Día 332, DAB Español, Jueves 28 de Noviembre
Daniel 5:1-31; 2 Pedro 2:1-22; Salmos 119:113-128; Proverbios 28:19-20 (Nueva Versión Internacional (NVI))
Daniel
5 Nueva Versión Internacional (NVI)
La escritura en la pared
5 El rey Belsasar ofreció un gran banquete a mil
miembros de la nobleza, y bebió vino con ellos hasta emborracharse. 2-3
Mientras brindaban, Belsasar mandó que le trajeran las copas de oro y de plata
que Nabucodonosor, su padre, había tomado del templo de Jerusalén. Y así se
hizo. Le llevaron las copas, y en ellas bebieron el rey y sus nobles, junto con
sus esposas y concubinas. 4 Ya borrachos, se deshacían en alabanzas a los
dioses de oro, plata, bronce, hierro, madera y piedra.
5 En ese momento, en la sala del palacio apareció una
mano que, a la luz de las lámparas, escribía con el dedo sobre la parte blanca
de la pared. Mientras el rey observaba la mano que escribía, 6 el rostro le
palideció del susto, las rodillas comenzaron a temblarle y apenas podía sostenerse.
7 Mandó entonces que vinieran los hechiceros, astrólogos y adivinos, y a estos
sabios babilonios les dijo:
—Al que lea lo que allí está escrito, y me diga lo que
significa, lo vestiré de púrpura, le pondré una cadena de oro en el cuello y lo
nombraré tercer gobernante del reino.
8 Todos los sabios del reino se presentaron, pero no
pudieron descifrar lo escrito ni decirle al rey lo que significaba. 9 Esto hizo
que el rey Belsasar se asustara y palideciera más todavía. Los nobles, por su
parte, se hallaban confundidos.
10 Al oír el alboroto que hacían el rey y sus nobles,
la reina misma entró en la sala del banquete y exclamó:
—¡Que viva Su Majestad por siempre! ¡Y no se alarme ni
se ponga pálido! 11 En el reino de Su Majestad hay un hombre en quien reposa el
espíritu de los santos dioses. Cuando vivía el rey Nabucodonosor, padre de Su
Majestad, se halló que ese hombre poseía sabiduría, inteligencia y gran
percepción, semejantes a las de los dioses. El padre de Su Majestad llegó a
nombrar a ese hombre jefe de los magos, hechiceros, astrólogos y adivinos. 12 Y
es que ese hombre tiene una mente aguda, amplios conocimientos, e inteligencia
y capacidad para interpretar sueños, explicar misterios y resolver problemas
difíciles. Llame usted a ese hombre, y él le dirá lo que significa ese escrito.
Se llama Daniel, aunque el padre de Su Majestad le puso por nombre Beltsasar.
13 Daniel fue llevado a la presencia del rey, y este
le preguntó:
—¿Así que tú eres Daniel, uno de los exiliados que mi
padre trajo de Judá? 14 Me han contado que en ti reposa el espíritu de los
dioses, y que posees gran agudeza e inteligencia, y una sabiduría sorprendente.
15 Los sabios y hechiceros se presentaron ante mí para leer esta escritura y
decirme lo que significa, pero no pudieron descifrarla. 16 Según me han dicho,
tú puedes dar interpretaciones y resolver problemas difíciles. Si logras
descifrar e interpretar lo que allí está escrito, te vestiré de púrpura, te
pondré una cadena de oro en el cuello y te nombraré tercer gobernante del
reino.
17 —Su Majestad puede quedarse con sus regalos, o
dárselos a otro —le respondió Daniel—. Yo voy a leerle a Su Majestad lo que
dice en la pared, y le explicaré lo que significa.
18 »El Dios Altísimo dio al rey Nabucodonosor, padre
de usted, grandeza, gloria, majestad y esplendor. 19 Gracias a la autoridad que
Dios le dio, ante él temblaban de miedo todos los pueblos, naciones y gente de
toda lengua. A quien él quería matar, lo mandaba matar; a quien quería
perdonar, lo perdonaba; si quería promover a alguien, lo promovía; y, si quería
humillarlo, lo humillaba. 20 Pero, cuando su corazón se volvió arrogante y
orgulloso, se le arrebató el trono real y se le despojó de su gloria; 21 fue
apartado de la gente y recibió la mente de un animal; vivió entre los asnos
salvajes y se alimentó con pasto como el ganado; ¡el rocío de la noche empapaba
su cuerpo! Todo esto le sucedió hasta que reconoció que el Dios Altísimo es el
Soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere.
22 »Sin embargo, y a pesar de saber todo esto, usted,
hijo de Nabucodonosor, no se ha humillado. 23 Por el contrario, se ha opuesto
al Dios del cielo mandando traer de su templo las copas para que beban en ellas
usted y sus nobles, sus esposas y concubinas. Usted se ha deshecho en alabanzas
a los dioses de oro, plata, hierro, madera y piedra, dioses que no pueden ver
ni oír ni entender; en cambio, no ha honrado al Dios en cuyas manos se hallan
la vida y las acciones de Su Majestad. 24 Por eso Dios ha enviado esa mano a
escribir 25 lo que allí aparece: Mene, Mene, Téquel, Parsin.
26 »Pues bien, esto es lo que significan esas
palabras:
»Mene: Dios ha contado los días del reino de Su
Majestad, y les ha puesto un límite.
27 »Téquel: Su Majestad ha sido puesto en la balanza,
y no pesa lo que debería pesar.
28 »Parsin: El reino de Su Majestad se ha dividido, y
ha sido entregado a medos y persas».
29 Entonces Belsasar ordenó que se vistiera a Daniel
de púrpura, que se le pusiera una cadena de oro en el cuello, y que se le
nombrara tercer gobernante del reino. 30 Esa misma noche fue asesinado
Belsasar, rey de los babilonios, y Darío el Persa se apoderó del reino. 31 Para
entonces, Darío tenía sesenta y dos años.
Nueva Versión Internacional (NVI)
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2 Pedro 2 Nueva Versión
Internacional (NVI)
Los falsos maestros y su destrucción
2 En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también
entre ustedes habrá falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías
destructivas, al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les
traerá una pronta destrucción. 2 Muchos los seguirán en sus prácticas
vergonzosas, y por causa de ellos se difamará el camino de la verdad. 3
Llevados por la avaricia, estos maestros los explotarán a ustedes con palabras
engañosas. Desde hace mucho tiempo su condenación está preparada y su
destrucción los acecha.
4 Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino
que los arrojó al abismo, metiéndolos en tenebrosas cavernas[a] y reservándolos
para el juicio. 5 Tampoco perdonó al mundo antiguo cuando mandó un diluvio
sobre los impíos, aunque protegió a ocho personas, incluyendo a Noé, predicador
de la justicia. 6 Además, condenó a las ciudades de Sodoma y Gomorra, y las
redujo a cenizas, poniéndolas como escarmiento para los impíos. 7 Por otra
parte, libró al justo Lot, que se hallaba abrumado por la vida desenfrenada de
esos perversos, 8 pues este justo, que convivía con ellos y amaba el bien, día
tras día sentía que se le despedazaba el alma por las obras inicuas que veía y
oía. 9 Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que
viven como Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del
juicio. 10 Esto les espera sobre todo a los que siguen los corrompidos deseos
de la naturaleza humana y desprecian la autoridad del Señor.
¡Atrevidos y arrogantes que son! No tienen reparo en
insultar a los seres celestiales, 11 mientras que los ángeles, a pesar de
superarlos en fuerza y en poder, no pronuncian contra tales seres ninguna
acusación insultante en la presencia del Señor. 12 Pero aquellos blasfeman en
asuntos que no entienden. Como animales irracionales, se guían únicamente por
el instinto, pues nacieron para ser atrapados y degollados. Lo mismo que esos
animales, perecerán también en su corrupción 13 y recibirán el justo pago por
sus injusticias. Su concepto de placer es entregarse a las pasiones
desenfrenadas en pleno día. Son manchas y suciedad, que gozan de sus placeres
mientras los acompañan a ustedes en sus comidas. 14 Tienen los ojos llenos de
adulterio y son insaciables en el pecar; seducen a las personas inconstantes;
son expertos en la avaricia, ¡hijos de maldición! 15 Han abandonado el camino
recto, y se han extraviado para seguir la senda de Balán, hijo de Bosor,[b] a
quien le encantaba el salario de la injusticia. 16 Pero fue reprendido por su
maldad: su burra —una muda bestia de carga— habló con voz humana y refrenó la
locura del profeta.
17 Estos individuos son fuentes sin agua, niebla
empujada por la tormenta, para quienes está reservada la más densa oscuridad.
18 Pronunciando discursos arrogantes y sin sentido, seducen con los instintos
naturales desenfrenados a quienes apenas comienzan a apartarse de los que viven
en el error. 19 Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la
corrupción, ya que cada uno es esclavo de aquello que lo ha dominado. 20 Si,
habiendo escapado de la contaminación del mundo por haber conocido a nuestro
Señor y Salvador Jesucristo, vuelven a enredarse en ella y son vencidos,
terminan en peores condiciones que al principio. 21 Más les hubiera valido no
conocer el camino de la justicia que abandonarlo después de haber conocido el
santo mandamiento que se les dio. 22 En su caso ha sucedido lo que
acertadamente afirman estos proverbios: «El perro vuelve a su vómito»,[c] y «la
puerca lavada, a revolcarse en el lodo».
Footnotes:
2:4 cavernas. Var. cadenas.
2:15 Bosor. Var. Beor.
2:22 Pr 26:11
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Salmos 119:113-128 Nueva
Versión Internacional (NVI)
Sámej
113 Aborrezco a los hipócritas,
pero amo tu
ley.
114 Tú eres mi escondite y mi escudo;
en tu
palabra he puesto mi esperanza.
115 ¡Malhechores, apártense de mí,
que quiero
cumplir los mandamientos de mi Dios!
116 Sostenme conforme a tu promesa, y viviré;
no defraudes
mis esperanzas.
117 Defiéndeme, y estaré a salvo;
siempre
optaré por tus decretos.
118 Tú rechazas a los que se desvían de tus decretos,
porque solo
maquinan falsedades.
119 Tú desechas como escoria a los impíos de la
tierra;
por eso amo
tus estatutos.
120 Mi cuerpo se estremece por el temor que me
inspiras;
siento
reverencia por tus leyes.
Ayin
121 Yo practico la justicia y el derecho;
no me dejes
en manos de mis opresores.
122 Garantiza el bienestar de tu siervo;
que no me
opriman los arrogantes.
123 Mis ojos se consumen esperando tu salvación,
esperando
que se cumpla tu justicia.
124 Trata a tu siervo conforme a tu gran amor;
enséñame tus
decretos.
125 Tu siervo soy: dame entendimiento
y llegaré a
conocer tus estatutos.
126 Señor, ya es tiempo de que actúes,
pues tu ley
está siendo quebrantada.
127 Sobre todas las cosas amo tus mandamientos,
más que el
oro, más que el oro refinado.
128 Por eso tomo en cuenta todos tus preceptos[a]
y aborrezco
toda senda falsa.
Footnotes:
119:128 Por eso … tus preceptos (véanse LXX y
Vulgata); Por eso todos los estatutos de todo lo que hago recto (TM).
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Proverbios 28:19-20 Nueva
Versión Internacional (NVI)
19 El que trabaja la tierra tendrá abundante comida;
el que sueña
despierto[a] solo abundará en pobreza.
20 El hombre fiel recibirá muchas bendiciones;
el que tiene
prisa por enriquecerse no quedará impune.
Footnotes:
28:19 el que sueña despierto. Lit. el que persigue lo
vacío; también en 12:11.
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