Monday, April 15, 2019

DAB Español, Martes 16 de Abril

Día 106, DAB Español, Martes 16 de Abril

Josué 13:1-14:15; Lucas18:1-17; Salmos 85; Proverbios 13:7-8 (Traducción en lenguaje actual (TLA))






Josué 13-14 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Territorios no conquistados
13 Cuando ya habían pasado muchos años, y Josué era anciano, Dios le dijo:

«Ya estás muy viejo, y todavía hay mucho territorio por conquistar. 2 Falta la región de los filisteos y toda la de los guesureos, 3 desde el arroyo Sihor, al este de Egipto, hasta la frontera con Ecrón, en el norte, que es territorio cananeo. Allí hay cinco jefes filisteos que viven en las ciudades de Gaza, Asdod, Ascalón, Gad y Ecrón. Además, falta el territorio de los aveos, 4 al sur. Así que todavía hay territorio cananeo por conquistar, desde Megará de los sidonios hasta Afec, en la frontera con los amorreos. 5 No han tomado aún la zona de los guiblitas, ni la parte este del Líbano, desde Baal-gad al sur del monte Hermón hasta el paso de Hamat. 6 A medida que avancen los israelitas, yo echaré a los sidonios de la región montañosa, desde el Líbano hasta Misrefot-maim. Pero tú debes dividir el territorio entre los israelitas, como te he mandado. 7 Así que reparte esta tierra entre las nueve tribus y la media tribu de Manasés».

Territorio al este del Jordán
8 Las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés ya ocupaban el territorio que les correspondía al este del Jordán, pues Moisés se lo había asignado. 9 Su tierra se extendía desde Aroer, a orillas del río Arnón, hasta Dibón, y además incluía la ciudad que está en medio del valle y toda la llanura de Medebá. 10 También recibieron todas las ciudades que había gobernado Sihón, rey de los amorreos, cuando vivía en Hesbón. Su territorio llegaba hasta la frontera de los amonitas. 11 Comprendía Galaad, las tierras de los guesureos y de los maacateos, el monte Hermón, y toda la tierra de Basán, hasta Salcá. 12 Incluía además el reino de Og, el último de los refaítas[a] que gobernó en Astarot y Edrei. Moisés y los israelitas los habían derrotado y los habían desalojado de su territorio, 13 aunque no a todos, pues los guesureos y los maacateos todavía viven en Israel.

14 La única tribu que no recibió ningún territorio fue la de Leví, ya que ellos recibirían una parte de todos los sacrificios que se ofrecen al Dios de Israel, como él mismo le había ordenado a Moisés.

Territorio de la tribu de Rubén
15 Moisés había repartido tierras a la tribu de Rubén, según el número de sus grupos familiares. 16 Su territorio se extendía desde Aroer, a orillas del río Arnón, hasta Hesbón, incluyendo la ciudad que está en medio del valle y toda la llanura de Medebá. 17 Comprendía todas las ciudades que están en la llanura: Dibón, Bamot-baal, Bet-baal-megón, 18 Jahas, Cademot, Mefáat, 19 Quiriataim, Sibmá, Séret-sáhar, que está en el cerro del valle, 20 Bet-peor, Bet-jesimot, y las laderas del monte Pisgá. 21 Comprendía todas las ciudades de la llanura y todo el territorio de Sihón, rey de los amorreos, que gobernaba en Hesbón. Moisés lo había derrotado a él, y también a sus gobernadores Eví, Sur, Réquem, Hur y Reba, que vivían en la tierra de Madián. 22 Los israelitas mataron, entre otros, al adivino Balaam hijo de Beor. 23 En resumen: A los grupos familiares de la tribu de Rubén se les dieron todas estas ciudades y aldeas al este del río Jordán.

Territorio de la tribu de Gad
24 Moisés también le dio su parte a la tribu de Gad, según el número de sus grupos familiares. 25 El territorio de ellos incluía Jazer y todas las ciudades de Galaad, y la mitad del territorio de los amonitas, hasta la ciudad de Aroer, que está al este de Rabá. 26 Se extendía desde Hesbón hasta Ramat-mispé y Betonim, y desde Mahanaim hasta la frontera de Debir. 27 En el valle les tocó Bet-aram, Bet-nimrá, Sucot y Safón, que era la otra parte del territorio que el rey Sihón había gobernado desde Hesbón, con el Jordán como frontera en la punta del Lago de Galilea al este del Jordán. 28 Así que éstas fueron las ciudades entregadas a los grupos familiares de la tribu de Gad.

Territorio de la media tribu de Manasés
29-30 Moisés les había entregado toda la zona de Basán a los grupos familiares de la media tribu de Manasés, desde Mahanaim hacia el norte, es decir, todo el territorio donde había gobernado Og, rey de Basán, incluyendo las sesenta ciudades tomadas por Jaír. 31 A esta media tribu, descendiente de Maquir hijo de Manasés, Moisés le entregó la mitad de Galaad, junto con las ciudades de Astarot y Edrei, donde Og había reinado.

32 De esta manera repartió Moisés el territorio de Moab en el valle del río Jordán, al este de Jericó. 33 Pero a la tribu de Leví no le dio ningún territorio, pues Dios mismo les daría todo lo necesario.

El territorio al oeste del Jordán
14 El sacerdote Eleazar y Josué hijo de Nun, junto con los jefes de las familias, repartieron entre los israelitas el territorio cananeo al oeste del río Jordán. 2 Dios le había ordenado a Moisés repartir los territorios de las nueve tribus y media haciendo sorteos. 3-4 Los descendientes de José se habían dividido en dos tribus: la de Manasés y la de Efraín. Moisés ya había repartido la tierra al este del Jordán entre las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés. A los descendientes de Leví no les dio ningún territorio, pero sí les asignó ciudades donde vivir, y campos para criar sus animales. 5 Los israelitas repartieron el territorio según las instrucciones que Dios le había dado a Moisés.

Caleb recibe la ciudad de Hebrón
6 Cierto día, estando los israelitas en Guilgal, algunos de la tribu de Judá vinieron a ver a Josué. Entre ellos estaba Caleb, hijo de Jefuné el quenezita. Caleb le recordó a Josué:

«Tú bien sabes que nuestro Dios habló con Moisés en Cadés-barnea acerca de nosotros dos. 7 Yo tenía cuarenta años cuando Moisés me envió desde Cadés-barnea a explorar esta tierra. Y yo le conté la verdad sobre lo que había visto. 8 Los que me habían acompañado asustaron a nuestra gente; en cambio, yo confié plenamente en mi Dios. 9 Aquel día Moisés juró que a mi familia y a mí nos daría la tierra por donde anduve, porque le fui fiel a Dios. 10 Eso pasó hace cuarenta y cinco años, y todo este tiempo que nuestro pueblo ha andado por el desierto, Dios me ha protegido, tal como lo prometió. ¡Mírame! Ya tengo ochenta y cinco años, 11 pero estoy tan fuerte hoy como cuando Moisés me envió a explorar. ¡Y todavía puedo pelear! 12 Por eso te pido que me des la región montañosa que Dios me prometió aquel día. Tú bien sabes que los descendientes del gigante Anac viven en ciudades grandes y bien protegidas. Pero con la ayuda de Dios los podré desalojar, y así conquistaré esas ciudades, tal como Dios lo prometió».

13 Josué bendijo a Caleb, y a él y a sus descendientes les dio el territorio de Hebrón. 14 Así fue como Hebrón llegó a pertenecer a Caleb y a su familia, porque Caleb obedeció fielmente al Dios de Israel. Y todavía le pertenece. 15 Antes de eso, Hebrón se llamaba Quiriat-arbá, porque Arbá era el nombre del gigante más importante. Después de esto hubo paz en la región.

Footnotes:
Josué 13:12 Refaítas: Véase nota en 12.4.
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Lucas 18:1-17 Traducción en lenguaje actual (TLA)
La viuda y el juez
18 Jesús les contó una historia a sus discípulos, para enseñarles que debían orar siempre y sin desanimarse. 2 Les dijo:

«En una ciudad había un juez que no tenía miedo ni de Dios ni de la gente. 3 Allí también vivía una viuda, que siempre lo buscaba y le decía: “Por favor, haga usted todo lo posible para que se me haga justicia en la corte.” 4-5 Al principio, el juez no quería atender a la viuda. Pero luego pensó: “Esta viuda molesta mucho. Aunque no le tengo miedo a Dios, ni me importa la gente, la voy a ayudar. Si no lo hago, nunca dejará de molestarme.”»

6 Jesús agregó:

«Fíjense en lo que dijo ese mal juez. 7 ¿Creen ustedes que Dios no defenderá a las personas que él eligió, y que día y noche le piden ayuda? ¿Creen que tardará él en responderles? 8 ¡Claro que no, sino que les responderá de inmediato! Pero cuando yo, el Hijo del hombre, regrese a este mundo, ¿acaso encontraré gente que confíe en Dios?»

El hombre orgulloso y el hombre humilde
9 Una vez, Jesús estuvo hablando con unas personas, de ésas que se creen muy buenas y que siempre están despreciando a los demás. A éstas, Jesús les puso este ejemplo:

10 «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno de ellos era fariseo y el otro era cobrador de impuestos.

11 »Puesto de pie, el fariseo oraba así: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres. Ellos son ladrones y malvados, y engañan a sus esposas con otras mujeres. ¡Tampoco soy como ese cobrador de impuestos! 12 Yo ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.”

13 »El cobrador de impuestos, en cambio, se quedó un poco más atrás. Ni siquiera se atrevía a levantar la mirada hacia el cielo, sino que se daba golpes en el pecho y decía: “¡Dios, ten compasión de mí, y perdóname por todo lo malo que he hecho!”»

14 Cuando terminó de contar esto, Jesús les dijo a aquellos hombres: «Les aseguro que, cuando el cobrador de impuestos regresó a su casa, Dios ya lo había perdonado; pero al fariseo no. Porque los que se creen más importantes que los demás, son los menos valiosos para Dios. En cambio, los más importantes para Dios son los humildes.»

Jesús bendice a los niños
15 Algunas madres llevaron a sus niños pequeños para que Jesús pusiera su mano sobre sus cabezas y los bendijera. Pero los discípulos comenzaron a reprenderlas para que no los trajeran. 16 Entonces Jesús llamó a los niños, y les dijo a sus discípulos: «Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son como ellos. 17 Les aseguro que la persona que no confía en Dios como lo hace un niño, no podrá entrar en el reino de Dios.»

Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Salmos 85 Traducción en lenguaje actual (TLA)
¡Devuélvenos la vida!
SALMO 85 (84)
Himno de la Escuela de música de Coré.
85 Dios mío,
tú has sido bondadoso
con esta tierra tuya:
le devolviste a Israel
su antigua felicidad,
2 le perdonaste a tu pueblo
su maldad y sus pecados,
3 ¡tu enojo con ellos se calmó!

4 Dios y salvador nuestro,
deja ya de enojarte con nosotros,
y devuélvenos la felicidad.
5 ¿Acaso para siempre
vas a estar enojado con nosotros?
6 Estamos como muertos;
¡devuélvenos la vida!
Nosotros somos tu pueblo;
de ti esperamos alegría.
7 Dios mío,
danos muestras de tu amor
y bríndanos tu ayuda.

8 Dejemos de hacer locuras
y obedezcamos a Dios.
Recordemos que somos suyos,
y que él nos ha prometido paz.
9 Dios está siempre cerca
para salvar a quienes lo honran,
y para que su poder
nunca nos abandone.

10 El amor y la lealtad,
la paz y la justicia,
sellarán su encuentro con un beso.
11 La lealtad brotará de la tierra,
y la justicia se asomará desde el cielo;
12 Dios nos dará bienestar,
nuestra tierra dará buenas cosechas,
13 y la justicia, como mensajera,
anunciará la llegada de Dios.

Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Proverbios 13:7-8 Traducción en lenguaje actual (TLA)
7 Algunos dicen ser ricos
y no tienen nada;
otros dicen ser pobres
y nada les falta.

8 El rico, por su dinero,
corre el peligro de ser secuestrado;
el pobre no tiene ese problema,
pues nadie lo amenaza.

Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

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