Día 110, DAB Español, Viernes 20 de Abril
Josué 21:1-22:20; Lucas 20:1-26; Salmos 89:1-13; Proverbios 13:15-16 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Josué
21:1-22:20 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Ciudades de los levitas
21 Los jefes de las familias levitas fueron a hablar
con el sacerdote Eleazar, y con Josué hijo de Nun y los jefes de las tribus de
Israel, 2 los cuales estaban en Silo, en la tierra de Canaán, y les dijeron:
«El Señor le ordenó a Moisés que nos dieran ciudades
donde pudiéramos habitar, con ejidos para nuestros ganados.»
3 Entonces de su propia herencia el pueblo de Israel
les dio a los levitas ciudades con sus ejidos, porque el Señor se lo había
prometido.
4 El primer sorteo fue para las familias de los
coatitas, que eran descendientes del sacerdote Aarón y también levitas. Ellos
recibieron ciudades de las tribus de Judá, de Simeón y de Benjamín; en total,
trece ciudades.
5 A los otros hijos de Coat les tocaron por sorteo
diez ciudades de las tribus de Efraín, de Dan y de la media tribu de Manasés.
6 Los hijos de Gersón recibieron por sorteo trece
ciudades de las tribus de Isacar, de Aser, de Neftalí y de la media tribu de
Manasés que se había quedado en Basán.
7 Los hijos de Merari recibieron doce ciudades de las
tribus de Rubén, de Gad y de Zabulón, según el número de sus familias.
8 Los hijos de Israel les dieron a los levitas, por
sorteo, estas ciudades con sus ejidos, tal y como el Señor se lo ordenó a
Moisés.
9 Las tribus de los descendientes de Judá y de Simeón
cedieron las ciudades que ya han sido mencionadas, 10 y que las familias de
Coat, hijos de Aarón, recibieron de los hijos de Leví, porque ellos fueron los
primeros en el sorteo. 11 En el monte de Judá les dieron Hebrón, que era
Quiriat Arbá, la tierra del gigante Anac, con los ejidos que la rodeaban; 12
pero a Caleb hijo de Yefune le dieron el campo de la ciudad y sus aldeas.
13 A los hijos del sacerdote Aarón les dieron Hebrón
con sus ejidos, como ciudad de refugio para los homicidas, y además Libna y sus
ejidos, 14 Jatir y sus ejidos, Estemoa y sus ejidos, 15 Holón y sus ejidos,
Debir y sus ejidos, 16 Ayin y sus ejidos, Yutá y sus ejidos, y Bet Semes y sus
ejidos; es decir, nueve ciudades para estas dos tribus. 17 De la tribu de
Benjamín recibieron Gabaón y Geba, con sus ejidos; 18 Anatot y Almón con sus
ejidos; cuatro ciudades. 19 En total, trece ciudades y sus ejidos fueron para
los sacerdotes hijos de Aarón.
20 Los levitas que aun quedaban, y que pertenecían a
las familias de los hijos de Coat, recibieron por sorteo cuatro ciudades de la
tribu de Efraín. 21 En el monte de Efraín les dieron Siquén, que era una ciudad
de refugio para los homicidas, con sus ejidos, y además Guézer, 22 Quibsayin y
Bet Jorón con sus ejidos. 23 De la tribu de Dan, recibieron cuatro ciudades con
sus ejidos: Elteque, Gibetón, 24 Ayalón y Gat Rimón. 25 De la media tribu de
Manasés recibieron dos ciudades con sus ejidos: Tanac y Gat Rimón. 26 Las
ciudades que recibió el resto de las familias de los hijos de Coat fueron diez,
con sus ejidos.
27 De la media tribu de Manasés los hijos de Gersón,
de las familias levitas, recibieron dos ciudades con sus ejidos: Golán en
Basán, ciudad de refugio para los homicidas; y Besterá con sus ejidos. 28 De la
tribu de Isacar, recibieron cuatro ciudades con sus ejidos; Cisón, Daberat, 29
Jarmut y Enganín. 30 De la tribu de Aser, recibieron cuatro ciudades con sus
ejidos: Misal, Abdón, 31 Jelcat y Rejob. 32 De la tribu de Neftalí, recibieron
tres ciudades con sus ejidos: Cedes en Galilea, que era una ciudad de refugio
para los homicidas, Jamot Dor y Cartán. 33 En total, las ciudades que
recibieron los gersonitas, con sus ejidos y según el número de sus familias,
fueron trece.
34 Los levitas que quedaban de las familias de los
hijos de Merari recibieron de la tribu de Zabulón cuatro ciudades con sus
ejidos: Jocneán, Carta, 35 Dimna y Nalal. 36 De la tribu de Rubén recibieron
cuatro ciudades con sus ejidos: Beser, Yahás, 37 Cademot y Mefagat. 38 De la
tribu de Gad, recibieron cuatro ciudades con sus ejidos: Ramot de Galaad, que
era una ciudad de refugio para los homicidas, Majanayin, 39 Jesbón y Jazer. 40
En total, las ciudades con sus ejidos que les tocaron por sorteo a los hijos de
Merari, es decir, a los levitas que quedaban, según el número de sus familias,
fueron doce.
41 En total, las ciudades con sus ejidos que
recibieron los levitas de entre las posesiones del pueblo de Israel, fueron
cuarenta y ocho. 42 Estas ciudades estaban distantes entre sí, y todas estaban
rodeadas de sus ejidos.
Israel ocupa la tierra
43 Así fue como el Señor dio a Israel toda la tierra
que había jurado a sus padres que les daría, y de la cual tomaron en posesión
para habitarla. 44 Y el Señor les dio reposo, conforme a todo lo que les había
prometido a sus padres. Ninguno de sus enemigos pudo presentarles batalla,
porque el Señor los había vencido. 45 No faltó una sola de todas las promesas
que el Señor le había hecho a la casa de Israel. Todas ellas se cumplieron.
El altar junto al Jordán
22 Josué mandó llamar a los rubenitas y gaditas, y a
la media tribu de Manasés, 2 y les dijo:
«Ustedes han cumplido con lo que les mandó Moisés, el
siervo del Señor, y a mí me han obedecido en todo. 3 En todo este tiempo no han
abandonado a sus hermanos, y se han esforzado por cumplir los mandamientos del
Señor nuestro Dios. 4 Ahora que nuestro Señor y Dios ha dado reposo a sus
hermanos, tal y como lo había prometido, ya pueden volver a sus campamentos, a
la tierra que es de ustedes, y que Moisés, el siervo del Señor, les dio al otro
lado del Jordán. 5 Solamente les pido que cumplan fielmente el mandamiento y la
ley que Moisés, siervo del Señor, les dio: que amen al Señor nuestro Dios, y
que se mantengan en todos sus caminos; que cumplan sus mandamientos y lo sigan
solamente a él, y que le sirvan con todo su corazón y con toda su alma.»
6 Luego de bendecirlos, Josué los despidió, y ellos
volvieron a sus campamentos.
7 Una media tribu de Manasés había recibido de Moisés
un territorio en Basán; a la otra mitad Josué le dio tierras entre sus hermanos
en la región occidental del río Jordán. También a ellos los bendijo y los envió
a sus campamentos. 8 Les dijo:
«Vuelvan a sus tierras. Ya que llevan grandes riquezas
y mucho ganado, y plata, oro, bronce y muchos vestidos, compartan con sus
hermanos ese botín que le arrebataron a sus enemigos.»
9 Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de
Manasés, se marcharon y se alejaron de los hijos de Israel. Salieron de Silo,
que estaba en la tierra de Canaán, y se fueron a Galaad, donde en conformidad
con lo que el Señor le mandó a Moisés tenían sus posesiones.
10 Cuando llegaron a los límites del Jordán, en la
tierra de Canaán, los hijos de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés
levantaron un altar muy grande e impresionante junto al río Jordán. 11 El
pueblo de Israel se enteró de que sus hermanos habían edificado ese altar junto
al Jordán, frente a la tierra de Canaán, 12 y en cuanto lo supieron, todos
ellos se reunieron en Silo, dispuestos a ir y pelear contra ellos, 13 aunque
antes enviaron a Finés, hijo del sacerdote Eleazar, para que hablara en Galaad
con los hijos de Rubén y Gad, y con la media tribu de Manasés. 14 Finnes fue
acompañado de diez jefes que representaban a cada una de las familias de
Israel. 15 Éstos fueron a hablar con los hijos de Rubén y de Gad, y con la
media tribu de Manasés, y les dijeron:
16 «Todo el pueblo del Señor pregunta: “¿Por qué
faltan a su juramento y pecan contra el Dios de Israel? ¿Por qué se apartan de
su camino levantando un altar y rebelándose contra él? 17 ¿No ha sido suficiente
la maldad de Pegor, de la que todavía no estamos limpios, y por la cual hubo
tantas muertes entre el pueblo del Señor, 18 para que ahora ustedes se aparten
y ya no lo sigan?” Hoy ustedes se rebelan contra el Señor, ¡y mañana él se
enojará contra todo el pueblo de Israel! 19 Si creen que la tierra que les ha
tocado es impura, vengan a nuestra tierra, que es posesión del Señor, pues allí
está su tabernáculo, y tomen las tierras que deseen; pero no se rebelen contra
el Señor ni contra nosotros, pues así lo dan a entender al levantar otro altar,
aparte del que ya tiene el Señor nuestro Dios. 20 ¿Acaso no fue un gran pecado
el que cometió Acán hijo de Zeraj, al tomar lo que estaba bajo maldición, y por
eso el Señor se enojó con toda la comunidad de Israel? ¡Y ese hombre no murió
solo en su maldad!»
Reina Valera Contemporánea (RVC)
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Lucas
20:1-26 Reina Valera Contemporánea (RVC)
La autoridad de Jesús
20 Un día, mientras Jesús estaba en el templo enseñando
al pueblo y anunciándoles las buenas noticias, llegaron los principales
sacerdotes y los escribas, junto con los ancianos, 2 y le preguntaron: «¿Con
qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado esta autoridad?» 3 Jesús les
dijo: «Yo también voy a hacerles una pregunta. Díganme: 4 El bautismo de Juan,
¿era del cielo, o de este mundo?» 5 Ellos empezaron a discutir entre sí: «Si
decimos que era del cielo, nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?” 6 Y
si decimos que era de los hombres, todo el pueblo nos matará a pedradas, pues
están convencidos de que Juan era un profeta.» 7 Y respondieron que no sabían
de dónde era. 8 Entonces Jesús les dijo: «Pues yo tampoco les diré con qué
autoridad hago estas cosas.»
Los labradores malvados
9 Luego comenzó a contarle a la gente esta parábola:
«Un hombre plantó una viña, se la arrendó a unos labradores, y se ausentó por
mucho tiempo. 10 A su debido tiempo, envió a uno de sus siervos para que los
labradores le entregaran la parte de lo que la viña había producido; pero los
labradores lo golpearon y lo mandaron con las manos vacías. 11 Volvió a enviar
a otro siervo; pero ellos golpearon y humillaron también a éste, y lo enviaron
con las manos vacías. 12 Envió entonces a un tercer siervo, pero también a éste
lo hirieron y lo echaron de allí. 13 Entonces el dueño de la viña dijo: “¿Qué
haré? Voy a enviar a mi hijo amado. Tal vez, cuando lo vean, le tendrán
respeto.” 14 Pero cuando los labradores lo vieron, se dijeron unos a otros:
“Éste es el heredero. Vamos a matarlo, para quedarnos con la herencia.” 15 Así
que lo expulsaron de la viña, y lo mataron. ¿Qué creen ustedes que el dueño de
la viña hará con ellos? 16 Pues irá y matará a esos labradores, y dará su viña
a otros.»
Al oír esto, la gente exclamó: «¡Dios nos libre!» 17
Pero Jesús los miró fijamente y les dijo: «¿Qué significa esta escritura que
dice:
»“La piedra que desecharon los constructores
ha venido a ser la piedra angular?”
18 Todo el que caiga sobre esa piedra, se hará
pedazos; y si ella cae sobre alguien, lo aplastará por completo.»
La
cuestión del tributo
19 En ese mismo instante los principales sacerdotes y
los escribas trataron de echarle mano, pues comprendieron que, al contar esa
parábola, Jesús se refería a ellos. Pero tenían miedo de la gente; 20 entonces
enviaron espías que parecían gente buena, para que lo acecharan y atraparan a
Jesús en sus propias palabras, y así poder ponerlo bajo el poder y la autoridad
del gobernador. 21 Los espías le preguntaron: «Maestro, sabemos que dices y
enseñas con rectitud, y que no discriminas a nadie, sino que en verdad enseñas
el camino de Dios. 22 ¿Nos está permitido pagar tributo al César, o no?» 23
Pero Jesús se dio cuenta de sus malas intenciones, y les dijo: 24 «Muéstrenme
una moneda. ¿De quién son la imagen y la inscripción?» Ellos respondieron: «Del
César.» 25 Entonces Jesús les dijo: «Pues den al César lo que es del César, y a
Dios lo que es de Dios.» 26 Así que no pudieron sorprenderlo ante el pueblo en
ninguna palabra; y admirados de su respuesta, no dijeron más.
Reina Valera Contemporánea (RVC)
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Salmos
89:1-13 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Pacto de Dios con David
Masquil de Etán ezraíta.
89 Por siempre alabaré la misericordia del Señor;
de una generación a otra, mis labios exaltarán tu
fidelidad.
2 Por siempre afirmaré que tu misericordia
se mantendrá firme en los cielos,
y que en ellos se afirmará tu verdad.
3 Tu dijiste: «He hecho un pacto con mi escogido.
A mi siervo David le hice este juramento:
4 “Confirmaré tu descendencia para siempre,
y afirmaré tu trono por todas las generaciones.”»
5 Señor, los cielos celebran tus maravillas;
la congregación de los santos proclama tu verdad.
6 ¿Quién, Señor, se iguala a ti en los cielos?
¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses?
7 ¡Dios temible en el concilio de los santos!
¡Dios grande y terrible sobre cuantos lo rodean!
8 Poderoso Señor, Dios de los ejércitos,
¿Quién como tú? ¡Tu fidelidad te rodea!
9 Tú dominas la violencia del mar;
cuando sus ondas se agitan, tú las sosiegas.
10 Tú aplastaste a Rajab y lo heriste de muerte;
con tu brazo poderoso dispersaste a tus enemigos.
11 Tuyos son los cielos, tuya también la tierra
y el mundo y su plenitud, pues tú lo fundaste.
12 Tú creaste el norte y el sur;
los montes Tabor y Hermón alaban tu nombre.
13 Tuyo es el brazo poderoso;
fuerte es tu mano, y exaltada tu diestra.
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Proverbios
13:15-16 Reina Valera Contemporánea (RVC)
15 El buen juicio genera afecto;
el camino de los transgresores es inflexible.
16 El que es astuto procede con sabiduría;
el que es necio deja ver su necedad.
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