Día 207, DAB Español, Jueves 26 de Julio
2 Crónicas 17:1-18:34; Romanos 9:25-10:12; Salmos 20; Proverbios 20:2-3 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
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Crónicas 17-18 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Reinado de Josafat
17 Después de Asa reinó en su lugar su hijo Josafat,
el cual se impuso por la fuerza sobre Israel. 2 En todas las ciudades
fortificadas de Judá puso ejércitos, y colocó guarniciones en Judá y en las
ciudades de Efraín que su padre Asa había conquistado. 3 El Señor estuvo con
Josafat, porque éste no se fue tras los baales, sino que siguió los caminos por
los que antes anduvo David, su padre; 4 buscó al Dios de sus antepasados y
siguió sus mandamientos y no lo que hacían los de Israel. 5 Por eso el Señor confirmó
en sus manos el reino, y todo Judá le daba tributo, así que llegó a tener
grandes y abundantes riquezas y esplendor. 6 Se entrego de corazón a los
caminos del Señor, y quitó de en medio de Judá los lugares altos y las imágenes
de Asera.
7 Al tercer año de su reinado, Josafat envió a sus
príncipes Ben Jayil, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que instruyeran
a la gente en las ciudades de Judá. 8 Con ellos envió a los levitas Semaías,
Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías, y
también a los sacerdotes Elisama y Jorán. 9 Éstos llevaban consigo el libro de
la ley del Señor, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo.
10 El pavor del Señor dominaba a todos los reinos
vecinos de Judá, y éstos nunca se atrevieron a declararle la guerra a Josafat.
11 Los filisteos le pagaban a Josafat tributos de plata y le llevaban regalos.
También los árabes le llevaban ganados y hasta siete mil setecientos carneros y
siete mil setecientos machos cabríos. 12 Con esto, Josafat fue ganando mucha
fuerza, y edificó en Judá fortalezas y ciudades de aprovisionamiento. 13
Acumuló muchas provisiones en las ciudades de Judá, y en Jerusalén tenía
hombres muy valientes y aguerridos. 14 Según sus casas paternas y los jefes de los
legiones de Judá, su número era el siguiente:
Trescientos mil guerreros muy esforzados, bajo el
mando del general Adnas.
15 Doscientos ochenta mil soldados, bajo el mando del
jefe Johanán.
16 Doscientos mil valientes, bajo el mando de Amasías
hijo de Zicri, que se había presentado voluntariamente para servir al Señor.
17 Doscientos mil guerreros armados de arco y escudo,
bajo el mando de Eliada, un benjaminita muy valeroso.
18 Ciento ochenta mil hombres en pie de guerra, bajo
el mando de Jozabad.
19 Todos ellos estaban al servicio del rey, sin contar
a los que el rey mismo había puesto en las ciudades fortificadas de todo Judá.
Micaías profetiza la derrota de Ajab
18 Además de sus abundantes riquezas y gran esplendor,
Josafat se emparentó con Ajab, 2 así que algunos años después fue a Samaria
para visitar a Ajab, y Ajab mató muchas ovejas y bueyes para él y para la gente
que lo acompañaba, pero lo persuadió a unirse con él para atacar a Ramot de
Galaad. 3 El rey Ajab de Israel le dijo al rey Josafat de Judá:
«¿Quieres atacar conmigo a Ramot de Galaad?»
Y Josafat le respondió:
«Yo soy como tú, y mi pueblo es como tu pueblo. Iremos
contigo a la guerra. 4 Pero antes te ruego que consultes hoy mismo la palabra
del Señor.»
5 El rey de Israel reunió a cuatrocientos profetas, y
les preguntó:
«¿Debemos ir a la guerra contra Ramot de Galaad, o
debo quedarme quieto?»
Los profetas dijeron:
«Su Majestad puede ir, porque Dios los pondrá en sus
manos.»
6 Pero Josafat dijo:
«¿No hay aquí algún profeta del Señor, por medio del
cual podamos consultarlo?»
7 El rey de Israel le respondió a Josafat:
«Aún queda uno, que es Micaías hijo de Imla. Por medio
de él podemos consultar al Señor. Pero yo lo aborrezco, porque nunca me
profetiza nada bueno, sino sólo cosas malas.»
Josafat objetó:
«No hable así Su Majestad.»
8 El rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo:
«¡Que venga enseguida Micaías hijo de Imla!»
9 Tanto el rey de Israel como el rey Josafat de Judá
estaban sentados en su trono y vestidos con sus ropas reales, en la plaza que
estaba junto a la entrada de la puerta de Samaria, mientras todos los profetas
profetizaban en su presencia. 10 Sedequías hijo de Quenaná había hecho unos
cuernos de hierro, y decía:
«Así ha dicho el Señor: “Con éstos cuernos atacarás a
los sirios, hasta destruirlos por completo.”»
11 También todos los profetas profetizaban lo mismo, y
decían:
«Vaya Su Majestad y ataque a Ramot de Galaad, que
obtendrá la victoria. El Señor la pondrá en sus manos.»
12 El mensajero que había ido a llamar a Micaías, le
dijo:
«Toma en cuenta que las palabras de los profetas
coinciden en anunciar al rey cosas buenas. Yo te ruego que hables bien, y que
tus palabras sean como las de ellos.»
13 Pero Micaías respondió:
«Juro por el Señor, que sólo diré lo que mi Dios me
ordene decir.»
Cuando Micaías se presentó ante el rey, 14 éste le
dijo:
«Micaías, ¿debemos ir y pelear contra Ramot de Galaad,
o debo quedarme quieto?»
Y Micaías respondió:
«Vayan, que van a obtener la victoria. Esa gente será
puesta en las manos de ustedes.»
15 El rey le dijo:
«¿Cuántas veces debo hacerte jurar, por el nombre del
Señor, que no me digas nada que no sea la verdad?»
16 Entonces Micaías dijo:
«Veo a todo Israel esparcido por los montes, como
ovejas sin pastor. El Señor ha dicho: “Esta gente no tiene a quien seguir. Que
se regresen todos a su casa en paz.”»
17 El rey de Israel le dijo entonces a Josafat:
«¿No te había dicho ya que éste no me profetizaría
nada bueno, sino sólo el mal?»
18 Pero Micaías añadió:
«Escuchen la palabra del Señor: Yo he visto al Señor sentado
en su trono. A su derecha y a su izquierda estaba todo el ejército de los
cielos. 19 Y el Señor preguntó: “¿Quién inducirá a Ajab, el rey de Israel, para
que ataque a Ramot de Galaad y muera en el intento?” Y uno decía una cosa, y
otro decía otra. 20 Pero un espíritu fue y se puso delante del Señor, y dijo:
“Yo lo induciré.” Y el Señor preguntó: “¿Y cómo lo harás?” 21 Y aquel espíritu
dijo: “Saldré y seré un espíritu de mentira en labios de todos sus profetas.”
Entonces el Señor dijo: “Ve y hazlo así. Indúcelo, que lograrás hacerlo.” 22
Así que el Señor ha puesto un espíritu de mentira en labios de estos profetas
tuyos. El Señor ha dictado el mal contra ti.»
23 En ese momento Sedequías hijo de Quenaná se acercó
a Micaías y lo golpeó en la mejilla, a la vez que le decía:
«¿Y por dónde salió de mí el espíritu del Señor para
hablarte a ti?»
24 Y Micaías le respondió:
«Lo verás cuando llegue el momento, y que será cuando
vayas de un cuarto a otro, para esconderte.»
25 Entonces el rey de Israel dijo:
«Agarren a Micaías, y llévenlo ante Amón, el
gobernador de la ciudad, y ante Joás, el hijo del rey. 26 Díganles que yo, el
rey, ordeno que lo metan a la cárcel, y que lo tengan a pan y agua, para que
sufra y se angustie hasta que yo vuelva en paz.»
27 Pero Micaías dijo, y lo repitió:
«¡Escúchenme, pueblos todos! Si tú vuelves en paz,
entonces el Señor no ha hablado por medio de mí.»
28 El rey de Israel y el rey Josafat de Judá se
dirigieron a Ramot de Galaad para atacarla. 29 Y el rey de Israel le dijo a
Josafat:
«Yo voy a disfrazarme para entrar en batalla. Pero tú
puedes llevar puestas tus vestimentas reales.»
Y así, el rey de Israel se disfrazó y entró en
batalla. 30 Por su parte, el rey de Siria había dado a los capitanes de los
carros que tenía consigo, la siguiente orden:
«No traben combate con nadie, chico o grande, sino
sólo con el rey de Israel.»
31 En cuanto los capitanes de los carros vieron a
Josafat, dijeron: «Éste es el rey de Israel», y lo rodearon para pelear contra
él, pero Josafat clamó al Señor y el Señor lo ayudó y apartó de él a sus
atacantes, 32 pues cuando los capitanes de los carros vieron que no era el rey
de Israel, dejaron de atacarlo. 33 Pero uno de ellos disparó una flecha al azar
y logró herir de muerte al rey de Israel, pues le dio entre las junturas de su
armadura. Entonces el rey le ordenó al cochero:
«Da vuelta al carro y sácame del campo, que estoy mal
herido.»
34 Pero la batalla arreció ese día, así que el rey de
Israel tuvo que mantenerse en pie en el carro, frente a los sirios, hasta la
tarde; y murió al ponerse el sol.
Reina Valera Contemporánea (RVC)
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Romanos
9:25-10:12 Reina Valera Contemporánea (RVC)
25 Como también se dice en Oseas:
«Llamaré “pueblo mío” al que no era mi pueblo,
Y llamaré “amada mía” a la que no era mi amada.
26 Y en el lugar donde se les dijo: “Ustedes no son mi
pueblo”,
Allí serán llamados “hijos del Dios viviente”.»
27 También Isaías clama, en referencia a Israel:
«Aunque los descendientes de Israel sean tan numerosos como la arena del mar,
tan sólo el remanente será salvo; 28 porque el Señor ejecutará su sentencia sobre
la tierra con justicia y prontitud.» 29 Y como antes dijo Isaías:
«Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado
descendencia,
Ya seríamos como Sodoma, y nos pareceríamos a
Gomorra.»
La justicia que es por fe
30 Entonces, ¿qué diremos? Que los no judíos, que no
buscaban la justicia, la han alcanzado; es decir, la justicia que viene por
medio de la fe. 31 Pero Israel, que buscaba una ley de justicia, no la alcanzó.
32 ¿Por qué? Porque no la buscaba a partir de la fe, sino a partir de las obras
de la ley; y tropezaron en la piedra de tropiezo, 33 como está escrito:
«Yo pongo en Sión una piedra de tropiezo y una roca de
caída;
pero el que crea en él, no será avergonzado.»
10 Hermanos, ciertamente lo que mi corazón anhela, y
lo que pido a Dios en oración es la salvación de Israel. 2 Me consta que
ustedes tienen celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento. 3
Pues al ignorar la justicia de Dios y procurar establecer su propia justicia,
no se sujetaron a la justicia de Dios; 4 porque el cumplimiento de la ley es
Cristo, para la justicia de todo aquel que cree.
5 Moisés describe así a la justicia que se basa en la
ley: «Quien practique estas cosas, vivirá por ellas.» 6 Pero la justicia que se
basa en la fe dice así: «No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (Es
decir, para hacer que Cristo baje.) 7 ¿O quién bajará al abismo? (Es decir,
para hacer subir a Cristo de entre los muertos.)» 8 Lo que dice es: «La palabra
está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón.» Ésta es la palabra de fe que
predicamos: 9 «Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu
corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.» 10 Porque con el
corazón se cree para alcanzar la justicia, pero con la boca se confiesa para
alcanzar la salvación. 11 Pues la Escritura dice: «Todo aquel que cree en él,
no será defraudado.» 12 Porque no hay diferencia entre el que es judío y el que
no lo es, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que
lo invocan,
Reina Valera Contemporánea (RVC)
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Salmos
20 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Oración en que se pide la victoria
Al músico principal. Salmo de David.
20 Que el Señor te oiga en momentos de angustia;
que te defienda el Nombre, el Dios de Jacob.
2 Que desde su templo te envíe su ayuda;
que desde Sión te brinde su apoyo.
3 Que tome en cuenta tus ofrendas
Y acepte con agrado tus holocaustos.
4 Que responda a los deseos de tu corazón
y te conceda todas tus peticiones.
5 ¡Nos llenará de gozo el verte victorioso,
y en el nombre del Dios nuestro alzaremos las
banderas!
¡Que el Señor responda a todas tus plegarias!
6 Ahora sé que el Señor salvará a su ungido,
que lo escuchará desde su santo cielo,
y que con su diestra poderosa le dará la victoria.
7 Algunos confían en sus carros de guerra;
otros confían en su caballería,
Pero nosotros confiamos en el Nombre,
¡confiamos en el Señor, nuestro Dios!
8 Unos y otros flaquean, y caen por tierra,
pero nosotros nos mantenemos erguidos y en pie.
9 Señor, ¡concede al rey la victoria!
¡Respóndenos cuando te invoquemos!
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Proverbios
20:2-3 Reina Valera Contemporánea (RVC)
2 El enojo del rey es como el rugido de un león;
enfurecerlo es atentar contra uno mismo.
3 Al hombre le adorna alejarse de pleitos,
pero los insensatos se enredan en ellos.
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