Día 195, DAB Español, Sábado 14 de Julio
1 Crónicas 16:37-18:17; Romanos 2:1-23; Salmos 10:6-18; Proverbios 19:8-9 (Traducción en lenguaje actual (TLA))
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Crónicas 16:37-18:17 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Los encargados del culto
37 Éstas son las personas que David nombró para que se
hicieran cargo del culto:
Asaf y sus compañeros se hicieron cargo de celebrar
todos los días los cultos delante del cofre del pacto de Dios.
38 Los encargados de vigilar las entradas de la carpa
fueron Obed-edom, Hosá, junto con el hijo de Jedutún, también llamado
Obed-edom, y sesenta y ocho compañeros más.
39 Sadoc y sus compañeros sacerdotes, fueron los
encargados del culto en el santuario que estaba en Gabaón; 40 allí ofrecían
continuamente sacrificios en honor de Dios; lo hacían por la mañana y por la
noche, tal y como lo ordena la ley que Dios le dio a su pueblo Israel.
41-42 Además de esos, David eligió a otros para que
entonaran a Dios el canto de gratitud que se titula: «El amor de Dios es eterno».
Hemán y Jedutún acompañaban este canto con trompetas, platillos y otros
instrumentos musicales. Además, los hijos de Jedutún vigilaban las entradas del
santuario.
43 Después de esto, todos regresaron a sus casas;
David también volvió a su casa y bendijo a su familia.
Dios hace un pacto con David (2 S 7.1-29)
17 David ya vivía tranquilo en su palacio, cuando le
dijo al profeta Natán:
—No está bien que yo viva en un palacio de maderas
finas, mientras el cofre del pacto de Dios todavía está en una carpa.
2 Natán le contestó:
—Haz lo que creas conveniente, pues Dios te apoya en
todo.
3 Sin embargo, Dios le habló a Natán esa misma noche,
y le dijo:
4 «Ve y dile de mi parte a David lo siguiente: “David,
no serás tú quien me construya una casa. 5-6 Dime cuándo les pedí a los jefes
de Israel que me hicieran una casa de maderas finas. ¡Si desde que los saqué a
ustedes de Egipto, siempre he vivido en una carpa!
7 ”Yo soy el Dios todopoderoso. Yo soy quien te puso
al frente de mi pueblo cuando eras un simple pastor de ovejas. 8 Yo soy quien
siempre te ha cuidado, y te ha ayudado a derrotar a tus enemigos. Y soy también
quien te hará muy famoso en este mundo.
9-14 ”También a mi pueblo Israel le he dado un lugar
donde pueda vivir en paz. Nadie volverá a molestarlos ni a hacerles daño, como
cuando los gobernaban los jueces.
”Yo haré que de tus descendientes salgan los reyes de
Israel, y humillaré a tus enemigos. Después de tu muerte, yo haré que uno de
tus hijos llegue a ser rey de mi pueblo. A él sí le permitiré que me construya
una casa, y haré que su reino dure para siempre. Yo seré para él como un padre,
y él será para mí como un hijo. Y nunca dejaré de amarlo, ni lo abandonaré como
abandoné a Saúl”».
15 Entonces Natán fue y le dio el mensaje a David.
David le da gracias a Dios
16 El rey David fue a la carpa donde estaba el cofre
del pacto, se sentó delante de Dios, y le dijo:
«Mi Dios, ¿cómo puedes darme todo esto si mi familia y
yo valemos tan poco? 17 ¿Y cómo es posible que prometas darme aún más, y que
siempre bendecirás a mis descendientes? Me tratas como si fuera yo alguien muy
importante. 18 ¿Qué más te puedo decir Dios mío, por haberme honrado así, si tú
me conoces muy bien?
19 »Tú me dejas conocer tus grandes planes, porque así
lo has querido. 20 ¡Qué grande eres, Dios mío! ¡Todo lo que de ti sabemos es
verdad! ¡No hay ningún otro Dios como tú, 21 ni existe tampoco otra nación como
tu pueblo Israel! ¿A qué otra nación la libraste de la esclavitud? ¿A qué otra
nación la hiciste tan famosa?
»Tú hiciste muchos milagros en favor nuestro, y
arrojaste lejos de nosotros a las naciones y a sus dioses. 22 Así nosotros
hemos llegado a ser tu pueblo, y tú eres nuestro Dios; y esto será así por
siempre.
23 »Mi Dios, yo te pido que le cumplas a mis
descendientes estas promesas que nos acabas de hacer. 24 Haz que ellos se
mantengan en tu servicio, para que tu nombre sea siempre reconocido. Y que todo
el mundo diga: “El Dios de Israel es el Dios todopoderoso”.
25 »Dios mío, yo me atrevo a pedirte esto porque tú
has dicho que mis descendientes serán siempre los reyes de tu pueblo.
26 »Tú eres Dios, y has prometido hacerme bien. 27 Por
eso te ruego que bendigas a mis descendientes para que siempre te sirvan,
porque a quien tú bendigas le irá bien».
David vence a sus enemigos (2 S 8.1-14)
18 Poco tiempo después, David atacó a los filisteos.
Les quitó la ciudad de Gat con sus poblados, y los tuvo bajo su poder. 2
También derrotó a los moabitas, quienes tuvieron que reconocer a David como su
rey, y pagarle impuestos.
3 Cuando Hadad-ézer, rey de Sobá, iba hacia Hamat para
extender su dominio en la región del río Éufrates, David lo derrotó. 4 Como
resultado de la batalla David tomó presos a siete mil jinetes y a veinte mil
soldados de a pie. Se quedó con mil carros de combate. A la mayoría de los
caballos les rompió las patas, y sólo dejó sanos a cien.
5 Los arameos que vivían en Damasco vinieron a ayudar
al rey Hadad-ézer, pero David mató a veintidós mil de ellos. 6-8 Luego puso
guardias entre los arameos que vivían en Damasco, y también ellos tuvieron que
reconocer a David como rey y empezar a pagarle impuestos.
David tomó los escudos de oro que traían los oficiales
de Hadad-ézer y los llevó a Jerusalén. También se llevó muchísimo bronce de
Tibhat y Cun, ciudades que gobernaba Hadad-ézer. Con ese bronce Salomón hizo la
fuente, las columnas y todos los utensilios de bronce para el templo.
Así fue como Dios le dio a David victoria tras
victoria.
9-10 Hadad-ézer había peleado muchas veces contra Toi,
rey de Hamat. Por eso, cuando Toi supo que David había derrotado al ejército de
Hadad-ézer, envió a su hijo Adoram a saludar y felicitar al rey David por su
triunfo.
Adoram le llevó al rey David regalos de oro, plata y
bronce. 11 David le entregó todo esto a Dios, junto con el oro y la plata de
las naciones que había conquistado: Edom, Moab, Amón, Filistea y Amalec.
12 Abisai, jefe de los treinta mejores soldados de
David, mató a dieciocho mil edomitas en el Valle de la Sal. 13 Luego puso
guardias en toda la tierra de Edom, y así los edomitas reconocieron a David
como rey.
Dios seguía dándole victorias a David, 14 y como rey
de los israelitas, David siempre fue bueno y justo con ellos.
Los asistentes de David (2 S 8.16-18; 20.23-26)
15 Los principales asistentes de David fueron los
siguientes:
Joab hijo de Seruiá, que era jefe del ejército;
Josafat hijo de Ahilud, que era secretario del reino.
16 Sadoc hijo de Ahitub, y Abimélec hijo de Abiatar,
que eran sacerdotes;
Savsá, que era su secretario personal;
17 Benaías hijo de Joiadá, jefe del grupo filisteo al
servicio del rey.
Los hijos de David eran los oficiales más importantes
del reino.
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies
Romanos
2:1-23 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Dios es justo
2 Cuando alguno de ustedes acusa a otro de hacer algo
malo, se acusa a sí mismo, porque también hace lo mismo. Así que no tiene
ninguna razón de acusar y juzgar a otro, 2 aunque todos sabemos que, cuando
Dios juzga a quienes hacen lo malo, los juzga correctamente.
3 Si ustedes acusan y juzgan a los demás, pero hacen
lo mismo que ellos, están muy equivocados si creen que Dios no los va a
castigar. 4 Dios es muy bueno, y tiene mucha paciencia, y soporta todo lo malo
que ustedes hacen. Pero no vayan a pensar que lo que hacen no tiene
importancia. Dios los trata con bondad, para que se arrepientan de su maldad. 5
Pero si insisten en desobedecerlo, y no se arrepienten, harán que Dios les
aumente el castigo. Llegará el día del juicio final, cuando Dios juzgará a
todos, y muy enojado, los castigará a ustedes. 6 Porque Dios le dará a cada uno
lo que se merece: 7 a los que hicieron lo bueno, con la esperanza de recibir de
parte de Dios reconocimiento, honor y vida eterna, Dios los dejará vivir para
siempre con él. 8 Pero a los egoístas y malvados, y que no quieren hacer lo
bueno, los castigará con todo su enojo. 9 Todos los malvados serán castigados
con dolor y sufrimiento; en primer lugar, los judíos, pero también los que no
son judíos. 10 A los que hayan hecho el bien, Dios les dará un lugar muy
especial, y también honor y paz; en primer lugar, a los judíos, pero también a
los que no son judíos. 11 ¡Dios no tiene favoritos!
12-13 Dios acepta a los que obedecen la ley de Moisés,
pero rechaza a quienes solamente la escuchan y no la obedecen. Los que conocen
la ley serán juzgados de acuerdo con esa misma ley. Los que no la conocen, y
pecan, serán castigados aunque no conozcan esa ley. 14 Porque los que no son
judíos obedecen los mandatos de la ley de Dios, aunque no la conozcan, pues
ellos mismos saben qué es lo bueno y qué es lo malo. 15-16 Es como si tuvieran
la ley escrita en su mente. Su conducta así lo demuestra, pues cuando piensan
en algo, ya saben si eso está bien o mal.
La buena noticia que yo anuncio enseña que Dios
juzgará a toda la humanidad por medio de Cristo Jesús. En ese día, Dios juzgará
hasta los pensamientos más secretos.
Los judíos y la ley
17 Algunos de ustedes dicen con orgullo que son
judíos. Se sienten muy seguros porque tienen la ley de Moisés y están
orgullosos de su Dios. 18 Creen saber lo que Dios quiere y, cuando estudian la
Biblia, aprenden a conocer qué es lo mejor. 19 Se sienten muy seguros al
decirles a los pecadores lo que deben hacer para ser salvos. 20 Y como tienen
la Biblia en la mano, se creen maestros de los ignorantes y de los inexpertos,
dueños de la verdad y del conocimiento.
21 Pero, ¿cómo pueden enseñar a otros, si ustedes
mismos no aprenden primero? ¿Cómo pueden enseñar que no se debe robar, si ustedes
mismos roban? 22 Dicen que todos deben ser fieles en el matrimonio, pero
ustedes mismos son infieles. Odian a los ídolos, pero roban en los templos de
esos ídolos. 23 Están orgullosos de tener la Biblia, pero no la obedecen, y son
una vergüenza para Dios.
Traducción en lenguaje actual (TLA)
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Salmos
10:6-18 Traducción en lenguaje actual (TLA)
6 y en su interior piensan
que jamás fracasarán,
que nunca tendrán problemas
y que siempre serán felices.
7 Sus palabras ofenden y lastiman;
tras sus palabras esconden
sus malas intenciones.
8 Andan por las calles
espiando a los inocentes,
para caerles encima
y matarlos a traición.
9 Siempre se andan escondiendo,
como el león en su cueva;
siempre están dispuestos a saltar
sobre la gente indefensa,
y en cuanto la atrapan,
la arrastran en su red.
10 Y así, quedan humillados
los que tienen la desgracia
de caer bajo su dominio.
11 Esos malvados piensan
que a ti no te importa,
y que hasta escondes la cara
para no ver lo que pasa.
12-15 ¡Vamos, Dios mío!
¡Llama a cuentas a los malvados!
¿Por qué han de burlarse de ti?
¡Pídeles cuentas de su maldad,
y bórralos de este mundo!
¿Por qué han de creer
que no les pedirás cuentas?
Tú conoces su maldad,
tomas en cuenta su violencia,
y un día les darás su merecido.
¡Tú acabarás con su poder!
¡Dios mío,
no te olvides de los humildes!
Los huérfanos y desvalidos
confían en ti;
¡tú eres quien los ayuda!
16-18 Tú, Dios mío, reinas para siempre
y escuchas la oración de los humildes.
Tú defiendes a los huérfanos
y a los que son maltratados;
tú los animas y les prestas atención.
Pero a los que no te reconocen
los echarás de tu tierra,
para que nadie en este mundo
vuelva a sembrar el terror.
Traducción en lenguaje actual (TLA)
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Proverbios
19:8-9 Traducción en lenguaje actual (TLA)
8 Si en verdad te aprecias, estudia.
Bien harás en practicar lo aprendido.
9 No hay testigo falso
que salga bien librado;
todos los mentirosos serán destruidos.
Traducción en lenguaje actual (TLA)
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