Monday, May 3, 2021

DAB Español, Martes 04 de Mayo

Día 124, DAB Español, Martes 04 de Mayo

Jueces 19:1-20:48; Juan 3:22-4:4; Salmos 104:24-35; Proverbios 14:22-24 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))









Jueces 19-20

Reina Valera Actualizada

Un levita y su concubina en Belén

 

19 En aquellos días, cuando no había rey en Israel, había un hombre de Leví que habitaba como forastero en la parte más remota de la región montañosa de Efraín. Este había tomado para sí como concubina a una mujer de Belén de Judá. 2 Su concubina se enfadó con él[a] y se fue de su lado para irse a la casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allá durante cuatro meses. 3 Su marido se levantó y la siguió para hablarle amorosamente y hacerla volver. Llevó consigo a un criado suyo y un par de asnos. Ella lo hizo entrar en la casa de su padre. 4 Y al verlo el padre de la joven, salió a recibirlo gozoso. Su suegro, el padre de la joven, le insistió y se quedó con él tres días, comiendo, bebiendo y alojándose allí. 5 Y sucedió que al cuarto día, cuando se levantaron muy de mañana, el levita se dispuso a partir. Pero el padre de la joven dijo a su yerno:

 

—Fortalécete con un poco de pan y después se pueden ir.

 

6 Se sentaron los dos juntos, y comieron y bebieron. Entonces el padre de la joven dijo al hombre:

 

—Quédate, por favor, a pasar la noche, y alégrese tu corazón.

 

7 El hombre se levantó para irse, pero su suegro le insistió, y se quedó otra vez a pasar la noche allí. 8 Al quinto día, se levantó muy de mañana para irse, y el padre de la joven le dijo:

 

—Por favor, fortalécete; y esperen hasta que decline el día.

 

Y comieron los dos. 9 Entonces se levantó el hombre para irse con su concubina y su criado. Pero su suegro, el padre de la joven, le dijo:

 

—He aquí que el día se acaba y está anocheciendo. Por favor, pasen aquí la noche, porque el día ya ha declinado. Pasa aquí la noche y alégrese tu corazón. Mañana se levantarán temprano para su viaje, y te irás a tu morada.

 

10 Pero el hombre no quiso pasar la noche allí, sino que se levantó y partió.

El levita y su concubina en Gabaa

 

Llegó frente a Jebús, que es Jerusalén, con su par de asnos aparejados y con su concubina. 11 Cuando estaban cerca de Jebús, el día había declinado mucho. Entonces el criado dijo a su señor:

 

—Ven, vayamos a esta ciudad de los jebuseos y pasemos la noche en ella.

 

12 Su señor le respondió:

 

—No iremos a ninguna ciudad de extranjeros en la que no hay hijos de Israel. Más bien, pasaremos hasta Gabaa. —Dijo además a su criado—: 13 Ven y acerquémonos a uno de esos lugares para pasar la noche en Gabaa o en Ramá.

 

14 Pasando de largo, caminaron; y el sol se puso cuando estaban junto a Gabaa, que pertenece a Benjamín. 15 Entonces allí se apartaron del camino para entrar y pasar la noche en Gabaa. Entraron y se sentaron en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los recibiera en su casa para pasar la noche.

 

16 Pero he aquí que al atardecer un anciano volvía de trabajar en el campo. Este hombre era de la región montañosa de Efraín y habitaba como forastero en Gabaa, pues los habitantes de aquel lugar eran de los hijos de Benjamín. 17 Alzando los ojos, vio a aquel viajero en la plaza de la ciudad; y el anciano le preguntó:

 

—¿A dónde vas y de dónde vienes?

 

18 Él le respondió:

 

—Pasamos de Belén de Judá hasta las partes más remotas de la región montañosa de Efraín, de donde soy. Fui hasta Belén de Judá y voy a mi casa[b], pero no hay quien me reciba en su casa. 19 No obstante, nosotros tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también tenemos pan y vino para mí, para tu sierva y para el criado que está con tus siervos. No nos falta nada.

 

20 El anciano dijo:

 

—La paz sea contigo. Lo que te falte quede todo a mi cargo, pero no pases la noche en la plaza.

 

21 Los hizo entrar en su casa y dio forraje a los asnos. Y ellos se lavaron los pies, comieron y bebieron.

El crimen cometido en Gabaa

 

22 Cuando estaban alegrándose, he aquí que los hombres de la ciudad, hombres pervertidos, rodearon la casa y golpearon la puerta diciendo al anciano dueño de la casa:

 

—¡Saca fuera al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos!

 

23 Aquel hombre, dueño de la casa, salió a ellos y les dijo:

 

—¡No, hermanos míos! Por favor, no cometan esta maldad, porque este hombre ha entrado en mi casa. No cometan esta vileza. 24 He aquí mi hija virgen y la concubina de él. Yo se las sacaré; humíllenlas y hagan con ellas lo que les parezca bien. Pero no hagan esta vileza a este hombre.

 

25 Pero aquellos hombres no lo quisieron escuchar; por lo cual, tomando el hombre a su concubina, la sacó afuera. Ellos la violaron y abusaron de ella toda la noche hasta el amanecer, y la dejaron cuando rayaba el alba.

 

26 Cuando amanecía, la mujer vino y cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre donde estaba su señor, hasta que fue de día. 27 Y levantándose de mañana su señor, abrió las puertas de la casa y salió para seguir su camino. Y he aquí la mujer, su concubina, estaba tendida delante de la puerta de la casa, con sus manos sobre el umbral.

 

28 Él le dijo:

 

—Levántate y vámonos.

 

Pero no hubo respuesta. Entonces el hombre la cargó sobre el asno, se puso en camino y se fue a su pueblo. 29 Cuando llegó a su casa, tomó un cuchillo, y sujetando firmemente a su concubina, la desmembró en doce pedazos y los envió por todo el territorio de Israel. 30 Y sucedió que todo el que lo veía, decía:

 

—¡Jamás se ha hecho ni visto cosa semejante, desde el día en que los hijos de Israel subieron de la tierra de Egipto hasta el día de hoy! ¡Considérenlo, deliberen y hablen!

Condenación del crimen de Gabaa

 

20 Entonces todos los hijos de Israel salieron, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, y la asamblea acudió como un solo hombre al SEÑOR en Mizpa. 2 Los jefes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, estaban presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de infantería que sacaban espada. 3 Y los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa. Entonces dijeron los hijos de Israel:

 

—Digan cómo fue cometido este crimen.

 

4 El levita, marido de la mujer asesinada, respondió y dijo:

 

—Yo llegué con mi concubina a Gabaa de Benjamín para pasar la noche. 5 Entonces se levantaron contra mí los hombres de Gabaa y rodearon la casa por causa mía, por la noche, con la idea de matarme. Violaron a mi concubina de tal manera que ella murió. 6 Después sujeté a mi concubina, la corté en pedazos y los envié por todo el territorio de la heredad de Israel, por cuanto habían cometido una infamia y una vileza en Israel. 7 He aquí, todos ustedes, oh hijos de Israel, den aquí su parecer y consejo.

 

8 Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se levantó y dijo:

 

—¡Ninguno de nosotros irá a su morada ni nadie regresará a su casa! 9 Y ahora, esto es lo que haremos a Gabaa: Subiremos[c] por sorteo contra ella. 10 De todas las tribus de Israel tomaremos diez hombres de cada cien y cien de cada mil y mil de cada diez mil, que lleven provisiones al pueblo, para que yendo a Gabaa de Benjamín, le hagan conforme a toda la vileza que ha cometido en Israel.

Benjamín en pie de guerra

 

11 Todos los hombres de Israel se juntaron contra la ciudad, unidos como un solo hombre. 12 Y las tribus de Israel enviaron hombres por toda la tribu de Benjamín, diciendo:

 

—¿Qué crimen es este que se ha cometido entre ustedes? 13 Ahora pues, entreguen a esos hombres perversos que están en Gabaa, para que los matemos y extirpemos el mal de en medio de Israel.

 

Pero los hijos de Benjamín no quisieron escuchar la voz de sus hermanos, los hijos de Israel. 14 Más bien, los hijos de Benjamín vinieron de sus ciudades y se reunieron en Gabaa para salir a la guerra contra los hijos de Israel. 15 Aquel día fueron contados los hijos de Benjamín: veintiséis mil hombres de las ciudades que sacaban espada, sin contar a los habitantes de Gabaa, que fueron setecientos hombres escogidos. 16 Entre toda aquella gente había setecientos hombres escogidos que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no fallaban.

Guerra de exterminio contra Benjamín

 

17 Fueron contados los hombres de Israel, excluyendo a los de Benjamín: cuatrocientos mil hombres que sacaban espada, todos hombres de guerra. 18 Luego se levantaron los hijos de Israel, subieron a Betel y consultaron a Dios diciendo:

 

—¿Quién subirá primero por nosotros a la batalla contra los hijos de Benjamín?

 

Y el SEÑOR respondió:

 

—Judá subirá primero.

 

19 Los hijos de Israel se levantaron por la mañana y acamparon frente a Gabaa. 20 Salieron los hijos de Israel a la batalla contra Benjamín. Y los hombres de Israel dispusieron la batalla contra ellos junto a Gabaa. 21 Pero los hijos de Benjamín salieron de Gabaa y aquel día dejaron muertos en tierra a veintidós mil hombres de Israel. 22 Sin embargo, el pueblo se fortaleció, y los hombres de Israel volvieron a disponer la batalla en el mismo lugar donde la habían dispuesto el primer día. 23 Los hijos de Israel subieron y lloraron delante del SEÑOR hasta el atardecer, y consultaron al SEÑOR diciendo:

 

—¿Volveremos a la batalla contra los hijos de Benjamín, nuestros hermanos?

 

Y el SEÑOR les respondió:

 

—Suban contra ellos.

 

24 El segundo día, los hijos de Israel se acercaron a los hijos de Benjamín. 25 Aquel segundo día los de Benjamín salieron de Gabaa contra ellos y dejaron muertos en tierra a otros dieciocho mil de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada.

 

26 Entonces subieron todos los hijos de Israel y todo el pueblo, y fueron a Betel. Lloraron, permanecieron allí delante del SEÑOR, ayunaron aquel día hasta el atardecer y ofrecieron holocaustos y sacrificios de paz delante del SEÑOR. 27 Los hijos de Israel consultaron al SEÑOR. (El arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días; 28 y Fineas hijo de Eleazar, hijo de Aarón, servía delante de ella en aquellos días). Ellos preguntaron:

 

—¿Volveremos a salir a la batalla contra los hijos de Benjamín, nuestros hermanos, o desistiremos?

 

Y el SEÑOR respondió:

 

—Suban, porque mañana yo los entregaré en su mano.

 

29 Entonces Israel puso gente emboscada alrededor de Gabaa. 30 Y el tercer día, cuando los hijos de Israel subieron contra los hijos de Benjamín, dispusieron la batalla frente a Gabaa, como las otras veces. 31 Los hijos de Benjamín salieron para enfrentar al pueblo y fueron alejados de la ciudad. Como las otras veces, comenzaron a matar a algunos de ellos en el campo, por los caminos, uno de los cuales sube a Betel y otro a Gabaa. Habían matado a unos treinta hombres de Israel, 32 y los hijos de Benjamín decían: “¡Son vencidos delante de nosotros, como la primera vez!”. Pero los hijos de Israel habían dicho: “Huiremos y los alejaremos de la ciudad hasta los caminos”. 33 Entonces todos los hombres de Israel se levantaron de su lugar, y dispusieron la batalla en Baal-tamar. La gente emboscada de Israel se lanzó desde su lugar, al oeste[d] de Gabaa, 34 y fueron ante Gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel.

 

La batalla comenzó a arreciar, pero ellos no se daban cuenta de que el desastre se les venía encima. 35 El SEÑOR derrotó a Benjamín ante Israel, y los hijos de Israel mataron aquel día a veinticinco mil cien hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada. 36 Entonces los hijos de Benjamín vieron que estaban derrotados.

 

Los hombres de Israel habían cedido terreno a Benjamín, porque estaban confiados en la gente emboscada que habían puesto contra Gabaa. 37 La gente de la emboscada se apresuró y acometió contra Gabaa. La gente de la emboscada se desplegó y mató a filo de espada a toda la ciudad. 38 Los hombres de Israel tenían un acuerdo con los de la emboscada: que se hiciera subir una gran columna de humo desde la ciudad.

 

39 Cuando los hombres de Israel retrocedieron en la batalla, los de Benjamín comenzaron a derribar muertos a unos treinta hombres de Israel y decían: “Ciertamente son vencidos delante de nosotros, como en la primera batalla”. 40 Pero cuando la señal, una columna de humo, comenzó a subir de la ciudad, entonces Benjamín miró hacia atrás, y he aquí que el fuego de la ciudad entera subía al cielo. 41 Entonces los hombres de Israel se volvieron, y los de Benjamín se aterrorizaron, porque vieron que el desastre se les había venido encima. 42 Luego volvieron las espaldas ante los hombres de Israel, hacia el camino del desierto. Pero la batalla los alcanzó, y los que venían de las ciudades los destruían en medio de ellos. 43 Así cercaron a los de Benjamín, los persiguieron desde Noja[e], y los acosaron hasta la misma Gabaa por el lado oriental. 44 Cayeron dieciocho mil hombres de Benjamín, todos ellos hombres de valor.

 

45 Entonces se dirigieron hacia el desierto, y huyeron a la peña de Rimón; y fueron muertos otros cinco mil hombres en los caminos. Continuaron acosándolos hasta Gidom y mataron a otros dos mil hombres de ellos. 46 Y todos los que cayeron de Benjamín aquel día fueron veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos hombres de valor. 47 Pero seiscientos hombres se dirigieron al desierto y huyeron a la peña de Rimón, y permanecieron en la peña de Rimón durante cuatro meses. 48 Los hombres de Israel se volvieron contra los hijos de Benjamín y en las ciudades hirieron a filo de espada tanto a hombres como animales, y todo lo que fue hallado. Asimismo, prendieron fuego a todas las ciudades que hallaron.

Footnotes

 

    Jueces 19:2 Según LXX y Vulgata; heb., le fue infiel.

    Jueces 19:18 Según LXX; heb., a la casa del SEÑOR.

    Jueces 20:9 Según LXX; heb. omite subiremos.

    Jueces 20:33 Según LXX y Vulgata; heb., de significado oscuro.

    Jueces 20:43 Según vers. antiguas; cf. 1 Crón. 8:2; otra trad., sin tregua.

 

Juan 3:22-4:4

Reina Valera Actualizada

Otro testimonio de Juan el Bautista

 

22 Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la tierra de Judea; y pasó allí un tiempo con ellos y bautizaba. 23 Juan también estaba bautizando en Enón, junto a Salim, porque allí había mucha agua; y muchos venían y eran bautizados 24 ya que Juan todavía no había sido puesto en la cárcel.

 

25 Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Juan y un judío[a] acerca de la purificación. 26 Fueron a Juan y le dijeron:

 

—Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ¡he aquí él está bautizando, y todos van a él!

 

27 Respondió Juan y dijo:

 

—Ningún hombre puede recibir nada a menos que le haya sido dado del cielo. 28 Ustedes mismos son testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo sino que he sido enviado delante de él”. 29 El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, que ha estado de pie y lo escucha, se alegra mucho a causa de la voz del novio. Así, pues, este mi gozo ha sido cumplido. 30 A él le es preciso crecer, pero a mí menguar.

 

31 El que viene de arriba está por encima de todos. El que procede de la tierra es terrenal y su habla procede de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. 32 Testifica de lo que ha visto y oído, y nadie recibe su testimonio. 33 El que recibe su testimonio atestigua que Dios es veraz. 34 Porque el que Dios envió habla las palabras de Dios pues Dios no da el Espíritu por medida. 35 El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en su mano. 36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no verá la vida sino que la ira de Dios permanece sobre él.

Jesús y la mujer samaritana

 

4 Cuando Jesús se enteró de que los fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan 2 (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos), 3 dejó Judea y se fue otra vez a Galilea. 4 Le era necesario pasar por Samaria

Footnotes

 

    Juan 3:25 Cf. Gén. 33:19; Jos. 24:32.

 

Salmos 104:24-35

Reina Valera Actualizada

 

24

¡Cuán numerosas son tus obras,

oh SEÑOR!

A todas las hiciste con sabiduría;

la tierra está llena de tus criaturas.

25

Este es el mar grande y ancho,

en el cual hay peces sin número, animales grandes y pequeños.

26

Sobre él van los navíos;

allí está el Leviatán[a]

que hiciste para que jugase en él.

27

Todos ellos esperan en ti

para que les des su comida

a su tiempo.

28

Tú les das, y ellos recogen;

abres tu mano, y se sacian del bien.

29

Escondes tu rostro, y se desvanecen;

les quitas el aliento, y dejan de ser. Así vuelven a ser polvo.

30

Envías tu hálito, y son creados;

y renuevas la superficie de la tierra.

31

¡Sea la gloria del SEÑOR

para siempre!

Alégrese el SEÑOR en sus obras.

32

Él mira la tierra, y ella tiembla; toca las montañas, y humean.

33

Cantaré al SEÑOR en mi vida;

a mi Dios cantaré salmos mientras viva.

34

Que mi meditación le sea grata

y que yo me alegre en el SEÑOR.

35

Sean exterminados de la tierra los pecadores,

y los impíos dejen de ser.

¡Bendice, oh alma mía, al SEÑOR! ¡Aleluya!

Footnotes

 

    Salmos 104:26 Cf. Job 3:8; 41:1; Sal. 74:14.

 

Proverbios 14:22-24

Reina Valera Actualizada

 

22

¿No yerran los que planean lo malo? Pero hay misericordia y verdad para los que planean lo bueno.

23

En toda labor hay ganancia,

pero la palabra solo de labios

lleva a la pobreza.

24

La corona de los sabios es su discreción[a], pero la diadema de los necios

es la insensatez.

Footnotes

 

    Proverbios 14:24 Según LXX; heb., riqueza.

 

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

 

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano

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