Sunday, May 2, 2021

DAB Español, Lunes 03 de Mayo

Día 123, DAB Español, Lunes 03 de Mayo

Jueces 17:1-18:31; Juan 3:1-21; Salmos 104:1-23; Proverbios 14:20-21 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))









Jueces 17-18

Reina Valera Actualizada

El santuario de Micaías

 

17 Había un hombre de la región montañosa de Efraín que se llamaba Micaías. 2 Y este dijo a su madre:

 

—Los doce kilos de plata que te fueron tomados y por los que tú maldecías y hablabas en mi presencia, he aquí que la plata está en mi poder; yo la había tomado.

 

Entonces su madre dijo:

 

—¡El SEÑOR te bendiga, hijo mío!

 

3 Cuando él devolvió a su madre los doce kilos de plata, su madre dijo:

 

—Solemne y espontáneamente he dedicado la plata al SEÑOR, por mi hijo, para hacer una imagen tallada y de fundición. Ahora pues, yo te la devuelvo.

 

4 Pero él devolvió la plata a su madre. Y su madre tomó dos kilos de plata y los dio al fundidor. Este hizo con la plata una imagen tallada y de fundición, y fue puesta en la casa de Micaías.

 

5 Este hombre, Micaías, tenía un santuario. Mandó hacer un efod e ídolos domésticos, e invistió a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote.

 

6 En aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios ojos.

Un levita en el santuario de Micaías

 

7 Había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, que era levita y vivía allí como forastero. 8 Este hombre había partido de la ciudad de Belén de Judá para ir a residir donde encontrara lugar. Y en su caminar por la región montañosa de Efraín llegó a la casa de Micaías. 9 Y Micaías le preguntó:

 

—¿De dónde vienes?

 

Él le respondió:

 

—Soy un levita de Belén de Judá, y voy a residir donde encuentre lugar.

 

10 Entonces le dijo Micaías:

 

—Quédate conmigo y sé para mí como padre y sacerdote. Yo te daré ciento diez gramos de plata por año, y tu ropa y tu comida.

 

El levita entró. 11 El levita convino en habitar con aquel hombre, y el joven llegó a ser para él como uno de sus hijos. 12 Micaías invistió al levita, el cual le servía de sacerdote y vivía en la casa de Micaías. 13 Micaías dijo:

 

—¡Ahora sé que el SEÑOR me prosperará, porque un levita ha venido a ser mi sacerdote!

Los de Dan exploran Lais

 

18 En aquellos días no había rey en Israel. También en aquellos días, la tribu de Dan buscaba una heredad para sí donde establecerse, porque hasta entonces no le había tocado una heredad entre las tribus de Israel. 2 Entonces los hijos de Dan enviaron de sus clanes a cinco hombres de entre todos ellos, hombres valientes de Zora y de Estaol, para reconocer la tierra y para explorarla. Y les dijeron:

 

—Vayan y exploren la tierra.

 

Ellos llegaron, en la región montañosa de Efraín, hasta la casa de Micaías, y pasaron allí la noche. 3 Y cuando estaban junto a la casa de Micaías, reconocieron la voz del joven levita. Se acercaron allí y le dijeron:

 

—¿Quién te ha traído aquí? ¿Qué estás haciendo en este lugar? ¿Qué tienes que ver tú aquí?

 

4 Y él les respondió:

 

—De esta y de esta manera ha hecho conmigo Micaías, y me ha empleado para que sea su sacerdote.

 

5 Ellos le dijeron:

 

—Por favor, consulta a Dios, para que sepamos si ha de prosperar el viaje que estamos haciendo.

 

6 Y el sacerdote les respondió:

 

—Vayan en paz, porque el viaje que están haciendo goza de la aprobación del SEÑOR.

 

7 Entonces partieron aquellos cinco hombres y llegaron a Lais[a]. Y vieron que la gente que habitaba en ella vivía segura, tranquila y confiada, a la manera de los sidonios. No había en la tierra quien les hiciera ningún daño ni quien los desplazara ni oprimiera. Además, estaban lejos de los sidonios y no tenían trato con nadie. 8 Entonces se volvieron a sus hermanos en Zora y Estaol, y sus hermanos les preguntaron:

 

—¿Qué hay?

 

Ellos respondieron:

 

9 —¡Levántense, subamos contra ellos porque hemos visto la tierra, y he aquí que es muy buena! Ustedes, ¿por qué se quedan quietos? ¡No vacilen para ponerse en marcha a fin de entrar y tomar posesión de la tierra! 10 Cuando vayan allá, llegarán a una gente confiada y a una tierra extensa que Dios ha entregado en su mano. Es un lugar donde no falta ninguna cosa de lo que hay en la tierra.

Los de Dan se llevan al levita

 

11 Entonces seiscientos hombres de la familia de los danitas armados para la guerra, partieron de allí, de Zora y de Estaol. 12 Subieron y acamparon en Quiriat-jearim, en Judá, por lo que aquel lugar fue llamado Campamento de Dan, hasta el día de hoy. He aquí que está al oeste de Quiriat-jearim. 13 De allí pasaron a la región montañosa de Efraín y llegaron hasta la casa de Micaías. 14 Entonces intervinieron aquellos cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra de Lais, y dijeron a sus hermanos:

 

—¿Saben que en estas casas hay un efod, ídolos domésticos y una imagen tallada y de fundición? Ahora pues, ustedes saben lo que han de hacer.

 

15 Entonces se acercaron allí, llegaron a la casa del joven levita, en casa de Micaías, y lo saludaron deseándole paz. 16 Los seiscientos hombres de los hijos de Dan, ceñidos con sus armas de guerra, estaban a la entrada de la puerta. 17 Mientras el sacerdote estaba a la entrada de la puerta con los seiscientos hombres ceñidos con sus armas de guerra, los cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra subieron, entraron allí y tomaron la imagen tallada y de fundición, el efod y los ídolos domésticos. 18 Y cuando entraron estos hombres en la casa de Micaías, y tomaron la imagen tallada y de fundición, el efod y los ídolos domésticos, el sacerdote les preguntó:

 

—¿Qué están haciendo?

 

19 Ellos le respondieron:

 

—¡Cállate! Pon la mano sobre tu boca, vente con nosotros y sé para nosotros como padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas sacerdote de la casa de un solo hombre, o que seas sacerdote de una tribu y de un clan de Israel?

 

20 Se alegró el corazón del sacerdote; y tomó el efod, los ídolos domésticos y la imagen tallada, y se fue en medio de aquella gente. 21 Ellos se volvieron y partieron, poniendo delante de ellos a los niños, el ganado y las posesiones.

 

22 Cuando ya se habían alejado de la casa de Micaías, los hombres que habitaban en las casas cercanas a la casa de Micaías fueron convocados y alcanzaron a los hijos de Dan. 23 Entonces gritaron a los hijos de Dan, quienes volvieron la cara y preguntaron a Micaías:

 

—¿Qué te pasa que has convocado gente?

 

24 Él respondió:

 

—¡Tomaron mis dioses que yo hice y al sacerdote y se fueron! ¿Qué más me queda? ¿Por qué, pues, me preguntan: “¿Qué te pasa?”.

 

25 Los hijos de Dan le dijeron:

 

—¡Que no se oiga tu voz entre nosotros! No sea que los de ánimo colérico los acometan, y pierdas también tu vida y la vida de los de tu familia.

 

26 Los hijos de Dan prosiguieron su camino. Y viendo Micaías que ellos eran más fuertes que él, se volvió y regresó a su casa.

La casa sacerdotal de Dan

 

27 Los hijos de Dan se llevaron las cosas que había hecho Micaías, junto con el sacerdote que tenía, y llegaron a Lais, a una gente tranquila y confiada. Los mataron a filo de espada y prendieron fuego a la ciudad. 28 No hubo quien los socorriera, porque estaban lejos de Sidón y no tenían tratos con nadie. La ciudad estaba en el valle que hay cerca de Bet-rejob. Después ellos reedificaron la ciudad y habitaron en ella. 29 Y llamaron el nombre de aquella ciudad Dan, según el nombre de su padre Dan, que le había nacido a Israel; aunque antes la ciudad se llamaba Lais.

 

30 Los hijos de Dan erigieron para sí la imagen tallada; y Jonatán hijo de Gersón, hijo de Moisés[b], él y sus hijos fueron sacerdotes de la tribu de Dan hasta el tiempo de la cautividad de la tierra. 31 Así tuvieron instalada para ellos la imagen tallada que Micaías había hecho todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo.

Footnotes

 

    Jueces 18:7 Llamado Lesem en Jos. 19:47, y después Dan.

    Jueces 18:30 Según vers. antiguas; TM sugiere Manasés.

 

Juan 3:1-21

Reina Valera Actualizada

Jesús y Nicodemo

 

3 Y había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un gobernante de los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche y le dijo: —Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro porque nadie puede hacer estas señales que tú haces a menos que Dios esté con él.

 

3 Respondió Jesús y le dijo:

 

—De cierto, de cierto te digo que, a menos que nazca de nuevo[a], uno no puede ver el reino de Dios.

 

4 Nicodemo le dijo:

 

—¿Cómo puede nacer un hombre si ya es viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?

 

5 Respondió Jesús:

 

—De cierto, de cierto te digo que, a menos que nazca de agua y del Espíritu, uno no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: “Les es necesario nacer de nuevo[b]”. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que ha nacido del Espíritu.

 

9 Respondió Nicodemo y le dijo:

 

—¿Cómo puede suceder eso?

 

10 Respondió Jesús y le dijo:

 

—Tú eres el maestro de Israel, ¿y no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo que hablamos de lo que sabemos; y testificamos de lo que hemos visto. Pero ustedes no reciben nuestro testimonio. 12 Si les hablé de cosas terrenales y no creen, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales? 13 Nadie ha subido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre[c]. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto[d], así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado 15 para que todo aquel que cree en él[e] tenga vida eterna.

 

16 »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que cree en él no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz ha venido al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que practica lo malo aborrece la luz y no viene a la luz para que sus obras no sean censuradas. 21 Pero el que hace la verdad viene a la luz para que sus obras sean manifiestas que son hechas en Dios.

Footnotes

 

    Juan 3:3 Otra trad., de arriba.

    Juan 3:7 Algunos mss. antiguos incluyen que está en el cielo.

    Juan 3:13 Cf. Núm. 21:9.

    Juan 3:14 Algunos mss. tardíos aquí incluyen no perezca, sino que…

    Juan 3:15 Algunos mss. antiguos tienen los judíos.

 

Salmos 104:1-23

Reina Valera Actualizada

Creación y providencia de Dios

 

104 ¡Bendice, alma mía, al SEÑOR! SEÑOR, Dios mío, qué

 

¡grande eres!

Te has vestido de gloria y de

esplendor.

2

Tú eres el que se cubre de luz como de vestidura,

que extiende los cielos como una tienda,

3

que construye sus altas moradas sobre las aguas,

que hace de las nubes su carroza,

que anda sobre las alas del viento,

4

que hace a los vientos sus mensajeros

y a las llamas de fuego sus servidores.

5

Él fundó la tierra sobre sus cimientos;

no será jamás removida.

6

Con el océano, como con vestido,

la cubriste;

sobre las montañas estaban las aguas.

7

A tu reprensión huyeron;

se apresuraron al sonido de tu trueno.

8

Subieron las montañas;

descendieron los valles

al lugar que tú estableciste para ellos.

9

Les pusiste un límite,

el cual no traspasarán

ni volverán a cubrir la tierra.

10

Tú eres el que vierte los manantiales en los arroyos;

corren entre las colinas.

11

Dan de beber a todos los animales del campo;

los asnos monteses mitigan su sed.

12

Junto a ellos habitan las aves del cielo

y trinan entre las ramas.

13

Tú das de beber a las montañas desde tus altas moradas;

del fruto de tus obras se sacia la tierra.

14

Haces producir el pasto para los animales

y la vegetación para el servicio del hombre

a fin de sacar de la tierra el alimento:

15

el vino que alegra el corazón del hombre,

el aceite que hace lucir su rostro,

y el pan que sustenta el corazón del hombre.

16

Se llenan de savia los árboles del SEÑOR;

los cedros del Líbano que él plantó.

17

Allí anidan las aves;

en sus copas hace su nido la cigüeña.

18

Los montes altos son para las cabras monteses;

las peñas, para las madrigueras de los conejos.

19

Tú eres el que hizo la luna para

las estaciones;

el sol conoce su ocaso.

20

Pones las tinieblas, y es de noche;

en ella corretean todos los animales silvestres.

21

Los leones rugen por la presa

y reclaman a Dios su comida.

22

Sale el sol; se recogen

y se echan en sus cuevas.

23

Sale el hombre a su labor

y a su labranza hasta el anochecer.

Proverbios 14:20-21

Reina Valera Actualizada

 

20

El pobre se hace odioso a su prójimo, pero muchos son los que aprecian al rico.

21

Peca el que desprecia a su prójimo, pero el que tiene misericordia

de los pobres es bienaventurado.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

 

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano

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