Día 119, DAB Español, Lunes 29 de Abril
Jueces 9:22-10:18; Lucas 24:13-53; Salmos 100; Proverbios 14:11-12 (Nueva Traducción Viviente (NTV))
Jueces
9:22-10:18 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Siquem se rebela contra Abimelec
22 Tres años después de que Abimelec comenzó a
gobernar a Israel, 23 Dios envió un espíritu que generó conflictos entre
Abimelec y los ciudadanos prominentes de Siquem, quienes finalmente se
rebelaron. 24 Dios estaba castigando a Abimelec por haber asesinado a los
setenta hijos de Gedeón, y a los ciudadanos de Siquem por apoyarlo en esa
traición de asesinar a sus hermanos. 25 Los ciudadanos de Siquem le tendieron
una emboscada a Abimelec en las cumbres de las colinas y robaban a todo el que
pasara por allí. Pero alguien alertó a Abimelec acerca de la conspiración.
26 Un día Gaal, hijo de Ebed, se mudó a Siquem con sus
hermanos y se ganó la confianza de los ciudadanos prominentes de Siquem. 27
Durante el festival anual de la cosecha en Siquem, celebrado en el templo del
dios local, hubo vino en abundancia, y todos comenzaron a maldecir a Abimelec.
28 «¿Quién es ese Abimelec? —gritó Gaal—. No es un hijo legítimo de Siquem.[a]
Entonces, ¿por qué debemos ser sus siervos? Él no es más que un hijo de Gedeón,
y ese Zebul solo es su ayudante. Sirvan a los verdaderos hijos de Hamor, el
fundador de Siquem. ¿Por qué tenemos que servir a Abimelec? 29 Si yo fuera el
encargado aquí, me desharía de Abimelec. Le diría:[b] “¡Búscate unos soldados y
sal a pelear!”».
30 Pero cuando Zebul, el jefe de la ciudad, oyó lo que
Gaal decía, se puso furioso. 31 Le envió mensajeros a Abimelec, quien estaba en
Aruma,[c] para decirle: «Gaal, hijo de Ebed, y sus hermanos se han mudado a
Siquem, y ahora están incitando a la ciudad a rebelarse contra ti. 32 Ven con
un ejército esta noche y escóndete en los campos. 33 Por la mañana, a la salida
del sol, ataca la ciudad. Cuando Gaal y los que lo acompañan salgan contra ti,
podrás hacer con ellos lo que quieras».
34 Entonces Abimelec y todos sus hombres fueron de
noche, se dividieron en cuatro grupos y se posicionaron alrededor de Siquem. 35
Gaal estaba parado junto a las puertas de la ciudad cuando Abimelec y su
ejército salieron de su escondite. 36 Al verlos, Gaal le dijo a Zebul:
—¡Mira, hay gente bajando de las cumbres!
—Parecen hombres pero son nada más sombras reflejadas
en las colinas —contestó Zebul.
37 Pero Gaal insistió:
—¡No! Hay gente bajando de las colinas.[d] Y otro
grupo viene por el camino que pasa por el Roble de los Adivinos.[e]
38 Entonces Zebul se volvió contra él y preguntó:
—¿Y qué pasó con esa boca grande tuya que presume
tanto? Acaso no fuiste tú el que dijo: “¿Quién es ese Abimelec y por qué
debemos ser sus siervos?”. ¡Te burlaste de esos hombres, y ahora están en las
afueras de la ciudad! ¡Sal a pelear contra ellos!
39 Entonces Gaal marchó al frente de los ciudadanos
prominentes de Siquem a la batalla contra Abimelec. 40 Pero Abimelec lo
persiguió, y muchos de los hombres de Siquem cayeron heridos por el camino
cuando se retiraban hacia la entrada de la ciudad. 41 Entonces Abimelec regresó
a Aruma, y Zebul expulsó de Siquem a Gaal y a sus hermanos.
42 Al día siguiente, la gente de Siquem salió a los
campos para pelear. Cuando Abimelec se enteró, 43 dividió a sus hombres en tres
grupos y tendió una emboscada en los campos. Cuando vio que algunos hombres
salían de la ciudad, él y su grupo saltaron de su escondite y los atacaron. 44
Abimelec y sus hombres tomaron por asalto la puerta de la ciudad para impedir que
los de Siquem volvieran a entrar, mientras los otros dos grupos de Abimelec
mataban a la gente en los campos. 45 La batalla duró todo el día, hasta que
finalmente Abimelec tomó la ciudad. Entonces mató a los habitantes, redujo la
ciudad a escombros y esparció sal por todo el suelo.
46 Cuando los ciudadanos prominentes que vivían en la
torre de Siquem se enteraron de lo sucedido, corrieron a esconderse en el
templo de Baal-berit.[f] 47 Alguien le informó a Abimelec que los ciudadanos se
habían juntado en el templo, 48 entonces él llevó a sus tropas al monte Salmón.
Tomó un hacha, cortó ramas de un árbol y se las puso al hombro. «¡Rápido, hagan
lo mismo que hice yo!», dijo a sus hombres. 49 Entonces, siguiendo el ejemplo
de Abimelec, cada uno de ellos cortó ramas. Amontonaron las ramas contra las
paredes del templo y les prendieron fuego. Así murieron todos los que vivían en
la torre de Siquem, unas mil personas, tanto hombres como mujeres.
50 Luego Abimelec atacó la ciudad de Tebes y la tomó.
51 Pero había una torre fuerte dentro de la ciudad, y todos los habitantes,
hombres y mujeres, corrieron a refugiarse allí. Se atrincheraron en su interior
y subieron al techo de la torre. 52 Entonces Abimelec los siguió para atacar la
torre; pero cuando se preparaba para prenderle fuego a la entrada, 53 desde el
techo, una mujer tiró una piedra de molino, que cayó sobre la cabeza de
Abimelec, y le partió el cráneo.
54 Enseguida él le dijo a su joven escudero: «¡Saca tu
espada y mátame! ¡Que no se diga que una mujer mató a Abimelec!». Así que el
joven lo atravesó con su espada, y él murió. 55 Cuando los hombres de Abimelec
lo vieron muerto, se desbandaron y regresaron a sus casas.
56 De esa forma, Dios castigó a Abimelec por el mal
que había hecho contra su padre al matar a sus setenta hermanos. 57 Dios
también castigó a los hombres de Siquem por toda su maldad. Así se cumplió la
maldición de Jotam, hijo de Gedeón.
Tola, juez de Israel
10 Después de la muerte de Abimelec, la siguiente
persona que rescató a Israel fue Tola, hijo de Púa, hijo de Dodo. Era de la
tribu de Isacar pero vivía en la ciudad de Samir, en la zona montañosa de
Efraín. 2 Fue juez de Israel durante veintitrés años. Cuando murió, lo
enterraron en Samir.
Jair, juez de Israel
3 Después de la muerte de Tola, Jair, de Galaad, fue
juez de Israel durante veintidós años. 4 Sus treinta hijos cabalgaban sobre
treinta burros y eran dueños de treinta ciudades en la tierra de Galaad, que
aún se llaman las Ciudades de Jair.[g] 5 Cuando murió Jair, lo enterraron en
Camón.
Los amonitas oprimen a Israel
6 Una vez más, los israelitas hicieron lo malo a los
ojos del Señor. Sirvieron a las imágenes de Baal y de Astoret, y a los dioses
de Aram, de Sidón, de Moab, de Amón y de Filistea. Abandonaron al Señor y
dejaron de servirle por completo. 7 Entonces el Señor ardió de enojo contra los
israelitas y los entregó en manos de los filisteos y los amonitas, 8 quienes
comenzaron a oprimirlos ese mismo año. Durante dieciocho años oprimieron a los
israelitas que vivían al oriente del río Jordán, en la tierra de los amorreos
(es decir, Galaad). 9 Los amonitas también cruzaron al lado occidental del
Jordán y atacaron a Judá, a Benjamín y a Efraín.
Los israelitas estaban muy angustiados. 10 Finalmente
clamaron al Señor por ayuda y dijeron:
—Hemos pecado contra ti, porque te hemos abandonado
como nuestro Dios para servir a las imágenes de Baal.
11 El Señor respondió:
—¿Acaso no los rescaté yo de los egipcios, los
amorreos, los amonitas, los filisteos, 12 los sidonios, los amalecitas y los
maonitas? Cuando ellos los oprimían, ustedes clamaban a mí por ayuda, y yo los
rescataba. 13 Sin embargo, ustedes me abandonaron y sirvieron a otros dioses.
Así que ya no los rescataré más. 14 ¡Vayan a clamar a los dioses que han
escogido! ¡Que los rescaten ellos de este momento de angustia!
15 Pero los israelitas rogaron al Señor diciendo:
—Hemos pecado. Castíganos como bien te parezca, pero
rescátanos hoy de nuestros enemigos.
16 Entonces los israelitas dejaron los dioses ajenos
para servir al Señor, y él se entristeció a causa del sufrimiento que
experimentaban.
17 En esa ocasión, los ejércitos de Amón se habían
juntado para la guerra y acampaban en Galaad, y el pueblo de Israel se congregó
y acampó en Mizpa. 18 Los líderes de Galaad se dijeron unos a otros: «El
primero que ataque a los amonitas será proclamado gobernante de todo el pueblo
de Galaad».
Footnotes:
9:28 En hebreo ¿Quién es Siquem?
9:29 Así aparece en la versión griega; en hebreo dice
Y le dijo.
9:31 O en secreto; en hebreo dice en Torma; comparar
9:41.
9:37a O del centro de la tierra.
9:37b En hebreo Elónmeonenim.
9:46 En hebreo El-berit, otro nombre para Baal-berit;
comparar 9:4.
10:4 En hebreo Havot-jair.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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Lucas
24:13-53 Nueva Traducción Viviente (NTV)
De camino a Emaús
13 Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban
camino al pueblo de Emaús, a unos once kilómetros[a] de Jerusalén. 14 Al ir
caminando, hablaban acerca de las cosas que habían sucedido. 15 Mientras
conversaban y hablaban, de pronto Jesús mismo se apareció y comenzó a caminar
con ellos; 16 pero Dios impidió que lo reconocieran.
17 Él les preguntó:
—¿De qué vienen discutiendo tan profundamente por el
camino?
Se detuvieron de golpe, con sus rostros cargados de
tristeza. 18 Entonces uno de ellos, llamado Cleofas, contestó:
—Tú debes de ser la única persona en Jerusalén que no
oyó acerca de las cosas que han sucedido allí en los últimos días.
19 —¿Qué cosas? —preguntó Jesús.
—Las cosas que le sucedieron a Jesús, el hombre de
Nazaret —le dijeron—. Era un profeta que hizo milagros poderosos, y también era
un gran maestro a los ojos de Dios y de todo el pueblo. 20 Sin embargo, los
principales sacerdotes y otros líderes religiosos lo entregaron para que fuera
condenado a muerte, y lo crucificaron. 21 Nosotros teníamos la esperanza de que
fuera el Mesías que había venido para rescatar a Israel. Todo esto sucedió hace
tres días.
22 »No obstante, algunas mujeres de nuestro grupo de
seguidores fueron a su tumba esta mañana temprano y regresaron con noticias
increíbles. 23 Dijeron que el cuerpo había desaparecido y que habían visto a
ángeles, quienes les dijeron ¡que Jesús está vivo! 24 Algunos de nuestros
hombres corrieron para averiguarlo, y efectivamente el cuerpo no estaba, tal
como las mujeres habían dicho.
25 Entonces Jesús les dijo:
—¡Qué necios son! Les cuesta tanto creer todo lo que
los profetas escribieron en las Escrituras. 26 ¿Acaso no profetizaron
claramente que el Mesías tendría que sufrir todas esas cosas antes de entrar en
su gloria?
27 Entonces Jesús los guió por los escritos de Moisés
y de todos los profetas, explicándoles lo que las Escrituras decían acerca de
él mismo.
28 Para entonces ya estaban cerca de Emaús y del final
del viaje. Jesús hizo como que iba a seguir adelante, 29 pero ellos le
suplicaron: «Quédate con nosotros esta noche, ya que se está haciendo tarde».
Entonces los acompañó a la casa. 30 Al sentarse a comer,[b] tomó el pan y lo
bendijo. Luego lo partió y se lo dio a ellos. 31 De pronto, se les abrieron los
ojos y lo reconocieron. Y, en ese instante, Jesús desapareció.
32 Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No ardía
nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las
Escrituras?». 33 En menos de una hora, estaban de regreso a Jerusalén. Allí
encontraron a los once discípulos y a los otros que se habían reunido con
ellos, 34 quienes decían: «¡El Señor ha resucitado de verdad! Se le apareció a
Pedro[c]».
Jesús se aparece a los discípulos
35 Luego los dos de Emaús les contaron cómo Jesús se
les había aparecido mientras iban por el camino y cómo lo habían reconocido
cuando partió el pan. 36 Entonces, justo mientras contaban la historia, de pronto
Jesús mismo apareció de pie en medio de ellos. «La paz sea con ustedes», les
dijo. 37 Pero todos quedaron asustados y temerosos; ¡pensaban que veían un
fantasma!
38 «¿Por qué están asustados? —les preguntó—. ¿Por qué
tienen el corazón lleno de dudas? 39 Miren mis manos. Miren mis pies. Pueden
ver que de veras soy yo. Tóquenme y asegúrense de que no soy un fantasma, pues
los fantasmas no tienen cuerpo, como ven que yo tengo». 40 Mientras hablaba, él
les mostró sus manos y sus pies.
41 Aun así, ellos seguían sin creer, llenos de alegría
y asombro. Entonces les preguntó: «¿Tienen aquí algo para comer?». 42 Le dieron
un pedazo de pescado asado, 43 y él lo comió mientras ellos miraban.
44 Entonces dijo: «Cuando estaba con ustedes antes,
les dije que tenía que cumplirse todo lo escrito acerca de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y en los Salmos». 45 Entonces les abrió la mente para
que entendieran las Escrituras, 46 y dijo: «Efectivamente, se escribió hace
mucho tiempo que el Mesías debería sufrir, morir y resucitar al tercer día. 47
También se escribió que este mensaje se proclamaría con la autoridad de su
nombre a todas las naciones,[d] comenzando con Jerusalén: “Hay perdón de
pecados para todos los que se arrepientan”. 48 Ustedes son testigos de todas
estas cosas.
49 »Ahora enviaré al Espíritu Santo, tal como prometió
mi Padre; pero quédense aquí en la ciudad hasta que el Espíritu Santo venga y
los llene con poder del cielo».
La ascensión
50 Entonces Jesús los llevó a Betania, levantó sus
manos al cielo y los bendijo. 51 Mientras los bendecía, los dejó y fue
levantado al cielo. 52 Entonces ellos lo adoraron y regresaron a Jerusalén
llenos de gran alegría; 53 y pasaban todo su tiempo en el templo, adorando a
Dios.
Footnotes:
24:13 En griego 60 estadios [7 millas].
24:30 O Al reclinarse.
24:34 En griego Simón.
24:47 O todos los grupos étnicos.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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Salmos
100 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Salmo 100
Salmo de agradecimiento.
1 ¡Aclamen con alegría al Señor, habitantes de toda la
tierra!
2 Adoren al
Señor con gozo.
Vengan ante
él cantando con alegría.
3 ¡Reconozcan que el Señor es Dios!
Él nos hizo,
y le pertenecemos;[a]
somos su
pueblo, ovejas de su prado.
4 Entren por sus puertas con acción de gracias;
vayan a sus
atrios con alabanza.
Denle
gracias y alaben su nombre.
5 Pues el Señor es bueno.
Su amor
inagotable permanece para siempre,
y su
fidelidad continúa de generación en generación.
Footnotes:
100:3 Así aparece en una lectura alternativa del texto
masorético; la otra alternativa y algunas versiones antiguas dicen y no
nosotros mismos.
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Proverbios
14:11-12 Nueva Traducción Viviente (NTV)
11 La casa de los perversos será destruida,
pero la
humilde morada de los justos prosperará.
12 Delante de cada persona hay un camino que parece
correcto,
pero termina
en muerte.
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