Día 132, DAB Español, Sábado 12 de Mayo
1 Samuel 12:1-13:23; Juan 7:1-29; Salmos 108; Proverbios 15:4 (Reina Valera 1977 (RVR1977))
1
Samuel 12-13 Reina Valera 1977 (RVR1977)
Discurso de Samuel al pueblo
12 Dijo Samuel a todo Israel: He aquí, yo he atendido
a vuestra voz en todo cuanto me habéis dicho, y he puesto un rey sobre
vosotros.
2 Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de
vosotros. Yo soy ya viejo y lleno de canas; pero mis hijos están con vosotros,
y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día.
3 Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de Jehová y
delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, si he tomado el asno de
alguno, si he calumniado a alguien, si he agraviado a alguno, o si de alguien
he tomado cohecho para cegar mis ojos con él; y os lo restituiré.
4 Entonces dijeron: Nunca nos has calumniado ni
agraviado, ni has tomado algo de mano de nadie.
5 Y él les dijo: Jehová es testigo contra vosotros, y
su ungido también es testigo en este día, de que no habéis hallado nada en mis
manos. Y ellos respondieron: Es testigo.
6 Entonces Samuel dijo al pueblo: Jehová que designó a
Moisés y a Aarón, y sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto, es testigo.
7 Ahora, pues, presentaos para que yo os arguya
delante de Jehová, acerca de todos los actos de justicia que Jehová ha hecho
con vosotros y con vuestros padres.
8 Cuando Jacob hubo entrado en Egipto, y vuestros
padres clamaron a Jehová, Jehová envió a Moisés y a Aarón, los cuales sacaron a
vuestros padres de Egipto, y los hicieron habitar en este lugar.
9 Y olvidaron a Jehová su Dios, y él los entregó en
manos de Sísara jefe del ejército de Hazor, y en manos de los filisteos, y en
manos del rey de Moab, los cuales les hicieron guerra.
10 Y ellos clamaron a Jehová, y dijeron: Hemos pecado,
porque hemos dejado a Jehová y hemos servido a los baales y a Astarot; pero
ahora líbranos de manos de nuestros enemigos, y te serviremos.
11 Entonces Jehová envió a Jerubaal, a Barac, a Jefté
y a Samuel, y os libró de manos de vuestros enemigos en derredor, y habitasteis
seguros.
12 Y habiendo visto que Nahás rey de los hijos de Amón
venía contra vosotros, me dijisteis: No, sino que ha de reinar sobre nosotros
un rey: siendo así que Jehová vuestro Dios era vuestro rey.
13 Ahora, pues, he aquí el rey que habéis elegido, el
cual pedisteis; ya veis que Jehová ha puesto rey sobre vosotros.
14 Si teméis a Jehová y le servís, y oís su voz, y no
sois rebeldes a la palabra de Jehová, y si tanto vosotros como el rey que reina
sobre vosotros seguís a Jehová vuestro Dios, os irá bien.
15 Mas si no oís la voz de Jehová, y si sois rebeldes
a las palabras de Jehová, la mano de Jehová estará contra vosotros como estuvo
contra vuestros padres.
16 Una vez más quedaos para ver el gran prodigio que
Jehová hará delante de vuestros ojos.
17 ¿No es ahora la siega del trigo? Pues bien, voy a
invocar a Jehová para que haga tronar y llover, a fin de que conozcáis y veáis
que es grande vuestra maldad que habéis hecho ante los ojos de Jehová, pidiendo
para vosotros rey.
18 Y Samuel clamó a Jehová, y Jehová dio truenos y
lluvias en aquel día; y todo el pueblo tuvo gran temor de Jehová y de Samuel.
19 Entonces dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por
tus siervos a Jehová tu Dios, para que no muramos; porque a todos nuestros
pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros.
20 Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros
habéis hecho todo este mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de
Jehová, sino servidle con todo vuestro corazón.
21 No os apartéis en pos de los que no son nada, que
no aprovechan ni libran, porque no son sino cosa vacía.
22 Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su gran
nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.
23 Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová
cesando de rogar por vosotros; antes bien, os instruiré en el camino bueno y
recto.
24 Temed solamente a Jehová y servidle de verdad con
todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.
25 Mas si perseveráis en hacer mal, vosotros y vuestro
rey pereceréis.
Guerra contra los filisteos
13 Había ya reinado Saúl un año; y cuando hubo reinado
dos años sobre Israel,
2 escogió luego a tres mil hombres de Israel, de los
cuales estaban con Saúl dos mil en Micmás y en el monte de Betel, y mil estaban
con Jonatán en Guibeá de Benjamín; y envió al resto del pueblo cada uno a sus
tiendas.
3 Y Jonatán atacó a la guarnición de los filisteos que
había en el collado, y lo oyeron los filisteos. E hizo Saúl tocar trompeta por
todo el país, diciendo: Oigan los hebreos.
4 Y todo Israel oyó que se decía: Saúl ha atacado a la
guarnición de los filisteos; y también que Israel se había hecho abominable a
los filisteos. Y se juntó el pueblo en pos de Saúl en Gilgal.
5 Entonces los filisteos se juntaron para pelear
contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo
numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en
Micmás, al oriente de Bet-avén.
6 Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en
peligro (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en
fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas.
7 Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la
tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo
iba tras él temblando.
8 Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel
había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba.
9 Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de
paz. Y ofreció el holocausto.
10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he
aquí que venía Samuel y Saúl salió a recibirle, para saludarle.
11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl
respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro
del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmás,
12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí
a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí
holocausto.
13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho;
no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues
ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.
14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha
buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que
sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te
mandó.
15 Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Guibeá de
Benjamín. Y Saúl contó la gente que se hallaba con él, como seiscientos
hombres.
16 Saúl, pues, y Jonatán su hijo, y el pueblo que con
ellos se hallaba, se quedaron en Guibeá de Benjamín; pero los filisteos habían
acampado en Micmás.
17 Y salieron merodeadores del campamento de los
filisteos en tres escuadrones; un escuadrón marchaba por el camino de Ofrá
hacia la tierra de Sual,
18 otro escuadrón marchaba hacia Bet-horón, y el
tercer escuadrón marchaba hacia la región que mira al valle de Zeboím, hacia el
desierto.
19 Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero;
porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o
lanza.
20 Por lo cual todos los de Israel tenían que
descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón,
su hacha o su hoz.
21 Y el precio era dos tercios de siclo por las rejas
de arado y por los azadones, y la tercera parte de un siclo por afilar las
hachas y por componer las aguijadas.
22 Así aconteció que en el día de la batalla no se
halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con
Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían.
23 Y la guarnición de los filisteos avanzó hasta el
paso de Micmás.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia,
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Juan
7:1-29 Reina Valera 1977 (RVR1977)
Incredulidad de los hermanos de Jesús
7 Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea;
pues no quería andar en Judea, porque los judíos le buscaban para matarle.
2 Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los
tabernáculos.
3 Le dijeron, pues, sus hermanos: Sal de aquí, y vete
a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces.
4 Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo
en secreto. Si haces estas cosas, manifiéstate al mundo.
5 Porque ni aun sus hermanos creían en él.
6 Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha
llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto.
7 No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí
me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.
8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa
fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.
9 Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.
Jesús en la fiesta de los tabernáculos
10 Pero después que sus hermanos habían subido,
entonces él también subió a la fiesta, no manifiestamente, sino como en
secreto.
11 Y le buscaban los judíos en la fiesta, y decían:
¿Dónde está aquél?
12 Y había gran murmullo acerca de él entre la
multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al
pueblo.
13 Sin embargo, ninguno hablaba abiertamente de él,
por miedo a los judíos.
14 Mas a la mitad de la fiesta, subió Jesús al templo,
y enseñaba.
15 Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe
éste letras, sin haber estudiado?
16 Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía,
sino de aquel que me envió.
17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá
si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.
18 El que habla por su propia cuenta, busca su propia
gloria; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no
hay en él injusticia.
19 ¿No os dio Moisés la ley? Y ninguno de vosotros
cumple la ley. ¿Por qué procuráis matarme?
20 Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes;
¿quién procura matarte?
21 Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos
os maravilláis.
22 Pues bien: Moisés os dio la circuncisión (no porque
sea de Moisés, sino de los padres); y en sábado circuncidáis al hombre.
23 Si recibe el hombre la circuncisión en sábado, para
que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque sané
completamente a un hombre en sábado?
24 No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con
justo juicio.
¿Es éste el Cristo?
25 Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es éste a
quien buscan para matarle?
26 Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada.
¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que éste es el Cristo?
27 Pero éste, sabemos de dónde es; mas cuando venga el
Cristo, nadie sabrá de dónde es.
28 Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó la voz
y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo,
pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis.
29 Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me
envió.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia,
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Salmos
108 Reina Valera 1977 (RVR1977)
Petición de ayuda contra el enemigo
Cántico. Salmo de David.
108 Mi corazón está dispuesto, oh Dios;
Cantaré y entonaré salmos; ésta es mi gloria.
2 Despiértate, salterio y arpa;
Despertaré al alba.
3 Te alabaré, oh Jehová, entre los pueblos;
A ti cantaré salmos entre las naciones.
4 Porque más grande que los cielos es tu misericordia,
Y hasta los cielos tu verdad.
5 Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios,
Y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria.
6 Para que sean librados tus amados,
Salva con tu diestra y respóndeme.
7 Dios ha dicho en su santuario:
Yo me regocijaré;
Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.
8 Mío es Galaad, mío es Manasés,
Y Efraín es el yelmo de mi cabeza;
Judá es mi cetro.
9 Moab, la jofaina para lavarme;
Sobre Edom echaré mi calzado;
Me regocijaré sobre Filistea.
10 ¿Quién me guiará a la ciudad fortificada?
¿Quién me guiará hasta Edom,
11 Si tú, oh Dios, nos has desechado,
Y no sales ya con nuestras tropas?
12 Danos socorro contra el adversario,
Porque vana es la ayuda del hombre.
13 Con Dios haremos proezas,
Y él aplastará a nuestros enemigos.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
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Proverbios
15:4 Reina Valera 1977 (RVR1977)
4 La lengua apacible es árbol de vida;
Mas la perversidad de ella es quebrantamiento del
espíritu.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
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