Día 101, DAB Español, Jueves 11 de Abril
Josué 3:1-4:24; Lucas 14:7-35; Salmos 80; Proverbios 12:27-28 (Dios Habla Hoy (DHH))
Josué
3-4 Dios Habla Hoy (DHH)
Los israelitas cruzan el Jordán
3 Al día siguiente, muy temprano, Josué y todos los
israelitas salieron de Sitim y llegaron al río Jordán; pero antes de cruzarlo
acamparon allí. 2 Pasados tres días, los jefes recorrieron el campamento 3 y
dieron esta orden a los israelitas: «En cuanto vean ustedes que el arca del
Señor pasa, llevada por los sacerdotes levitas, salgan de donde estén y
síganla. 4 Así sabrán por dónde tienen que ir, porque ninguno de ustedes ha
pasado antes por ese camino. Pero no se acerquen al arca, sino quédense siempre
detrás de ella, como a un kilómetro de distancia.»
5 Y Josué les dijo: «Purifíquense, porque mañana verán
al Señor hacer milagros.» 6 A los sacerdotes les dijo: «Tomen el arca de la
alianza y crucen el río delante de la gente.»
Los sacerdotes tomaron el arca de la alianza y pasaron
delante de la gente. 7 Entonces el Señor le dijo a Josué: «A partir de hoy te
haré cada vez más importante a los ojos de los israelitas. Así ellos verán que
yo estoy contigo como estuve con Moisés. 8 Tú, por tu parte, ordena a los
sacerdotes que llevan el arca de la alianza que, cuando lleguen a la orilla del
Jordán, se paren dentro del río.»
9 Entonces Josué les dijo a los israelitas: «Vengan y
escuchen lo que dice el Señor su Dios. 10 Ésta será la prueba de que el Dios
viviente está en medio de ustedes, y de que al paso de ustedes él irá barriendo
a los cananeos, los hititas, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los
amorreos y los jebuseos. 11 Miren, el arca de la alianza del Señor de toda la
tierra va a cruzar el Jordán delante de ustedes. 12 Por eso, escojan ahora doce
hombres, uno de cada una de las doce tribus de Israel. 13 Cuando los sacerdotes
que llevan el arca del Señor de toda la tierra metan los pies en el agua, el
río se dividirá en dos partes, y el agua que viene de arriba dejará de correr y
se detendrá como formando un embalse.»
14-16 Los israelitas salieron de sus tiendas de
campaña para cruzar el río, y delante de ellos iban los sacerdotes que llevaban
el arca de la alianza. Pero en cuanto los sacerdotes entraron en el río y sus
pies se mojaron con el agua de la orilla (durante el tiempo de la cosecha el
Jordán se desborda) el agua que venía de arriba dejó de correr y se detuvo como
formando un embalse, bastante lejos, en Adam, la ciudad que está junto a la
fortaleza de Saretán. Y el agua que bajaba hacia el Mar Muerto siguió corriendo
hasta que se terminó. Así se dividió el agua del río, y los israelitas lo
cruzaron frente a la ciudad de Jericó. 17 Todo el pueblo cruzó en seco el
Jordán, mientras los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor
permanecían en medio del Jordán, firmes y en terreno seco.
Las doce piedras tomadas del Jordán
4 Después que todos terminaron de cruzar el Jordán, el
Señor le dijo a Josué: 2 «Escoge doce hombres del pueblo, uno de cada tribu, 3
y diles que saquen doce piedras de en medio del río, del lugar donde están
parados los sacerdotes, y que las lleven y las pongan en el lugar en que van a
acampar esta noche.»
4 Entonces Josué llamó a los doce hombres que había
escogido, 5 y les dijo: «Entren hasta el centro del Jordán, delante del arca del
Señor, el Dios de ustedes, y cada uno de ustedes échese allí una piedra al
hombro, una piedra por cada tribu de Israel, para que sean doce en total. 6
Ellas les servirán como prueba para que, en el futuro, cuando sus hijos les
pregunten: “¿Qué significan estas piedras?”, 7 ustedes les contesten: “Cuando
el arca de la alianza del Señor pasó el Jordán, el agua del río se dividió en
dos partes delante del arca. Estas piedras sirven para que los israelitas
recuerden siempre lo que pasó aquí.”»
8 Ellos hicieron lo que Josué les mandó. Tomaron doce
piedras del Jordán, una por cada tribu de Israel, y las llevaron hasta el
campamento y allí las colocaron, tal como el Señor le había dicho a Josué. 9
Además Josué colocó otras doce piedras en el lugar del río donde se pararon los
sacerdotes que llevaban el arca de la alianza. Esas piedras están allí todavía.
10 Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza
se quedaron en medio del Jordán mientras los israelitas hacían todas las cosas
que el Señor les había ordenado por medio de Josué. Todo se hizo según Moisés
lo había mandado a Josué. La gente pasó de prisa, 11 y luego que todos
estuvieron al otro lado, pasaron los sacerdotes con el arca del Señor, y se
pusieron a la cabeza de todo el pueblo. 12 También pasaron el río los guerreros
de las tribus de Rubén y de Gad y los de la media tribu de Manasés. Pasaron
armados, e iban delante de los otros israelitas, según Moisés les había
mandado. 13 Cerca de cuarenta mil hombres armados y listos para la guerra
desfilaron ante el Señor, y fueron hacia los llanos de Jericó. 14 Aquel día el
Señor hizo que todo Israel admirara y respetara a Josué, como lo había hecho
con Moisés durante toda su vida.
15 Entonces el Señor le dijo a Josué: 16 «Ordena a los
sacerdotes que llevan el arca de la alianza, que salgan del Jordán.»
17 Josué les ordenó que salieran, 18 y tan pronto como
los sacerdotes salieron del Jordán y pusieron los pies en un lugar seco, el
agua del río volvió a su lugar y corrió desbordada como antes.
19 Los israelitas salieron del Jordán el día diez del
mes primero, y acamparon en Guilgal, al este de Jericó. 20 Allí Josué colocó
las doce piedras que trajeron del Jordán, 21 y dijo a los israelitas: «En el
futuro, cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué significan estas piedras?”, 22
cuéntenles cómo Israel pasó el río Jordán en seco, 23 y cómo el Señor su Dios
secó el agua del Jordán mientras ustedes pasaban, tal como antes había secado
el Mar Rojo mientras pasábamos nosotros. 24 Así todos los pueblos del mundo
sabrán lo poderoso que es el Señor, y ustedes honrarán siempre al Señor su
Dios.»
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966,
1970, 1979, 1983, 1996.
Lucas
14:7-35 Dios Habla Hoy (DHH)
Los invitados a un banquete
7 Al ver Jesús cómo los invitados escogían los
asientos de honor en la mesa, les dio este consejo:
8 —Cuando alguien te invite a un banquete de bodas, no
te sientes en el lugar principal, pues puede llegar otro invitado más
importante que tú; 9 y el que los invitó a los dos puede venir a decirte: “Dale
tu lugar a este otro.” Entonces tendrás que ir con vergüenza a ocupar el último
asiento. 10 Al contrario, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para
que cuando venga el que te invitó, te diga: “Amigo, pásate a un lugar de más
honor.” Así recibirás honores delante de los que están sentados contigo a la
mesa. 11 Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se
humilla, será engrandecido.
12 Dijo también al hombre que lo había invitado:
—Cuando des una comida o una cena, no invites a tus
amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; porque
ellos, a su vez, te invitarán, y así quedarás ya recompensado. 13 Al contrario,
cuando tú des un banquete, invita a los pobres, los inválidos, los cojos y los
ciegos; 14 y serás feliz. Pues ellos no te pueden pagar, pero tú tendrás tu
recompensa el día en que los justos resuciten.
La parábola de la gran cena
15 Al oír esto, uno de los que estaban sentados a la
mesa le dijo a Jesús:
—¡Dichoso el que participe del banquete del reino de
Dios!
16 Jesús le dijo:
—Un hombre dio una gran cena, y mandó invitar a muchas
personas. 17 A la hora de la cena mandó a su criado a decir a los invitados:
“Vengan, porque ya la cena está lista.” 18 Pero todos comenzaron a disculparse.
El primero dijo: “Acabo de comprar un terreno, y tengo que ir a verlo. Te ruego
que me disculpes.” 19 Otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a
probarlas. Te ruego que me disculpes.” 20 Y otro dijo: “Acabo de casarme, y no
puedo ir.” 21 El criado regresó y se lo contó todo a su amo. Entonces el amo se
enojó, y le dijo al criado: “Ve pronto por las calles y los callejones de la
ciudad, y trae acá a los pobres, los inválidos, los ciegos y los cojos.” 22 Más
tarde, el criado dijo: “Señor, ya hice lo que usted me mandó, y todavía hay
lugar.” 23 Entonces el amo le dijo al criado: “Ve por los caminos y los
cercados, y obliga a otros a entrar, para que se llene mi casa. 24 Porque les
digo que ninguno de aquellos primeros invitados comerá de mi cena.”
Lo que cuesta seguir a Cristo
25 Mucha gente seguía a Jesús; y él se volvió y dijo:
26 «Si alguno viene a mí y no me ama más que a su padre, a su madre, a su
esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun más que a sí mismo,
no puede ser mi discípulo. 27 Y el que no toma su propia cruz y me sigue, no
puede ser mi discípulo. 28 Si alguno de ustedes quiere construir una torre,
¿acaso no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué
terminarla? 29 De otra manera, si pone los cimientos y después no puede
terminarla, todos los que lo vean comenzarán a burlarse de él, 30 diciendo:
“Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar.” 31 O si algún rey
tiene que ir a la guerra contra otro rey, ¿acaso no se sienta primero a
calcular si con diez mil soldados puede hacer frente a quien va a atacarlo con
veinte mil? 32 Y si no puede hacerle frente, cuando el otro rey esté todavía
lejos, le mandará mensajeros a pedir la paz. 33 Así pues, cualquiera de ustedes
que no deje todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo.
Cuando la sal deja de estar salada
34 »La sal es buena; pero si deja de estar salada,
¿cómo volverá a ser útil? 35 No sirve ni para la tierra ni para el montón de
abono. Simplemente, se la tira. Los que tienen oídos, oigan.»
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966,
1970, 1979, 1983, 1996.
Salmos
80 Dios Habla Hoy (DHH)
¡Míranos con buenos ojos!
(1) Del maestro de coro, según la melodía de «Los
lirios». Testimonio y salmo de Asaf.
80 (2) Pastor de Israel,
que guías a José como a un rebaño,
que tienes tu trono sobre los querubines,
¡escucha!
¡Mira con buenos ojos a Efraín,
2 (3) Benjamín y Manasés!
¡Despierta y ven a salvarnos con tu poder!
3 (4) Oh
Dios,
¡haz que
volvamos a ser lo que fuimos!
¡Míranos con
buenos ojos y estaremos a salvo!
4 (5) Señor, Dios todopoderoso,
¿hasta cuándo estarás enojado
con la oración de tu pueblo?
5 (6) Nos has dado lágrimas por comida;
por bebida, lágrimas en abundancia.
6 (7) Nos has convertido en la burla de nuestros
vecinos,
y nuestros enemigos se ríen de nosotros.
7 (8) Dios
todopoderoso,
¡haz que
volvamos a ser lo que fuimos!
¡Míranos con
buenos ojos y estaremos a salvo!
8 (9) De Egipto sacaste una vid;
arrojaste a los paganos y la plantaste.
9 (10) Limpiaste el terreno para ella,
y la vid echó raíces y llenó el país.
10 (11) Cubrió los montes con su sombra,
y con sus ramas los árboles más altos.
11 (12) Se extendieron sus ramas hasta el mar,
y hasta el río Éufrates sus retoños.
12 (13) ¿Por qué has derribado su cerca,
dejando que le arranquen uvas los que van por el
camino?
13 (14) El jabalí la destroza;
¡los animales salvajes la devoran!
14 (15) Dios todopoderoso, regresa, por favor;
mira atentamente desde el cielo
y ten consideración de esta vid,
15 (16) de la vid que tú mismo plantaste,
del retoño que tú mismo afirmaste.
16 (17) Destruye con tu furor
a quienes la cortan y la queman;
17 (18) pero ayuda al hombre que has escogido,
al retoño de hombre que tú mismo afirmaste,
18 (19) y nunca más nos apartaremos de ti.
¡Danos vida, y sólo a ti te invocaremos!
19 (20) Oh
Señor, Dios todopoderoso,
¡haz que
volvamos a ser lo que fuimos!
¡Míranos con
buenos ojos y estaremos a salvo!
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966,
1970, 1979, 1983, 1996.
Proverbios
12:27-28 Dios Habla Hoy (DHH)
27 El cazador perezoso no alcanza presa,
pero el diligente alcanza grandes riquezas.
28 El camino de la justicia lleva a la vida;
el de la imprudencia lleva a la muerte.
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966,
1970, 1979, 1983, 1996.
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