Día 100, DAB Español, Miércoles 10 de Abril
Deuteronomio 34:1 - Josué 2:24; Lucas 13:23-14:6; Salmos 79; Proverbios 12:26 (Dios Habla Hoy (DHH))
Deuteronomio
34 - Josué 2 Dios Habla Hoy (DHH)
Muerte y sepultura de Moisés
34 Moisés subió del desierto de Moab al monte Nebo, a
la cumbre del monte Pisgá, que está frente a Jericó. Desde allí el Señor le
hizo contemplar toda la región de Galaad hasta el territorio de Dan, 2 las
regiones de Neftalí, Efraín y Manasés, todo el territorio de Judá hasta el mar
Mediterráneo, 3 el Négueb, el valle del Jordán y la llanura de Jericó, ciudad
de las palmeras, hasta Sóar. 4 Y el Señor le dijo:
«Éste es el país que yo juré a Abraham, Isaac y Jacob
que daría a sus descendientes. He querido que lo veas con tus propios ojos,
aunque no vas a entrar en él.»
5 Y así Moisés, el siervo de Dios, murió en la tierra
de Moab, tal como el Señor lo había dicho, 6 y fue enterrado en un valle de la
región de Moab, frente a Bet-peor, en un lugar que hasta la fecha nadie conoce.
7 Murió a los ciento veinte años de edad, habiendo conservado hasta su muerte
buena vista y buena salud.
8 Los israelitas lloraron a Moisés durante treinta
días en el desierto de Moab, cumpliendo así los días de llanto y luto por su
muerte. 9 Y Josué, hijo de Nun, recibió de Moisés sabiduría, pues Moisés puso
sus manos sobre él; así que los israelitas le obedecieron e hicieron como el Señor
había ordenado a Moisés.
10 Sin embargo, nunca más hubo en Israel otro profeta
como Moisés, con quien el Señor hablara cara a cara, 11 o que hiciera todos los
prodigios y maravillas que el Señor le mandó hacer en Egipto contra el faraón,
sus funcionarios y todo su país, 12 o que le igualara en poder y en los hechos
grandes e importantes que hizo a la vista de todo Israel.
Dios llama a Josué
1 Después que murió Moisés, el siervo del Señor, habló
el Señor con Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés, y le dijo:
2 «Como mi siervo Moisés ha muerto, ahora eres tú
quien debe cruzar el río Jordán con todo el pueblo de Israel, para ir a la
tierra que voy a darles a ustedes. 3 Tal como se lo prometí a Moisés, yo les
daré toda la tierra en donde ustedes pongan el pie. 4 Les daré el territorio
que va desde el desierto y la sierra del Líbano hasta el gran río Éufrates, con
todo el territorio de los hititas, y hasta el mar Mediterráneo. 5 Nadie te
podrá derrotar en toda tu vida, y yo estaré contigo así como estuve con Moisés,
sin dejarte ni abandonarte jamás. 6 Ten valor y firmeza, que tú vas a repartir
la tierra a este pueblo, pues es la herencia que yo prometí a sus antepasados.
7 Lo único que te pido es que tengas mucho valor y firmeza, y que cumplas toda
la ley que mi siervo Moisés te dio. Cúmplela al pie de la letra para que te
vaya bien en todo lo que hagas. 8 Repite siempre lo que dice el libro de la ley
de Dios, y medita en él de día y de noche, para que hagas siempre lo que éste
ordena. Así todo lo que hagas te saldrá bien. 9 Yo soy quien te manda que
tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y
Dios, estaré contigo dondequiera que vayas.»
Josué se prepara para la conquista
10 Entonces Josué les dio órdenes a los jefes del
pueblo: 11 «Vayan por todo el campamento y ordenen a todos que preparen
provisiones, porque dentro de tres días vamos a cruzar el río Jordán para tomar
posesión de la tierra que el Señor nuestro Dios nos va a dar.»
12 Josué habló también a las tribus de Rubén y de Gad
y a la media tribu de Manasés, y les dijo:
13 —Acuérdense de lo que les mandó Moisés, el siervo
del Señor, cuando les dijo que el Señor, el Dios de ustedes, les daría esta
tierra para que pudieran descansar. 14 Dejen aquí sus mujeres, niños y animales,
en esta tierra que Moisés les dio de este lado del Jordán. Pero todos los
hombres aptos para la guerra tomen sus armas y vayan delante de sus hermanos,
para ayudarlos, 15 hasta que el Señor les dé a ellos un lugar de descanso, como
se lo dio a ustedes, y hasta que ellos también sean dueños de la tierra que el
Señor les va a dar. Después, ustedes podrán regresar a sus tierras de este lado
oriental del río, para tomar posesión definitiva de esta tierra que les dio
Moisés, el siervo de Dios.
16 Y ellos contestaron:
—Haremos todo lo que nos has ordenado, e iremos a
donde nos mandes. 17 Siempre te obedeceremos, como antes obedecimos a Moisés.
Lo único que pedimos es que el Señor tu Dios te acompañe como acompañó a
Moisés. 18 Todo el que se te oponga o no obedezca cuanto tú mandes, morirá.
Sólo pedimos que tengas valor y firmeza.
Josué manda espías a Jericó
2 Desde Sitim, Josué mandó en secreto a dos espías, y
les dijo: «Vayan a explorar la región y la ciudad de Jericó.»
Ellos fueron, y llegaron a la casa de una prostituta
de Jericó que se llamaba Rahab, en donde se quedaron a pasar la noche. 2 Pero
alguien dio aviso al rey de Jericó, diciéndole:
—Unos israelitas han venido esta noche a explorar la
región.
3 Entonces el rey mandó a decir a Rahab:
—Saca a los hombres que vinieron a verte y que están
en tu casa, porque son espías.
4 Pero ella los escondió y dijo:
—Es verdad que unos hombres me visitaron, pero yo no
supe de dónde eran. 5 Se fueron al caer la noche, porque a esa hora se cierra
la puerta de la ciudad, y no sé a dónde se fueron. Pero si ustedes salen en
seguida a perseguirlos, los podrán alcanzar.
6 En realidad, ella los había hecho subir a la azotea,
y estaban allí escondidos, entre unos manojos de lino puestos a secar.
7 Los hombres del rey los persiguieron en dirección
del río Jordán, hasta los vados. Tan pronto como los soldados salieron, fue
cerrada la puerta de la ciudad. 8 Entonces, antes que los espías se durmieran,
Rahab subió a la azotea y les dijo:
9 —Yo sé que el Señor les ha dado esta tierra a
ustedes, porque él ha hecho que nosotros les tengamos mucho miedo. Todos los
que viven aquí están muertos de miedo por causa de ustedes. 10 Sabemos que
cuando ustedes salieron de Egipto, Dios secó el agua del Mar Rojo para que ustedes
lo pasaran. También sabemos que ustedes aniquilaron por completo a Sihón y a
Og, los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del río Jordán. 11
Es tanto el miedo que nos ha dado al saberlo, que nadie se atreve a enfrentarse
con ustedes. Porque el Señor, el Dios de ustedes, es Dios lo mismo arriba en el
cielo que abajo en la tierra. 12 Por eso yo les pido que me juren aquí mismo,
por el Señor, que van a tratar bien a mi familia, de la misma manera que yo los
he tratado bien a ustedes. Denme una prueba de su sinceridad, 13 y perdonen la
vida a mi padre, a mi madre, a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es de
ellos. ¡Sálvennos de la muerte!
14 Ellos le contestaron:
—Con nuestra propia vida respondemos de la vida de
ustedes, con tal de que tú no digas nada de este asunto. Cuando el Señor nos
haya dado esta tierra, nosotros te trataremos bien y con lealtad.
15 Como Rahab vivía en una casa construida sobre la
muralla misma de la ciudad, con una soga los hizo bajar por la ventana. 16 Y
les dijo:
—Váyanse a la montaña, para que no los encuentren los
que andan buscándolos. Escóndanse allí durante tres días, hasta que ellos
vuelvan a la ciudad. Después podrán ustedes seguir su camino.
17 Y ellos le contestaron:
—Nosotros cumpliremos el juramento que nos has pedido
hacerte. 18 Pero cuando entremos en el país, tú deberás colgar esta soga roja
de la ventana por la que nos has hecho bajar. Reúne entonces en tu casa a tu
padre, tu madre, tus hermanos y toda la familia de tu padre. 19 Si alguno de
ellos sale de tu casa, será responsable de su propia muerte; la culpa no será
nuestra. Pero si alguien toca a quien esté en tu casa contigo, nosotros seremos
los responsables. 20 Y si tú dices algo de este asunto, nosotros ya no
estaremos obligados a cumplir el juramento que te hemos hecho.
21 —Estamos de acuerdo —contestó ella.
Entonces los despidió, y ellos se fueron. Después ella
ató la soga roja a su ventana.
22 Los dos espías se fueron a las montañas y se
escondieron allí durante tres días, mientras los soldados los buscaban por
todas partes sin encontrarlos, hasta que por fin volvieron a Jericó. 23
Entonces los espías bajaron de las montañas, cruzaron el río y regresaron a
donde estaba Josué, a quien contaron todo lo que les había pasado. 24 Le
dijeron: «El Señor ha puesto toda la región en nuestras manos. Por causa
nuestra, todos los que viven en el país están muertos de miedo.»
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966,
1970, 1979, 1983, 1996.
Lucas
13:23-14:6 Dios Habla Hoy (DHH)
23 Uno le preguntó:
—Señor, ¿son pocos los que se salvan?
Y él contestó:
24 —Procuren entrar por la puerta angosta; porque les
digo que muchos querrán entrar, y no podrán. 25 Después que el dueño de la casa
se levante y cierre la puerta, ustedes, los que están afuera, llamarán y dirán:
“Señor, ábrenos.” Pero él les contestará: “No sé de dónde son ustedes.” 26
Entonces comenzarán ustedes a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú
enseñaste en nuestras calles.” 27 Pero él les contestará: “No sé de dónde son
ustedes. ¡Apártense de mí, malhechores!” 28 Entonces vendrán el llanto y la
desesperación, al ver que Abraham, Isaac, Jacob y todos los profetas están en
el reino de Dios, y que ustedes son echados fuera. 29 Porque va a venir gente
del norte y del sur, del este y del oeste, para sentarse a comer en el reino de
Dios. 30 Entonces algunos de los que ahora son los últimos serán los primeros,
y algunos que ahora son los primeros serán los últimos.
Jesús llora por Jerusalén
31 También entonces llegaron algunos fariseos, y le
dijeron a Jesús:
—Vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.
32 Él les contestó:
—Vayan y díganle a ese zorro: “Mira, hoy y mañana
expulso a los demonios y sano a los enfermos, y pasado mañana termino.” 33 Pero
tengo que seguir mi camino hoy, mañana y el día siguiente, porque no es posible
que un profeta muera fuera de Jerusalén.
34 »¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y
apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus
hijos, como la gallina junta sus pollitos bajo las alas, pero ustedes no
quisieron! 35 Pues miren, el hogar de ustedes va a quedar abandonado; y les
digo que no volverán a verme hasta que llegue el tiempo en que ustedes digan:
“¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”
Jesús sana a un enfermo de hidropesía
14 Sucedió que un sábado Jesús fue a comer a casa de
un jefe fariseo, y otros fariseos lo estaban espiando. 2 También estaba allí,
delante de él, un hombre enfermo de hidropesía. 3 Jesús les preguntó a los
maestros de la ley y a los fariseos:
—¿Se permite sanar en sábado a un enfermo, o no?
4 Pero ellos se quedaron callados. Entonces él tomó al
enfermo, lo sanó y le dijo que se fuera. 5 Y a los fariseos les dijo:
—¿Quién de ustedes, si su hijo o su buey se cae a un
pozo, no lo saca en seguida, aunque sea sábado?
6 Y no pudieron contestarle nada.
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966,
1970, 1979, 1983, 1996.
Salmos
79 Dios Habla Hoy (DHH)
Dolor ante la destrucción de Jerusalén
(1a) Salmo de Asaf.
79 (1b) ¡Oh Dios,
los paganos han invadido tu propiedad!
¡Han profanado tu santo templo
y han convertido en ruinas a Jerusalén!
2 ¡Han dejado los cadáveres de tus siervos,
de los que te fueron fieles,
para que sirvan de alimento
a los buitres y a los animales salvajes!
3 Como agua han derramado su sangre
por toda Jerusalén,
y no hay quien los entierre.
4 Somos la burla de nuestros vecinos;
el hazmerreír de cuantos nos rodean.
5 Oh Señor,
¿hasta cuándo estarás enojado?
¿Arderá siempre tu enojo como el fuego?
6 ¡Descarga tu furia sobre los reinos paganos
que no te conocen ni te invocan!
7 Porque ellos devoraron a Jacob
y convirtieron en ruinas el país.
8 No nos hagas pagar a nosotros
por la maldad de nuestros antepasados;
¡que venga tu ternura pronto a nuestro encuentro,
porque estamos abatidos!
9 Oh Dios, Salvador nuestro,
¡ayúdanos, líbranos y perdónanos,
por la gloria de tu nombre!
10 No tienen por qué decir los paganos:
«¿Dónde está su Dios?»
¡Permítenos ver vengada la muerte de tus siervos!
¡Que los paganos también lo sepan!
11 Atiende las quejas de los presos,
y salva con tu gran poder
a los sentenciados a muerte.
12 Oh Señor,
véngate siete veces de nuestros vecinos
por las ofensas que te han hecho;
13 y nosotros, que somos tu pueblo,
que somos ovejas de tus prados,
gracias te daremos siempre,
¡cantaremos tus alabanzas por todos los siglos!
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966,
1970, 1979, 1983, 1996.
Proverbios
12:26 Dios Habla Hoy (DHH)
26 El justo sirve de guía a su prójimo,
pero los malvados pierden el camino.
Dios
Habla Hoy (DHH)
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