Thursday, June 22, 2023

DAB Español, Viernes 23 de Junio

Día 174, DAB Español, Viernes 23 de Junio


2 Reyes 4:18-5:27; Hechos 15:1-31; Salmos 141; Proverbios 17:23 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))








2 Reyes 4:18-5:27

Nueva Biblia de las Américas


18 Cuando el niño creció, llegó el día en que salió al campo adonde estaba su padre con los segadores, 19 y dijo a su padre: «¡Ay, mi cabeza, mi cabeza!». Y el padre dijo a un criado: «Llévalo a su madre». 20 Y tomándolo, el criado lo llevó a su madre, y el niño estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió. 21 Entonces ella subió y lo puso sobre la cama del hombre de Dios, cerró la puerta, y salió. 22 Luego llamó a su marido y le dijo: «Te ruego que me envíes uno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y regrese». 23 Y él dijo: «¿Por qué vas hoy a él? No es luna nueva ni día de reposo». Y ella respondió: «Quédate en paz».


24 Entonces ella aparejó el asna y dijo a su criado: «Arrea[a] y anda; no detengas el paso[b] por mí a menos que yo te lo diga». 25 Y ella fue y llegó al hombre de Dios en el monte Carmelo. Cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a Giezi su criado: «Mira, allá viene la sunamita. 26 Te ruego que corras ahora a su encuentro y le digas: “¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido? ¿Le va bien al niño?”». Y ella respondió: «Estamos bien». 27 Pero cuando ella llegó al monte, al hombre de Dios, se abrazó de sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: «Déjala, porque su alma está angustiada y el Señor me lo ha ocultado y no me lo ha revelado». 28 Entonces ella dijo: «¿Acaso pedí un hijo a mi señor? ¿No dije: “No me engañe usted?”».


29 Entonces Eliseo dijo a Giezi: «Prepárate, toma mi báculo en tu mano, y vete. Si encuentras a alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas, y pon mi báculo sobre el rostro del niño». 30 Y la madre del niño dijo: «Vive el Señor y vive su alma, que no me apartaré de usted». Entonces Eliseo se levantó y la siguió. 31 Y Giezi se adelantó a ellos y puso el báculo sobre el rostro del niño, pero no hubo voz ni reacción[c]. Así que volvió para encontrar a Eliseo, y le dijo: «El niño no ha despertado».


32 Cuando Eliseo entró en la casa, el niño ya estaba muerto, tendido sobre su cama. 33 Y entrando, cerró la puerta tras ambos y oró al Señor. 34 Entonces subió y se acostó sobre el niño, y puso la boca sobre su boca, los ojos sobre sus ojos y las manos sobre sus manos, y se tendió sobre él; y la carne del niño entró en calor. 35 Entonces Eliseo volvió y caminó por la casa de un lado para otro, y subió y se tendió sobre él; y el niño estornudó siete veces y abrió sus ojos. 36 Eliseo llamó a Giezi y le dijo: «Llama a la sunamita». Y él la llamó. Cuando ella vino a Eliseo, él le dijo: «Toma a tu hijo». 37 Entonces ella entró, cayó a sus pies y se postró en tierra, y tomando a su hijo, salió.

Otros milagros de Eliseo


38 Cuando Eliseo regresó a Gilgal, había hambre en la tierra. Estando sentados los hijos de los profetas delante de él, dijo a su criado: «Pon la olla grande y prepara un potaje para los hijos de los profetas». 39 Entonces uno de ellos salió al campo a recoger hierbas, y encontró una viña silvestre y de ella llenó su manto de calabazas silvestres, y vino y las cortó en pedazos en la olla de potaje, porque no sabía lo que eran. 40 Y lo sirvieron para que los hombres comieran. Y sucedió que cuando comían el potaje, clamaron y dijeron: «¡Oh hombre de Dios, hay muerte en la olla!». Y no pudieron comer. 41 Pero Eliseo les dijo: «Tráiganme harina». Y la echó en la olla, y dijo: «Sírvanlo a la gente para que coman». Y ya no había nada malo en la olla.


42 Y vino un hombre de Baal Salisa y trajo al hombre de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada y espigas de grano nuevo en su bolsa. Y él dijo: «Dáselos a la gente para que coman». 43 Su sirviente le dijo: «¿Cómo pondré esto delante de cien hombres?». Pero él respondió: «Dáselos a la gente para que coman, porque así dice el Señor: “Comerán y sobrará”». 44 Y lo puso delante de ellos y comieron, y sobró conforme a la palabra del Señor.

Eliseo y Naamán


5 Naamán, capitán del ejército del rey de Aram, era un gran hombre delante de su señor y tenido en alta estima, porque por medio de él el Señor había dado la victoria[d] a Aram. También el hombre era un guerrero valiente, pero leproso. 2 Los arameos, que habían salido en bandas, habían tomado cautiva a una muchacha muy joven de la tierra de Israel, y ella estaba al servicio de la mujer de Naamán. 3 Y ella dijo a su señora: «¡Ah, si mi señor estuviera con el[e] profeta que está en Samaria! Él entonces lo curaría de su lepra».


4 Entonces Naamán fue y habló a su señor el rey diciéndole: «Esto y esto ha dicho la muchacha que es de la tierra de Israel». 5 Y el rey de Aram le dijo: «Ve ahora[f], y enviaré una carta al rey de Israel». Y él fue y llevó consigo 340 kilos de plata y 6,000 siclos (68.4 kilos) de oro y diez mudas de ropa. 6 También llevó al rey de Israel la carta que decía: «Y cuando llegue a ti esta carta, comprenderás que te he enviado a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra».


7 Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestidos, y dijo: «¿Acaso soy yo Dios, para dar muerte y para dar vida, para que este me mande a decir que cure a un hombre de su lepra? Consideren ahora esto y vean cómo busca pleito conmigo[g]».


8 Al oír Eliseo, el hombre de Dios, que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió aviso al rey diciéndole: «¿Por qué ha rasgado sus vestidos? Que venga él a mí ahora, y sabrá que hay profeta en Israel». 9 Vino, pues, Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a la entrada de la casa de Eliseo. 10 Y Eliseo le envió un mensajero, diciendo: «Ve y lávate en el Jordán siete veces, y tu carne se te restaurará y quedarás limpio».


11 Pero Naamán se enojó, y se fue diciendo: «Yo pensé[h]: “Seguramente él vendrá a mí, y se detendrá e invocará el nombre del Señor su Dios, moverá su mano sobre la parte enferma y curará la lepra[i]”. 12 ¿No son el Abaná[j] y el Farfar, ríos de Damasco, mejores que todas las aguas de Israel? ¿No pudiera yo lavarme en ellos y ser limpio?». Y dio la vuelta, y se fue enfurecido. 13 Pero sus siervos se le acercaron y le dijeron: «Padre mío, si el profeta le hubiera dicho que hiciera alguna gran cosa, ¿no la hubiera hecho? ¡Cuánto más cuando le dice a usted: “Lávese, y quedará limpio”!». 14 Entonces él bajó y se sumergió siete veces en el Jordán conforme a la palabra del hombre de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.


15 Cuando regresó al hombre de Dios con toda su compañía, fue y se puso delante de él, y le dijo: «Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Le ruego, pues, que reciba ahora un presente[k] de su siervo». 16 Pero él respondió: «Vive el Señor, delante de quien estoy, que no aceptaré nada». Y Naamán le insistió para que lo recibiera, pero él rehusó. 17 Y Naamán dijo: «Pues si no, le ruego que de esta tierra, se le dé a su siervo la carga de un par de mulos, porque su siervo ya no ofrecerá holocausto ni sacrificará a otros dioses, sino al Señor. 18 Que el Señor perdone a su siervo en esto: Cuando mi señor entre en el templo[l] de Rimón para adorar allí y se apoye en mi mano, y yo me incline en el templo[m] de Rimón cuando tenga que adorar allí[n], que el Señor perdone a su siervo por esto». 19 Y él le dijo: «Vete en paz». Y se alejó de él a cierta distancia.


20 Pero Giezi, criado de Eliseo, el hombre de Dios, dijo para sí: «Puesto que mi señor ha dispensado a este Naamán arameo al no[o] recibir de sus manos lo que él trajo, vive el Señor que correré tras él y tomaré algo de él». 21 Y Giezi siguió a Naamán. Cuando Naamán vio a uno corriendo tras él, bajó de su carro a encontrarlo, y dijo: «¿Está todo bien?». 22 Y él dijo: «Todo está bien. Mi señor me ha enviado, diciendo: “En este mismo momento dos jóvenes de los hijos de los profetas han venido a mí de la región montañosa de Efraín. Te ruego que les des 34 kilos de plata y dos mudas de ropa”». 23 Y Naamán dijo: «Dígnate aceptar 64 kilos». Y le insistió y ató 64 kilos de plata en dos bolsas con dos mudas de ropa, y los entregó a dos de sus criados; y estos los llevaron delante de Giezi.


24 Cuando llegó al monte, los tomó de sus manos y los guardó en la casa, luego despidió a los hombres y ellos se fueron. 25 Entonces él entró y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: «¿Dónde has estado, Giezi?». Y él respondió: «Tu siervo no ha ido a ninguna parte». 26 Entonces él le dijo: «¿No iba contigo mi corazón, cuando el hombre se volvió de su carro para encontrarte? ¿Acaso es tiempo de aceptar dinero y de aceptar ropa, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas? 27 Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tus descendientes[p] para siempre». Y él salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.

Footnotes


2 Reyes 4:24 O Guía.

2 Reyes 4:24 Lit. el cabalgar.

2 Reyes 4:31 Lit. atención.

2 Reyes 5:1 O salvación.

2 Reyes 5:3 Lit. delante del.

2 Reyes 5:5 Lit. Ve, entra.

2 Reyes 5:7 Lit. está buscando ocasión contra mí.

2 Reyes 5:11 Lit. dije.

2 Reyes 5:11 Lit. al leproso.

2 Reyes 5:12 Muchos mss. dicen: Amaná.

2 Reyes 5:15 Lit. una bendición.

2 Reyes 5:18 Lit. casa.

2 Reyes 5:18 Lit. casa.

2 Reyes 5:18 Lit. en la casa de Rimón.

2 Reyes 5:20 Lit. de.

2 Reyes 5:27 Lit. tu simiente.


Hechos 15:1-31

Nueva Biblia de las Américas

El problema de los judaizantes


15 Algunos que llegaron de Judea enseñaban a los hermanos: «Si no se circuncidan conforme al rito de Moisés, no pueden ser salvos». 2 Como Pablo y Bernabé tuvieran gran[a] disensión y debate con ellos, los hermanos determinaron[b] que Pablo y Bernabé, y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén a los apóstoles y a los ancianos para tratar esta cuestión.


3 Así que, siendo enviados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, relatando detalladamente la conversión de los gentiles, y causaban gran gozo a todos los hermanos. 4 Cuando llegaron a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia, los apóstoles y los ancianos, e informaron de todo lo que Dios había hecho con ellos. 5 Pero algunos de la secta de los fariseos que habían creído se levantaron diciendo: «Es necesario circuncidarlos y mandarles que guarden la ley de Moisés».

El concilio de Jerusalén


6 Entonces los apóstoles y los ancianos se reunieron para considerar[c] este asunto[d]. 7 Después de mucho debate, Pedro se levantó y les dijo: «Hermanos[e], ustedes saben que en los primeros días[f] Dios escogió de entre ustedes que por mi boca los gentiles oyeran la palabra del evangelio y creyeran. 8 Dios, que conoce el corazón, les dio testimonio dándoles el Espíritu Santo, al igual que a nosotros; 9 y ninguna distinción hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.


10 »Ahora pues, ¿por qué tientan a Dios poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Creemos más bien que somos salvos por la gracia del Señor Jesús, de la misma manera que ellos también lo son».


12 Toda la multitud hizo silencio, y escuchaban a Bernabé y a Pablo, que relataban las señales[g] y prodigios que Dios había hecho entre los gentiles por medio de ellos. 13 Cuando terminaron de hablar, Jacobo[h] tomó la palabra y dijo: «Escúchenme, hermanos. 14 Simón[i] ha relatado cómo Dios al principio tuvo a bien[j] tomar de entre los gentiles un pueblo para Su nombre. 15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito:


16

“Después de esto volveré,

Y reedificaré el tabernáculo[k] de David que ha caído.

Y reedificaré sus ruinas,

Y lo levantaré de nuevo,

17

Para que el resto de los hombres busque al Señor,

Y todos los gentiles[l] que son llamados por Mi nombre[m]”,

18

Dice el Señor, que hace saber todo esto[n] desde tiempos antiguos.


19 »Por tanto, yo opino que no debemos molestar a los que de entre los gentiles se convierten a Dios, 20 sino que les escribamos que se abstengan de cosas contaminadas[o] por los ídolos, de fornicación, de lo estrangulado y de sangre. 21 Porque Moisés desde generaciones antiguas tiene en cada ciudad quienes lo prediquen, pues todos los días de reposo es leído en las sinagogas».

La carta del concilio a los gentiles


22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, escoger de entre ellos algunos hombres para enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, hombres prominentes entre los hermanos, 23 y enviaron esta carta con ellos[p]:


«Los apóstoles, y los hermanos que son ancianos, a los hermanos en Antioquía, Siria y Cilicia que son de los gentiles, saludos.


24 Puesto que hemos oído que algunos de entre nosotros, a quienes no autorizamos, los han inquietado con sus palabras, perturbando sus almas, 25 nos pareció bien, habiendo llegado a un común acuerdo[q], escoger algunos hombres para enviarlos a ustedes con nuestros amados Bernabé y Pablo. 26 Estos hombres han arriesgado[r] su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 27 Por tanto, hemos enviado a Judas y a Silas, quienes también les informarán las mismas cosas verbalmente[s]. 28 Porque pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponerles mayor carga que estas cosas esenciales: 29 que se abstengan de lo que ha sido sacrificado a los ídolos, de sangre, de la carne de animales que han sido estrangulados y de fornicación. Si se guardan de tales cosas[t], harán bien. Pásenla bien».

Judas y Silas en Antioquía


30 Así que ellos, después de ser despedidos, descendieron a Antioquía; y reuniendo a la congregación[u], entregaron la carta. 31 Cuando los hermanos la leyeron, se regocijaron por el consuelo[v] que les impartía.

Footnotes


Hechos 15:2 Lit. no pequeña.

Hechos 15:2 Lit. se determinó.

Hechos 15:6 Lit. para ver sobre.

Hechos 15:6 Lit. esta palabra.

Hechos 15:7 Lit. Varones hermanos, y así en el vers. 13.

Hechos 15:7 Lit. desde los días antiguos.

Hechos 15:12 O los milagros.

Hechos 15:13 O Santiago, hermano de Jesús.

Hechos 15:14 O Simeón.

Hechos 15:14 Lit. se interesó en.

Hechos 15:16 O la tienda.

Hechos 15:17 O todas las naciones.

Hechos 15:17 Lit. sobre quienes mi nombre es invocado.

Hechos 15:18 O que hace estas cosas conocidas.

Hechos 15:20 Lit. las contaminaciones.

Hechos 15:23 Lit. escribieron por mano de ellos.

Hechos 15:25 O habiéndonos reunido.

Hechos 15:26 Lit. entregado.

Hechos 15:27 Lit. de palabra.

Hechos 15:29 Lit. de los cuales absteniendo.

Hechos 15:30 O multitud.

Hechos 15:31 O la exhortación.


Salmos 141

Nueva Biblia de las Américas

Oración vespertina suplicando santificación y protección

Salmo de David.


141 Oh Señor, a Ti clamo, apresúrate a venir a mí.

Escucha mi voz cuando te invoco.

2

Sea puesta mi oración delante de Ti como incienso,

El alzar de mis manos como la ofrenda de la tarde.

3

Señor, pon guarda a mi boca;

Vigila la puerta de mis labios.

4

No dejes que mi corazón se incline a nada malo,

Para practicar obras impías

Con los hombres que hacen iniquidad,

Y no me dejes comer de sus manjares.


5

Que el justo me hiera con bondad y me reprenda;

Es aceite sobre la cabeza;

No lo rechace mi cabeza,

Pues todavía mi oración es contra sus obras malas.

6

Sus jueces son lanzados contra los costados de la peña,

Y oyen mis palabras, que son agradables.

7

Como cuando se ara y se rompe la tierra,

Nuestros huesos han sido esparcidos a la boca del Seol.


8

Porque mis ojos miran hacia Ti, oh Dios, Señor;

En Ti me refugio, no me desampares.

9

Guárdame de las garras de la trampa que me han tendido,

Y de los lazos de los que hacen iniquidad.

10

Caigan los impíos en sus propias redes,

Mientras yo paso a salvo.

Proverbios 17:23

Nueva Biblia de las Américas


23

El impío recibe soborno bajo el manto[a]

Para pervertir las sendas del derecho.

Footnotes


Proverbios 17:23 Lit. del seno.


Nueva Biblia de las Américas (NBLA)


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