesia gloriosa, apartada del mal y perfecta, como un vestido sin una sola arruga ni una sola mancha, ni nada parecido. 28 El esposo debe amar a su esposa, así como ama a su propio cuerpo. El hombre que ama a su esposa se ama a sí mismo. 29 Porque nadie desprecia su propio cuerpo. Al contrario, lo alimenta y lo cuida, del mismo modo que Cristo cuida a la iglesia. 30 En realidad, cada uno de nosotros forma parte de la iglesia, que es el cuerpo de Cristo. 31 Dice la Biblia: «Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, para formar un solo cuerpo.» 32 Ésa es una verdad muy grande, y yo la uso para hablar de Cristo y de la iglesia. 33 En todo caso, el esposo debe amar a su esposa, como si se tratara de sí mismo, y la esposa debe respetar a su esposo.

Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Salmos 69:19-36 Traducción en lenguaje actual (TLA)

19 Tú siempre los estás viendo
y sabes muy bien que me ofenden,
me avergüenzan y me insultan.
20 Cuando escucho sus ofensas,
se me rompe el corazón;
¡no tengo ánimo para nada!
Esperaba hallar apoyo y consuelo,
y no los recibí;
21 cuando tuve hambre,
me dieron a comer veneno;
cuando tuve sed,
me dieron a beber vinagre.
22 ¡Haz que sus fiestas y banquetes
se conviertan en una trampa para ellos!
23 ¡Haz que se les nublen los ojos
para que no puedan ver!
¡Haz que se queden sin fuerzas!
24 ¡Descarga tu enojo sobre ellos!
¡No los dejes escapar!
25 ¡Que sus casas se queden vacías!
¡Que nadie viva en ellas!
26 Aunque tú ya me afligiste
y me hiciste sufrir,
mis enemigos me persiguen
y se burlan de mí.
27 ¡Págales mal por mal!
¡No los dejes disfrutar
de tu perdón!
28 ¡Bórralos del libro de la vida!
¡No pongas su nombre
en la lista de la gente buena!
29 Dios mío,
¡levántame, dame ánimo!
Yo soy muy pobre y humilde,
30 pero te alabaré con mis canciones,
¡te pondré en alto con mi alabanza!
31 Eso te será más agradable
que recibir muchas ofrendas.
32 Cuando vean esto
los pobres que te buscan,
se pondrán muy alegres,
y recobrarán el ánimo.
33 Tú, Dios mío,
atiendes a los pobres;
¡no te olvidas de tu pueblo
que se encuentra cautivo!
34 ¡Que te alaben cielo y tierra!
¡Que te alabe el mar
y todo lo que hay en él!
35 Tú vendrás en ayuda de Jerusalén,
y reconstruirás las ciudades de Judá.
Tu pueblo tomará posesión del país
y se establecerá en él.
36 Los descendientes de tu pueblo
recibirán el país como herencia;
el pueblo que te ama
se quedará a vivir en él.
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Proverbios 24:07 Traducción en lenguaje actual (TLA)

-22-

7 El necio nunca llegará a ser sabio.
Cuando está ante el juez,
ni siquiera abre la boca,
pues no sabe qué decir.
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies


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DAB Español, Lunes 13 de Mayo

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