Día 131, DAB Español, Viernes 11 de Mayo
1 Samuel 10:1-11:15; Juan 6:43-71; Salmos 107; Proverbios 15:1-3 (Reina Valera 1977 (RVR1977))
1
Samuel 10-11 Reina Valera 1977 (RVR1977)
10 Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la
derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por
príncipe sobre su pueblo Israel?
2 Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás
dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en
Selsá, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado;
tu padre ha dejado ya de inquietarse por las asnas, y está afligido por
vosotros, diciendo: ¿Qué debo hacer por mi hijo?
3 Y luego que de allí sigas más adelante, y llegues a
la encina de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que suben a Dios en
Betel, llevando uno tres cabritos, otro tres tortas de pan, y el tercero una
vasija de vino;
4 los cuales, luego que te hayan saludado, te darán
dos panes, los que tomarás de mano de ellos.
5 Después de esto llegarás al collado de Dios donde
está la guarnición de los filisteos; y cuando entres allá en la ciudad
encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, y delante
de ellos salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando.
6 Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con
poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.
7 Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que
te venga a mano, porque Dios está contigo.
8 Luego bajarás delante de mí a Gilgal; entonces
descenderé yo a ti para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz.
Espera siete días, hasta que yo venga a ti y te enseñe lo que has de hacer.
Vuelta de Saúl
9 Aconteció luego, que al volver él la espalda para
apartarse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales
acontecieron en aquel día.
10 Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la
compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios
vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos.
11 Y aconteció que cuando todos los que le conocían
antes vieron que profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro:
¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Saúl también entre los profetas?
12 Y alguno de allí respondió diciendo: ¿Y quién es el
padre de ellos? Por esta causa se hizo proverbio: ¿También Saúl entre los
profetas?
13 Y cesó de profetizar, y llegó al lugar alto.
14 Un tío de Saúl dijo a él y a su criado: ¿Adónde
fuisteis? Y él respondió: A buscar las asnas; y como vimos que no aparecían,
fuimos a Samuel.
15 Dijo el tío de Saúl: Yo te ruego me declares qué os
dijo Samuel.
16 Y Saúl respondió a su tío: Nos declaró expresamente
que las asnas habían sido halladas. Mas del asunto del reino, de que Samuel le
había hablado, no le descubrió nada.
Saúl es designado rey por suertes
17 Después Samuel convocó al pueblo delante de Jehová
en Mizpá,
18 y dijo a los hijos de Israel: Así ha dicho Jehová
el Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto, y os libré de mano de los
egipcios, y de mano de todos los reinos que os afligieron.
19 Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que
os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias, y habéis dicho: No, sino
pon rey sobre nosotros. Ahora, pues, presentaos delante de Jehová por vuestras
tribus y por vuestros millares.
20 Y haciendo Samuel que se acercasen todas las tribus
de Israel, fue tomada la tribu de Benjamín.
21 E hizo llegar la tribu de Benjamín por sus
familias, y fue tomada la familia de Matrí; y de ella fue tomado Saúl hijo de
Cis. Y le buscaron, pero no fue hallado.
22 Preguntaron, pues, otra vez a Jehová si aún no había
venido allí aquel varón. Y respondió Jehová: He aquí que él está escondido
entre el bagaje.
23 Entonces corrieron y lo trajeron de allí; y puesto
en medio del pueblo, desde los hombros arriba era más alto que todo el pueblo.
24 Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al
que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo? Entonces el
pueblo clamó con alegría, diciendo: ¡Viva el rey!
25 Samuel dictó luego al pueblo las leyes del reino, y
las escribió en un libro, el cual guardó delante de Jehová.
26 Y envió Samuel a todo el pueblo cada uno a su casa.
Saúl también se fue a su casa en Guibeá, y fueron con él los hombres de guerra
cuyos corazones Dios había tocado.
27 Pero algunos perversos dijeron: ¿Cómo nos ha de
salvar éste? Y le tuvieron en poco, y no le trajeron presente; mas él disimuló.
Saúl derrota a los amonitas
11 Después subió Nahás amonita, y acampó contra Jabés
de Galaad. Y todos los de Jabés dijeron a Nahás: Haz alianza con nosotros, y te
serviremos.
2 Y Nahás amonita les respondió: Con esta condición
haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo
derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.
3 Entonces los ancianos de Jabés le dijeron: Danos
siete días, para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel; y si
no hay nadie que nos defienda, saldremos a ti.
4 Llegando los mensajeros a Guibeá de Saúl, dijeron
estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo alzó su voz y lloró.
5 Y he aquí que Saúl venía del campo, tras los bueyes;
y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los
hombres de Jabés.
6 Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino
sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera.
7 Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos y
los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo:
Así se hará con los bueyes del que no salga en pos de Saúl y en pos de Samuel.
Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.
8 Y los contó en Bézec; y fueron los hijos de Israel
trescientos mil, y treinta mil los hombres de Judá.
9 Y respondieron a los mensajeros que habían venido:
Así diréis a los de Jabés de Galaad: Mañana al calentar el sol, seréis
librados. Y vinieron los mensajeros y lo anunciaron a los de Jabés, los cuales
se alegraron.
10 Y los de Jabés dijeron a los enemigos: Mañana
saldremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que os parezca bien.
11 Aconteció que al día siguiente dispuso Saúl al
pueblo en tres compañías, y entraron en medio del campamento a la vigilia de la
mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentó; y los que quedaron
fueron dispersos, de tal manera que no quedaron dos de ellos juntos.
12 El pueblo entonces dijo a Samuel: ¿Quiénes son los
que decían: Ha de reinar Saúl sobre nosotros? Dadnos esos hombres, y los
mataremos.
13 Y Saúl dijo: No morirá hoy ninguno, porque hoy
Jehová ha dado salvación en Israel.
14 Entonces dijo Samuel al pueblo: Venid, vamos a
Gilgal para que renovemos allí el reino.
15 Y fue todo el pueblo a Gilgal, e invistieron allí a
Saúl por rey delante de Jehová en Gilgal. Y sacrificaron allí ofrenda de paz
delante de Jehová, y se alegraron mucho allí Saúl y todos los de Israel.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia,
realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en
traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la
Versión Reina - Valera.
Juan
6:43-71 Reina Valera 1977 (RVR1977)
43 Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre
vosotros.
44 Nadie puede venir a mí, si el Padre que me envió no
le atrae; y yo le resucitaré en el último día.
45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados
por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
46 No es que alguien haya visto al Padre, sino aquel
que vino de parte de Dios; éste ha visto al Padre.
47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí,
tiene vida eterna.
48 Yo soy el pan de la vida.
49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y
murieron.
50 Éste es el pan que desciende del cielo, para que
coman de él y no mueran.
51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si
alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi
carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo:
¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no
coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en
vosotros.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida
eterna; y yo le resucitaré en el último día.
55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es
verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en
mi, y yo en él.
57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por
medio del Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por medio de mí.
58 Éste es el pan que descendió del cielo; no como
comieron vuestros padres el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá
eternamente.
59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en
Capernaúm.
Palabras de vida eterna
60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura
es esta palabra; ¿quién la puede oír?
61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos
murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?
62 ¿Pues qué, si vieseis al Hijo del Hombre subir
adonde estaba primero?
63 El espíritu es el que da vida; la carne no
aprovecha para nada; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque
Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había
de entregar.
65 Y siguió diciendo: Por eso os he dicho que nadie
puede venir a mí, si no le ha sido dado del Padre.
66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron
atrás, y ya no andaban con él.
67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros
también vosotros?
68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de vida eterna.
69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente.
70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a
vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?
71 Se refería a Judas Iscariote, hijo de Simón; porque
éste era el que le iba a entregar, siendo uno de los doce.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia,
realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en
traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la
Versión Reina - Valera.
Salmos
107 Reina Valera 1977 (RVR1977)
LIBRO V
Dios libra de la aflicción
107 Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia.
2 Díganlo los redimidos de Jehová,
Los que ha redimido del poder del enemigo,
3 Y los ha congregado de las tierras,
Del oriente y del occidente,
Del norte y del sur.
4 Anduvieron errantes por el desierto, por la soledad
sin camino,
Sin hallar ciudad en donde vivir.
5 Hambrientos y sedientos,
Su alma desfallecía en ellos.
6 Entonces clamaron a Jehová en su angustia,
Y los libró de sus aflicciones.
7 Los dirigió por camino derecho,
Para que viniesen a ciudad habitable.
8 Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
9 Porque sacia al alma menesterosa,
Y llena de bien al alma hambrienta.
10 Yacían en tinieblas y sombra de muerte,
Aprisionados en aflicción y en hierros,
11 Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de
Jehová,
Y despreciaron el plan del Altísimo.
12 Por eso quebrantó con trabajos sus corazones;
Cayeron, y no hubo quien les socorriese.
13 Luego que clamaron a Jehová en su angustia,
Los libró de sus aflicciones;
14 Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte,
Y rompió sus ataduras.
15 Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
16 Porque quebrantó las puertas de bronce,
Y desmenuzó los cerrojos de hierro.
17 Fueron afligidos los insensatos, a causa del camino
de su rebelión
Y a causa de sus maldades;
18 Su alma abominó todo alimento,
Y llegaron hasta las puertas de la muerte.
19 Pero clamaron a Jehová en su angustia,
Y los libró de sus aflicciones.
20 Envió su palabra, y los sanó,
Y los libró de su ruina.
21 Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres;
22 Ofrezcan sacrificios de alabanza,
Y publiquen sus obras con júbilo.
23 Los que descienden al mar en naves,
Y hacen negocio en las muchas aguas,
24 Ellos han visto las obras de Jehová,
Y sus maravillas en las profundidades.
25 Porque habló, e hizo levantar un viento
tempestuoso,
Que encrespa sus olas.
26 Suben a los cielos, descienden a los abismos;
Sus almas se desleían bajo el peso del mal.
27 Tiemblan y titubean como ebrios,
Y toda su pericia es inútil.
28 Entonces claman a Jehová en su angustia,
Y los libra de sus aflicciones.
29 Cambia la tempestad en sosiego,
Y se apaciguan sus olas.
30 Luego se alegran, porque se apaciguaron;
Y así los guía al puerto que deseaban.
31 Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
32 Exáltenlo en la congregación del pueblo,
Y en la reunión de los ancianos lo alaben.
33 Él cambia los ríos en desierto,
Y los manantiales de las aguas en sequedales;
34 La tierra fructífera en estéril,
Por la maldad de los que la habitan.
35 Transforma el desierto en estanques de aguas,
Y la tierra seca en manantiales.
36 Allí establece a los hambrientos,
Y fundan ciudad en donde vivir.
37 Siembran campos, y plantan viñas,
Que producen abundante cosecha.
38 Los bendice, y se multiplican en gran manera;
Y no disminuye su ganado.
39 Si son menoscabados y abatidos
Bajo el peso de infortunios y congojas,
40 Él esparce menosprecio sobre los príncipes,
Y les hace andar errantes, en un desierto sin camino.
41 Mas él levanta de la miseria al pobre,
Y hace multiplicar las familias como rebaños de
ovejas.
42 Véanlo los rectos, y alégrense,
Y todos los malos cierren su boca.
43 ¿Quién es sabio y guardará estas cosas,
Y entenderá las misericordias de Jehová?
Reina Valera 1977 (RVR1977)
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Proverbios
15:1-3 Reina Valera 1977 (RVR1977)
15 La blanda respuesta calma la ira;
Mas la palabra áspera hace subir el furor.
2 La lengua de los sabios adornará la sabiduría;
Mas la boca de los necios hablará sandeces.
3 Los ojos de Jehová están en todo lugar,
Mirando a los malos y a los buenos.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
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