Día 139, DAB Español, Sábado 19 de Mayo
1 Samuel 24:1-25:44; Juan 10:22-42; Salmos 116; Proverbios 15:20-21 (Dios Habla Hoy (DHH))
1
Samuel 24-25 Dios Habla Hoy (DHH)
24 1 (2) Y cuando regresó Saúl de perseguir a los
filisteos, le dieron la noticia de que David estaba en el desierto de En-gadi.
2 (3) Entonces Saúl escogió a tres mil hombres de todo Israel y fue a buscar a
David y sus hombres por las peñas más escarpadas. 3 (4) En su camino llegó a
unos rediles de ovejas, cerca de los cuales había una cueva en la que estaban
escondidos David y sus hombres. Saúl se metió en ella para hacer sus
necesidades, 4 (5) y los hombres de David le dijeron a éste:
—Hoy se cumple la promesa que te hizo el Señor de que
pondría en tus manos a tu enemigo. Haz con él lo que mejor te parezca.
Entonces David se levantó, y con mucha precaución
cortó un pedazo de la capa de Saúl; 5 (6) pero después de hacerlo le remordió
la conciencia, 6 (7) y les dijo a sus hombres:
—¡El Señor me libre de alzar mi mano contra mi señor
el rey! ¡Si él es rey, es porque el Señor lo ha escogido!
7 (8) De este modo refrenó David a sus hombres y no
les permitió atacar a Saúl, el cual salió de la cueva y siguió su camino. 8 (9)
Pero en seguida David salió de la cueva tras él, y le gritó:
—¡Majestad, Majestad!
Saúl miró hacia atrás, y David, inclinándose hasta el
suelo en señal de reverencia, 9 (10) le dijo:
—¿Por qué hace caso Su Majestad a quienes le dicen que
yo busco su mal? 10 (11) Su Majestad ha podido comprobar que, aunque el Señor
puso hoy a Su Majestad en mis manos allá en la cueva, yo no quise matar a Su
Majestad, sino que le perdoné la vida, pues me dije que si Su Majestad es rey,
es porque el Señor lo ha escogido.
11 (12) «Mire bien Su Majestad lo que tengo en la
mano: es un pedazo de la capa de Su Majestad, a quien bien podría haber matado.
Con eso puede darse cuenta Su Majestad de que yo no he pensado en hacerle daño
ni en traicionarlo, ni tampoco le he faltado. Sin embargo, Su Majestad me
persigue para quitarme la vida. 12 (13) ¡Que el Señor juzgue entre nosotros
dos, y me vengue de Su Majestad! Por lo que a mí toca, jamás levantaré mi mano
contra Su Majestad. 13 (14) Un antiguo refrán dice: “La maldad viene de los
malvados”; por eso yo jamás levantaré mi mano contra Su Majestad. 14 (15)
Además, ¿tras de quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién está persiguiendo?
¡A mí, que soy como un perro muerto, o como una pulga! 15 (16) Por lo tanto,
que el Señor decida y juzgue entre nosotros dos; ¡que sea él quien examine mi
causa y me defienda de Su Majestad!»
16 (17) Cuando David terminó de hablar, Saúl exclamó:
—¡Pero si eres tú, David, hijo mío, quien me habla!
Y echándose a llorar, 17 (18) le dijo:
—La razón está de tu lado, pues me has devuelto bien a
cambio del mal que te he causado. 18 (19) Hoy me has demostrado que tú buscas
mi bien, pues habiéndome puesto el Señor en tus manos, no me mataste. 19 (20)
En realidad, no hay nadie que, al encontrar a su enemigo, lo deje ir sano y
salvo. Por lo tanto, ¡que el Señor te pague con bien lo que hoy has hecho
conmigo! 20 (21) Ahora me doy perfecta cuenta de que tú serás el rey, y de que
bajo tu dirección el reino de Israel habrá de prosperar. 21 (22) Júrame, pues,
por el Señor, que no acabarás con mis descendientes ni borrarás mi nombre de mi
familia.
22 (23) David se lo juró a Saúl, y después Saúl
regresó a su palacio, en tanto que David y los suyos se fueron a la fortaleza.
Muerte de Samuel
25 Samuel murió, y todos los israelitas se reunieron
para llorar su muerte. Lo enterraron en su casa, en Ramá. Después David se fue
al desierto de Parán.
David y Abigail
2 Había en Maón un hombre muy rico, dueño de tres mil
ovejas y mil cabras, que tenía sus negocios en la ciudad de Carmel, donde
acostumbraba trasquilar sus ovejas. 3 Este hombre se llamaba Nabal, y era
descendiente de Caleb; era un hombre rudo y de mala conducta. Por el contrario,
Abigail, su esposa, era hermosa e inteligente.
4-5 Cuando David, que estaba en el desierto, supo que
Nabal se encontraba en Carmel trasquilando sus ovejas, envió a diez de sus
criados con la orden de saludar a Nabal de su parte 6 y darle el siguiente
mensaje: «Recibe, hermano mío, mis mejores deseos de bienestar para ti y tu
familia y todos los tuyos. 7 He sabido que te encuentras trasquilando tus
ovejas. También tú sabrás que tus pastores han estado en Carmel con nosotros, y
que mientras ellos estuvieron con nosotros nunca se les molestó ni se les quitó
nada. 8 Puedes preguntar esto a tus criados, y ellos te lo confirmarán. Por
esta razón te ruego que tengas ahora consideración con estos muchachos, que en
buen momento llegan, y que nos des, tanto a ellos como a mí, lo que tengas a
mano, pues soy como tu hijo.»
9 Los criados de David fueron y transmitieron este
recado a Nabal, y se quedaron esperando la respuesta. 10 Pero Nabal les
contestó:
—¿Quién es David? ¿Quién es ese hijo de Jesé? ¡Hoy en
día son muchos los esclavos que andan huyendo de sus dueños! 11 ¿Acaso voy a
tomar la comida y la bebida y la carne que he preparado para mis
trasquiladores, y voy a dárselas a gente que no sé ni de dónde es?
12 Los criados de David tomaron el camino de regreso,
y cuando llegaron ante David le contaron todo lo que Nabal había dicho. 13
Entonces David ordenó a sus hombres:
—¡Todos a las armas!
Sus hombres se colocaron la espada al cinto, lo mismo
que David; y así cuatrocientos hombres se fueron con él, mientras que otros
doscientos se quedaron cuidando el material. 14 Pero uno de los criados de
Nabal fue a decirle a Abigail, la mujer de Nabal:
—Desde el desierto, David envió unos mensajeros a
saludar a nuestro amo, pero él reaccionó muy groseramente. 15 Sin embargo, esos
hombres se han portado muy bien con nosotros. Durante todo el tiempo que
anduvimos con ellos por el campo, nunca nos molestaron ni nos quitaron nada. 16
Al contrario, de día y de noche nos protegían, tanto a nosotros como a nuestros
rebaños. 17 Pero como el marido de usted tiene tan mal genio que no se le puede
hablar, piense usted y vea lo que debe hacer, porque con toda seguridad algo
malo va a venir contra él y contra toda su familia.
18 Rápidamente Abigail tomó doscientos panes, dos
cueros de vino, cinco ovejas asadas, unos cuarenta litros de grano tostado,
cien tortas de uvas pasas y doscientas tortas de higos secos; luego lo cargó
todo en asnos, 19 y dijo a sus criados:
—Adelántense ustedes, que yo los seguiré más tarde.
Sin decir nada de esto a su marido, 20 Abigail montó
en un asno y, a escondidas, comenzó a bajar del monte. De pronto vio que David
y sus hombres venían a su encuentro, y fue a recibirlos.
21 David venía pensando que de balde había protegido
todo lo que Nabal tenía en el desierto, sin quitarle nada de su propiedad, pues
él le había pagado mal por bien. 22 Así que juró: «¡Que Dios me castigue
duramente si de aquí a mañana no acabo con todos los varones parientes suyos!»
23 En cuanto Abigail vio a David, se bajó del asno y
se inclinó hasta el suelo en señal de respeto. 24 Luego se echó a sus pies y le
dijo:
—¡Que la culpa, mi señor, recaiga sobre mí! Yo le
ruego a usted que me permita hablarle, y que escuche mis razones. 25 No haga
usted caso de Nabal, ese hombre grosero, porque él, haciendo honor a su nombre,
es realmente un estúpido. Siempre actúa con estupidez. Esta servidora de usted
no vio a los criados que usted mandó. 26 Sin embargo, con toda seguridad, el
Señor no ha permitido que venga usted a derramar sangre y a hacerse justicia
por su propia mano. ¡Quiera el Señor que todos los enemigos de usted, y todos
los que procuran hacerle daño, corran la misma suerte que Nabal! 27 Y ahora le
ruego a usted que estos regalos que yo le he traído sean repartidos entre los
criados que le acompañan, 28 y que perdone usted a esta servidora suya.
Ciertamente el Señor va a mantener a usted y a su dinastía en el poder, ya que
usted lucha por la causa del Señor, y en toda su vida no sufrirá ningún mal. 29
Si alguien lo persigue a usted e intenta matarlo, la vida de usted estará
segura bajo la protección del Señor su Dios. En cuanto a los enemigos de usted,
el Señor los arrojará como quien tira piedras con una honda. 30 Así pues, cuando
el Señor haga realidad todo lo bueno que ha anunciado respecto a usted, y lo
nombre jefe de Israel, 31 no tendrá usted el pesar ni el remordimiento de haber
derramado sangre inocente ni de haberse hecho justicia por su propia mano. Y
cuando el Señor le dé a usted prosperidad, acuérdese de esta servidora suya.
32 David le respondió:
—Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te envió
hoy a mi encuentro, 33 y bendita seas tú por tu buen juicio, porque hoy has
evitado que yo llegue a derramar sangre y a hacerme justicia por mi propia
mano. 34 Pero te juro por el Señor, el Dios de Israel, que ha evitado que yo te
haga daño, que si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, mañana no
le quedaría a Nabal ni un solo varón vivo.
35 Luego David recibió de manos de ella lo que le
había llevado, y le dijo:
—Puedes irte tranquila a tu casa. Como ves, he
atendido a tus razones y te he concedido lo que me pediste.
36 Cuando Abigail volvió a donde estaba Nabal, vio que
éste se hallaba celebrando en su casa un banquete digno de un rey. Estaba muy
contento y completamente borracho. Por eso, ella no le dijo nada hasta el otro
día. 37 A la mañana siguiente, cuando ya se le había pasado la borrachera a
Nabal, Abigail le explicó claramente lo ocurrido, y Nabal sufrió un ataque
repentino que lo dejó paralizado. 38 Diez días después, el Señor lo hirió de
nuevo, y Nabal murió. 39 Cuando David supo que Nabal había muerto, dijo:
—¡Bendito sea el Señor, que me ha vengado de la ofensa
que me hizo Nabal! ¡Me ha librado de hacer lo malo, y ha hecho recaer la maldad
de Nabal sobre Nabal mismo!
Después David envió a Abigail una proposición de
matrimonio. 40 Y cuando los criados de David llegaron a Carmel para hablar con
ella, le dijeron:
—David nos ha enviado por usted, porque quiere hacerla
su esposa.
41 Abigail se inclinó hasta el suelo, en actitud de
reverencia, y contestó:
—Yo soy una simple servidora de David, dispuesta a
lavar los pies de sus esclavos, si él así me lo ordena.
42 Después de haber dicho esto, se preparó rápidamente
y, acompañada por cinco criadas, montó en un asno y se puso en camino tras los
enviados de David, y se casó con él.
43 David se casó también con Ahinóam de Jezreel, y las
dos fueron sus mujeres. 44 Saúl había entregado su hija Mical, la mujer de
David, a Paltí, el hijo de Lais, que era de Galim.
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966,
1970, 1979, 1983, 1996.
Juan
10:22-42 Dios Habla Hoy (DHH)
Los judíos rechazan a Jesús
22 Era invierno, y en Jerusalén estaban celebrando la
fiesta en que se conmemoraba la dedicación del templo. 23 Jesús estaba en el
templo, y andaba por el Pórtico de Salomón. 24 Entonces los judíos lo rodearon
y le preguntaron:
—¿Hasta cuándo nos vas a tener en dudas? Si tú eres el
Mesías, dínoslo de una vez.
25 Jesús les contestó:
—Ya se lo dije a ustedes, y no me creyeron. Las cosas
que yo hago con la autoridad de mi Padre, lo demuestran claramente; 26 pero
ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. 27 Mis ovejas reconocen mi voz,
y yo las conozco y ellas me siguen. 28 Yo les doy vida eterna, y jamás
perecerán ni nadie me las quitará. 29 Lo que el Padre me ha dado es más grande
que todo, y nadie se lo puede quitar. 30 El Padre y yo somos uno solo.
31 Los judíos volvieron a tomar piedras para
tirárselas, 32 pero Jesús les dijo:
—Por el poder de mi Padre he hecho muchas cosas buenas
delante de ustedes; ¿por cuál de ellas me van a apedrear?
33 Los judíos le contestaron:
—No te vamos a apedrear por ninguna cosa buena que
hayas hecho, sino porque tus palabras son una ofensa contra Dios. Tú no eres
más que un hombre, pero te estás haciendo Dios a ti mismo.
34 Jesús les dijo:
—En la ley de ustedes está escrito: “Yo dije que
ustedes son dioses.” 35 Sabemos que lo que la Escritura dice, no se puede
negar; y Dios llamó dioses a aquellas personas a quienes dirigió su mensaje. 36
Y si Dios me consagró a mí y me envió al mundo, ¿cómo pueden ustedes decir que
lo he ofendido porque dije que soy Hijo de Dios? 37 Si yo no hago las obras que
hace mi Padre, no me crean. 38 Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean
en las obras que hago, para que sepan de una vez por todas que el Padre está en
mí y que yo estoy en el Padre.
39 Otra vez quisieron arrestarlo, pero Jesús se les
escapó.
40 Regresó Jesús al otro lado del Jordán, y se quedó
allí, en el lugar donde Juan había estado antes bautizando. 41 Mucha gente fue
a verlo, y decían:
—De veras, aunque Juan no hizo ninguna señal
milagrosa, todo lo que dijo de este hombre era verdad.
42 Y muchos en aquel lugar creyeron en Jesús.
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966,
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Salmos
116 Dios Habla Hoy (DHH)
Oración de gratitud
116 Amo al Señor porque ha escuchado mis súplicas,
2 porque me ha prestado atención.
¡Toda mi vida lo invocaré!
3 La muerte me enredó en sus lazos,
la angustia del sepulcro me alcanzó
y me hallé preso del miedo y del dolor.
4 Entonces invoqué el nombre del Señor
y le rogué que me salvara la vida.
5 El Señor es justo y compasivo;
nuestro Dios es todo ternura.
6 El Señor cuida de los sencillos.
Cuando yo estaba sin fuerzas, me salvó.
7 Ahora sí, puedo volver a sentirme tranquilo
porque el Señor ha sido bueno conmigo,
8 porque me ha librado de la muerte,
porque me ha librado de llorar y de caer.
9 Seré obediente al Señor
en el mundo de los que viven.
10 Yo tenía fe, a pesar de que decía
que era grande mi aflicción.
11 Desesperado, afirmé
que todo hombre es mentiroso.
12 ¿Cómo podré pagar al Señor
todo el bien que me ha hecho?
13 ¡Levantaré la copa de la salvación
e invocaré su nombre!
14 Cumpliré mis promesas al Señor
en presencia de todo su pueblo.
15 Mucho le cuesta al Señor
ver morir a los que lo aman.
16 ¡Oh Señor, yo soy tu siervo!
¡Yo soy el hijo de tu sierva!
Tú has roto los lazos que me ataban.
17 En gratitud, te ofreceré sacrificios,
e invocaré, Señor, tu nombre.
18 Cumpliré mis promesas al Señor
en presencia de todo su pueblo,
19 en los atrios del templo del Señor,
¡en medio de ti, Jerusalén!
¡Aleluya!
Dios Habla Hoy (DHH)
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Proverbios
15:20-21 Dios Habla Hoy (DHH)
20 El hijo sabio alegra a sus padres;
el hijo necio los menosprecia.
21 El imprudente goza con su necedad;
el inteligente corrige sus propios pasos.
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966,
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