Tuesday, November 28, 2017

DAB Español, Miércoles 29 de Noviembre

Día 333, DAB Español, Miércoles 29 de Noviembre

Daniel 6:1-28; 2 Pedro 3:1-18; Salmos 119:129-152; Proverbios 28:21-22 (La Biblia de las Américas)





Daniel 6 La Biblia de las Américas (LBLA)

Daniel en el foso de los leones
6 [a]Le pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas que gobernaran en todo el reino, 2 y sobre ellos, tres funcionarios (uno de los cuales era Daniel) a quienes estos sátrapas rindieran cuenta, para que el rey no fuera perjudicado. 3 Pero[b] este mismo Daniel sobresalía entre[c] los funcionarios y sátrapas porque había en él un espíritu extraordinario, de modo que el rey pensó ponerlo sobre todo el reino. 4 Entonces los funcionarios y sátrapas buscaron un motivo para acusar a Daniel con respecto a los asuntos del reino; pero no pudieron encontrar ningún motivo de acusación ni evidencia alguna de corrupción, por cuanto él era fiel, y ninguna negligencia ni corrupción podía hallarse en él. 5 Entonces estos hombres dijeron: No encontraremos ningún motivo de acusación contra este Daniel a menos que encontremos algo contra él en relación con la ley de su Dios. 6 Estos funcionarios y sátrapas, de común acuerdo[d], fueron entonces al rey y le dijeron así: ¡Rey Darío, vive para siempre! 7 Todos los funcionarios del reino, prefectos, sátrapas, altos oficiales y gobernadores, han acordado que el rey promulgue un edicto y ponga en vigor el mandato de que cualquiera que en el término de treinta días haga petición a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. 8 Ahora pues, oh rey, promulga el mandato y firma el documento para que no sea modificado, conforme a la ley de los medos y persas, que no puede ser revocada[e]. 9 Por tanto, el rey Darío firmó el documento, esto es, el mandato.

10 Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa (en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y como[f] lo solía hacer antes, continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios. 11 Entonces estos hombres, de común acuerdo[g], fueron y encontraron a Daniel orando y suplicando delante de su Dios; 12 por lo cual se presentaron ante el rey y le hablaron tocante al mandato real: ¿No firmaste un mandato que cualquier hombre que en el término de treinta días hiciera petición a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, fuera echado en el foso de los leones? El rey respondió, y dijo: La orden[h] es cierta, conforme a la ley de los medos y persas, que no puede ser revocada[i]. 13 Entonces ellos respondieron y dijeron al rey: Daniel, que es uno de los deportados[j] de Judá, no te hace caso, oh rey, ni del mandato que firmaste, sino que tres veces al día hace su oración. 14 Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho y se propuso librar a Daniel; y hasta la puesta del sol estuvo buscando la manera de librarlo. 15 Entonces aquellos hombres vinieron de común acuerdo[k] al rey y le dijeron[l]: Reconoce, oh rey, que es ley de los medos y persas que ningún mandato o edicto que el rey establezca, puede ser revocado.

16 El rey entonces dio órdenes que trajeran a Daniel y lo echaran en el foso de los leones. El rey habló a Daniel y le dijo: Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, El te librará. 17 Trajeron una piedra y la pusieron sobre la boca del foso; el rey la selló con su anillo y con los anillos de sus nobles, para que nada pudiera cambiarse de lo ordenado en cuanto a Daniel. 18 Después el rey se fue a su palacio y pasó la noche en ayuno; ningún entretenimiento fue traído ante él y se le fue el sueño.

19 Entonces el rey se levantó al amanecer, al rayar el alba, y fue a toda prisa al foso de los leones. 20 Y acercándose al foso, gritó a Daniel con voz angustiada. El rey habló a Daniel y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, tu Dios, a quien sirves con perseverancia, ¿te ha podido librar de los leones? 21 Entonces Daniel respondió al[m] rey: Oh rey, vive para siempre. 22 Mi Dios envió su ángel, que cerró la boca de los leones, y no me han hecho daño alguno porque fui hallado inocente[n] ante El; y tampoco ante ti, oh rey, he cometido crimen alguno. 23 El rey entonces se alegró mucho y mandó sacar a Daniel del foso. Cuando Daniel fue sacado del foso, no se encontró en él lesión alguna, porque había confiado en su Dios. 24 El rey dio órdenes que trajeran a aquellos hombres que habían acusado falsamente a[o] Daniel, y que los echaran, a ellos, a sus hijos y a sus mujeres en el foso de los leones. No habían llegado aún al fondo del foso, cuando ya los leones se habían apoderado de ellos y triturado todos sus huesos.

25 Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitaban en toda la tierra: Que abunde vuestra paz[p]. 26 De parte mía se proclama un decreto de que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen delante del Dios de Daniel,

porque El es el Dios viviente que permanece para siempre,
y su reino no será destruido
y su dominio durará para siempre[q].
27 El es el que libra y rescata, hace señales y maravillas
en el cielo y en la tierra,
el que ha librado a Daniel del poder[r] de los leones.
28 Y este mismo Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el Persa.

Footnotes:

Daniel 6:1 En aram., cap. 6:2
Daniel 6:3 Lit., Entonces
Daniel 6:3 Lit., sobre
Daniel 6:6 O, en grupo
Daniel 6:8 Lit., nunca dejará de ser
Daniel 6:10 O, porque
Daniel 6:11 O, en grupo
Daniel 6:12 Lit., palabra
Daniel 6:12 Lit., nunca dejará de ser
Daniel 6:13 Lit., hijos del destierro
Daniel 6:15 O, en grupo
Daniel 6:15 Lit., y dijeron al rey
Daniel 6:21 Lit., habló con el
Daniel 6:22 Lit., inocencia fue hallada en mí
Daniel 6:24 Lit., habían comido los pedazos de
Daniel 6:25 O, vuestro bienestar
Daniel 6:26 Lit., hasta el fin
Daniel 6:27 Lit., de la mano
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2 Pedro 3 La Biblia de las Américas (LBLA)

La promesa de la venida del Señor
3 Amados, esta es ya la segunda carta que os escribo, en las cuales, como recordatorio, despierto en vosotros vuestro sincero entendimiento[a], 2 para que recordéis las palabras dichas de antemano por los santos profetas, y el mandamiento del Señor y Salvador declarado por vuestros apóstoles. 3 Ante todo, sabed esto: que en los últimos días vendrán burladores, con su sarcasmo, siguiendo sus propias pasiones, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo continúa tal como estaba desde el principio de la creación. 5 Pues cuando dicen esto, no se dan cuenta de que[b] los cielos existían desde hace mucho tiempo, y también la tierra, surgida del agua y establecida entre las aguas por la palabra de Dios, 6 por lo cual el mundo de entonces fue destruido, siendo inundado con agua; 7 pero los cielos y la tierra actuales están reservados por su palabra para el fuego, guardados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.

El día del Señor
8 Pero, amados, no ignoréis esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9 El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros[c], no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento[d]. 10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego[e] intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas[f]. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad, 12 esperando y apresurando la venida del día de Dios, en[g] el cual los cielos serán destruidos por fuego[h] y los elementos se fundirán con intenso calor! 13 Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia.

Exhortación final
14 Por tanto, amados, puesto que aguardáis estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por El en paz, sin mancha e irreprensibles, 15 y considerad la paciencia de nuestro Señor como salvación, tal como os escribió también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le fue dada. 16 Asimismo en todas sus cartas habla en ellas de esto; en las cuales hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inestables tuercen—como también tuercen el resto de las Escrituras—para su propia perdición[i]. 17 Por tanto, amados, sabiendo esto de antemano, estad en guardia, no sea que arrastrados por el error de hombres libertinos[j], caigáis de vuestra firmeza; 18 antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

Footnotes:

2 Pedro 3:1 O, vuestra mente sincera
2 Pedro 3:5 O, ignoran intencionadamente este hecho, que
2 Pedro 3:9 Algunos mss. posteriores dicen: nosotros
2 Pedro 3:9 I.e., tengan oportunidad de arrepentirse
2 Pedro 3:10 O, calor
2 Pedro 3:10 Algunos mss. antiguos dicen: descubiertas
2 Pedro 3:12 Lit., por
2 Pedro 3:12 Lit., encendiéndose
2 Pedro 3:16 O, destrucción
2 Pedro 3:17 O, sin principios morales
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Salmos 119:129-152 La Biblia de las Américas (LBLA)

Pe.

129 Maravillosos son tus testimonios,
por lo que los guarda mi alma.
130 La exposición de tus palabras imparte luz;
da entendimiento a los sencillos.
131 Abrí mi boca y suspiré[a],
porque anhelaba tus mandamientos.
132 Vuélvete a mí y tenme piedad,
como acostumbras con los que aman tu nombre.
133 Afirma mis pasos en tu palabra[b],
y que ninguna iniquidad me domine.
134 Rescátame de la opresión del hombre,
para que yo guarde tus preceptos.
135 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo,
y enséñame tus estatutos.
136 Ríos de lágrimas[c] vierten mis ojos,
porque ellos no guardan tu ley.
Tsade.

137 Justo eres tú, Señor,
y rectos tus juicios.
138 Has ordenado tus testimonios con justicia,
y con suma fidelidad.
139 Mi celo me ha consumido[d],
porque mis adversarios han olvidado tus palabras.
140 Es muy pura[e] tu palabra[f],
y tu siervo la ama.
141 Pequeño soy, y despreciado,
mas no me olvido de tus preceptos.
142 Tu justicia es justicia eterna,
y tu ley verdad.
143 Angustia y aflicción han venido sobre mí[g],
mas tus mandamientos son mi deleite.
144 Tus testimonios son justos para siempre;
dame entendimiento para que yo viva.
Cof.

145 He clamado con todo mi corazón; ¡respóndeme, Señor!
Guardaré tus estatutos.
146 A ti clamé; sálvame,
y guardaré tus testimonios.
147 Me anticipo al alba y clamo;
en tus palabras espero[h].
148 Mis ojos se anticipan a las vigilias de la noche,
para meditar en tu palabra[i].
149 Oye mi voz conforme a tu misericordia;
vivifícame, oh Señor, conforme a tus ordenanzas.
150 Se me acercan los que siguen la maldad;
lejos están de tu ley.
151 Tú estás cerca, Señor,
y todos tus mandamientos son verdad.
152 Desde hace tiempo he sabido de tus testimonios,
que para siempre los has fundado.
Footnotes:

Salmos 119:131 O, jadeé
Salmos 119:133 O, promesa
Salmos 119:136 Lit., agua
Salmos 119:139 Lit., destruido
Salmos 119:140 Lit., refinada
Salmos 119:140 O, promesa
Salmos 119:143 Lit., me han hallado
Salmos 119:147 O, espero tus palabras
Salmos 119:148 O, promesa
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Proverbios 28:21-22 La Biblia de las Américas (LBLA)

21 Hacer acepción de personas[a] no es bueno,
pues por un bocado de pan el hombre pecará.
22 El hombre avaro[b] corre tras la riqueza,
y no sabe que la miseria vendrá sobre él.
Footnotes:

Proverbios 28:21 Lit., Fijarse en los rostros
Proverbios 28:22 Lit., de ojo maligno
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