Día 308, DAB Español, Lunes 4 de Noviembre
Ezequiel 10:1-11:25; Hebreos 6:1-20; Salmos 105:16-36; Proverbios 27:1-2 (Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH))
Ezequiel
10-11 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
Visión de la Gloria de Dios
10 Después miré, y en el firmamento que estaba sobre
las cabezas de los querubines, vi que apareció sobre ellos como una piedra de
zafiro de apariencia semejante a un trono. 2 Y el Señor le dijo al hombre
vestido de lino: “Entra en medio de las ruedas debajo de los querubines, llena
tus manos de carbones encendidos de entre los querubines y espárcelos sobre la
ciudad.” Y el hombre entró ante mis ojos.
3 Los querubines estaban de pie a la derecha del
templo cuando el hombre entró, y la nube llenaba el atrio interior. 4 Entonces
la gloria del Señor subió del querubín hacia el umbral del templo, y el templo
se llenó de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del Señor.
5 El ruido de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, como
la voz del Dios Todopoderoso (El Shaddai) cuando habla.
6 Cuando El le ordenó al hombre vestido de lino: “Toma
fuego de entre las ruedas, de entre los querubines,” él entró y se paró junto a
una rueda. 7 El querubín extendió su mano de entre los querubines hacia el
fuego que estaba entre ellos, lo tomó y lo puso en las manos del que estaba
vestido de lino, el cual lo tomó y salió. 8 Debajo de sus alas los querubines parecían
tener la forma de la mano de un hombre.
9 Entonces miré, y vi cuatro ruedas junto a los
querubines, cada rueda junto a cada querubín; el aspecto de las ruedas era como
el brillo de una piedra de Tarsis. 10 En cuanto a su apariencia, las cuatro
tenían la misma semejanza, como si una rueda estuviera dentro de la otra rueda.
11 Cuando andaban, se movían en las cuatro direcciones, sin volverse cuando
andaban, sino que seguían la dirección en que ponían el rostro[a], sin volverse
cuando andaban. 12 Y todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos, sus alas y las
ruedas estaban llenos de ojos alrededor, las ruedas de los cuatro. 13 A las
ruedas se les llamó “torbellino,” y yo lo oí. 14 Y cada uno de los querubines
tenía cuatro caras. La primera cara era la cara de un querubín, la segunda, la
cara de un hombre, la tercera, la cara de un león y la cuarta, la cara de un
águila.
15 Entonces los querubines se levantaron. Estos eran
los seres vivientes que yo había visto en el río Quebar. 16 Cuando los
querubines andaban, las ruedas andaban a su lado; y cuando los querubines
alzaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se apartaban de su
lado. 17 Cuando los querubines se detenían, las ruedas se detenían, y cuando se
levantaban, las ruedas se levantaban con ellos, porque el espíritu de los seres
vivientes estaba en ellas.
18 Entonces la gloria del Señor salió de sobre el
umbral del templo y se puso sobre los querubines. 19 Cuando los querubines
alzaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojos salieron con las ruedas
a su lado, y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la casa del
Señor. Y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos.
20 Estos eran los seres vivientes que yo había visto
debajo del Dios de Israel junto al río Quebar; entonces supe que eran
querubines. 21 Cada uno tenía cuatro caras y cada uno cuatro alas, y había una
semejanza de manos de hombre debajo de sus alas. 22 En cuanto a la forma de sus
caras, eran las mismas caras cuya apariencia yo había visto junto al río
Quebar. Cada uno caminaba derecho hacia adelante.
Castigo de los Gobernantes
11 Entonces el Espíritu me levantó y me llevó a la
puerta oriental de la casa del Señor que mira al oriente. Y a la entrada de la
puerta había veinticinco hombres, y entre ellos vi a Jaazanías, hijo de Azur, y
a Pelatías, hijo de Benaía, jefes del pueblo. 2 Y Dios me dijo: “Hijo de
hombre, estos son los hombres que traman iniquidad y dan malos consejos en esta
ciudad, 3 los cuales dicen: ‘¿No está cerca el tiempo de edificar casas? Esta
ciudad es la olla y nosotros la carne.’ 4 Por tanto, profetiza contra ellos,
profetiza, hijo de hombre.”
5 Entonces el Espíritu del Señor cayó sobre mí, y me
ordenó que dijera: “Así dice el Señor: ‘Así han dicho ustedes, casa de Israel,
Yo conozco sus pensamientos[b]. 6 Han multiplicado sus muertos en esta ciudad,
han llenado sus calles de muertos.” 7 Por tanto, así dice el Señor Dios: “Sus
muertos, los que han dejado en medio de la ciudad, son la carne, y ella es la
olla; pero Yo los sacaré de ella. 8 Han temido la espada, y espada traeré sobre
ustedes,” declara el Señor Dios. 9 “Los sacaré de en medio de la ciudad, los
entregaré en manos de extraños y traeré juicios contra ustedes. 10 A espada
caerán; en los confines de Israel los juzgaré; y sabrán que Yo soy el Señor. 11
Esta ciudad no será olla para ustedes, ni ustedes serán carne en medio de ella;
hacia los confines de Israel los juzgaré. 12 Así sabrán que Yo soy el Señor;
porque no han andado en Mis estatutos ni han cumplido Mis ordenanzas, sino que
han obrado conforme a las costumbres de las naciones que los rodean.”’”
13 Y mientras yo profetizaba, Pelatías, hijo de
Benaía, murió. Entonces caí sobre mi rostro, y clamé a gran voz: “¡Ah, Señor
Dios! ¿Vas a acabar por completo con el remanente de Israel?”
14 Entonces vino a mí la palabra del Señor: 15 “Hijo
de hombre, tus hermanos, tus parientes, los hombres en el destierro contigo y
toda la casa de Israel, todos ellos, son aquéllos a quienes los habitantes de
Jerusalén han dicho: ‘Aléjense del Señor; a nosotros se nos ha dado esta tierra
en posesión.’ 16 Por tanto, di: ‘Así dice el Señor Dios: “Aunque los había
echado lejos entre las naciones, y aunque Yo los había dispersado por las
tierras, sin embargo fui para ellos un santuario por poco tiempo en las tierras
adonde habían ido.”’ 17 Por tanto di: ‘Así dice el Señor Dios: “Yo los recogeré
de entre los pueblos y los reuniré de las tierras entre las cuales han sido
dispersados, y les daré la tierra de Israel.”’ 18 “Cuando lleguen allí,
quitarán de ella todas sus cosas detestables y todas sus abominaciones. 19 Yo
les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré
de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, 20 para que
anden en Mis estatutos, guarden Mis ordenanzas y los cumplan. Entonces serán Mi
pueblo y Yo seré su Dios. 21 Pero en cuanto a aquéllos cuyo corazón va detrás
de sus cosas detestables y abominaciones, haré recaer su conducta sobre su
cabeza,” declara el Señor Dios.
22 Entonces los querubines alzaron sus alas con las
ruedas a su lado, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre
ellos. 23 La gloria del Señor se elevó de en medio de la ciudad, y se detuvo
sobre el monte que está al oriente de la ciudad. 24 Y el Espíritu me levantó y
me llevó a Caldea (Babilonia), a los desterrados, en visión por el Espíritu de
Dios. Y se alejó de mí la visión que había visto. 25 Entonces hablé a los
desterrados de todas las cosas que el Señor me había mostrado.
Footnotes:
Ezequiel 10:11 Lit la cabeza
Ezequiel 11:5 Lit lo que sube en su espíritu
Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
©
2005 by The Lockman Foundation, La Habra, California
Hebreos
6 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
6 Por tanto, dejando las enseñanzas elementales[a]
acerca de Cristo (el Mesías), avancemos hacia la madurez (perfección), no
echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe
en Dios, 2 de la enseñanza sobre lavamientos[b], de la imposición de manos, de
la resurrección de los muertos y del juicio eterno. 3 Y esto haremos, si Dios
lo permite.
4 Porque en el caso de los que fueron una vez
iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del
Espíritu Santo, 5 que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo
venidero, 6 pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento,
puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios y Lo exponen a la
ignominia pública.
7 Porque la tierra que bebe la lluvia que con
frecuencia cae[c] sobre ella y produce vegetación útil a aquéllos por los
cuales es cultivada, recibe bendición de Dios. 8 Pero si produce espinos y
cardos no vale nada, está próxima a ser maldecida[d], y termina por ser
quemada[e].
Esperanza de Cosas Mejores
9 Pero en cuanto a ustedes, amados, aunque hablemos de
esta manera, estamos persuadidos de las cosas que son mejores y que pertenecen
a la salvación. 10 Porque Dios no es injusto como para olvidarse de la obra de
ustedes y del amor que han mostrado hacia Su nombre, habiendo servido, y
sirviendo aún, a los santos. 11 Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre
la misma solicitud hasta el fin, para alcanzar la plena (a plenitud la)
seguridad de la esperanza, 12 a fin de que no sean perezosos, sino imitadores
de los que mediante la fe y la paciencia heredan las promesas.
La Promesa de Dios es Segura
13 Pues cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no
pudiendo jurar por uno mayor, juró por El mismo, 14 diciendo: “Ciertamente te
bendecire y ciertamente te multiplicare.” 15 Y así, habiendo esperado con
paciencia, Abraham obtuvo la promesa. 16 Porque los hombres juran por uno mayor
que ellos mismos, y para ellos un juramento dado como confirmación es el fin de
toda discusión.
17 Por lo cual[f] Dios, deseando mostrar más
plenamente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de Su propósito,
interpuso (garantizó) un juramento, 18 a fin de que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios mienta, los que hemos buscado refugio
seamos grandemente animados[g] para asirnos de la esperanza puesta delante de
nosotros.
19 Tenemos como ancla del alma, una esperanza segura y
firme, y que penetra hasta detrás[h] del velo, 20 adonde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, Sumo Sacerdote
para siempre.
Footnotes:
Hebreos 6:1 Lit la palabra del principio
Hebreos 6:2 O bautismos
Hebreos 6:7 Lit viene
Hebreos 6:8 Lit a una maldición
Hebreos 6:8 Lit su fin es para quemarse
Hebreos 6:17 O Por tanto
Hebreos 6:18 Lit podamos tener un fortísimo consuelo
Hebreos 6:19 Lit dentro
Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
©
2005 by The Lockman Foundation, La Habra, California
Salmos
105:16-36 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
16 Y llamó al hambre sobre la tierra;
Quebró todo sustento de pan.
17 Envió a un hombre delante de ellos,
A José, vendido como esclavo.
18 Con grillos afligieron sus pies,
El mismo fue puesto en cadenas,
19 Hasta que su predicción se cumplió;
La palabra del Señor lo puso a prueba.
20 El rey envió, y lo soltó,
El soberano de los pueblos, lo puso en libertad.
21 Lo puso por señor de su casa,
Y administrador sobre todos sus bienes,
22 Para que encarcelara a sus príncipes a voluntad
suya,
Y a sus ancianos enseñara sabiduría.
23 También Israel entró en Egipto,
Así peregrinó Jacob en la tierra de Cam.
24 E hizo que su pueblo se multiplicara mucho,
Y los hizo más fuertes que sus adversarios.
25 Les cambió el corazón para que odiaran a Su pueblo,
Para que obraran astutamente contra Sus siervos.
26 Envió a Moisés Su siervo,
Y a Aarón a quien había escogido.
27 Estos hicieron las maravillas de Dios entre ellos,
Y prodigios en la tierra de Cam.
28 Mandó tinieblas e hizo que se oscureciera,
Pero ellos no atendieron a Sus palabras.
29 Convirtió sus aguas en sangre,
E hizo morir sus peces.
30 Se llenó su tierra de ranas
Hasta en las alcobas de sus reyes.
31 El habló, y vinieron enjambres de moscas
Y mosquitos por todo su territorio.
32 Les dio granizo por lluvia,
Y llamas de fuego en su tierra.
33 Devastó también sus vides y sus higueras,
Y destrozó los árboles de sus territorios.
34 El habló, y vinieron langostas,
Y orugas sin número;
35 Que devoraron toda la vegetación de su país,
Y se comieron el fruto de su suelo.
36 También hirió de muerte a todo primogénito de su
tierra;
Las primicias de todo su vigor.
Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
©
2005 by The Lockman Foundation, La Habra, California
Proverbios
27:1-2 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
27 No te gloríes del día de mañana,
Porque no sabes qué traerá el día.
2 Que te alabe el extraño, y no tu boca;
El extranjero, y no tus labios.
Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
©
2005 by The Lockman Foundation, La Habra, California
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