Día 104, DAB Español, Domingo 14 de Abril
Josué 9:3-10:43; Lucas 16:19-17:10; Salmos 83; Proverbios 13:4 (Traducción en lenguaje actual (TLA))
Josué
9:3-10:43 Traducción en lenguaje actual (TLA)
3 Sin embargo, cuando los gabaonitas, que eran de la
tribu de los heveos, supieron lo que Josué había hecho en las ciudades de Ai y
Jericó, 4 decidieron engañarlo. Algunos de ellos fueron a buscar alimentos, y
los cargaron sobre sus asnos en bolsas ya gastadas y pusieron vino en viejos
recipientes de cuero remendados. 5 Se pusieron ropas y sandalias viejas y
gastadas. Sólo llevaban pan seco y hecho pedazos, para hacer creer que venían
de lejos. 6 Cuando llegaron al campamento en Guilgal, les dijeron a Josué y a
los israelitas:
—Venimos de un país muy lejano. Queremos hacer un
trato con ustedes.
7 Pero los israelitas les preguntaron:
—¿Por qué quieren hacer un trato con nosotros? ¿Cómo
podemos saber que no viven cerca de aquí?
8 Los gabaonitas le respondieron a Josué:
—Queremos ponernos al servicio de ustedes.
Josué volvió a preguntarles:
—Pero, ¿quiénes son ustedes? ¿De dónde vienen?
9 Entonces los gabaonitas le contaron esta historia:
—Estimado señor, nosotros venimos de un país muy
lejano, porque hemos sabido de las maravillas que ha hecho el Dios de ustedes.
Nos enteramos de todo lo que él hizo en Egipto, 10 y también de lo que hizo con
los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán, es decir, con Sihón rey de
Hesbón y con Og rey de Basán, que vivía en Astarot. 11 Nuestros líderes y toda
la gente que vive en nuestro país nos dijeron: “Llévense alimentos para un
viaje largo, y vayan a encontrarse con el pueblo de Israel. Pónganse al servicio
de ellos y pídanles que hagan un trato con nosotros. 12 ¡Fíjense en nuestro
pan! Cuando salimos de nuestras casas todavía estaba caliente, pero ahora está
seco y hecho pedazos. 13 Cuando llenamos estos recipientes de cuero con vino,
eran nuevos; pero ¡mírenlos! ¡Están todos remendados, y nuestras ropas y
sandalias están gastadas por tan largo viaje!”
14 Los israelitas aceptaron comer de esas provisiones,
sin consultar a Dios. 15 Fue así como Josué hizo un pacto con los gabaonitas y
prometió dejarlos vivir en paz. También los líderes de los israelitas se
comprometieron a respetar ese acuerdo.
Los israelitas descubren el engaño de los gabaonitas
16 Tres días después de haber confirmado el pacto, los
israelitas descubrieron que en realidad los gabaonitas eran vecinos suyos, 17
pues llegaron a las ciudades[a] donde vivía esa gente. 18 Pero los israelitas
no pudieron matarlos, porque sus líderes habían prometido en el nombre del Dios
de Israel, que no los matarían. Entonces el pueblo protestó contra sus líderes,
19 y ellos se defendieron diciendo:
—Recuerden que prometimos en el nombre del Dios de
Israel, que no les haríamos daño. 20 Tenemos que dejarlos vivir, pues de lo
contrario, Dios nos castigará. 21 Pero ellos tendrán que trabajar para nosotros
cortando leña y acarreando agua.
22 Pero Josué mandó llamar a los gabaonitas y les
preguntó:
—¿Por qué nos engañaron diciendo que venían de lejos,
cuando en realidad viven aquí cerca? 23 Por esto, Dios los condena a ser
esclavos, y de ahora en adelante cortarán leña y acarrearán agua para el
santuario de mi Dios.
24 Ellos le respondieron:
—Si mentimos, fue porque teníamos miedo de perder la
vida. Nosotros sabemos bien lo que el Dios de ustedes prometió a Moisés y a
todo el pueblo de Israel. Prometió que les daría toda la tierra, y mandó matar
a todos sus habitantes. 25 Estamos en sus manos. Haga usted con nosotros lo que
mejor le parezca.
26 Así fue como Josué protegió a los gabaonitas y no
permitió que los israelitas los mataran. 27 Pero los puso a trabajar como
esclavos, cortando leña y acarreando agua para los israelitas y para el altar
de Dios. Hasta el momento de escribir este relato los gabaonitas siguen
haciendo estos trabajos en el lugar que Dios eligió para vivir.
Los israelitas derrotan a los amorreos
10 Adonisédec, rey de Jerusalén, supo que Josué había
conquistado y destruido totalmente a la ciudad de Ai y a su rey, tal como lo
había hecho antes con Jericó y con su rey. También supo que los gabaonitas
habían hecho un acuerdo de paz con los israelitas, y que vivían con ellos. 2
Esto le dio mucho miedo, porque Gabaón era una ciudad importante, más grande
que Ai. Era como las otras ciudades que tenían rey, y además sus hombres eran
muy valientes. 3 Así que Adonisédec envió un mensaje a los reyes Hoham, Piram,
Jafía y Debir. Éstos eran los reyes de Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón. El
mensaje decía: 4 «Los gabaonitas han hecho un acuerdo de paz con Josué y los
israelitas. Vengan y ayúdenme a atacarlos».
5 Estos cinco reyes se juntaron, rodearon la ciudad de
Gabaón, y la atacaron. 6 Entonces los gabaonitas enviaron a decir a Josué, que
estaba en el campamento en Guilgal: «¡Vengan enseguida a ayudarnos! Los reyes
amorreos que viven en los cerros se han unido y nos están atacando. ¡No nos
abandonen! ¡Sálvennos!»
7 Entonces Josué salió de Guilgal con todo su
ejército, incluyendo sus mejores tropas. 8 Antes de salir, Dios le había dicho
a Josué: «Vayan sin miedo, porque yo les daré la victoria. No quedará vivo
ninguno de ellos».
9 Toda la noche Josué y sus tropas marcharon hacia
Gabaón, y atacaron por sorpresa a los amorreos. 10 Dios les hizo sentir
muchísimo miedo cuando vieron al ejército israelita en Gabaón. Y los israelitas
mataron allí a muchos de ellos, y persiguieron a los demás por las montañas
hasta Bet-horón, y aun hasta Azecá y Maquedá, en el sur. 11 Cuando bajaban los
amorreos por la cuesta de Bet-horón para escapar de los israelitas, Dios dejó
caer sobre ellos grandes piedras de granizo. Esto ocurrió por todo el camino
hasta Azecá, y el granizo mató más hombres que el ejército israelita.
12 El día en que Dios les dio la victoria sobre los
amorreos, Josué oró a Dios, y delante de todos los israelitas exclamó:
«Sol, no te muevas;
quédate en Gabaón.
Y tú, luna,
espera en el valle de Aialón.
13 »Y el sol se detuvo,
y la luna no se movió,
hasta que los israelitas
se vengaron de sus enemigos».
Esto ha quedado registrado así en el libro del Justo.
El sol se quedó quieto en medio del cielo, y durante casi un día entero no se
ocultó. 14 Jamás hubo ni habrá un día como éste, en que Dios escuchó los ruegos
de un hombre. ¡Y es que Dios peleaba por los israelitas! 15 Después de su
victoria sobre los amorreos, Josué y su ejército regresaron al campamento en
Guilgal.
Captura y muerte de los cinco reyes amorreos
16 Los cinco reyes amorreos lograron escapar y fueron
a esconderse en una cueva, en Maquedá. 17 Sin embargo, alguien los encontró y
Josué lo supo. 18 Entonces Josué ordenó: «Hagan rodar unas piedras grandes
hasta la cueva, para cerrar la entrada, y pongan unos guardias. 19 Pero ustedes
no se queden ahí. Sigan al enemigo. ¡Que nadie escape a sus ciudades! Nuestro
Dios nos dará la victoria sobre el enemigo».
20 Josué y su ejército mataron a muchos amorreos, pero
algunos de ellos pudieron escapar y se refugiaron en sus ciudades. 21 Todos los
soldados de Josué volvieron sanos y salvos al campamento en Maquedá donde Josué
estaba. Y nadie de los que allí vivían se atrevía a hablar mal de los
israelitas.
22 Luego Josué ordenó que se abriera la entrada de la
cueva y que llevaran ante él a los cinco reyes. 23-24 Entonces abrieron la
cueva y le llevaron a los reyes de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón.
Josué llamó a todo el ejército israelita y ordenó a sus oficiales: «Acérquense
y pónganles el pie en el cuello a estos reyes».
Así lo hicieron, 25 y Josué les dijo: «¡Anímense!
¡Sean fuertes y no tengan miedo! Tengan confianza, porque esto es lo que Dios
va a hacer con todos los enemigos de ustedes».
26 Luego Josué mató a los cinco reyes, hizo que
colgaran a cada uno de un árbol, y mandó que los dejaran allí hasta el
anochecer. 27 Cuando el sol se puso, Josué mandó que bajaran los cuerpos y los
echaran en la cueva donde habían estado escondidos. Luego se tapó la entrada
con grandes piedras, que todavía están allí.
Josué conquista más territorio amorreo
28 Ese día Josué conquistó la ciudad de Maquedá y
ordenó que mataran al rey y a todos los habitantes. Al rey de Maquedá le hizo
lo mismo que al rey de Jericó. No se salvó ninguno.
29 De Maquedá, Josué y su ejército se fueron a Libná y
la atacaron. 30 Dios también les concedió a los israelitas la victoria sobre
esta ciudad y sobre su rey, y mataron a todos sus habitantes. Josué mató al rey
de Libná, como lo había hecho con el rey de Jericó. No se salvó ninguno.
31 Luego Josué se fue a la ciudad de Laquis, y con su
ejército la rodeó y la atacó. 32 Al segundo día de combate Dios les dio la
victoria a los israelitas. Mataron a todos los que estaban en la ciudad, como
lo habían hecho en Libná. 33 También derrotaron a Horam, rey de Guézer, que
venía con su ejército para ayudar a Laquis. No se salvó ninguno.
34 De Laquis se fueron a Eglón. Sitiaron la ciudad y
la atacaron. 35 Ese mismo día la tomaron y la destruyeron, matando a todos los
que allí vivían, como lo habían hecho en Laquis.
36 Luego Josué y todo su ejército fueron a Hebrón, y
atacaron la ciudad 37 y la tomaron. Mataron al rey y a todos los habitantes de
esa ciudad y de otras ciudades vecinas. Josué mandó destruir totalmente la
ciudad, como lo había hecho en Eglón. No se salvó ninguno.
38 Después se dirigieron a Debir, la atacaron, 39 y se
apoderaron de esa ciudad y de su rey. También conquistaron las otras ciudades
vecinas y mataron a todos los que vivían en ellas. Josué hizo en Debir lo mismo
que en Hebrón y en Libná: ordenó matar al rey y a todos sus habitantes. No se
salvó ninguno.
40-42 Así fue como Josué conquistó toda esa región.
Peleó en las montañas, en los cerros del este y del oeste, y en el desierto del
sur. Josué llevó a su ejército desde Cadés-barnea, en el sur, hasta Gaza, cerca
de la costa. Recorrieron toda la región de Gosen,[b] hasta Gabaón en el norte.
Derrotaron a todos los reyes de la región, y mataron a toda su gente porque así
lo había ordenado el Dios de Israel. No se salvó ninguno.
43 Después de eso, volvió Josué con todo el ejército
israelita al campamento en Guilgal.
Footnotes:
Josué 9:17 Las ciudades: es decir, Gabaón, Quefirá,
Beerot y Quiriat-jearim.
Josué 10:40 Gosen: Ciudad al sur de Palestina. No debe
confundirse con la ciudad egipcia del mismo nombre.
Traducción en lenguaje actual (TLA)
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Lucas
16:19-17:10 Traducción en lenguaje actual (TLA)
19 «Había una vez un hombre muy rico, que vestía ropas
muy lujosas. Hacía fiestas todos los días, y servía las comidas más caras. 20
En cambio, junto a la entrada de su casa había un hombre pobre, llamado Lázaro,
que tenía la piel llena de llagas. Unas personas lo sentaban siempre allí, 21 y
los perros venían a lamerle las llagas. Este pobre hombre tenía tanta hambre
que deseaba comer, por lo menos, las sobras que caían de la mesa del hombre
rico.
22 »Un día, el hombre pobre murió y los ángeles lo
pusieron en el sitio de honor, junto a su antepasado Abraham. Después murió
también el hombre rico, y lo enterraron. 23 Cuando ya estaba en el infierno,
donde sufría muchísimo, el que había sido rico vio a lo lejos a Abraham, y a
Lázaro sentado junto a él.
24 »Entonces llamó a Abraham y le dijo: “¡Abraham,
antepasado mío, compadécete de mí! Ordénale a Lázaro que moje la punta de su
dedo en agua, y me refresque la lengua. Sufro muchísimo con este fuego.” 25
Pero Abraham le respondió: “Tú eres mi descendiente, pero recuerda que, cuando
ustedes vivían, a ti te iba muy bien y a Lázaro le iba muy mal. Ahora, él es
feliz aquí, mientras que a ti te toca sufrir. 26 Además, a ustedes y a nosotros
nos separa un gran abismo, y nadie puede pasar de un lado a otro.” 27 El hombre
rico dijo: “Abraham, te ruego entonces que mandes a Lázaro a la casa de mi
familia. 28 Que avise a mis cinco hermanos que, si no dejan de hacer lo malo,
vendrán a este horrible lugar.” 29 Pero Abraham le contestó: “Tus hermanos
tienen la Biblia. ¿Por qué no la leen? ¿Por qué no la obedecen?” 30 El hombre
rico respondió: “Abraham, querido antepasado, ¡eso no basta! Pero si alguno de
los muertos va y habla con ellos, te aseguro que se volverán a Dios.” 31
Abraham le dijo: “Si no hacen caso de lo que dice la Biblia, tampoco le harán
caso a un muerto que vuelva a vivir.”»
¡Cuidado!
17 Jesús les dijo a sus discípulos:
«Muchas cosas en el mundo hacen que la gente
desobedezca a Dios. Y eso siempre será así. Pero ¡qué mal le irá a quien haga
que otro desobedezca a Dios! 2 Si alguien hace que uno de estos pequeños
seguidores míos desobedezca a Dios, recibirá un castigo peor que si le
amarraran al cuello una piedra enorme y lo tiraran al fondo del mar. 3 Así que,
¡tengan cuidado con lo que hacen!
»Si tu amigo te hace algo malo, llámale la atención.
Si te pide perdón, perdónalo. 4 No importa si en un solo día te hace muchas
maldades; si él te pide perdón, perdónalo.»
Confianza en el poder de Dios
5 Los apóstoles le dijeron al Señor:
—Haz que confiemos más en el poder de Dios.
6 El Señor Jesús les dijo:
—Si la confianza de ustedes fuera tan pequeña como una
semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Levántate de aquí y plántate
en el mar”, y el árbol les obedecería.
Sirvientes inútiles
7 »Ninguno de ustedes que tenga un esclavo, le dice:
“Ven, siéntate a comer”, cuando éste regresa de trabajar en el campo, o de
cuidar las ovejas. 8 Más bien, le dice: “Prepárame la cena. Quiero que estés
atento a servirme, hasta que yo termine de comer y de beber. Ya después podrás
comer y beber tú.” 9 Tampoco le da las gracias por cumplir con sus órdenes. 10
De modo que, cuando ustedes hayan hecho todo lo que Dios les ordena, no esperen
que él les dé las gracias. Más bien, piensen: “Nosotros somos sólo sirvientes;
no hemos hecho más que cumplir con nuestra obligación.”»
Traducción en lenguaje actual (TLA)
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Salmos
83 Traducción en lenguaje actual (TLA)
¡Derrota a nuestros enemigos!
SALMO 83 (82)
Himno de Asaf.
83 Dios mío, Dios mío,
no guardes silencio;
no te quedes callado
y sin hacer nada.
2 ¡Fíjate en tus enemigos:
mira cómo se alborotan!
¡Fíjate en los que no te quieren:
mira cómo te desafían!
3 Hacen planes contra tu pueblo amado,
con intenciones de hacerle daño,
4 y hasta se atreven a decir:
«¡Vamos a destruirlos por completo!
¡Jamás volverá a mencionarse
el nombre de Israel!»
5-8 Los ejércitos de muchos pueblos
se han puesto de acuerdo
para hacerte la guerra:
se han juntado Edom, Moab,
Asiria y las tribus del desierto;
a ellos se han unido
los ejércitos de Guebal,
Amón, Amalec, Tiro y Filistea.
9 ¡Acaba con ellos,
como acabaste con Madián!
¡Acaba con ellos,
como acabaste con Sísara y Jabín
a orillas del río Quisón!
10 Ellos fueron derrotados en Endor,
y quedaron tendidos en el suelo,
tirados como el estiércol.
11 ¡Acaba con su gente de importancia,
como acabaste con Oreb y con Zeeb!
¡Acaba con todos sus jefes,
como acabaste con Zalmuná y Zébah,
12 que pensaban adueñarse
de nuestras valiosas tierras!
13 Dios mío,
haz que el viento se los lleve
como se lleva a la paja.
14-15 ¡Persíguelos con tus tormentas!
¡Espántalos con tus tempestades!
¡Sé como las llamas de fuego
que acaban con cerros y bosques!
16 Dios mío,
¡llénalos de vergüenza,
para que te reconozcan como Dios!
17 ¡Derrótalos para siempre!
¡Derrótalos y acaba con ellos!
18 ¡Así conocerán tu poder,
y sabrán que sólo tú
gobiernas sobre toda la tierra!
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Proverbios
13:4 Traducción en lenguaje actual (TLA)
4 El que desea tener sin trabajar,
al final no consigue nada;
¡trabaja, y todo lo tendrás!
Traducción en lenguaje actual (TLA)
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