Wednesday, May 19, 2021

DAB Español, Jueves 20 de Mayo

Día 140, DAB Español, Jueves 20 de Mayo

1 Samuel 26:1-28:25; Juan 11:1-54; Salmos 117; Proverbios 15:22-23 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))









1 Samuel 26-28

Nueva Biblia de las Américas

David perdona de nuevo la vida a Saúl

 

26 Entonces vinieron los zifeos a Saúl en Guibeá y le dijeron: «¿No está David escondido en la colina de Haquila, que está frente a Jesimón[a]?». 2 Se levantó, pues, Saúl y descendió al desierto de Zif, teniendo consigo 3,000 hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif. 3 Y acampó Saúl en la colina de Haquila, que está frente a Jesimón, junto al camino, y David permanecía en el desierto. Cuando vio que Saúl venía tras él al desierto, 4 David envió espías, y supo que Saúl en verdad se acercaba. 5 Se levantó David y vino al lugar donde Saúl había acampado. Y vio David el lugar donde estaban acostados Saúl y Abner, hijo de Ner, el comandante de su ejército. Saúl dormía en medio del campamento y el pueblo estaba acampado alrededor de él.

 

6 Entonces habló[b] David a[c] Ahimelec el hitita y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab y les preguntó: «¿Quién descenderá conmigo a donde está Saúl en el campamento?». «Yo descenderé contigo», dijo Abisai. 7 David y Abisai llegaron de noche al campamento[d]. Saúl estaba durmiendo en medio del campamento, con su lanza clavada en tierra a su cabecera, y Abner y la gente estaban acostados alrededor de él. 8 Entonces Abisai dijo a David: «Hoy Dios ha entregado a tu enemigo en tu mano. Ahora pues, déjame clavarlo a[e] la tierra de un solo golpe; no tendré que darle por segunda vez».

 

9 Pero David dijo a Abisai: «No lo mates, pues, ¿quién puede extender su mano contra el ungido del Señor y quedar sin castigo?». 10 Dijo también David: «Vive el Señor, que ciertamente el Señor lo herirá, o llegará el día en que muera, o descenderá a la batalla y perecerá. 11 No permita el Señor que yo extienda mi mano contra el ungido del Señor; pero ahora, te ruego, toma la lanza que está a su cabecera y la vasija de agua, y vámonos». 12 Tomó, pues, David la lanza y la vasija de agua de junto a la cabecera de Saúl, y se fueron. Pero nadie lo vio ni lo supo, tampoco nadie se despertó, pues todos estaban dormidos, ya que un sueño profundo de parte del Señor había caído sobre ellos.

 

13 David pasó al otro lado y se colocó en la cima del monte a cierta distancia, con un gran espacio entre ellos. 14 Entonces David dio voces al pueblo y a Abner, hijo de Ner y le preguntó: «¿No responderás, Abner?». Entonces Abner respondió: «¿Quién eres tú que llamas al rey?». 15 Y David dijo a Abner: «¿No eres tú un hombre? ¿Quién es como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has protegido a tu señor el rey? Porque uno del pueblo vino para matar a tu señor el rey. 16 Esto que has hecho no es bueno. Vive el Señor, todos ustedes ciertamente deberían morir[f], porque no protegieron a su señor, el ungido del Señor. Y ahora, mira dónde está la lanza del rey y la vasija de agua que estaba a su cabecera».

 

17 Entonces Saúl reconoció la voz de David y dijo: «¿Es esta tu voz, David, hijo mío?». Y David respondió: «Mi voz es, mi señor el rey». 18 También dijo: «¿Por qué persigue mi señor a su siervo? ¿Pues qué he hecho? ¿Qué maldad hay en mi mano? 19 Ahora pues, ruego a mi señor el rey que escuche las palabras de su siervo. Si el Señor lo ha movido a usted contra mí, que Él acepte[g] una ofrenda, pero si son hombres[h], malditos sean delante del Señor, porque me han expulsado hoy para que yo no tenga parte en la heredad del Señor, y me dicen: “Ve, sirve a otros dioses”. 20 Ahora pues, no caiga mi sangre a tierra, lejos de la presencia del Señor; porque el rey de Israel ha salido en busca de una pulga, como quien va a la caza de una perdiz en los montes».

 

21 Saúl dijo: «He pecado. Vuelve, David, hijo mío, porque no volveré a hacerte daño pues mi vida fue muy estimada en tus ojos hoy. Yo he actuado neciamente y he cometido un grave error». 22 David respondió: «Aquí está la lanza del rey. Que pase acá uno de los jóvenes y la recoja. 23 El Señor pagará a cada uno según su justicia y su fidelidad; pues el Señor lo entregó hoy en mi mano, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido del Señor. 24 Así como su vida fue preciosa ante mis ojos hoy, que así sea preciosa mi vida ante los ojos del Señor, y que Él me libre de toda aflicción». 25 «Bendito seas, David, hijo mío, ciertamente harás grandes cosas y prevalecerás», respondió Saúl. David siguió por su camino y Saúl se volvió a su lugar.

David entre los filisteos

 

27 Entonces David se dijo[i]: «Ahora bien, voy a perecer algún día por la mano de Saúl. Lo mejor para mí es huir[j] a la tierra de los filisteos. Saúl se cansará[k], y no me buscará más en todo el territorio de Israel, y escaparé de su mano». 2 Se levantó, pues, David y se pasó con los 600 hombres que estaban con él a Aquis, hijo de Maoc, rey de Gat. 3 David moró con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada cual con los de su casa; David con sus dos mujeres Ahinoam la jezreelita, y Abigail la de Carmel, viuda[l] de Nabal. 4 Y le dieron la noticia a Saúl que David había huido a Gat, y no lo buscó más.

 

5 Entonces David dijo a Aquis: «Si he hallado ahora gracia ante sus ojos, que me dé un lugar en una de las aldeas en el campo para que habite allí; pues, ¿por qué ha de morar su siervo con usted en la ciudad real?». 6 Aquis le dio Siclag aquel día; por eso Siclag ha pertenecido a los reyes de Judá hasta hoy. 7 El número de los días que David habitó en el territorio de los filisteos fue un año[m] y cuatro meses.

 

8 David y sus hombres subieron e hicieron incursiones contra los guesuritas, los guerzitas y los amalecitas; porque ellos eran los habitantes de la tierra desde tiempos antiguos, según se va a Shur, hasta la tierra de Egipto. 9 David atacaba[n] el territorio, y no dejaba con vida hombre ni mujer, y se llevaba las ovejas, el ganado, los asnos, los camellos y la ropa. Entonces regresaba y venía a Aquis. 10 Y Aquis decía: «¿Dónde atacaron[o] hoy?». Y David respondía: «Contra el Neguev[p] de Judá, contra el Neguev de Jerameel y contra el Neguev de los quenitas». 11 David no dejaba con vida hombre ni mujer para traer a Gat y dijo: «No sea que nos descubran[q], diciendo: “Así ha hecho David, y así ha sido su costumbre todo el tiempo que ha morado en el territorio de los filisteos”». 12 Aquis confiaba en David y se decía: «En verdad que se ha hecho odioso a su pueblo Israel y será mi servidor para siempre».

Saúl y la adivina de Endor

 

28 Aconteció en aquellos días que los filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra, para pelear contra Israel. Y dijo Aquis a David: «Bien sabes que saldrás conmigo a campaña, tú y tus hombres». 2 Respondió David a Aquis: «Muy bien, usted sabrá lo que puede hacer su siervo». Entonces Aquis dijo a David: «Muy bien, te haré mi guarda personal[r] mientras viva».

 

3 Samuel había muerto, y todo Israel lo había llorado, y lo habían sepultado en Ramá su ciudad. Y Saúl había echado de la tierra a los adivinos y espiritistas. 4 Así que los filisteos se reunieron, fueron y acamparon en Sunem; y Saúl reunió a todo Israel y acamparon en Gilboa. 5 Al ver Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo y su corazón se turbó[s] en gran manera. 6 Y Saúl consultó al Señor, pero el Señor no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas. 7 Entonces Saúl dijo a sus siervos: «Búsquenme una mujer que sea adivina para ir a consultarla». Y sus siervos le dijeron: «Hay una mujer en Endor que es adivina».

 

8 Saúl se disfrazó poniéndose otras ropas y fue con dos hombres. Llegaron de noche a ver a la mujer, y él dijo: «Te ruego que evoques por mí a un espíritu, y que hagas subir al que yo te diga». 9 Pero la mujer le dijo: «Usted sabe lo que Saúl ha hecho, cómo ha echado de la tierra a los que son adivinos y espiritistas. ¿Por qué, pues, pone trampa contra mi vida para hacerme morir?». 10 Saúl le juró por el Señor: «Vive el Señor que ningún castigo vendrá sobre ti por esto». 11 Entonces la mujer dijo: «¿A quién debo hacerle subir?». Y él respondió: «Tráeme a Samuel». 12 Cuando la mujer vio a Samuel, clamó a gran voz; y la mujer le dijo a Saúl: «¿Por qué me ha engañado? ¡Usted es Saúl!». 13 «No temas; pero ¿qué ves?», le dijo el rey. Y la mujer respondió a Saúl: «Veo a un ser divino[t] subiendo de la tierra». 14 «¿Qué aspecto tiene?», le dijo él. Y ella dijo: «Un anciano sube, y está envuelto en un manto». Y Saúl supo que era Samuel, e inclinando su rostro a tierra, se postró ante él.

 

15 Entonces Samuel dijo a Saúl: «¿Por qué me has perturbado haciéndome subir?». Y Saúl respondió: «Estoy en gran angustia, pues los filisteos hacen guerra contra mí; Dios se ha apartado de mí y ya no me responde ni por los profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me reveles lo que debo hacer». 16 Y Samuel dijo: «¿Entonces, por qué me preguntas a mí, ya que el Señor se ha apartado de ti y se ha hecho tu enemigo? 17 El Señor ha hecho conforme a lo que[u] dijo por medio de mí; y el Señor ha arrancado el reino de tu mano, y se lo ha dado a tu prójimo, a David. 18 Porque tú no obedeciste al[v] Señor, ni llevaste a cabo Su gran ira contra Amalec, el Señor te ha hecho esto hoy. 19 Además, el Señor entregará a Israel y a ti en manos de los filisteos; por tanto, mañana tú y tus hijos estarán conmigo. Ciertamente, el Señor entregará el ejército de Israel en manos de los filisteos».

 

20 Al instante Saúl cayó por tierra cuan largo era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; además estaba sin fuerzas, porque no había comido nada[w] en todo el día y toda la noche. 21 La mujer se acercó a Saúl, y viendo que estaba aterrorizado, le dijo: «Mire, su sierva le ha obedecido[x] y he puesto mi vida en peligro[y] al oír las palabras que usted me habló. 22 Ahora pues, le ruego que también escuche la voz de su sierva, y me permita poner delante de usted un bocado de pan para que coma y tenga fuerzas cuando siga su camino». 23 Pero él rehusó, y dijo: «No comeré». Sin embargo, sus siervos junto con la mujer le insistieron, y él los escuchó[z]. Se levantó, pues, del suelo y se sentó en la cama. 24 La mujer tenía en casa un ternero engordado y se apresuró a matarlo; y tomando harina, la amasó y horneó de ella pan sin levadura. 25 Y lo trajo delante de Saúl y de sus siervos, y comieron. Después se levantaron y se fueron aquella noche.

Footnotes

 

    1 Samuel 26:1 O al desierto.

    1 Samuel 26:6 Lit. respondió.

    1 Samuel 26:6 Lit. y dijo a.

    1 Samuel 26:7 Lit. pueblo.

    1 Samuel 26:8 Lit. aun en.

    1 Samuel 26:16 Lit. sois hijos de muerte.

    1 Samuel 26:19 Lit. huela.

    1 Samuel 26:19 Lit. hijos de hombres.

    1 Samuel 27:1 Lit. dijo en su corazón.

    1 Samuel 27:1 Lit. que de seguro yo escape.

    1 Samuel 27:1 O perderá la esperanza.

    1 Samuel 27:3 Lit. mujer.

    1 Samuel 27:7 Lit. días.

    1 Samuel 27:9 Lit. hería.

    1 Samuel 27:10 Lit. hicieron incursión.

    1 Samuel 27:10 I.e. región del sur.

    1 Samuel 27:11 Lit. digan de nosotros.

    1 Samuel 28:2 Lit. guarda de mi cabeza.

    1 Samuel 28:5 O se estremeció.

    1 Samuel 28:13 O un dios.

    1 Samuel 28:17 Lit. ha hecho por sí como.

    1 Samuel 28:18 Lit. escuchaste la voz del.

    1 Samuel 28:20 Lit. pan.

    1 Samuel 28:21 Lit. ha escuchado tu voz.

    1 Samuel 28:21 Lit. en mi palma.

    1 Samuel 28:23 Lit. escuchó sus voces.

 

Juan 11:1-54

Nueva Biblia de las Américas

Muerte de Lázaro

 

11 Estaba enfermo cierto hombre llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de su hermana Marta. 2 María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos. 3 Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús: «Señor, el que Tú amas está enfermo». 4 Cuando Jesús lo oyó, dijo: «Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella». 5 Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.

 

6 Cuando oyó, pues, que Lázaro estaba enfermo, entonces se quedó dos días más en el lugar donde estaba. 7 Luego, después de esto, dijo* a Sus discípulos: «Vamos de nuevo a Judea». 8 Los discípulos le dijeron*: «Rabí[a], hace poco que[b] los judíos te querían apedrear, ¿y vas allá otra vez?». 9 Jesús respondió: «¿No hay doce horas en el día? Si alguien anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo. 10 Pero si alguien anda de noche, tropieza, porque la luz no está en él».

 

11 Dijo esto, y después añadió[c]: «Nuestro amigo Lázaro se ha dormido; pero voy a despertarlo». 12 Los discípulos entonces le dijeron: «Señor, si se ha dormido, se recuperará[d]». 13 Jesús había hablado de la muerte de Lázaro[e], pero ellos creyeron que hablaba literalmente del sueño[f]. 14 Entonces Jesús, por eso, les dijo claramente: «Lázaro ha muerto; 15 y por causa de ustedes me alegro de no haber estado allí, para que crean; pero vamos a donde está él». 16 Tomás, llamado el Dídimo[g], dijo entonces a sus condiscípulos: «Vamos nosotros también para morir con Él».

 

17 Llegó, pues, Jesús y halló que ya hacía cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a tres kilómetros; 19 y muchos de los judíos habían venido a la casa de Marta y María, para consolarlas por la muerte de su hermano. 20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, lo fue a recibir, pero María se quedó sentada en casa.

 

21 Y[h] Marta dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Aun ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá». 23 «Tu hermano resucitará», le dijo* Jesús.

 

24 Marta le contestó*: «Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final». 25 Jesús le contestó: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque muera, vivirá, 26 y todo el que vive y cree en Mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?». 27 Ella le dijo*: «Sí, Señor; yo he creído que Tú eres el Cristo[i], el Hijo de Dios, o sea, el que viene[j] al mundo».

 

28 Habiendo dicho esto, Marta se fue y llamó a su hermana María, diciéndole en secreto: «El Maestro está aquí, y te llama». 29 Tan pronto como ella lo oyó, se levantó* rápidamente y fue hacia Él.

 

30 Porque Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado. 31 Entonces los judíos que estaban con ella en la casa consolándola, cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron, suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí.

 

32 Al llegar María adonde estaba Jesús, cuando lo vio, se arrojó a Sus pies, diciendo: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto». 33 Y[k] cuando Jesús la vio llorando, y a los judíos que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente en el espíritu, y se entristeció[l]. 34 «¿Dónde lo pusieron?», preguntó Jesús. «Señor, ven y ve», le dijeron*.

 

35 Jesús lloró. 36 Por eso los judíos decían: «Miren, cómo lo amaba». 37 Pero algunos de ellos dijeron: «¿No podía Este, que abrió los ojos del ciego, haber evitado también que Lázaro muriera[m]?».

Resurrección de Lázaro

 

38 Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido, fue* al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella. 39 «Quiten la piedra», dijo* Jesús. Marta, hermana del que había muerto, le dijo*: «Señor, ya huele mal, porque hace cuatro días que murió». 40 Jesús le dijo*: «¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?».

 

41 Entonces quitaron la piedra. Jesús alzó los ojos, y dijo: «Padre, te doy gracias porque me has oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que me rodea, para que crean que Tú me has enviado». 43 Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal fuera!».

 

44 Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo*: «Desátenlo, y déjenlo ir».

Complot para matar a Jesús

 

45 Por esto muchos de los judíos que habían venido a ver a María, y vieron lo que Jesús había hecho, creyeron en Él. 46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.

 

47 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos convocaron un concilio, y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales[n]. 48 Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en Él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar[o] y nuestra[p] nación». 49 Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote ese año, les dijo: «Ustedes no saben nada, 50 ni tienen en cuenta que les es más conveniente que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca».

 

51 Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa[q], sino que siendo el sumo sacerdote ese año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación; 52 y no solo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos. 53 Así que, desde ese día planearon entre sí matar a Jesús.

 

54 Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con los discípulos.

Footnotes

 

    Juan 11:8 O Maestro.

    Juan 11:8 Lit. ahora.

    Juan 11:11 Lit. les dice.

    Juan 11:12 Lit. se salvará.

    Juan 11:13 Lit. su muerte.

    Juan 11:13 Lit. del sopor del sueño.

    Juan 11:16 I.e. el Gemelo.

    Juan 11:21 Lit. Por tanto.

    Juan 11:27 I.e. el Mesías.

    Juan 11:27 «El Que Viene» era el título que se daba al Mesías prometido.

    Juan 11:33 Lit. Por tanto.

    Juan 11:33 Lit. se turbó.

    Juan 11:37 Lit. haber hecho también que este no muriera.

    Juan 11:47 O muchos milagros.

    Juan 11:48 I.e. el templo.

    Juan 11:48 Lit. el lugar y la.

    Juan 11:51 Lit. de sí mismo.

 

Salmos 117

Nueva Biblia de las Américas

Salmo de alabanza

 

117 Alaben al Señor, naciones todas;

Alábenle, pueblos todos.

2

Porque grande es Su misericordia para con nosotros,

Y la fidelidad[a] del Señor es eterna.

¡Aleluya!

Footnotes

 

    Salmos 117:2 O verdad.

 

Proverbios 15:22-23

Nueva Biblia de las Américas

 

22

Sin consulta, los planes se frustran,

Pero con muchos consejeros, triunfan[a].

23

El hombre se alegra con la respuesta adecuada[b],

Y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es!

Footnotes

 

    Proverbios 15:22 O se afianzan.

    Proverbios 15:23 Lit. de su boca.

 

Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

 

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Día 134, DAB Español, Lunes 13 de Mayo 1 Samuel 14:1-14:52; Juan 7:30-53; Salmos 109; Proverbios 15:5-7 (Nueva Traducción Viviente (NTV)) ...