Sunday, November 26, 2017

DAB Español, Lunes 27 de Noviembre

Día 331, DAB Español, Lunes 27 de Noviembre

Daniel 4:1-37; 2 Pedro 1:1-21; Salmos 119:97-112; Proverbios 28:17-18 (La Biblia de las Américas)





Daniel 4 La Biblia de las Américas (LBLA)

Sueño y locura de Nabucodonosor
4 [a]Nabucodonosor, rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Que abunde vuestra paz[b]. 2 Me ha parecido bien declarar las señales y maravillas que ha hecho conmigo el Dios Altísimo.

3 ¡Cuán grandes son sus señales,
y cuán poderosas sus maravillas!
Su reino es un reino eterno,
y su dominio de generación en generación.
4 [c]Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa y próspero en mi palacio. 5 Tuve[d] un sueño que me hizo temblar; y estas fantasías, estando en mi cama, y las visiones de mi mente[e] me aterraron. 6 Por lo cual di órdenes que trajeran ante mí a todos los sabios de Babilonia para que me dieran a conocer la interpretación del sueño. 7 Entonces vinieron los magos[f], los encantadores, los caldeos[g] y los adivinos y les[h] conté el sueño; pero no pudieron darme su interpretación. 8 Pero al fin vino ante mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, en quien está el espíritu de los dioses santos[i], y yo le[j] conté el sueño, diciendo: 9 “Oh Beltsasar, jefe de los magos, ya que sé que en ti está el espíritu de los dioses santos y que ningún misterio te confunde, declárame las visiones del sueño que he visto, y su interpretación. 10 “Y las visiones de mi mente[k], que vi estando en mi cama, fueron así:

Vi un árbol en medio de la tierra,
cuya altura era muy grande.
11 “El árbol creció y se hizo fuerte,
su copa[l] llegaba hasta el cielo,
y era visible desde los confines de la tierra.
12 “Su follaje era hermoso y su fruto abundante,
y en él había alimento para todos.
Debajo de él hallaban sombra las bestias del campo,
las aves del cielo hacían morada en sus ramas,
y de él se alimentaban todos los seres vivientes[m].
13 “En las visiones de mi mente[n] que vi estando en mi cama, he aquí, un vigilante, un santo, descendió del cielo. 14 “Clamando fuertemente, dijo así:

‘Derribad el árbol, cortad sus ramas,
arrancad su follaje, desparramad su fruto;
huyan las bestias que están debajo de él,
y las aves de sus ramas.
15 ‘Pero dejad en tierra el tocón[o] con[p] sus raíces,
con ataduras de hierro y bronce
entre la hierba del campo;
que se empape con el rocío del cielo,
y comparta[q] con las bestias la[r] hierba de la tierra.
16 ‘Sea cambiado su corazón de hombre,
y séale dado corazón de bestia,
y pasen sobre él siete tiempos[s].
17 ‘Esta sentencia es por decreto de los vigilantes,
y la orden es por decisión de los santos,
con el fin de que sepan los vivientes
que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres,
y se lo da a quien le place,
y pone sobre él al más humilde de los hombres.’
18 “Este es el sueño que yo, el rey Nabucodonosor, he tenido[t]. Y tú, Beltsasar, dime su interpretación, ya que ninguno de los sabios de mi reino ha podido darme a conocer su interpretación; pero tú puedes, porque el espíritu de los dioses santos está en ti.”

19 Entonces Daniel, a quien llamaban Beltsasar, se quedó atónito por un momento, y le turbaron sus pensamientos. El rey habló, y dijo: “Beltsasar, no dejes que el sueño ni su interpretación te turben.” Beltsasar respondió, y dijo: “Señor mío; sea el sueño para los que te odian, y su interpretación para tus adversarios. 20 “El árbol que viste, que se hizo fuerte y corpulento, cuya copa[u] llegaba hasta el cielo y que era visible en toda la tierra, 21 y cuyo follaje era hermoso y su fruto abundante, y en el que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo, 22 eres tú, oh rey, que te has hecho grande y fuerte, y tu grandeza ha crecido y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra. 23 “Y en cuanto al vigilante, al santo que el rey vio, que descendía del cielo y decía: ‘Derribad el árbol y destruidlo, pero dejad el tocón con[v] sus raíces en la tierra, con ataduras de hierro y bronce en la hierba del campo, y que se empape con el rocío del cielo, y que comparta[w] con las bestias del campo, hasta que pasen sobre él siete tiempos[x],’ 24 esta es la interpretación, oh rey, y este es el decreto del Altísimo que ha venido sobre mi señor el rey: 25 Serás echado de entre los hombres, y tu morada estará con las bestias del campo, y te darán hierba para comer como al ganado, y serás empapado con el rocío del cielo; y siete tiempos[y] pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres y que lo da a quien le place. 26 “Y en cuanto a la orden de dejar el tocón con[z] las raíces del árbol, tu reino te será afirmado[aa] después que reconozcas que es el Cielo el que gobierna. 27 “Por tanto, oh rey, que mi consejo te sea grato: pon fin a[ab] tus pecados haciendo justicia, y a tus iniquidades mostrando misericordia a los pobres; quizás sea prolongada tu prosperidad.”

28 Todo esto le sucedió al rey Nabucodonosor. 29 Doce meses después, paseándose por la azotea del palacio real de Babilonia, 30 el rey reflexionó[ac], y dijo: “¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado como residencia[ad] real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad?” 31 Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando una voz vino[ae] del cielo: “Rey Nabucodonosor, a ti se te declara: El reino te ha sido quitado, 32 y serás echado de entre los hombres, y tu morada estará con las bestias del campo; te darán hierba para comer como al ganado, y siete tiempos[af] pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y que lo da a quien le place.” 33 En aquel mismo instante se cumplió la palabra acerca de Nabucodonosor: fue echado de entre los hombres, comía hierba como el ganado y su cuerpo se empapó con el rocío del cielo hasta que sus cabellos crecieron como las plumas de las águilas y sus uñas como las de las aves.

34 Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón[ag], y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre;

porque su dominio es un dominio eterno,
y su reino permanece de generación en generación.
35 Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada,
mas El actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo
y entre los habitantes de la tierra;
nadie puede detener[ah] su mano,
ni decirle: “¿Qué has hecho?”
36 En ese momento recobré mi razón[ai]. Y mi majestad y mi esplendor me fueron devueltos para gloria de mi reino, y mis consejeros[aj] y mis nobles vinieron a buscarme; y fui restablecido en mi reino[ak], y mayor grandeza me fue añadida. 37 Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y glorifico al Rey del cielo, porque sus obras son todas verdaderas[al] y justos[am] sus caminos; El puede humillar a los que caminan con soberbia.

Footnotes:

Daniel 4:1 Los vers. 1-3 aparecen en el texto aram. como 3:31-33
Daniel 4:1 O, vuestro bienestar
Daniel 4:4 En aram., cap. 4:1
Daniel 4:5 Lit., Vi
Daniel 4:5 Lit., cabeza
Daniel 4:7 O, sacerdotes adivinos, y así en el vers. 9
Daniel 4:7 O, astrólogos
Daniel 4:7 Lit., ante ellos
Daniel 4:8 O posiblemente, el espíritu del Dios santo, y así en el resto del cap.
Daniel 4:8 Lit., ante él
Daniel 4:10 Lit., cabeza
Daniel 4:11 O, altura
Daniel 4:12 Lit., toda carne
Daniel 4:13 Lit., cabeza
Daniel 4:15 O, cepa, y así en los vers. 23 y 26
Daniel 4:15 Lit., de
Daniel 4:15 Lit., sea su porción
Daniel 4:15 O, en la
Daniel 4:16 I.e., años
Daniel 4:18 Lit., he visto
Daniel 4:20 O, altura
Daniel 4:23 Lit., de
Daniel 4:23 Lit., sea su porción
Daniel 4:23 I.e., años
Daniel 4:25 I.e., años
Daniel 4:26 Lit., de
Daniel 4:26 Lit., duradero
Daniel 4:27 O, redime ahora
Daniel 4:30 Lit., respondió
Daniel 4:30 Lit., casa
Daniel 4:31 Lit., respondió
Daniel 4:32 I.e., años
Daniel 4:34 Lit., conocimiento
Daniel 4:35 Lit., golpear
Daniel 4:36 Lit., conocimiento
Daniel 4:36 O, altos oficiales
Daniel 4:36 O, soberanía
Daniel 4:37 Lit., verdad
Daniel 4:37 Lit., justicia
La Biblia de las Américas (LBLA)
Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation

2 Pedro 1 La Biblia de las Américas (LBLA)

Saludo
1 Simón[a] Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han recibido una fe como[b] la nuestra, mediante[c] la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo: 2 Gracia y paz os sean multiplicadas en el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor.

Virtudes del cristiano
3 Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por[d] su gloria y excelencia[e], 4 por medio de las cuales nos ha concedido sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia. 5 Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, y a la perseverancia, piedad, 7 a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor. 8 Pues estas virtudes, al estar en vosotros y al abundar, no os dejarán ociosos[f] ni estériles en el verdadero conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9 Porque el que carece de estas virtudes es ciego o corto de vista, habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados. 10 Así que, hermanos, sed tanto más diligentes para hacer firme vuestro llamado y elección de parte de Dios; porque mientras hagáis[g] estas cosas nunca tropezaréis; 11 pues de esta manera os será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Propósito de la carta
12 Por tanto, siempre estaré listo para recordaros estas cosas, aunque vosotros ya las sabéis y habéis sido confirmados en la verdad que está presente en vosotros. 13 Y considero justo, mientras esté en este cuerpo[h], estimularos recordándoos estas cosas[i], 14 sabiendo que mi separación del cuerpo[j] terrenal es inminente, tal como me lo ha declarado nuestro Señor Jesucristo. 15 También yo procuraré con diligencia, que en todo tiempo, después de mi partida, podáis recordar estas cosas.

Testigos de la gloria de Cristo
16 Porque cuando os dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos oculares de su majestad. 17 Pues cuando El recibió honor y gloria de Dios Padre, la majestuosa Gloria le hizo esta declaración[k]: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; 18 y nosotros mismos escuchamos esta declaración[l], hecha desde el cielo cuando estábamos con El en el monte santo.

La palabra profética
19 Y así tenemos la palabra profética más segura[m], a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones. 20 Pero ante todo sabed esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, 21 pues ninguna profecía fue dada[n] jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados[o] por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios[p].

Footnotes:

2 Pedro 1:1 La mayoría de los mss. antiguos dicen: Simeón
2 Pedro 1:1 O, del mismo valor que, o, de la misma clase que
2 Pedro 1:1 O, en
2 Pedro 1:3 O, a
2 Pedro 1:3 O, virtud
2 Pedro 1:8 O, inútiles
2 Pedro 1:10 O, practiquéis
2 Pedro 1:13 Lit., esta tienda o este tabernáculo
2 Pedro 1:13 Lit., con recuerdos
2 Pedro 1:14 Lit., el abandono de mi tienda
2 Pedro 1:17 Lit., tal voz le fue llevada a El por la Gloria Majestuosa
2 Pedro 1:18 Lit., voz
2 Pedro 1:19 O, Y tenemos la palabra profética aún más segura
2 Pedro 1:21 Lit., traída
2 Pedro 1:21 Lit., llevados, o, movidos
2 Pedro 1:21 Algunos mss. dicen: santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo
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Salmos 119:97-112 La Biblia de las Américas (LBLA)

Mem.

97 ¡Cuánto amo tu ley!
Todo el día es ella mi meditación.
98 Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos,
porque son míos[a] para siempre.
99 Tengo más discernimiento que todos mis maestros,
porque tus testimonios son mi meditación.
100 Entiendo más que los ancianos,
porque tus preceptos he guardado.
101 De todo mal camino he refrenado mis pies,
para guardar tu palabra.
102 No me he desviado de tus ordenanzas,
porque tú me has enseñado.
103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras[b]!,
más que la miel a mi boca.
104 De tus preceptos recibo entendimiento,
por tanto aborrezco todo camino de mentira.
Nun.

105 Lámpara es a mis pies tu palabra,
y luz para mi camino.
106 He jurado, y lo confirmaré,
que guardaré tus justas ordenanzas.
107 Estoy profundamente afligido;
Señor, vivifícame conforme a tu palabra.
108 Te ruego aceptes las ofrendas voluntarias de mi boca, oh Señor,
y enséñame tus ordenanzas.
109 En peligro[c] continuo está mi vida[d],
con todo, no me olvido de tu ley.
110 Los impíos me han tendido lazo,
pero no me he desviado de tus preceptos.
111 Tus testimonios he tomado como herencia para siempre,
porque son el gozo de mi corazón.
112 He inclinado mi corazón para cumplir tus estatutos
por siempre, y hasta el fin.
Footnotes:

Salmos 119:98 O, están conmigo
Salmos 119:103 O, promesas
Salmos 119:109 Lit., En mi palma de
Salmos 119:109 Lit., alma
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Proverbios 28:17-18 La Biblia de las Américas (LBLA)

17 El hombre cargado con culpa de sangre humana,
fugitivo será hasta la muerte[a]; que nadie lo apoye.
18 El que anda en integridad[b] será salvo,
mas el que es de camino torcido[c] caerá de repente.
Footnotes:

Proverbios 28:17 Lit., huirá hasta la fosa
Proverbios 28:18 O, perfección
Proverbios 28:18 Lit., perverso de dos caminos
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