Día 169, DAB Español, Martes 18 de Junio
1 Reyes 19:1-21; Hechos 12:1-23; Salmos 136; Proverbios 17:14-15 (La Biblia de las Américas (LBLA))
1
Reyes 19 La Biblia de las Américas (LBLA)
Elías huye de Jezabel
19 Y Acab le contó a Jezabel todo lo que Elías había
hecho y cómo[a] había matado a espada a todos los profetas. 2 Entonces Jezabel
envió un mensajero a Elías, diciendo: Así me hagan los dioses y aun me añadan,
si mañana a estas horas yo no he puesto tu vida[b] como la vida[c] de uno de
ellos. 3 El tuvo miedo[d], y se levantó y se fue para salvar su vida; y vino a
Beerseba de Judá y dejó allí a su criado. 4 El anduvo por el desierto un día de
camino, y vino y se sentó bajo un enebro[e]; pidió morirse y dijo: Basta ya,
Señor, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres. 5 Y acostándose bajo
el enebro[f], se durmió; y he aquí, un ángel lo tocó y le dijo: Levántate,
come. 6 Entonces miró, y he aquí que a su cabecera había una torta cocida sobre
piedras calientes y una vasija de agua. Comió y bebió, y volvió a acostarse. 7
Y el ángel del Señor volvió por segunda vez, lo tocó y le dijo: Levántate,
come, porque es muy largo el camino para ti. 8 Se levantó, pues, y comió y
bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches
hasta Horeb, el monte de Dios.
Elías se encuentra con Dios
9 Allí entró en una cueva y pasó en ella[g] la noche;
y he aquí, vino a él la palabra del Señor, y El le dijo: ¿Qué haces aquí,
Elías? 10 Y él respondió: He tenido mucho celo por el Señor, Dios de los
ejércitos; porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado
tus altares y han matado a espada a tus profetas. He quedado yo solo y buscan
mi vida para quitármela. 11 Entonces El dijo: Sal y ponte en el monte delante
del Señor. Y he aquí que el Señor pasaba. Y un grande y poderoso viento
destrozaba los montes y quebraba las peñas delante del Señor; pero el Señor no
estaba en el viento. Después del viento, un terremoto; pero el Señor no estaba en
el terremoto. 12 Después del terremoto, un fuego; pero el Señor no estaba en el
fuego. Y después del fuego, el susurro de una brisa apacible. 13 Y sucedió que
cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con su manto, y salió y se puso a la
entrada de la cueva. Y he aquí, una voz vino a él y le dijo: ¿Qué haces aquí,
Elías? 14 Y él respondió: He tenido mucho celo por el Señor, Dios de los
ejércitos; porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado
tus altares y han matado a espada a tus profetas. He quedado yo solo y buscan
mi vida para quitármela.
15 Y el Señor le dijo: Ve, regresa por tu camino al
desierto de Damasco y cuando hayas llegado, ungirás a Hazael por rey sobre
Aram; 16 y a Jehú, hijo de Nimsi, ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo,
hijo de Safat de Abel-mehola, ungirás por profeta en tu lugar. 17 Y sucederá
que al que escape de la espada de Hazael, Jehú lo matará, y al que escape de la
espada de Jehú, Eliseo lo matará. 18 Pero dejaré siete mil en Israel, todas las
rodillas que no se han doblado ante Baal y toda boca que no lo ha besado.
Llamamiento de Eliseo
19 Y partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de
Safat, que estaba arando con doce yuntas de bueyes delante de él, y él estaba
con la última[h]. Elías pasó adonde él estaba y le echó su manto encima. 20
Dejando él los bueyes, corrió tras Elías, y dijo: Permíteme besar a mi padre y
a mi madre, entonces te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuélvete, pues, ¿qué te he
hecho yo? 21 Entonces se volvió, dejando de seguirle, tomó el par de bueyes y
los sacrificó, y con los aparejos de los bueyes coció su carne, y la dio a la
gente y ellos comieron. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.
Footnotes:
1 Reyes 19:1 Así en algunas versiones antiguas; en el
T.M., y todo lo que
1 Reyes 19:2 Lit., (el) alma, y así en el resto del
cap.
1 Reyes 19:2 Lit., (el) alma, y así en el resto del
cap.
1 Reyes 19:3 Así en muchos mss.; en el T.M., Y él vio
1 Reyes 19:4 O, una retama
1 Reyes 19:5 O, una retama
1 Reyes 19:9 Lit., allí
1 Reyes 19:19 Lit., duodécima
La Biblia de las Américas (LBLA)
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Hechos
12:1-23 La Biblia de las Américas (LBLA)
Martirio de Jacobo y encarcelamiento de Pedro
12 Por aquel tiempo el rey Herodes[a] echó mano a
algunos que pertenecían a la iglesia para maltratarlos. 2 E hizo matar a espada
a Jacobo[b], el hermano de Juan. 3 Y viendo que esto agradaba a los judíos,
hizo arrestar también a Pedro. Esto sucedió durante los días[c] de los panes
sin levadura[d]. 4 Y habiéndolo tomado preso, lo puso en la cárcel,
entregándolo a cuatro piquetes[e] de soldados para que lo guardaran, con la
intención de llevarlo ante el pueblo después de la Pascua. 5 Así pues, Pedro
era custodiado en la cárcel, pero la iglesia hacía oración ferviente a Dios por
él. 6 Y esa noche, cuando Herodes estaba a punto de sacarlo, Pedro estaba
durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas; y unos guardias delante
de la puerta custodiaban la cárcel. 7 Y he aquí, se le apareció un ángel del
Señor, y una luz brilló en la celda; y el ángel tocó a Pedro en el costado, y
lo despertó diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas cayeron de sus manos. 8 Y
el ángel le dijo: Vístete y ponte[f] las sandalias. Y así lo hizo. Y le dijo*
el ángel: Envuélvete en tu manto y sígueme. 9 Y saliendo, lo seguía, y no sabía
que lo que hacía el ángel era de verdad, sino que creía ver una visión. 10
Cuando habían pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de
hierro que conduce a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salieron y
siguieron por una calle, y enseguida el ángel se apartó de él. 11 Cuando Pedro
volvió en sí, dijo: Ahora sé en verdad que el Señor ha enviado a su ángel, y me
ha rescatado de la mano de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo de los
judíos. 12 Al darse cuenta de esto, fue a la casa de María, la madre de Juan,
llamado también Marcos, donde muchos estaban reunidos y oraban. 13 Y cuando
llamó a la puerta de la entrada, una sirvienta llamada Rode salió a ver quién
era[g]. 14 Al reconocer la voz de Pedro, de alegría no abrió la puerta, sino
que corrió adentro y anunció que Pedro estaba a la puerta. 15 Y ellos le
dijeron: ¡Estás loca! Pero ella insistía en que así era. Y ellos decían: Es su
ángel. 16 Mas Pedro continuaba llamando; y cuando ellos abrieron, lo vieron y
se asombraron. 17 Y haciéndoles señal con la mano para que guardaran silencio,
les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y les dijo: Informad de
estas cosas a Jacobo[h] y a los hermanos. Entonces salió, y se fue a otro
lugar.
18 Cuando se hizo de día, hubo un alboroto no pequeño
entre los soldados sobre qué[i] habría sido de Pedro. 19 Y Herodes, después de
buscarlo y no encontrarlo, interrogó a los guardias y ordenó que los llevaran
para ejecutarlos. Después descendió de Judea a Cesarea, y se quedó allí por un
tiempo.
Muerte de Herodes
20 Herodes estaba muy enojado con los de Tiro y de
Sidón; pero ellos, de común acuerdo se presentaron ante él, y habiéndose ganado
a Blasto, camarero del rey, pedían paz pues su territorio era abastecido por el
del rey. 21 El día señalado, Herodes, vestido con ropa real, se sentó en la
tribuna[j] y les arengaba. 22 Y la gente gritaba: ¡Voz de un dios y no de un
hombre es ésta! 23 Al instante un ángel del Señor lo hirió, por no haber dado
la gloria a Dios; y murió[k] comido de gusanos.
Footnotes:
Hechos 12:1 I.e., Herodes Agripa I
Hechos 12:2 O, Santiago
Hechos 12:3 Lit., Eran los días
Hechos 12:3 O, de los Azimos
Hechos 12:4 Gr., tetradion; i.e., un grupo de cuatro
soldados
Hechos 12:8 Lit., cíñete y átate
Hechos 12:13 O, salió a abrirle
Hechos 12:17 O, Santiago
Hechos 12:18 Lit., qué, por tanto,
Hechos 12:21 O, el tribunal
Hechos 12:23 Lit., expiró
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Salmos
136 La Biblia de las Américas (LBLA)
Gratitud por la misericordia del Señor para con Israel
136 Dad gracias al Señor porque El es bueno,
porque para siempre es su misericordia.
2 Dad gracias al Dios de dioses,
porque para siempre es su misericordia.
3 Dad gracias al Señor de señores,
porque para siempre es su misericordia.
4 Al único que hace grandes maravillas,
porque para siempre es su misericordia.
5 Al que con sabiduría[a] hizo los cielos,
porque para siempre es su misericordia.
6 Al que extendió la tierra sobre las aguas,
porque para siempre es su misericordia.
7 Al que hizo las grandes lumbreras,
porque para siempre es su misericordia:
8 el sol para que reine de[b] día,
porque para siempre es su misericordia;
9 la luna y las estrellas para que reinen de[c] noche,
porque para siempre es su misericordia.
10 Al que hirió a Egipto en sus primogénitos,
porque para siempre es su misericordia;
11 y sacó a Israel de en medio de ellos,
porque para siempre es su misericordia,
12 con mano fuerte y brazo extendido,
porque para siempre es su misericordia.
13 Al que dividió en dos partes el mar Rojo[d],
porque para siempre es su misericordia,
14 e hizo pasar a Israel por en medio de él,
porque para siempre es su misericordia;
15 mas a Faraón y a su ejército destruyó[e] en el mar
Rojo[f],
porque para siempre es su misericordia.
16 Al que condujo a su pueblo por el desierto,
porque para siempre es su misericordia;
17 al que hirió a grandes reyes,
porque para siempre es su misericordia;
18 y mató a reyes poderosos[g],
porque para siempre es su misericordia;
19 a Sehón, rey de los amorreos,
porque para siempre es su misericordia,
20 y a Og, rey de Basán,
porque para siempre es su misericordia;
21 y dio la tierra de ellos en heredad,
porque para siempre es su misericordia,
22 en heredad a Israel su siervo,
porque para siempre es su misericordia.
23 El que se acordó de nosotros en nuestra
humillación[h],
porque para siempre es su misericordia,
24 y nos rescató de nuestros adversarios,
porque para siempre es su misericordia.
25 El que da sustento a toda carne,
porque para siempre es su misericordia.
26 Dad gracias al Dios del cielo,
porque para siempre es su misericordia.
Footnotes:
Salmos 136:5 O, destreza
Salmos 136:8 O, domine sobre el
Salmos 136:9 O, dominen sobre la
Salmos 136:13 Lit., mar de Cañas
Salmos 136:15 Lit., arrojó
Salmos 136:15 Lit., mar de Cañas
Salmos 136:18 Lit., majestuosos
Salmos 136:23 O, baja condición
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Proverbios
17:14-15 La Biblia de las Américas (LBLA)
14 El comienzo de la contienda es como el soltar de
las aguas;
deja, pues, la riña antes de que empiece.
15 El que justifica al impío, y el que condena al
justo,
ambos son igualmente abominación al Señor.
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