Día 325, DAB Español, Martes 21 de Noviembre
Ezequiel 42:1-43:27; Santiago 5:1-20; Salmos 119:1-16; Proverbios 28:6-7 (Dios Habla Hoy)
Ezequiel 42-43 Dios Habla Hoy (DHH)
Los edificios junto
al templo
42 El hombre me sacó
después al atrio exterior, hacia el norte, y me hizo entrar en el conjunto de
cuartos que quedaba al norte, frente al patio cerrado y al edificio detrás del
templo. 2 Este conjunto medía cincuenta metros de largo por el lado norte, y veinticinco
metros de ancho. 3 Por un lado daba al patio interior, que tenía diez metros de
ancho, y por el otro lado daba al empedrado del atrio exterior. Tenía tres
pisos, cada uno de ellos más entrado que el de abajo. 4 Frente a los cuartos
había un pasillo de cinco metros de ancho y cincuenta de largo, que conducía al
interior. Las puertas de los cuartos daban al norte. 5 Los cuartos del piso
superior eran más cortos que los del piso intermedio y los de la planta baja,
pues cada piso era más entrado que el de abajo. 6 Estos cuartos estaban
dispuestos en tres pisos, pero no tenían columnas como los cuartos del atrio,
sino que los cuartos del piso superior quedaban más entrados que los del medio
y los del inferior.
7-8 La serie de
cuartos del atrio exterior tenía una extensión de veinticinco metros. Por todo
el frente de los cuartos corría un muro de veinticinco metros de largo, que
daba al atrio exterior. En total, el pasillo medía cincuenta metros. 9 Al piso
inferior de estas habitaciones se entraba por el atrio exterior, es decir, por
el oriente, 10 por el lugar a donde llegaba el muro del atrio exterior.
Hacia el sur, frente
al patio cerrado y al edificio del occidente del templo, había también cuartos
11 de igual forma e iguales medidas, y dispuestos de la misma manera, con
entradas y salidas como las de los cuartos del lado norte, y con un pasillo
frente a ellos. 12 Para llegar hasta los cuartos del lado sur había una puerta
en donde comenzaba el pasillo que estaba frente al muro de protección, entrando
por el oriente.
13 El hombre me dijo:
«Tanto los cuartos del norte como los del sur, que están frente al patio
cerrado, son cuartos sagrados. Los sacerdotes que se acercan al Señor comen
allí las ofrendas más sagradas. Allí también colocan ellos ofrendas tan
sagradas como son la ofrenda de cereales, la ofrenda por el pecado y la ofrenda
por la culpa, pues es un lugar sagrado. 14 Una vez que los sacerdotes han
entrado en el templo, no deben ya salir al atrio exterior sin antes dejar allí
la ropa con que estaban haciendo los servicios, porque esa ropa es sagrada.
Para salir a donde está el pueblo, deben ponerse otra ropa.»
Medidas del área del
templo
15 Cuando el hombre
terminó de medir el terreno interior del templo, me llevó afuera por la puerta
oriental y se puso a medir el terreno exterior del mismo. 16 Tomó la regla de
medir y midió el lado este: doscientos cincuenta metros. 17 Luego midió el lado
norte, y también medía doscientos cincuenta metros; 18 luego el lado sur:
doscientos cincuenta metros; 19 y finalmente el lado oeste, otros doscientos
cincuenta metros. 20 Por los cuatro lados tomó las medidas. El terreno del
templo tenía a su alrededor un muro de doscientos cincuenta metros por lado,
que separaba lo sagrado de lo profano.
La gloria del Señor
vuelve al templo
43 El hombre me llevó
a la puerta oriental, 2 y vi que la gloria del Dios de Israel venía del
oriente. Se oía un ruido muy fuerte, como el de un río caudaloso, y la tierra
se llenó de luz. 3 La visión era como la que yo tuve cuando el Señor vino a
destruir Jerusalén, y como la que tuve junto al río Quebar. Me incliné hasta
tocar el suelo con la frente, 4 y la gloria del Señor entró hasta el templo por
la puerta oriental.
5 Entonces el poder
de Dios me levantó y me llevó al atrio interior, y vi que la gloria del Señor
había llenado el templo. 6 El hombre se puso junto a mí, y oí que el Señor me
hablaba desde el templo 7 y me decía: «Éste es el lugar de mi trono, el lugar
donde pongo mis pies; aquí viviré en medio de los israelitas para siempre. Ni
ellos ni sus reyes volverán a deshonrar con sus infidelidades mi santo nombre:
no volverán a construir monumentos a sus reyes después de su muerte, 8 o a
construir sus palacios de manera que sus puertas queden junto a las puertas de
mi templo, con sólo una pared de por medio. Ellos deshonraron mi santo nombre
con acciones que yo detesto; por eso me enojé con ellos y los hice morir. 9 Que
alejen ahora de mí sus infidelidades y los monumentos a sus reyes, y yo viviré
en medio de ellos para siempre. 10 Y tú, hombre, cuéntales a los israelitas lo
que viste del templo, y de sus planos y medidas, para que se avergüencen de sus
pecados. 11 Y si se avergüenzan de todo lo que han hecho, explícales la forma
del templo y lo que hay en él, las salidas y entradas, en fin, todo el plano,
lo mismo que las leyes que deben cumplir. Dibújales todo esto para que tengan
una idea clara del diseño y lo lleven a cabo. Escríbeles también todas las
leyes para que puedan cumplirlas. 12 Ésta es la ley del templo: todo el terreno
que rodea al templo sobre el monte será un lugar sumamente sagrado.»
El altar
13 Éstas eran las
medidas del altar, usando las medidas de antes. Alrededor del altar había una
zanja de medio metro de hondo y medio de ancho, la cual tenía por fuera,
alrededor, un borde que se levantaba veinticinco centímetros. La base del altar
era así: 14 desde el fondo de la zanja hasta el borde del cuerpo inferior,
había un metro de alto. El cuerpo inferior sobresalía medio metro. El cuerpo
central medía dos metros de altura, y sobresalía también medio metro. 15 El
cuerpo superior, que es donde se queman los sacrificios, medía dos metros de
altura. Tenía cuatro cuernos, que salían hacia arriba. 16 El cuerpo superior
del altar era cuadrado, de seis metros por lado. 17 El cuerpo central también
era cuadrado, de siete metros por lado. La zanja que había alrededor tenía
medio metro de ancho, y el borde levantado tenía veinticinco centímetros de
ancho. Los escalones para subir al altar daban hacia el oriente.
18 Luego el Señor me
dijo: «Cuando llegue el momento de construir el altar, deberán cumplirse estas
normas: Quemarán sobre el altar un animal, en holocausto, y rociarán el altar
con la sangre. 19 A los sacerdotes levitas descendientes de Sadoc, que son los
que deben acercarse a mí para servirme, les darás un becerro para que lo
ofrezcan como sacrificio por el pecado. Yo, el Señor, lo ordeno. 20 Luego
tomarás un poco de su sangre y rociarás con ella los cuatro cuernos, las cuatro
esquinas del cuerpo central y todo el borde levantado. Así lo purificarás por
completo del pecado. 21 Luego tomarás el becerro ofrecido por el pecado, y lo
quemarás fuera del templo, en el lugar destinado para ello. 22 Al día siguiente
ofrecerás, en sacrificio por el pecado, un cabrito que no tenga ningún defecto,
y los sacerdotes purificarán el altar de la misma manera que lo hicieron con el
becerro. 23 Cuando termines estos ritos de purificación, tomarás un becerro y
un carnero, ambos sin ningún defecto, 24 y me los ofrecerás. Que los sacerdotes
los rocíen con sal y los quemen, como holocausto en mi honor. 25 Diariamente,
durante siete días, deberás ofrecer un cabrito como sacrificio por el pecado, y
también un becerro y un carnero, todos sin ningún defecto. 26 Diariamente,
durante siete días, los sacerdotes deberán purificar por completo el altar,
para dedicarlo al uso sagrado. 27 Así lo harán durante siete días, y del octavo
en adelante empezarán a ofrecer los holocaustos y los sacrificios de
reconciliación. Entonces yo los recibiré a ustedes con agrado. Yo, el Señor,
doy mi palabra.»
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Santiago 5 Dios Habla Hoy (DHH)
Advertencias a los
ricos
5 ¡Oigan esto,
ustedes los ricos! ¡Lloren y griten por las desgracias que van a sufrir! 2 Sus
riquezas están podridas; sus ropas, comidas por la polilla. 3 Su oro y su plata
se han enmohecido, y ese moho será una prueba contra ustedes y los destruirá
como fuego. Han amontonado riquezas en estos días, que son los últimos. 4 El
pago que no les dieron a los hombres que trabajaron en su cosecha, está
clamando contra ustedes; y el Señor todopoderoso ha oído la reclamación de esos
trabajadores. 5 Aquí en la tierra se han dado ustedes una vida de lujo y
placeres, engordando como ganado, ¡y ya llega el día de la matanza! 6 Ustedes
han condenado y matado a los inocentes sin que ellos opusieran resistencia.
Esperar con paciencia
7 Pero ustedes,
hermanos, tengan paciencia hasta que el Señor venga. El campesino que espera
recoger la preciosa cosecha, tiene que aguardar con paciencia las temporadas de
lluvia. 8 Ustedes también tengan paciencia y manténganse firmes, porque muy
pronto volverá el Señor.
9 Hermanos, no se
quejen unos de otros, para que no sean juzgados; pues el Juez está ya a la
puerta. 10 Hermanos míos, tomen como ejemplo de sufrimiento y paciencia a los
profetas que hablaron en nombre del Señor. 11 Pues nosotros consideramos
felices a los que soportan con fortaleza el sufrimiento. Ustedes han oído cómo
soportó Job sus sufrimientos, y saben de qué modo lo trató al fin el Señor,
porque el Señor es muy misericordioso y compasivo.
12 Sobre todo,
hermanos míos, no juren: ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ninguna otra
cosa. Cuando digan «sí», que sea sí; y cuando digan «no», que sea no, para que
Dios no los condene.
La oración
13 Si alguno de
ustedes está afligido, que ore. Si alguno está contento, que cante alabanzas.
14 Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que
oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite. 15 Y cuando oren con
fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le
serán perdonados. 16 Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos
por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder.
17 El profeta Elías era un hombre como nosotros, y cuando oró con fervor
pidiendo que no lloviera, dejó de llover sobre la tierra durante tres años y
medio. 18 Después, cuando oró otra vez, volvió a llover, y la tierra dio su
cosecha.
La conversión del
pecador
19 Hermanos míos, si
alguno de ustedes se desvía de la verdad y otro lo hace volver, 20 sepan
ustedes que cualquiera que hace volver al pecador de su mal camino, lo salva de
la muerte y hace que muchos pecados sean perdonados.
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Salmos 119:1-16 Dios Habla Hoy (DHH)
Alabanzas a la ley de
Dios
119 Felices los que
se conducen sin tacha
y siguen la enseñanza
del Señor.
2 Felices los que
atienden a sus mandatos
y lo buscan de todo
corazón,
3 los que no hacen
nada malo,
los que siguen el
camino del Señor.
4 Tú has ordenado que
tus preceptos
se cumplan
estrictamente.
5 ¡Ojalá yo me
mantenga firme
en la obediencia a
tus leyes!
6 No tendré de qué
avergonzarme
cuando atienda a
todos tus mandamientos.
7 Te alabaré con
corazón sincero
cuando haya aprendido
tus justos decretos.
8 ¡Quiero cumplir tus
leyes!
¡No me abandones
jamás!
9 ¿Cómo podrá el
joven llevar una vida limpia?
¡Viviendo de acuerdo con
tu palabra!
10 Yo te busco de
todo corazón;
no dejes que me
aparte de tus mandamientos.
11 He guardado tus
palabras en mi corazón
para no pecar contra
ti.
12 ¡Bendito tú,
Señor!
¡Enséñame tus leyes!
13 Con mis labios contaré
todos los decretos
que pronuncies.
14 Me alegraré en el
camino de tus mandatos,
más que en todas las
riquezas.
15 Meditaré en tus
preceptos
y pondré mi atención
en tus caminos.
16 Me alegraré con
tus leyes
y no me olvidaré de
tu palabra.
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Proverbios 28:6-7 Dios Habla Hoy (DHH)
6 Más vale ser pobre
y honrado
que rico y
malintencionado.
7 El que cumple la
ley de Dios es un hijo inteligente,
pero el que anda con glotones
es la vergüenza de su padre.
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
No comments:
Post a Comment