Día 154, DAB Español, Lunes 3 de Junio
2 Samuel 20:14-22:20; Hechos 1:1-26; Salmos 121; Proverbios 16:18 (Reina-Valera 1960 (RVR1960))
2
Samuel 20:14-22:20 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
14 Y él pasó por todas las tribus de Israel hasta
Abel-bet-maaca y todo Barim; y se juntaron, y lo siguieron también.
15 Y vinieron y lo sitiaron en Abel-bet-maaca, y
pusieron baluarte contra la ciudad, y quedó sitiada; y todo el pueblo que
estaba con Joab trabajaba por derribar la muralla.
16 Entonces una mujer sabia dio voces en la ciudad,
diciendo: Oíd, oíd; os ruego que digáis a Joab que venga acá, para que yo hable
con él.
17 Cuando él se acercó a ella, dijo la mujer: ¿Eres tú
Joab? Y él respondió: Yo soy. Ella le dijo: Oye las palabras de tu sierva. Y él
respondió: Oigo.
18 Entonces volvió ella a hablar, diciendo:
Antiguamente solían decir: Quien preguntare, pregunte en Abel; y así concluían
cualquier asunto.
19 Yo soy de las pacíficas y fieles de Israel; pero tú
procuras destruir una ciudad que es madre en Israel. ¿Por qué destruyes la
heredad de Jehová?
20 Joab respondió diciendo: Nunca tal, nunca tal me
acontezca, que yo destruya ni deshaga.
21 La cosa no es así: mas un hombre del monte de
Efraín, que se llama Seba hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey
David; entregad a ése solamente, y me iré de la ciudad. Y la mujer dijo a Joab:
He aquí su cabeza te será arrojada desde el muro.
22 La mujer fue luego a todo el pueblo con su
sabiduría; y ellos cortaron la cabeza a Seba hijo de Bicri, y se la arrojaron a
Joab. Y él tocó la trompeta, y se retiraron de la ciudad, cada uno a su tienda.
Y Joab se volvió al rey a Jerusalén.
Oficiales de David
(2 S. 8.15-18; 1 Cr. 18.14-17)
23 Así quedó Joab sobre todo el ejército de Israel, y
Benaía hijo de Joiada sobre los cereteos y peleteos,
24 y Adoram sobre los tributos, y Josafat hijo de
Ahilud era el cronista.
25 Seva era escriba, y Sadoc y Abiatar, sacerdotes,
26 e Ira jaireo fue también sacerdote de David.
Venganza de los gabaonitas
21 Hubo hambre
en los días de David por tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y
Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto
mató a los gabaonitas.
2 Entonces el rey llamó a los gabaonitas, y les habló.
(Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del resto de los amorreos,
a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento; pero Saúl había
procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.)
3 Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por
vosotros, o qué satisfacción os daré, para que bendigáis la heredad de Jehová?
4 Y los gabaonitas le respondieron: No tenemos
nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su casa; ni queremos
que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que vosotros dijereis, haré.
5 Ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos
destruyó, y que maquinó contra nosotros para exterminarnos sin dejar nada de
nosotros en todo el territorio de Israel,
6 dénsenos siete varones de sus hijos, para que los
ahorquemos delante de Jehová en Gabaa de Saúl, el escogido de Jehová. Y el rey
dijo: Yo los daré.
7 Y perdonó el rey a Mefi-boset hijo de Jonatán, hijo
de Saúl, por el juramento de Jehová que hubo entre ellos, entre David y Jonatán
hijo de Saúl.
8 Pero tomó el rey a dos hijos de Rizpa hija de Aja,
los cuales ella había tenido de Saúl, Armoni y Mefi-boset, y a cinco hijos de
Mical hija de Saúl, los cuales ella había tenido de Adriel hijo de Barzilai
meholatita,
9 y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos
los ahorcaron en el monte delante de Jehová; y así murieron juntos aquellos
siete, los cuales fueron muertos en los primeros días de la siega, al comenzar
la siega de la cebada.
10 Entonces Rizpa hija de Aja tomó una tela de cilicio
y la tendió para sí sobre el peñasco, desde el principio de la siega hasta que
llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó que ninguna ave del cielo se
posase sobre ellos de día, ni fieras del campo de noche.
11 Y fue dicho a David lo que hacía Rizpa hija de Aja,
concubina de Saúl.
12 Entonces David fue y tomó los huesos de Saúl y los
huesos de Jonatán su hijo, de los hombres de Jabes de Galaad, que los habían
hurtado de la plaza de Bet-sán, donde los habían colgado los filisteos, cuando
los filisteos mataron a Saúl en Gilboa;
13 e hizo llevar de allí los huesos de Saúl y los
huesos de Jonatán su hijo; y recogieron también los huesos de los ahorcados.
14 Y sepultaron los huesos de Saúl y los de su hijo
Jonatán en tierra de Benjamín, en Zela, en el sepulcro de Cis su padre; e
hicieron todo lo que el rey había mandado. Y Dios fue propicio a la tierra
después de esto.
Abisai libra a David del gigante
15 Volvieron los filisteos a hacer la guerra a Israel,
y descendió David y sus siervos con él, y pelearon con los filisteos; y David
se cansó.
16 E Isbi-benob, uno de los descendientes de los
gigantes, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y quien estaba ceñido
con una espada nueva, trató de matar a David;
17 mas Abisai hijo de Sarvia llegó en su ayuda, e
hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron,
diciendo: Nunca más de aquí en adelante saldrás con nosotros a la batalla, no
sea que apagues la lámpara de Israel.
Los hombres de David matan a los gigantes
(1 Cr. 20. 4-8)
18 Otra segunda guerra hubo después en Gob contra los
filisteos; entonces Sibecai husatita mató a Saf, quien era uno de los
descendientes de los gigantes.
19 Hubo otra vez guerra en Gob contra los filisteos,
en la cual Elhanán, hijo de Jaare-oregim de Belén, mató a Goliat geteo, el asta
de cuya lanza era como el rodillo de un telar.
20 Después hubo otra guerra en Gat, donde había un
hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en
los pies, veinticuatro por todos; y también era descendiente de los gigantes.
21 Este desafió a Israel, y lo mató Jonatán, hijo de
Simea hermano de David.
22 Estos cuatro eran descendientes de los gigantes en
Gat, los cuales cayeron por mano de David y por mano de sus siervos.
Cántico de liberación de David
(Sal. 18 título, 1-50)
22 Habló David
a Jehová las palabras de este cántico, el día que Jehová le había librado de la
mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl.
2 Dijo:
Jehová es mi
roca y mi fortaleza, y mi libertador;
3 Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto
refugio;
Salvador mío; de violencia me libraste.
4 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
Y seré salvo de mis enemigos.
5 Me rodearon ondas de muerte,
Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
6 Ligaduras del Seol me rodearon;
Tendieron sobre mí lazos de muerte.
7 En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios;
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó a sus oídos.
8 La tierra fue conmovida, y tembló,
Y se conmovieron los cimientos de los cielos;
Se estremecieron, porque se indignó él.
9 Humo subió de su nariz,
Y de su boca fuego consumidor;
Carbones fueron por él encendidos.
10 E inclinó los cielos, y descendió;
Y había tinieblas debajo de sus pies.
11 Y cabalgó sobre un querubín, y voló;
Voló sobre las alas del viento.
12 Puso tinieblas por su escondedero alrededor de sí;
Oscuridad de aguas y densas nubes.
13 Por el resplandor de su presencia se encendieron
carbones ardientes.
14 Y tronó desde los cielos Jehová,
Y el Altísimo dio su voz;
15 Envió sus saetas, y los dispersó;
Y lanzó relámpagos, y los destruyó.
16 Entonces aparecieron los torrentes de las aguas,
Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo;
A la reprensión de Jehová,
Por el soplo del aliento de su nariz.
17 Envió desde lo alto y me tomó;
Me sacó de las muchas aguas.
18 Me libró de poderoso enemigo,
Y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes
que yo.
19 Me asaltaron en el día de mi quebranto;
Mas Jehová fue mi apoyo,
20 Y me sacó a lugar espacioso;
Me libró, porque se agradó de mí.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en
América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Hechos
1 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
La promesa del Espíritu Santo
1 En el primer
tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer
y a enseñar,
2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de
haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había
escogido;
3 a quienes también, después de haber padecido, se
presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante
cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de
Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis
de mí.
5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas
vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
La ascensión
6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron,
diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos
o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre
vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue
alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo,
entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con
vestiduras blancas,
11 los cuales también les dijeron: Varones galileos,
¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de
vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Elección del sucesor de Judas
12 Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que
se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de
reposo.[a]
13 Y entrados, subieron al aposento alto, donde
moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo
hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo.
14 Todos éstos perseveraban unánimes en oración y
ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
15 En aquellos días Pedro se levantó en medio de los
hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo:
16 Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la
Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de
Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús,
17 y era contado con nosotros, y tenía parte en este
ministerio.
18 Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió
un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se
derramaron.
19 Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén,
de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que
quiere decir, Campo de sangre.
20 Porque está escrito en el libro de los Salmos:
Sea hecha
desierta su habitación,
Y no haya
quien more en ella; m y:
Tome otro su
oficio. m
21 Es necesario, pues, que de estos hombres que han
estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía
entre nosotros,
22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día
en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con
nosotros, de su resurrección.
23 Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que
tenía por sobrenombre Justo, y a Matías.
24 Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los
corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido,
25 para que tome la parte de este ministerio y apostolado,
de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar.
26 Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre
Matías; y fue contado con los once apóstoles.
Footnotes:
Hechos 1:12 Aquí equivale a sábado.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en
América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Salmos
121 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Jehová es tu guardador
Cántico gradual.
121 Alzaré mis
ojos a los montes;
¿De dónde
vendrá mi socorro?
2 Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
3 No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.
5 Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.
7 Jehová te guardará de todo mal;
El
guardará tu alma.
8 Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en
América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Proverbios
16:18 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
18 Antes del quebrantamiento es la soberbia,
Y antes de la caída la altivez de espíritu.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en
América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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