Día 172, DAB Español, Viernes 21 de Junio
2 Reyes 1:1-2:25; Hechos 13:42-14:7; Salmos 139; Proverbios 17:19-21 (La Biblia de las Américas (LBLA))
2
Reyes 1-2 La Biblia de las Américas (LBLA)
Muerte de Ocozías
1 Moab se rebeló contra Israel después de la muerte de
Acab. 2 Y Ocozías se cayó por la celosía del aposento alto que tenía en
Samaria, y se enfermó. Y envió mensajeros, a los que dijo: Id, consultad a
Baal-zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de esta enfermedad. 3 Entonces el
ángel del Señor dijo a Elías tisbita: Levántate, sube al encuentro de los
mensajeros del rey de Samaria y diles: “¿No hay acaso Dios en Israel para que
vayáis a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón?” 4 Por tanto, así dice el
Señor: “No bajarás del lecho al que has subido[a], sino que ciertamente
morirás.” Entonces Elías se fue.
5 Cuando volvieron los mensajeros al rey[b], él les
dijo: ¿Por qué habéis vuelto[c]? 6 Y ellos respondieron: Un hombre subió a
nuestro encuentro y nos dijo: “Id, volved al rey que os envió, y decidle: ‘Así
dice el Señor: “¿Acaso porque no hay Dios en Israel envías a consultar a
Baal-zebub, dios de Ecrón? Por tanto, no bajarás del lecho al que has subido,
sino que ciertamente morirás.”’” 7 Y él les dijo: ¿Qué aspecto tenía el hombre
que subió a vuestro encuentro y os habló estas palabras? 8 Ellos le
respondieron: Era un hombre cubierto de pelo, con un cinturón de cuero ceñido a
sus lomos. Y él dijo: Es Elías tisbita.
9 Entonces el rey envió a él un capitán de cincuenta
con sus cincuenta hombres. Y éste subió a él, y he aquí, Elías estaba sentado
en la cumbre del monte, y le dijo: Hombre de Dios, el rey dice: “Desciende.” 10
Respondió Elías y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy hombre de Dios, que
descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta. Entonces
descendió fuego del cielo, y lo consumió a él y a sus cincuenta. 11 De nuevo
envió a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta que le habló y le dijo:
Hombre de Dios, así dice el rey: “Desciende inmediatamente.” 12 Y respondió
Elías y les dijo: Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te
consuma a ti y a tus cincuenta. Entonces el fuego de Dios descendió del cielo y
lo consumió a él y a sus cincuenta. 13 De nuevo el rey le envió al tercer
capitán de cincuenta con sus cincuenta. Y cuando el tercer capitán de cincuenta
subió, vino y se postró de rodillas delante de Elías y le rogó, diciéndole:
Hombre de Dios, te ruego que mi vida[d] y la vida[e] de estos cincuenta siervos
tuyos sean preciosas ante tus ojos. 14 He aquí que ha descendido fuego del
cielo y ha consumido a los dos primeros capitanes de cincuenta con sus
cincuenta; mas ahora, sea mi vida[f] preciosa ante tus ojos. 15 Entonces el
ángel del Señor dijo a Elías: Desciende con él y no le tengas miedo. Se levantó
Elías y descendió con él al rey, 16 y le dijo: Así dice el Señor: “Por cuanto
has enviado mensajeros a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón, ¿acaso porque
no hay Dios en Israel para consultar su palabra?, no bajarás por tanto del
lecho al que has subido, sino que ciertamente morirás.”
17 Ocozías murió conforme a la palabra del Señor que
Elías había hablado. Y Joram reinó en su lugar en el año segundo de Joram, hijo
de Josafat, rey de Judá, porque Ocozías no tenía ningún hijo. 18 Los demás
hechos de Ocozías, lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas
de los reyes de Israel?
Eliseo sucesor de Elías
2 Y sucedió que cuando el Señor iba a llevarse a Elías
al cielo en un torbellino, Elías venía de Gilgal con Eliseo. 2 Y Elías dijo a
Eliseo: Te ruego que te quedes aquí, porque el Señor me ha enviado hasta Betel.
Pero Eliseo dijo: Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti. Y
descendieron a Betel. 3 Entonces los hijos de los profetas que estaban en Betel
salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: ¿Sabes que hoy el Señor te
quitará a tu señor de sobre ti[g]? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad. 4 Elías
entonces le dijo: Eliseo, te ruego que te quedes aquí, porque el Señor me ha
enviado a Jericó. Pero él dijo: Vive el Señor y vive tu alma, que no me
apartaré de ti. Y fueron a Jericó. 5 Y los hijos de los profetas que estaban en
Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: ¿Sabes que hoy el Señor te quitará a
tu señor de sobre ti[h]? Y él respondió: Sí, yo lo sé; callad. 6 Entonces Elías
le dijo: Te ruego que te quedes aquí, porque el Señor me ha enviado al Jordán.
Pero él dijo: Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti.
Siguieron, pues, los dos.
7 Y cincuenta hombres de los hijos de los profetas
fueron y se pararon frente a ellos, a lo lejos, mientras ellos dos se pararon
junto al Jordán. 8 Entonces Elías tomó su manto, lo dobló y golpeó las aguas, y
éstas se dividieron a uno y a otro lado[i], y los dos pasaron por tierra seca.
9 Y[j] cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que yo
haga por ti antes de que yo sea separado de ti. Y Eliseo dijo: Te ruego que una
doble porción de tu espíritu sea sobre mí. 10 Y él dijo: Has pedido una cosa
difícil. Sin embargo, si me ves cuando sea llevado de ti, así te sucederá; pero
si no, no será así. 11 Y aconteció que mientras ellos iban andando y hablando,
he aquí, apareció un carro de fuego y caballos de fuego que separó a los dos. Y
Elías subió al cielo en un torbellino. 12 Lo vio Eliseo y clamó: Padre mío,
padre mío, los carros[k] de Israel y su gente de a caballo. Y no lo vio más.
Entonces tomó sus vestidos y los rasgó en dos pedazos. 13 También recogió el
manto de Elías que se le había caído, y regresó y se paró a la orilla del Jordán.
14 Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo:
¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías? Y cuando él golpeó también las aguas,
éstas[l] se dividieron a uno y a otro lado[m], y pasó Eliseo.
15 Cuando lo vieron los hijos de los profetas que
estaban en Jericó frente a él, dijeron: El espíritu de Elías reposa sobre
Eliseo. Y fueron a su encuentro y se postraron en tierra ante él. 16 Y le
dijeron: He aquí, ahora hay con tus siervos cincuenta hombres fuertes; te
rogamos que los dejes ir a buscar a tu señor; tal vez[n] el Espíritu del Señor
lo ha levantado y lo ha echado en algún monte o en algún valle. Y él dijo: No
los enviéis. 17 Pero cuando le insistieron hasta la saciedad[o], dijo:
Enviadlos. Entonces enviaron cincuenta hombres; y buscaron durante tres días,
pero no lo hallaron. 18 Y volvieron a Eliseo[p] que se había quedado en Jericó,
y él les dijo: ¿No os dije: “No vayáis”?
19 Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo:
He aquí, ahora el emplazamiento de esta ciudad es bueno, como mi señor ve, pero
el agua es mala y la tierra estéril[q]. 20 Y él dijo: Traedme una vasija nueva,
y poned sal en ella[r]. Y se la trajeron. 21 Y él salió al manantial de las
aguas, echó sal en él[s], y dijo: Así dice el Señor: “He purificado[t] estas
aguas; de allí no saldrá[u] más muerte ni esterilidad.” 22 Y las aguas han
quedado purificadas[v] hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo.
23 Después subió de allí a Betel; y mientras subía por
el camino, unos muchachos salieron de la ciudad y se burlaban de él, y le
decían: ¡Sube, calvo; sube, calvo! 24 Cuando él miró hacia atrás y los vio, los
maldijo en el nombre del Señor. Entonces salieron dos osas del bosque y
despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos. 25 De allí fue al monte
Carmelo, y desde allí regresó a Samaria.
Footnotes:
2 Reyes 1:4 Lit., El lecho adonde subiste, de él no
bajarás, y así en los vers. 6 y 16
2 Reyes 1:5 Lit., a él
2 Reyes 1:5 Lit., ¿Qué es esto,
2 Reyes 1:13 Lit., alma
2 Reyes 1:13 Lit., alma
2 Reyes 1:14 Lit., alma
2 Reyes 2:3 Lit., tu cabeza
2 Reyes 2:5 Lit., tu cabeza
2 Reyes 2:8 Lit., aquí y allá
2 Reyes 2:9 Lit., Y sucedió que
2 Reyes 2:12 Lit., el carro
2 Reyes 2:14 Lit., y
2 Reyes 2:14 Lit., aquí y allá
2 Reyes 2:16 Lit., no sea que
2 Reyes 2:17 Lit., hasta avergonzarse
2 Reyes 2:18 Lit., él
2 Reyes 2:19 Lit., causa esterilidad
2 Reyes 2:20 Lit., allí
2 Reyes 2:21 Lit., allí
2 Reyes 2:21 Lit., sanado
2 Reyes 2:21 Lit., habrá
2 Reyes 2:22 Lit., sanas
La Biblia de las Américas (LBLA)
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Hechos
13:42-14:7 La Biblia de las Américas (LBLA)
Pablo se dirige a los gentiles
42 Al salir Pablo y Bernabé[a], la gente[b] les rogaba
que el siguiente día de reposo les hablaran de estas cosas[c]. 43 Y terminada
la reunión de la sinagoga, muchos de los judíos y de los prosélitos[d]
temerosos de Dios siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes, hablándoles, les
instaban a perseverar en la gracia de Dios.
44 El siguiente día de reposo casi toda la ciudad se
reunió para oír la palabra del Señor[e]. 45 Pero cuando los judíos vieron la
muchedumbre, se llenaron de celo, y blasfemando, contradecían lo que Pablo
decía. 46 Entonces Pablo y Bernabé hablaron con valor y dijeron: Era necesario
que la palabra de Dios os fuera predicada primeramente a vosotros; mas ya que
la rechazáis y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a
los gentiles. 47 Porque así nos lo ha mandado el Señor:
Te he puesto como luz para los gentiles,
a fin de que lleves[f] la salvacion hasta los confines
de la tierra.
48 Oyendo esto los gentiles, se regocijaban y
glorificaban la palabra del Señor[g]; y creyeron cuantos estaban ordenados a
vida eterna. 49 Y la palabra del Señor se difundía por toda la región. 50 Pero
los judíos instigaron a las mujeres piadosas[h] y distinguidas, y a los hombres
más prominentes de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y
Bernabé, y los expulsaron de su comarca. 51 Entonces éstos sacudieron el polvo
de sus pies contra ellos y se fueron a Iconio. 52 Y los discípulos estaban
continuamente llenos de gozo y del Espíritu Santo.
Pablo y Bernabé en Iconio
14 Aconteció que en Iconio entraron juntos en la
sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud,
tanto de judíos como de griegos. 2 Pero los judíos que no creyeron[i],
excitaron y llenaron de odio los ánimos[j] de los gentiles contra los hermanos.
3 Con todo, se detuvieron allí mucho tiempo hablando valientemente confiados en
el Señor que confirmaba[k] la palabra de su gracia, concediendo que se hicieran
señales[l] y prodigios por medio de sus manos. 4 Pero la multitud de la ciudad
estaba dividida, y unos estaban con los judíos y otros con los apóstoles. 5 Y
cuando los gentiles y los judíos, con sus gobernantes, prepararon un atentado
para maltratarlos y apedrearlos, 6 los apóstoles se dieron cuenta de ello y
huyeron a las ciudades de Licaonia, Listra, Derbe, y sus alrededores; 7 y allí
continuaron anunciando el evangelio.
Footnotes:
Hechos 13:42 Lit., Al salir ellos
Hechos 13:42 Lit., ellos
Hechos 13:42 Lit., palabras
Hechos 13:43 I.e., gentiles convertidos al judaísmo
Hechos 13:44 Algunos mss. dicen: de Dios
Hechos 13:47 Lit., seas para
Hechos 13:48 Algunos mss. dicen: de Dios
Hechos 13:50 O, religiosas, o, devotas
Hechos 14:2 O, desobedecieron
Hechos 14:2 Lit., las almas
Hechos 14:3 Lit., testificaba de
Hechos 14:3 O, milagros
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Salmos
139 La Biblia de las Américas (LBLA)
Omnipresencia y omnisciencia del Señor
Para el director del coro. Salmo de David.
139 Oh Señor, tú me has escudriñado y conocido.
2 Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;
desde lejos comprendes mis pensamientos.
3 Tú escudriñas mi senda y mi descanso[a],
y conoces bien todos mis caminos.
4 Aun antes de que haya[b] palabra en mi boca[c],
he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda.
5 Por detrás y por delante me has cercado,
y tu mano[d] pusiste sobre mí.
6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
es muy elevado, no lo puedo alcanzar.
7 ¿Adónde me iré de tu Espíritu,
o adónde huiré de tu presencia?
8 Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú;
si en el Seol[e] preparo mi lecho, allí estás tú.
9 Si tomo las alas del alba,
y si habito en lo más remoto del mar,
10 aun allí me guiará tu mano,
y me asirá tu diestra.
11 Si digo: Ciertamente las tinieblas me
envolverán[f],
y la luz en torno mío será noche;
12 ni aun las tinieblas son oscuras para[g] ti,
y la noche brilla como el día.
Las tinieblas y la luz son iguales para ti.
13 Porque tú formaste mis entrañas[h];
me hiciste[i] en el seno de mi madre.
14 Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he
sido hecho[j];
maravillosas son tus obras,
y mi alma lo sabe muy bien.
15 No estaba oculto de ti mi cuerpo[k],
cuando en secreto fui formado,
y entretejido en las profundidades de la tierra.
16 Tus ojos vieron mi embrión,
y en tu libro se escribieron todos
los días que me fueron dados,
cuando no existía ni uno solo de ellos.
17 ¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, tus
pensamientos!
¡Cuán inmensa es la suma de ellos!
18 Si los contara, serían más que la arena;
al despertar aún estoy contigo.
19 ¡Oh Dios, si tú hicieras morir al impío!
Por tanto, apartaos de mí, hombres sanguinarios.
20 Porque hablan contra[l] ti perversamente,
y tus enemigos toman tu nombre[m] en vano.
21 ¿No odio a los que te aborrecen, Señor?
¿Y no me repugnan los que se levantan contra ti?
22 Los aborrezco con el más profundo[n] odio;
se han convertido en mis enemigos.
23 Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis inquietudes.
24 Y ve si hay en mí camino malo[o],
y guíame en el camino eterno.
Footnotes:
Salmos 139:3 O, acostarme
Salmos 139:4 Lit., Porque no hay
Salmos 139:4 Lit., lengua
Salmos 139:5 Lit., palma
Salmos 139:8 I.e., región de los muertos
Salmos 139:11 Lit., herirán; algunos comentaristas
dicen: cubrirán
Salmos
139:12 Lit., de
Salmos
139:13 Lit., riñones
Salmos
139:13 Lit., tejiste
Salmos 139:14 Algunas versiones antiguas dicen: eres
tú
Salmos 139:15 Lit., mis huesos
Salmos 139:20 O, de
Salmos 139:20 Algunas versiones antiguas dicen: se
levantan contra ti
Salmos 139:22 O, completo
Salmos 139:24 Lit., de dolor
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Proverbios
17:19-21 La Biblia de las Américas (LBLA)
19 El que ama la transgresión, ama la contienda;
el que alza su puerta, busca la destrucción.
20 El de corazón perverso nunca encuentra el bien,
y el de lengua pervertida cae en el mal.
21 El que engendra un necio, para su tristeza lo
engendra,
y el padre del necio no tiene alegría.
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