Friday, June 2, 2023

DAB Español, Sábado 03 de Junio


Día 154, DAB Español, Sábado 03 de Junio


2 Samuel 20:14-22:20; Hechos 1:1-26; Salmos 121; Proverbios 16:18 (La Biblia de las Américas (LBLA))







2 Samuel 20:14-22:20

La Biblia de las Américas


14 Y pasó Seba por todas las tribus de Israel hasta Abel-bet-maaca y todo Barim, que se reunieron y fueron también tras él. 15 Y llegaron los de Joab y lo sitiaron en Abel-bet-maaca, y levantaron[a] un terraplén contra la ciudad, y este estaba junto al baluarte; y todo el pueblo que iba con Joab se puso a socavar el muro para derribarlo. 16 Entonces una mujer sabia gritó desde la ciudad: Oíd, oíd; ruego que digáis a Joab: «Ven acá para que hable contigo». 17 Y él se acercó a ella, y la mujer dijo: ¿Eres tú Joab? Y él respondió: Yo soy. Entonces ella le dijo: Escucha las palabras de tu sierva. Y él respondió: Escucho. 18 Habló ella, diciendo: Antes acostumbraban decir: «Ellos ciertamente pedirán consejo en Abel», y así terminaban la querella. 19 Yo soy de las pacíficas y fieles en Israel. Tú procuras destruir una ciudad madre en Israel. ¿Por qué has de destruir[b] la heredad del Señor? 20 Y Joab respondió, y dijo: Lejos, lejos esté de mí que yo destruya[c] o extermine. 21 Este no es el caso, sino que un hombre de la región montañosa de Efraín, llamado Seba, hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey David. Solamente entregadlo, y yo me iré de la ciudad. Y la mujer dijo a Joab: He aquí, su cabeza te será arrojada por encima del muro. 22 Entonces la mujer, con su sabiduría, fue a hablar a todo el pueblo; y ellos le cortaron la cabeza a Seba, hijo de Bicri, y se la arrojaron a Joab. Él, pues, tocó la trompeta y se retiraron de la ciudad, cada uno a su tienda. Joab también regresó al rey en Jerusalén.


23 Joab era jefe sobre todo el ejército de Israel, y Benaía, hijo de Joiada, era jefe sobre los cereteos y peleteos; 24 Adoram estaba a cargo de los trabajos forzados, y Josafat, hijo de Ahilud, era cronista; 25 Seva era escriba, y Sadoc y Abiatar eran sacerdotes; 26 Ira el jaireo era también un sacerdote de David.

Venganza de los gabaonitas


21 En los días de David hubo hambre por tres años consecutivos, y David buscó la presencia del Señor. Y el Señor dijo: Es por causa de Saúl y de su casa sangrienta, porque él dio muerte a los gabaonitas. 2 Y llamó el rey a los gabaonitas y les habló. (Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del remanente de los amorreos, y los hijos de Israel habían hecho un pacto con[d] ellos, pero Saúl había procurado matarlos[e] en su celo por los hijos de Israel y de Judá.) 3 Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué debo hacer por vosotros? ¿Y cómo haré restitución para que bendigáis la heredad del Señor? 4 Los gabaonitas le respondieron: No nos importa la plata ni el oro de Saúl o de su casa, ni nos corresponde dar muerte a ningún hombre en Israel. Y él dijo: Haré por vosotros lo que digáis. 5 Y ellos dijeron al rey: Del hombre que nos consumió y que trató de exterminarnos[f] para que no quedáramos dentro del territorio de Israel, 6 que nos entreguen siete hombres de entre sus hijos, y los ahorcaremos[g] delante del Señor en Guibeá de Saúl, el elegido del Señor. Y el rey dijo: Los entregaré[h].


7 Pero el rey perdonó a Mefiboset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, a causa del pacto del Señor que había entre ellos, entre David y Jonatán, hijo de Saúl. 8 El rey tomó a los dos hijos de Rizpa, hija de Aja, Armoni y Mefiboset, que ella había dado a Saúl, y a los cinco hijos de Merab[i], hija de Saúl, que ella había dado a Adriel, hijo de Barzilai meholatita, 9 y los entregó en manos de los gabaonitas, que los ahorcaron[j] en el monte delante del Señor, de modo que los siete cayeron a la vez; les dieron muerte en los primeros días de la cosecha, al comienzo de la cosecha de la cebada.


10 Y Rizpa, hija de Aja, tomó tela de cilicio y lo tendió para sí sobre la roca, desde el comienzo de la cosecha hasta que llovió[k] del cielo sobre ellos; y no permitió[l] que las aves del cielo se posaran sobre ellos de día ni las fieras del campo de noche. 11 Cuando le fue contado a David lo que Rizpa, hija de Aja, concubina de Saúl, había hecho, 12 David fue y recogió los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo en posesión de los hombres de Jabes de Galaad, quienes los habían robado de la plaza de Bet-sán, donde los filisteos los habían colgado el día que los filisteos mataron[m] a Saúl en Gilboa, 13 y trajo de allí los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jonatán, y recogieron los huesos de los ahorcados[n]. 14 Y sepultaron los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán en tierra de Benjamín, en Zela, en el sepulcro de su padre Cis, e hicieron todo lo que el rey había ordenado; después de esto Dios fue movido a misericordia para con la tierra.

Guerras contra los filisteos


15 Hubo de nuevo guerra de los filisteos contra Israel. Descendió David con sus siervos, y mientras peleaban contra los filisteos, David se cansó. 16 Entonces Isbi-benob, que era de los descendientes del gigante[o], y cuya lanza pesaba trescientos siclos[p] de bronce, y que estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar[q] a David; 17 pero Abisai, hijo de Sarvia, vino en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron, diciendo: Nunca más saldrás a la batalla con nosotros, para que no apagues la lámpara de Israel.


18 Sucedió después de esto que hubo otra vez guerra en Gob[r] contra los filisteos; entonces Sibecai husatita mató[s] a Saf, que era de los descendientes del gigante. 19 De nuevo hubo guerra contra los filisteos en Gob, y Elhanán, hijo de Jaare-oregim, de Belén, mató a Goliat[t] geteo; el asta de su lanza era como un rodillo de tejedor. 20 Y hubo guerra otra vez en Gat, donde había un hombre de gran estatura que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro en total; él también descendía del gigante. 21 Cuando desafió a Israel, lo mató Jonatán, hijo de Simea, hermano de David. 22 Estos cuatro descendían del gigante en Gat y cayeron por mano de David y por mano de sus siervos.

Salmo de alabanza de David


22 Habló David las palabras de este cántico al Señor el día que el Señor lo libró de la mano[u] de todos sus enemigos y de la mano[v] de Saúl. 2 Y dijo:


El Señor es mi roca[w], mi baluarte y mi libertador;

3

mi Dios, mi roca en quien me refugio;

mi escudo y el cuerno[x] de mi salvación, mi altura inexpugnable y mi refugio;

salvador mío, tú me salvas de la violencia.

4

Invoco al Señor, que es digno de ser alabado,

y soy salvo de mis enemigos.

5

Las ondas de la muerte me cercaron,

los torrentes de iniquidad[y] me atemorizaron;

6

los lazos del Seol[z] me rodearon,

las redes de la muerte surgieron ante mí.

7

En mi angustia invoqué al Señor,

sí, clamé[aa] a mi Dios;

desde su templo oyó mi voz,

y mi clamor llegó a sus oídos.

8

Entonces la tierra se estremeció y tembló,

los cimientos de los cielos temblaron

y fueron sacudidos, porque Él se indignó.

9

Humo subió de su nariz[ab],

y el fuego de su boca consumía;

carbones fueron por él encendidos.

10

Inclinó también los cielos, y descendió

con densas tinieblas debajo de sus pies.

11

Cabalgó sobre un querubín, y voló;

y apareció[ac] sobre las alas del viento.

12

De tinieblas hizo pabellones a su alrededor,

abundantes aguas, densos nubarrones.

13

Del fulgor de su presencia

ascuas de fuego se encendieron.

14

Tronó el Señor desde los cielos,

y el Altísimo dio su voz.

15

Y envió saetas, y los dispersó,

relámpagos, y los confundió.

16

Entonces los abismos[ad] del mar aparecieron,

los cimientos del mundo quedaron al descubierto,

por la reprensión del Señor,

por el soplo del aliento de su nariz.

17

Extendió la mano desde lo alto y me tomó;

me sacó de las muchas aguas.

18

Me libró de mi poderoso enemigo,

de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo.

19

Se enfrentaron a mí el día de mi infortunio,

mas el Señor fue mi sostén.

20

También me sacó a un lugar espacioso;

me rescató, porque se complació en mí.

Footnotes


2 Samuel 20:15 Lit., vaciaron

2 Samuel 20:19 Lit., devorar

2 Samuel 20:20 Lit., devore

2 Samuel 21:2 Lit., habían jurado a

2 Samuel 21:2 Lit., herirlos

2 Samuel 21:5 Lit., y que tramó contra nosotros para que fuéramos exterminados

2 Samuel 21:6 Lit., dejaremos expuestos

2 Samuel 21:6 Lit., Yo daré

2 Samuel 21:8 Así en dos mss. heb., en algunos mss. de la versión gr., y en la versión siriaca; en el T.M., Mical

2 Samuel 21:9 Lit., dejaron expuestos

2 Samuel 21:10 Lit., agua fue derramada

2 Samuel 21:10 Lit., dio

2 Samuel 21:12 Lit., hirieron

2 Samuel 21:13 Lit., expuestos

2 Samuel 21:16 Heb., Rafá, y así en el resto del cap.

2 Samuel 21:16 Un siclo equivale aprox. a 11.4 gramos

2 Samuel 21:16 Lit., dijo de herir

2 Samuel 21:18 En 1 Crón. 20:4, Gezer

2 Samuel 21:18 Lit., hirió, y así en los vers. 19 y 21

2 Samuel 21:19 En 1 Crón. 20:5, Lahmi, hermano de Goliat

2 Samuel 22:1 Lit., palma

2 Samuel 22:1 Lit., palma

2 Samuel 22:2 O, peñón

2 Samuel 22:3 I.e., poder

2 Samuel 22:5 O, destrucción; heb., Belial

2 Samuel 22:6 I.e., región de los muertos

2 Samuel 22:7 O, invoqué

2 Samuel 22:9 O, en su ira

2 Samuel 22:11 Muchos mss. dicen: raudo voló; también en Sal. 18:10

2 Samuel 22:16 Lit., canales


Hechos 1

La Biblia de las Américas

Introducción


1 El primer relato que escribí[a], Teófilo, trató de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de que por el Espíritu Santo había dado instrucciones a los apóstoles que había escogido. 3 A estos[b] también, después de su padecimiento, se presentó vivo con[c] muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo concerniente al reino de Dios. 4 Y reuniéndolos[d], les mandó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre: La cual, les dijo, oísteis de mí; 5 pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con[e] el Espíritu Santo dentro de pocos días[f].

La ascensión


6 Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel? 7 Y Él les dijo: No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad; 8 pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. 9 Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus ojos. 10 Y estando mirando fijamente al cielo mientras Él ascendía[g], aconteció[h] que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas, 11 que[i] les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.

En el aposento alto


12 Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos[j], que está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. 13 Cuando hubieron entrado en la ciudad, subieron al aposento alto donde estaban hospedados, Pedro, Juan, Jacobo[k] y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo[l] hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo[m] de Jacobo[n]. 14 Todos estos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración junto con las mujeres[o], y con María la madre de Jesús, y con los hermanos de Él.

La suerte de Judas y la elección de Matías


15 Por aquel tiempo[p] Pedro se puso de pie en medio de los hermanos (un grupo como de ciento veinte personas[q] estaba reunido allí), y dijo: 16 Hermanos[r], tenía que cumplirse la Escritura en que por boca de David el Espíritu Santo predijo acerca de Judas, el que se hizo guía de los que prendieron a Jesús. 17 Porque era contado entre nosotros y recibió parte en este ministerio. 18 (Este, pues, con el precio de su infamia[s] adquirió un terreno, y cayendo de cabeza se reventó por el medio, y todas sus entrañas se derramaron. 19 Y esto llegó al conocimiento de todos los que habitaban en Jerusalén, de manera que aquel terreno se llamó en su propia lengua[t] Acéldama, es decir, campo de sangre.) 20 Pues en el libro de los Salmos está escrito:


Que sea hecha desierta su morada,

y no haya quien habite en ella;

y:

Que otro tome su cargo[u].


21 Por tanto, es necesario que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió[v] entre nosotros, 22 comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea constituido testigo con nosotros de su resurrección. 23 Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás (al que también llamaban Justo) y a Matías. 24 Y habiendo orado, dijeron: Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has escogido 25 para ocupar[w] este ministerio y apostolado, del cual Judas se desvió para irse al lugar que le correspondía. 26 Echaron[x] suertes y la suerte cayó sobre Matías, y fue contado[y] con los once apóstoles.

Footnotes


Hechos 1:1 Lit., hice

Hechos 1:3 Lit., quienes

Hechos 1:3 O, mediante

Hechos 1:4 O, comiendo con ellos, o, posiblemente, hospedándose con ellos

Hechos 1:5 O, en

Hechos 1:5 Lit., no mucho después de estos días

Hechos 1:10 Lit., se iba

Hechos 1:10 Lit., y he aquí

Hechos 1:11 Lit., los cuales también

Hechos 1:12 O, Huerto de los Olivos, u, Olivar

Hechos 1:13 O, Santiago

Hechos 1:13 O, Santiago

Hechos 1:13 O, posiblemente, hermano

Hechos 1:13 O, Santiago

Hechos 1:14 O, ciertas mujeres

Hechos 1:15 Lit., Y en estos días

Hechos 1:15 Lit., nombres

Hechos 1:16 Lit., Varones hermanos

Hechos 1:18 Lit., iniquidad

Hechos 1:19 O, dialecto

Hechos 1:20 Lit., posición como supervisor

Hechos 1:21 Lit., entraba y salía

Hechos 1:25 Lit., tomar el lugar de

Hechos 1:26 Lit., Y les dieron

Hechos 1:26 Lit., escogido


Salmos 121

La Biblia de las Américas

El Señor, guardador de Israel

Cántico de ascenso gradual[a].


121 Levantaré mis ojos a los montes;

¿de dónde vendrá mi socorro?

2

Mi socorro viene del Señor,

que hizo los cielos y la tierra.

3

No permitirá que tu pie resbale;

no se adormecerá el que te guarda.

4

He aquí, no se adormecerá ni dormirá

el que guarda a Israel.


5

El Señor es tu guardador;

el Señor es tu sombra a tu mano derecha.

6

El sol no te herirá[b] de día,

ni la luna de noche.


7

El Señor te protegerá[c] de todo mal;

El guardará tu alma.

8

El Señor guardará tu salida y tu entrada

desde ahora y para siempre.

Footnotes


Salmos 121:1 Véase la nota al subtítulo del Salmo 120

Salmos 121:6 O, abrumará

Salmos 121:7 O, guardará


Proverbios 16:18

La Biblia de las Américas


18

Delante de la destrucción va el orgullo,

y delante de la caída, la altivez de espíritu.

La Biblia de las Américas (LBLA)


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