Sunday, May 6, 2018

DAB Español, Lunes 7 de Mayo

Día 127, DAB Español, Lunes 7 de Mayo

1 Samuel 1:1-2:21; Juan 5:1-23; Salmos 105:37-45; Proverbios 14:28-29 (Reina Valera 1977 (RVR1977))






1 Samuel 1:1-2:21 Reina Valera 1977 (RVR1977)
Nacimiento de Samuel
1 Hubo un varón de Ramatáyim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcaná hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo.

2 Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Peniná. Y Peniná tenía hijos, pero Ana no los tenía.

3 Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofní y Fineés, sacerdotes de Jehová.

4 Y cuando llegaba el día en que Elcaná ofrecía sacrificio, daba a Peniná su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte.

5 Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos.

6 Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos.

7 Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía.

8 Y Elcaná su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras?, ¿por qué no comes?, y ¿por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?

9 Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová,

10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.

11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignas mirar a la aflicción de tu sierva, y te acuerdas de mí, y no te olvidas de tu sierva, sino que das a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.

12 Mientras ella oraba así reiteradamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella.

13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.

14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino.

15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni licor, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.

16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.

17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.

18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.

Nacimiento y consagración de Samuel
19 Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcaná se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.

20 Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová.

21 Después subió el varón Elcaná con toda su familia, para ofrecer a Jehová el sacrificio acostumbrado y su voto.

22 Pero Ana no subió, sino que dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allí para siempre.

23 Y Elcaná su marido le respondió: Haz lo que bien te parezca; quédate hasta que lo destetes; solamente que cumpla Jehová su palabra. Y se quedó la mujer, y crió a su hijo hasta que lo destetó.

24 Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño.

25 Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí.

26 Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová.

27 Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.

28 Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.

Cántico de Ana
2 Y Ana oró y dijo:

Mi corazón se regocija en Jehová:
Jehová ha levantado mi frente;
Mi boca se ensancha sobre mis enemigos,
Por cuanto me alegré en tu salvación.
2 No hay santo como Jehová;
Porque no hay ninguno fuera de ti,
Y no hay refugio como el Dios nuestro.
3 No multipliquéis palabras de grandeza y altanería;
Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca;
Porque el Dios de todo saber es Jehová,
Y a él toca el pasar las acciones.
4 Los arcos de los fuertes fueron quebrantados,
Y los débiles se ciñeron de poder.
5 Los hartos se alquilaron por pan,
Y los hambrientos dejaron de tener hambre;
Parió la estéril siete hijos,
Y la que tenía muchos hijos languidece.
6 Jehová mata, y él da vida;
Él hace descender al Seol, hace subir.
7 Jehová empobrece, y él enriquece;
Abate, y enaltece.
8 Él levanta del polvo al pobre,
Y del muladar exalta al menesteroso,
Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor.
Porque de Jehová son las columnas de la tierra,
Y él afirmó sobre ellas el mundo.
9 Él guarda los pies de sus santos,
Mas los impíos perecen en tinieblas;
Porque nadie será fuerte por su propia fuerza.
10 Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios,
Y sobre ellos tronará desde los cielos;
Jehová juzgará los confines de la tierra,
Dará poder a su Rey,
Y exaltará el poderío de su Ungido.

11 Y Elcaná se volvió a su casa en Ramá; y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí.

El pecado de los hijos de Elí
12 Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová.

13 Y era costumbre de los sacerdotes con el pueblo, que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras se cocía la carne, trayendo en su mano un garfio de tres dientes,

14 y lo metía en el perol, en la olla, en el caldero o en la marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí. De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo.

15 Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote y decía al que sacrificaba: Da carne para asársela al sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.

16 Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera, yo la tomaré por la fuerza.

17 Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová.

18 Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino.

19 Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado.

20 Y Elí bendijo a Elcaná y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová. Y se volvieron a su casa.

21 Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante de Jehová.

Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia, realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la Versión Reina - Valera.

Juan 5:1-23 Reina Valera 1977 (RVR1977)
El paralítico de Betesda
5 Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.

2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las Ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos.

3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.

4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero entraba en el estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.

5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.

6 Cuando Jesús lo vio tendido, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres quedar sano?

7 Le respondió el enfermo: Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entretanto que yo voy, otro desciende antes que yo.

8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu camilla, y anda.

9 Y al instante aquel hombre quedó sano, y tomó su camilla, y echó a andar. Y era sábado aquel día.

10 Decían, pues, los judíos a aquel que había sido sanado: Es sábado; no te es lícito llevar la camilla.

11 Él les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu camilla y anda.

12 Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu camilla y anda?

13 Y el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.

14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, ya estás sano; no peques más, para que no te suceda alguna cosa peor.

15 El hombre se fue, y les contó a los judíos que era Jesús el que le había sanado.

16 Y por esto, los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado.

17 Y Jesús les respondió: Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo.

18 Por esto, pues, procuraban más aún los judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

La autoridad del Hijo
19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que él hace, también lo hace igualmente el Hijo.

20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que él hace; y le mostrará mayores obras que éstas para que vosotros os admiréis.

21 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.

22 Pues ni aun el Padre juzga a nadie, sino que ha dado todo juicio al Hijo,

23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.

Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia, realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la Versión Reina - Valera.

Salmos 105:37-45 Reina Valera 1977 (RVR1977)
37 A los suyos los sacó con plata y oro;
Y no hubo en sus tribus ninguno que flaqueara.
38 Egipto se alegró de que salieran,
Porque su terror había caído sobre ellos.
39 Extendió una nube por cubierta,
Y fuego para alumbrar la noche.
40 Pidieron, e hizo venir codornices;
Y los sació de pan del cielo.
41 Abrió la peña, y fluyeron aguas,
Corrieron por los sequedales como un río.
42 Porque se acordó de su santa palabra
Dada a Abraham su siervo.

43 Sacó a su pueblo con gozo;
Con júbilo a sus escogidos.
44 Les dio las tierras de los gentiles,
Y heredaron las labores de los pueblos;
45 Para que guardasen sus estatutos,
Y cumpliesen sus leyes. Aleluya.

Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia, realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la Versión Reina - Valera.

Proverbios 14:28-29 Reina Valera 1977 (RVR1977)
28 En la multitud del pueblo está la gloria del rey;
Y en la falta del pueblo la debilidad del príncipe.
29 El que tarda en airarse es grande de entendimiento;
Mas el de genio pronto, está lleno de necedad.

Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia, realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la Versión Reina - Valera.


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