Friday, July 27, 2018

DAB Español, Sábado 28 de Julio

Día 209, DAB Español, Sábado 28 de Julio

2 Crónicas 21:1-23:21; Romanos 11:13-36; Salmos 22:1-18; Proverbios 20:7 (Reina Valera Contemporánea (RVC))






2 Crónicas 21-23 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Reinado de Jorán de Judá
21 Finalmente, Josafat descansó entre sus antepasados, y lo sepultaron en la ciudad de David. En su lugar reinó su hijo Jorán, 2 cuyos hermanos e hijos de Josafat fueron Azarías, Yejiel, Zacarías, Azarías, Micael y Sefatías. Todos ellos eran hijos del rey Josafat de Judá, 3 y recibieron de su padre muchos regalos de oro y plata, objetos preciosos y ciudades fortificadas en Judá, aunque el reino se lo cedió a Jorán, porque éste era el primogénito.

4 Tan pronto como Jorán ascendió al trono de su padre y se afirmó en el poder, mató a filo de espada a todos sus hermanos, y también a algunos de los jefes de Israel. 5 Comenzó a reinar cuando tenía treinta y dos años, y reinó en Jerusalén ocho años. 6 Pero siguió los pasos de los reyes de Israel, a la manera de la casa de Ajab, pues tuvo por mujer a la hija de Ajab y cometió mucha maldad a los ojos del Señor. 7 Pero el Señor no quiso destruir la casa de David, por causa del pacto que había hecho con David y porque le había prometido mantener siempre encendida su lámpara y la de sus hijos.

8 Durante el reinado de Jorán, los edomitas se rebelaron contra el dominio de Judá, y pusieron en el trono su propio rey. 9 Entonces Jorán marchó con sus jefes y con todos sus carros de guerra, y una noche atacó y derrotó a los edomitas que lo habían sitiado, y también a todos los comandantes de sus carros. 10 A pesar de esto, Edom se liberó del dominio de Judá, hasta el día de hoy.

Por ese mismo tiempo, Libna se liberó del dominio de Jorán, porque éste se apartó del Señor, el Dios de sus padres.

11 Además de esto, Jorán construyó lugares altos en los montes de Judá, con lo que hizo que los habitantes de Jerusalén se prostituyeran, lo mismo que los de Judá. 12 Pero le llegó una carta del profeta Elías, la cual decía:

«Así ha dicho el Señor, el Dios de David, tu padre: Puesto que no has seguido el ejemplo de Josafat, tu padre, ni el del rey Asa de Judá, 13 sino que has imitado el mal ejemplo de los reyes de Israel y has hecho que Judá y los habitantes de Jerusalén se prostituyan, como se prostituyó la casa de Ajab, y además has dado muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que tú, 14 ahora el Señor te enviará una plaga mortal, y con ella herirá de muerte a tu pueblo, y a tus hijos y a tus mujeres, y a todo lo que tienes. 15 A ti te castigará con muchas enfermedades. Tan persistente será tu mal, que hasta los intestinos se te saldrán.»

16 Y así, el Señor suscitó contra Jorán la ira de los filisteos y de los árabes que estaban junto a los etíopes, 17 y todos ellos atacaron a Judá e invadieron su territorio; capturaron a sus hijos y a sus mujeres, y se apoderaron de todos los bienes que hallaron en el palacio real. Lo único que le quedó a Joacaz fue su hijo menor.

18 Después de todo esto, el Señor le mandó una enfermedad incurable en los intestinos. 19 Transcurrió mucho tiempo, y al cabo de dos años la enfermedad hizo que los intestinos se le salieran, por lo que murió de una enfermedad muy penosa. No se prendió ninguna hoguera en su honor, como se había hecho con sus padres. 20 Jorán tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén ocho años. Cuando murió, nadie lo echó de menos. Fue sepultado en la ciudad de David, pero no en los sepulcros reservados para los reyes.

Reinado de Ocozías de Judá
22 Para suceder al rey Jorán de Judá, los habitantes de Jerusalén proclamaron rey a Ocozías, su hijo menor. Ocozías llegó al trono porque una banda de árabes llegó al campamento y mató a todos los hijos mayores de Jorán. 2 Ocozías comenzó a reinar cuando tenía cuarenta y dos años, y reinó un año en Jerusalén. Su madre se llamaba Atalía, y era hija de Omri. 3 Pero también Ocozías siguió el mal ejemplo de la casa de Ajab, pues su madre lo aconsejaba a que hiciera lo malo. 4 Para su perdición, Ocozías hizo lo malo a los ojos del Señor, a la manera de la casa de Ajab, pues después de la muerte de su padre ellos fueron sus consejeros. 5 Josías se dejó llevar por los consejos de ellos, y en alianza con el rey Jorán de Israel, hijo de Ajab, declaró la guerra al rey Jazael de Siria, pero en Ramot de Galaad los sirios hirieron de muerte a Jorán. 6 Éste volvió entonces a Jezrel para curarse de las heridas que le habían hecho en Ramot durante el combate contra el rey Jazael de Siria, y como Jorán hijo de Ajab se hallaba enfermo en Jezrel, el rey Ocozías de Judá, hijo de Jorán, fue a visitarlo.

Jehú mata a Ocozías
7 Todo esto venía de Dios, para que Ocozías fuera destruido al llegar adonde estaba Jorán, porque en cuanto Ocozías llegó, se unió a Jorán para atacar a Jehú hijo de Nimsi, al cual el Señor había escogido para exterminar a la familia de Ajab. 8 Al dictar Jehú sentencia contra la casa de Ajab, encontró a los jefes de Judá y a los sobrinos de Ocozías, que estaban al servicio de éste, y los mató. 9 Luego buscó a Ocozías, el cual se había escondido en Samaria, y cuando lo hallaron, lo llevaron ante Jehú y lo mataron. Pero le dieron sepultura, porque dijeron: «Era hijo de Josafat, quien de todo corazón buscó al Señor.» Y la casa de Ocozías no tenía el poder suficiente para retener el reino.

Atalía usurpa el trono
10 Al ver Atalía, la madre de Ocozías, que su hijo había sido muerto, se dispuso a exterminar a toda la descendencia real de la casa de Judá. 11 Pero al ver Josabet, la hija del rey, que mataban a los demás hijos del rey, tomó a Joás hijo de Ocozías y lo escondió, y a él y a su nodriza los resguardó en uno de los aposentos. Fue así como Josabet, hija del rey Jorán y mujer del sacerdote Joyadá (pues ella era hermana de Ocozías), escondió a Joás de Atalía, y no lo mataron. 12 Y Joás estuvo seis años en el templo de Dios, escondido con ellos. Mientras tanto, Atalía reinaba en el país.

23 En el séptimo año Joyadá se animó y se alió con los jefes de centenas Azarías hijo de Jeroán, Ismael hijo de Johanán, Azarías hijo de Obed, Maseías hijo de Adaías, y Elisafat hijo de Zicri. 2 Éstos recorrieron el país de Judá y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá, lo mismo que a los jefes de las familias de Israel, y se concentraron en Jerusalén. 3 Allí, en el templo de Dios, toda la multitud hizo un pacto con el rey. Y Joyadá les dijo:

«Aquí tienen al hijo del rey, y él reinará, como el Señor lo ha prometido respecto de los hijos de David. 4 Ahora, hagan esto: una tercera parte de ustedes, los que pueden entrar en el día de reposo, fungirán como porteros con los sacerdotes y los levitas. 5 Otra tercera parte estará en el palacio del rey, y la tercera parte restante estará en la Puerta del Cimiento. Todo el pueblo estará en los patios del templo del Señor. 6 Nadie podrá entrar en el templo del Señor; sólo podrán entrar los sacerdotes y los levitas que ministran, porque están consagrados. Todo el pueblo hará guardia delante del Señor. 7 Los levitas rodearán al rey por todos lados, y cada uno de ellos tendrá sus armas en la mano. Cualquiera que entre en el templo, morirá. Ustedes deben acompañar al rey cuando entre y cuando salga.»

8 Los levitas y todo Judá siguieron al pie de la letra las órdenes del sacerdote Joyadá. Cada jefe tomó a los suyos, tanto a los que entraban en el día de reposo como a los que salían, porque el sacerdote Joyadá no dio a nadie permiso de ausentarse. 9 Además, el sacerdote Joyadá entregó a los jefes de centenas las lanzas, los paveses y los escudos que habían sido del rey David, y que estaban en el templo de Dios, 10 y puso en orden a todo el pueblo. Cada uno de ellos tenía su espada en la mano, desde el rincón derecho del templo hasta el izquierdo, hacia el altar y el templo, y por todas partes alrededor del rey. 11 Entonces sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona y el testimonio, y lo proclamaron rey. Joyadá y sus hijos lo ungieron, mientras gritaban: «¡Viva el rey!»

12 Cuando Atalía oyó el estruendo de la gente que corría, y de los que aclamaban al rey, fue al templo del Señor para encontrarse con la gente, 13 y al ver Atalía al rey a la entrada, junto a su columna, y junto al rey a los príncipes y los trompeteros, y que todo la gente se mostraba muy alegre y tocaba bocinas, y que los cantores dirigían la alabanza con instrumentos de música, rasgó sus vestidos y gritó:

«¡Traición! ¡Traición!»

14 Pero el sacerdote Joyadá ordenó que salieran los jefes de centenas del ejército, y les dijo:

«¡Sáquenla de aquí! Y a quien la siga, ¡mátenlo a filo de espada!»

Y es que el sacerdote había ordenado que no la mataran dentro del templo del Señor. 15 Ellos le echaron mano, y tan pronto como ella cruzó el umbral de la puerta de las caballerizas del rey, la mataron.

16 Entonces Joyadá hizo un pacto con todo el pueblo y con el rey, de que ellos serían el pueblo del Señor. 17 Después de esto, todo el pueblo entró en el templo de Baal y lo derribaron, y derribaron también sus altares, hicieron pedazos sus imágenes, y delante de los altares mataron a Matán, sacerdote de Baal. 18 Luego Joyadá ordenó los oficios en el templo del Señor, bajo el control de los sacerdotes y levitas, según David los había distribuido en el templo del Señor, para ofrecer al Señor los holocaustos, con gozo y con cánticos, como está descrito en la ley de Moisés y conforme a las disposiciones de David. 19 Puso también porteros a la entrada del templo del Señor, para que de ninguna manera entrara nadie que estuviera impuro. 20 Después llamó a los jefes de centenas, y a los principales, a los que gobernaban el pueblo y a todo el pueblo de la tierra, para llevar al rey desde el templo del Señor. Cuando llegaron a la mitad de la puerta principal del palacio del rey, sentaron al rey sobre el trono del reino. 21 Y después de que mataron a Atalía a filo de espada, todo el pueblo del país vivió feliz y la ciudad tuvo tranquilidad.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Romanos 11:13-36 Reina Valera Contemporánea (RVC)
13 Ahora les hablo a ustedes, a los que no son judíos. Por cuanto yo soy el apóstol de ustedes, honro mi ministerio. 14 Yo quisiera poner celosos a los de mi sangre, y de esa manera salvar a algunos de ellos. 15 Porque si su exclusión trajo como resultado la reconciliación del mundo, ¿qué resultará de su admisión, sino vida de entre los muertos? 16 Si la primera parte de la masa es santa, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.

17 Si algunas de las ramas fueron cortadas, y tú, que eras un olivo silvestre, fuiste injertado en su lugar y has venido a participar de la raíz y de la rica savia del olivo, 18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, conviene que sepas que no eres tú el que sustenta a la raíz, sino que es la raíz la que te sustenta a ti. 19 Tal vez digas: «Las ramas fueron cortadas para que yo fuera injertado.» 20 De acuerdo. Pero ellas fueron cortadas por su incredulidad, y tú te mantienes firme por la fe. Por lo tanto, no seas soberbio, sino temeroso. 21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará. 22 Por lo tanto, toma en cuenta la bondad y la severidad de Dios; severidad para con los que cayeron, pero bondad para contigo, si permaneces en esa bondad, pues de otra manera también tú serás cortado. 23 Y aun ellos pueden ser injertados, si no permanecen en su incredulidad, pues Dios es poderoso para volver a injertarlos. 24 Porque si tú, que por naturaleza eras un olivo silvestre, contra la naturaleza fuiste cortado e injertado en el buen olivo, ¡con más razón éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo!

La restauración de Israel
25 Hermanos, no quiero que ignoren este misterio, para que no se vuelvan arrogantes. Parte de Israel se ha endurecido, y esto será así hasta que se haya incorporado la totalidad de los no judíos; 26 y después de eso todo Israel será salvo. Como está escrito:

«El Libertador vendrá de Sión,
y apartará de Jacob la impiedad.
27 Y éste será mi pacto con ellos,
cuando yo quite sus pecados.»

28 Así que, en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de ustedes; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de sus antepasados. 29 Porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables. 30 Así como en otro tiempo ustedes eran desobedientes a Dios, pero ahora han alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, 31 así también éstos han sido desobedientes ahora, para que por la misericordia concedida a ustedes también ellos alcancen misericordia. 32 Porque Dios sujetó a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos.

33 ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34 Porque ¿quién ha entendido la mente del Señor? ¿O quién ha sido su consejero? 35 ¿O quién le dio a él primero, para que él tenga que devolverlo? 36 Ciertamente, todas las cosas son de él, y por él, y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Salmos 22:1-18 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Grito de angustia y canto de alabanza
Al músico principal. Sobre Ajelet-sahar. Salmo de David.
22 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
¿Por qué estás tan lejos, y no vienes a salvarme?
¿Por qué no atiendes mi clamor?
2 Dios mío, te llamo de día, y no me respondes;
te llamo de noche, y no hallo reposo.
3 Tú eres santo, tú eres rey;
tú eres alabado por Israel.

4 Nuestros padres confiaron en ti;
en ti confiaron, y tú los libraste.
5 A ti clamaron, y fueron librados;
en ti confiaron, y no quedaron en vergüenza.
6 Pero yo soy más gusano que hombre;
¡un ser despreciable del que todos se burlan!
7 Los que me ven, se burlan de mí;
me hacen muecas, sacuden la cabeza, y dicen:
8 «Éste puso su confianza en el Señor,
¡pues que el Señor lo salve!
¡Que venga el Señor a librarlo,
ya que en él se complacía!»

9 Pero eres tú quien me dio la vida,
eres tú quien me infundió confianza
desde que era un niño de pecho.
10 Antes de nacer fui puesto a tu cuidado;
aun estaba yo en el vientre de mi madre,
y tú eras ya mi Dios.

11 No te apartes de mí, que me cerca la angustia
y nadie viene en mi ayuda.
12 Mucha gente poderosa me rodea;
son fuertes como toros de Basán.
13 Como leones feroces y rugientes,
abren sus fauces, dispuestos a atacarme.
14 Me voy diluyendo, como el agua;
tengo todos los huesos dislocados.
El corazón, dentro del pecho,
se me derrite como la cera.
15 Tengo seca, muy seca, la garganta;
la lengua se me pega al paladar;
¡me has lanzado al polvo de la muerte!
16 Me ha cercado una banda de malvados;
¡me tienen rodeado, como perros!
¡Han taladrado mis manos y mis pies!
17 Puedo contarme todos los huesos,
mientras ellos se regodean al verme.
18 Echan a la suerte mis vestidos
y se los reparten por sorteo.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Proverbios 20:7 Reina Valera Contemporánea (RVC)
7 El hombre justo no se aparta de su integridad;
¡dichosos sus hijos, que siguen sus pasos!

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas


No comments:

Post a Comment

DAB Español, Sábado 11 de Mayo

Día 132, DAB Español, Sábado 11 de Mayo 1 Samuel 10:1-11:15; Juan 6:43-71; Salmos 107; Proverbios 15:1-3 (Reina Valera Contemporánea (RVC)) ...