Thursday, June 8, 2023

DAB Español, Viernes 09 de Junio

Día 160, DAB Español, Viernes 09 de Junio


1 Reyes 5:1-6:38; Hechos 7:1-29; Salmos 127; Proverbios 16:28-30 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))








1 Reyes 5-6

La Palabra (Hispanoamérica)

Salomón y su imperio (2 Cr 9,26)


5 Salomón era soberano de todos los reinos desde el Éufrates hasta el país filisteo y la frontera de Egipto: todos le pagaban tributo y fueron sus vasallos durante toda su vida. 2 La provisión diaria de víveres de Salomón era de unas seis toneladas y media de flor de harina y unas trece toneladas de harina; 3 diez reses cebadas, veinte de pasto y cien corderos, además de ciervos, gacelas, corzos y aves de corral. 4 Salomón dominaba en toda la región occidental del Éufrates, desde Tifsaj hasta Gaza, y sobre todos los reyes al oeste del Éufrates, viviendo en paz con todos los territorios fronterizos. 5 Mientras vivió Salomón, Judá e Israel, desde Dan hasta Berseba, vivieron tranquilos, cada cual a la sombra de su parra y su higuera. 6 Salomón también tenía caballerizas para cuarenta mil caballos de tiro y doce mil de montar. 7 Los gobernadores antedichos abastecían, cada uno en su mes, al rey Salomón y a todos sus comensales, sin dejar que les faltase de nada. 8 También hacían llegar por turnos al lugar donde estuviera el rey, cebada y paja para los caballos de tiro y de montar.

Sabiduría y fama de Salomón


9 Dios concedió a Salomón una sabiduría y una inteligencia excepcionales y un corazón tan dilatado como las playas marinas. 10 La sabiduría de Salomón superó a la de todos los orientales y a toda la sabiduría de Egipto. 11 Llegó a ser más sabio que nadie, más que Etán, el indígena, y más que Hemán, Calcol y Dardá, los hijos de Majol; su fama se extendió por todas las naciones vecinas. 12 Salomón inventó tres mil proverbios y compuso cinco mil canciones. 13 Estudió las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el musgo que brota en las tapias; y estudió también los animales, las aves, los reptiles y los peces. 14 La gente venía a escuchar la sabiduría de Salomón desde todos los pueblos, y de parte de todos los reyes de la tierra que oían hablar de ella.

Las construcciones de Salomón (5,15—9,28)

Tratado con Jirán de Tiro (2 Cr 2,2.11.17)


15 Jirán, rey de Tiro, se enteró de que Salomón había sucedido a su padre como rey y le envió embajadores, pues Jirán había sido amigo de David durante toda su vida. 16 Salomón, por su parte, mandó decir a Jirán:


17 — Tú sabes que mi padre David no pudo construir un Templo en honor del Señor, su Dios, a causa de las guerras en que se vio envuelto, hasta que el Señor, su Dios, sometió totalmente a sus enemigos. 18 Ahora, en cambio, el Señor, mi Dios, ha puesto paz en mis fronteras y no tengo enemigos ni graves amenazas. 19 Por eso, he decidido construir un Templo en honor del Señor, mi Dios, cumpliendo lo que dijo el Señor a mi padre David: “Tu hijo, al que haré tu sucesor en el trono, será quien construya un Templo en mi honor”. 20 Ordena, pues, que me corten cedros del Líbano. Mis servidores ayudarán a los tuyos y yo te pagaré el salario que me pidas por ellos, pues ya sabes que nosotros no tenemos taladores tan expertos como los sidonios.


21 Cuando Jirán escuchó el mensaje de Salomón, se alegró mucho y exclamó:


— ¡Bendito sea el Señor, que le ha dado a David un hijo sabio para gobernar a tan gran pueblo!


22 Luego Jirán mandó decir a Salomón:


— He recibido tu petición. Yo te prepararé toda la madera de cedro y de pino que quieras. 23 Mis servidores la bajarán desde el Líbano hasta el mar y haré que la transporten en almadías por el mar al lugar que me indiques. Allí desatarán las almadías y luego los tuyos se encargarán de acarrearla. Tú, por tu parte, me corresponderás, abasteciendo mi palacio de alimentos.


24 Jirán dio a Salomón toda la madera de cedro y de pino que quiso 25 y Salomón, por su parte, entregó a Jirán unas cuatro mil quinientas toneladas de trigo para alimento de su palacio y noventa hectólitros de aceite puro de oliva. Esto era lo que Salomón pagaba anualmente a Jirán. 26 El Señor, pues, concedió sabiduría a Salomón, tal como le había prometido. Jirán y Salomón vivieron en paz y firmaron un tratado.

Trabajos preparatorios


27 Salomón decretó un reclutamiento de trabajo obligatorio por todo Israel: reclutó a treinta mil hombres 28 y los envió al Líbano en turnos de diez mil por mes. Así, pasaban un mes en el Líbano y dos meses en casa. Adonirán estaba al mando del trabajo obligatorio. 29 Salomón tenía, además, setenta mil acarreadores y ochenta mil canteros en la montaña, 30 sin contar los tres mil trescientos capataces que tenía en las obras para supervisar a los trabajadores. 31 El rey mandó extraer bloques de piedra de buena calidad para cimentar el Templo con piedras labradas. 32 Los constructores de Salomón, los de Jirán y los guebalitas tallaron la piedra y prepararon la madera y la piedra para construir el Templo.

Construcción del Templo (2 Cr 3,3-4.10-11)


6 El año cuatrocientos ochenta de la salida de los israelitas de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Ziv, es decir, el segundo mes, Salomón comenzó a construir el Templo del Señor.


2 El Templo que el rey Salomón construyó al Señor tenía treinta metros de largo, diez de ancho y quince de alto. 3 El vestíbulo que había en la parte delantera del edificio tenía diez metros de largo en toda su anchura y cinco de ancho en su parte frontal. 4 En el Templo puso ventanas con celosías 5 y construyó, adosada al muro del Templo, una galería que rodeaba las paredes del edificio, alrededor de la nave y del camarín, con habitaciones laterales alrededor. 6 La galería baja tenía dos metros y medio de ancho; la galería intermedia tenía tres metros y la galería superior, tres metros y medio, pues había colocado unos salientes externos alrededor del edificio para no empotrar las vigas en los muros. 7 En la construcción del Templo se emplearon piedras talladas en la cantera y no se oyeron golpes de martillos, picos o cualquier otra herramienta de hierro durante su construcción. 8 La entrada de la galería baja estaba a la derecha del edificio. Por una escalera se subía a la galería intermedia, y de esta a la galería superior. 9 Cuando Salomón terminó la construcción del Templo lo recubrió con un artesonado de cedro. 10 Construyó la galería de dos metros y medio de altura y la unió al edificio con vigas de cedro.


11 El Señor dijo a Salomón:


12 — Por este Templo que estás construyendo, si caminas según mis normas, pones en práctica mis decretos y guardas mis mandamientos, conduciéndote de acuerdo a ellos, yo te cumpliré la promesa que hice a tu padre, David: 13 habitaré entre los israelitas y no abandonaré a mi pueblo Israel.


14 Cuando Salomón terminó de construir el Templo, 15 decoró las paredes interiores del edificio con paneles de cedro, desde el suelo hasta las vigas del techo; recubrió el interior con madera y cubrió el suelo del edificio con tablas de pino. 16 Decoró los diez metros de la parte trasera del edificio, desde el suelo hasta el techo, con paneles de cedro y lo convirtió en camarín o lugar santísimo. 17 Delante de él se encontraba la nave del Templo, que tenía veinte metros. 18 La decoración interior del Templo era de cedro con relieves de calabazas y flores abiertas. Todo era de cedro y no se veía la piedra. 19 Dispuso el camarín en el interior del Templo, en la parte central, para colocar allí el Arca de la alianza del Señor. 20 El camarín tenía diez metros de largo, diez de ancho y diez de alto. Lo recubrió de oro puro y construyó un altar de cedro. 21 También recubrió de oro puro el interior del Templo, puso cadenas de oro delante del camarín y lo recubrió de oro. 22 Recubrió de oro todo el interior del edificio, hasta completarlo, así como todo el altar que había en el camarín.


23 Colocó en el camarín dos querubines de madera de olivo, de cinco metros de altura. 24 Las alas de cada querubín medían dos metros y medio, en total, cinco metros desde el extremo de un ala al extremo de la otra. 25 El segundo querubín también medía cinco metros, pues ambos querubines tenían la misma dimensión y la misma forma. 26 La altura de ambos querubines era de cinco metros. 27 Colocó los serafines en medio del edificio, en su interior, con las alas extendidas, de forma que el ala de uno tocaba una pared y el ala del otro tocaba la pared opuesta, mientras que las alas interiores se tocaban, ala contra ala. 28 Luego recubrió de oro los querubines.


29 Hizo esculpir todos los muros interiores y exteriores del edificio con bajorrelieves de querubines, palmas y guirnaldas de flores. 30 Recubrió de oro el pavimento del edificio por dentro y por fuera.


31 Puso en el camarín puertas de madera de olivo, con el dintel y las jambas en forma de pentágono. 32 Y sobre las dos puertas de madera de olivo grabó figuras de querubines, palmas y guirnaldas de flores; luego las recubrió de oro, concentrándolo sobre los querubines y las palmas. 33 Para la entrada de la nave hizo igualmente puertas cuadradas de madera de olivo 34 y dos puertas de madera de pino, con dos hojas giratorias cada una. 35 Esculpió también en ellas figuras de querubines, palmas y guirnaldas de flores, y recubrió de oro las partes talladas. 36 Finalmente construyó el atrio interior con tres hileras de piedras labradas y una hilera de vigas de cedro.


37 En el año cuarto, en el mes de Ziv, se pusieron los cimientos del edificio, 38 y en el año undécimo, en el mes de Bul, es decir, el mes octavo, el edificio quedó terminado en todos sus detalles y según su proyecto. Su construcción duró, pues, siete años.

Hechos 7:1-29

La Palabra (Hispanoamérica)

Discurso de Esteban


7 El sumo sacerdote preguntó a Esteban:


— ¿Es eso cierto?


2 Esteban respondió:


— Hermanos israelitas y dirigentes de nuestra nación, escúchenme: Dios se apareció en el esplendor de su gloria a Abrahán, nuestro padre, cuando aún se hallaba en Mesopotamia, antes de establecerse en Jarán, 3 y le dijo: Deja tu tierra y a tu familia y dirígete al país que yo te señale. 4 Salió Abrahán de Caldea y se instaló en Jarán. Desde allí, cuando murió su padre, Dios lo trasladó a este país en el cual ustedes habitan ahora. 5 Sin embargo, no le entregó ni siquiera un palmo de tierra en herencia, pero sí prometió entregársela en propiedad a él y a sus descendientes, aun cuando Abrahán todavía no tenía hijos. 6 Al mismo tiempo, Dios le manifestó que sus descendientes residirían en el extranjero, donde por espacio de cuatrocientos años se verían reducidos a la esclavitud y maltratados. 7 Aunque también le dijo Dios: Someteré a juicio a la nación que los esclavice, y después saldrán de ella y me rendirán culto en este lugar. 8 A continuación hizo con él un pacto que fue sellado por la circuncisión. Por eso Abrahán circuncidó a su hijo Isaac una semana después de nacer; lo mismo hizo Isaac con Jacob, y este con sus doce hijos, los patriarcas. 9 Posteriormente, los hijos de Jacob tuvieron envidia de José y lo vendieron como esclavo con destino a Egipto. Pero José gozaba de la protección de Dios 10 y salió con bien de todas las circunstancias adversas. Más aún, Dios le concedió sabiduría e hizo que se granjeara la simpatía del faraón, rey de Egipto, quien lo nombró gobernador de Egipto y jefe de toda la casa real. 11 Más tarde, el hambre acosó a Egipto y a todo el país cananeo, y la situación llegó a ser tan grave, que nuestros antepasados carecieron del sustento necesario. 12 Al tener noticia Jacob de que en Egipto había reservas de trigo, envió allá una primera vez a nuestros antepasados. 13 Cuando fueron por segunda vez, José se dio a conocer a sus hermanos, y el faraón conoció la ascendencia de José. 14 Entonces, José envió a buscar a Jacob, su padre, y a toda su familia, que se componía de setenta y cinco personas. 15 Así fue como Jacob se trasladó a Egipto, donde él y nuestros antepasados murieron. 16 Con el tiempo, llevaron sus restos a Siquén y les dieron sepultura en la tumba que Abrahán había comprado allí a los hijos de Emmor pagando el precio correspondiente.


17 Entre tanto, según se aproximaba el tiempo en que Dios cumpliría la promesa que había hecho a Abrahán, el pueblo iba creciendo y multiplicándose en Egipto. 18 Pero subió al trono de Egipto un nuevo rey que no había conocido a José; 19 un rey que actuó pérfidamente contra nuestra raza y fue cruel con nuestros antepasados, obligándolos a dejar abandonados a sus niños recién nacidos para que no sobrevivieran. 20 En esa época nació Moisés, que era un niño muy hermoso. Durante tres meses fue criado en su casa paterna; 21 luego tuvieron que dejarlo abandonado, pero la hija del faraón lo adoptó y lo crió como si fuera su propio hijo. 22 Así que Moisés recibió una sólida instrucción en todas las disciplinas de la ciencia egipcia, y se hizo respetar tanto por sus palabras como por sus obras.


23 Al cumplir los cuarenta años, decidió Moisés ponerse en contacto con los israelitas, sus hermanos de raza. 24 Al ver entonces que un egipcio maltrataba a uno de ellos, se apresuró a defenderlo y, para vengar al oprimido, mató al egipcio. 25 Se imaginaba que sus hermanos comprenderían que Dios iba a libertarlos valiéndose de él, pero ellos no lo entendieron así. 26 Al día siguiente, quiso intervenir en una reyerta entre israelitas, para apaciguar a los contendientes. Pero al decirles: “¿Cómo están peleándose, si son hermanos?”, 27 el agresor le replicó diciendo: “¿Quién te ha nombrado jefe y juez nuestro? 28 ¿Es que quieres matarme también a mí, como hiciste ayer con el egipcio?”. 29 Estas palabras hicieron que Moisés huyera y viviera exiliado en Madián, donde llegó a ser padre de dos hijos.

Salmos 127

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 127 (126)

En vano se afanan


127 Cántico de peregrinación. De Salomón.

Si el Señor no construye la casa,

en vano se afanan sus constructores;

si el Señor no protege la ciudad,

en vano vigila el centinela.

2

En vano se levantan de madrugada,

en vano se van tarde a descansar

y comen pan ganado con esfuerzo:

¡El Señor lo da a su amigo mientras duerme!

3

Son los hijos herencia que da el Señor,

son los descendientes una recompensa.

4

Como flechas en la mano del guerrero,

son los hijos que en la juventud se tienen.

5

¡Feliz quien llena con ellas su aljaba!

No será humillado si se enfrenta

al adversario en la puerta de la ciudad.

Proverbios 16:28-30

La Palabra (Hispanoamérica)


28

Persona perversa provoca peleas;

si es chismosa, separa a los amigos.

29

Persona violenta seduce a su prójimo

y lo arrastra a cometer el mal.

30

El que guiña los ojos medita engaños,

quien se muerde los labios ya ha hecho el mal.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)


La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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