Tuesday, February 22, 2022

DAB Español, Miércoles 23 de Febrero

Día 054, DAB Español, Miércoles 23 de Febrero


Levítico 14:1-57; Marcos 6:30-56; Salmos 40:1-10; Proverbios 10:11-12 (Nueva Biblia Viva (NBV))









Levítico 14

Nueva Biblia Viva

Purificación de las enfermedades cutáneas

14 El Señor le dio a Moisés las siguientes instrucciones 2 acerca de la persona que se cura de alguna infección cutánea, de modo que es declarada pura: «La persona que estuvo infectada será llevada ante el sacerdote, 3 para ser examinada. El sacerdote saldrá al campo para examinarla. Si ve que la infección ha desaparecido, 4 pedirá que le traigan dos avecillas vivas y puras, madera de cedro, una cinta roja y una rama de hisopo. 5 Luego, el sacerdote ordenará que una de las aves sea degollada sobre una vasija de barro llena de agua pura. 6 Después tomará la otra avecilla, es decir, la que está viva, la mojará en la sangre junto con la madera de cedro, la cinta roja y el hisopo. 7 A continuación, el sacerdote rociará siete veces la sangre sobre la persona que fue curada, la declarará limpia, y dejará libre el ave para que vuele hacia el campo.

8 »Enseguida la persona curada lavará su ropa, se rapará el pelo, se bañará y volverá a vivir en el campamento. Sin embargo, deberá permanecer fuera de su carpa durante siete días. 9 Al séptimo día volverá a afeitarse la cabeza, la barba y las cejas, lavará su ropa y se bañará, y después esa persona será declarada completamente curada, y será declarada definitivamente limpia.

10 »Al día siguiente, es decir, al octavo día, tomará dos corderos sin defectos y una cordera de un año sin defectos, seis kilos de harina de la mejor calidad mezclada con aceite de oliva, y un tercio de litro de aceite de oliva. 11 Entonces el sacerdote que realiza la purificación presentará a la persona y su ofrenda delante del Señor, a la entrada del santuario. 12 El sacerdote tomará uno de los corderos y el tercio del litro de aceite de oliva y lo ofrecerá al Señor como ofrenda por la culpa, meciéndolos delante del altar. 13 Enseguida, matará el cordero en el lugar en que se degüellan los animales que se ofrecen por el pecado y los animales de los holocaustos. Esta ofrenda por la culpa será entregada al sacerdote para su alimento, tal como se hace con una ofrenda por el pecado. Es una ofrenda santísima. 14 El sacerdote tomará sangre del animal sacrificado por la culpa y la untará en el lóbulo de la oreja derecha, sobre el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de la persona que se está purificando. 15 A continuación, el sacerdote tomará aceite de oliva y lo derramará en la palma de su mano izquierda, 16 se mojará el índice derecho y rociará siete veces delante del Señor. 17 Del aceite que le quede en la mano, el sacerdote untará un poco en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de la persona que se está purificando, de la misma manera que lo hizo con la sangre de la ofrenda por la culpa. 18 El resto del aceite lo usará para ungir a la persona en la cabeza. De esta manera el sacerdote pedirá al Señor el perdón para aquella persona. 19 El sacerdote deberá presentar la ofrenda por el pecado y realizar el rito de la expiación por la persona que se está purificando de la infección; acto seguido degollará el cordero para el holocausto, 20 y lo presentará con la ofrenda de harina sobre el altar, y hará expiación por esa persona, y la declarará completamente purificada.

21 »En caso de que quien se purifica fuera tan pobre que no pudiera comprar dos corderos, presentará solamente uno, el cordero para la ofrenda por la culpa, el cual será ofrecido al Señor, meciéndolo delante del altar, y además presentará sólo dos kilos de harina de la mejor calidad amasada con aceite de oliva, y un cuarto de litro de aceite de oliva. 22 Además, llevará, según sus posibilidades, dos tórtolas o dos pichones de paloma, y usará una de ellas como ofrenda por su pecado y la otra como holocausto. 23 Llevará los animales al sacerdote a la entrada del santuario, al octavo día, para realizar su ceremonia de purificación delante del Señor. 24 El sacerdote tomará el cordero para la ofrenda por la culpa, y el cuarto del litro de aceite y los mecerá delante del altar y los ofrecerá al Señor. 25 Enseguida degollará el cordero y pondrá sangre en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de quien se está purificando. 26 Luego, el sacerdote derramará aceite de oliva en la palma de su mano izquierda, 27 y con el índice de la mano derecha rociará siete veces delante del Señor. 28 A continuación, de su mano tomará aceite de oliva y lo untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de quien se está purificando, de la misma manera que lo hizo con la sangre de la ofrenda por la culpa. 29 El resto del aceite que tiene en la mano lo pondrá sobre la cabeza de la persona que se está purificando, para hacer expiación por ella delante del Señor. 30 Después de esto, deberá ofrecer las dos tórtolas o los dos pichones de paloma, según lo que la persona haya podido conseguir. 31 Una de las aves será para la ofrenda por el pecado y la otra para el holocausto, junto con la ofrenda de harina; y el sacerdote hará expiación por aquella persona delante del Señor.

32 »Estas, pues, son las leyes acerca de las personas pobres que se purifican de alguna infección cutánea, y que no pueden presentar los sacrificios normalmente requeridos para su purificación».

Purificación de casas infectadas

33-34 Entonces el Señor les dijo a Moisés y Aarón: «Cuando lleguen a la tierra de Canaán, que yo les he dado, si ven que aparecen hongos o moho en las paredes de una casa, 35 el propietario acudirá al sacerdote para informarle, diciéndole: “En mi casa han aparecido unas manchas”. 36 El sacerdote ordenará que se desocupe la casa antes de examinarla, para que no se declaren impuras las cosas, en caso de que llegue a la conclusión de que la casa está contaminada. 37 Si encuentra manchas verdosas o rojizas en las paredes de la casa, y que al parecer no son superficiales, 38 cerrará la casa por siete días. 39 Regresará el día séptimo para examinarla nuevamente. Si las manchas se han esparcido por las paredes, 40 el sacerdote ordenará que se quiten las piedras que están manchadas. El material sacado será arrojado en un lugar impuro, fuera de la ciudad. 41 Luego ordenará que raspen las paredes de la casa en forma completa y que arrojen el polvo que salga en un lugar impuro, fuera de la ciudad. 42 En el lugar donde estaban las manchas, colocarán piedras nuevas, usando nueva mezcla para pegarlas, y toda la casa será resanada con material nuevo.

43 »Pero si la mancha aparece nuevamente, 44 el sacerdote irá a examinarla, y si ve que se ha extendido, declarará que la casa es impura por tener un hongo maligno. 45 Acto seguido ordenará la destrucción de la casa, y todos los materiales: piedras, madera y todo el polvo, serán llevados fuera de la ciudad, a un lugar impuro.

46 »Cualquier persona que entre en la casa mientras está cerrada, quedará impura hasta el anochecer. 47 Cualquiera que se acueste o coma en la casa deberá lavar su ropa.

48 »Pero si al volver el sacerdote a examinar la casa, observa que las manchas no han reaparecido después de haber sido resanada de nuevo, declarará que la casa está limpia y que el hongo ha desaparecido.

49 »Además, celebrará la ceremonia de la purificación usando dos aves, madera de cedro, cinta roja y ramas de hisopo. 50 Degollará una de las avecillas sobre una vasija de barro llena de agua pura, 51-52 y mojará la madera de cedro, el hisopo, la cinta roja y la otra avecilla en la sangre del ave que fue sacrificada, y rociará la casa siete veces. De esta manera se realizará la ceremonia de purificación de la casa. 53 Enseguida soltará el ave viva para que vuele hacia el campo, fuera de la ciudad. De esta manera se hará la expiación y la purificación de la casa.

54-55 »Estas, pues, son las leyes acerca de la infección de la piel, de los hongos o manchas en la ropa o en la casa, 56 como también de las inflamaciones, erupciones o manchas de la piel. 57 De esta manera se puede saber cuándo algo es puro o impuro. Por esta razón se dan estas leyes».

Marcos 6:30-56

Nueva Biblia Viva

Jesús alimenta a los cinco mil

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron lo que habían hecho y enseñado. 31 Era tanto el gentío que entraba y salía que apenas les quedaba tiempo para comer. Por ello Jesús les dijo:

―Apartémonos del gentío para que puedan descansar.

32 Partieron, pues, en una barca hacia un lugar desierto. 33 Pero muchos que los vieron ir los reconocieron y de todos los poblados fueron por tierra hasta allá, y llegaron antes que ellos. 34 Al bajar Jesús de la barca vio a la multitud, y se compadeció de ellos porque parecían ovejas sin pastor. Y comenzó a enseñarles muchas cosas.

35 Ya avanzada la tarde, los discípulos le dijeron a Jesús:

―Este es un lugar desierto y se está haciendo tarde. 36 Dile a esta gente que se vaya a los campos y pueblos vecinos a comprar comida.

37 ―Aliméntenlos ustedes —fue la respuesta de Jesús.

―¿Y con qué? —preguntaron—. Costaría el salario de siete meses comprar comida para esta multitud.

38 ―¿Cuántos panes tienen ustedes? —les preguntó—. Vayan a ver.

Al poco rato regresaron con la noticia de que había cinco panes y dos pescados.

39 Jesús les ordenó que hicieran que la multitud se sentara por grupos sobre la hierba verde. 40 Y se acomodaron en grupos de cincuenta o cien personas.

41 Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego, partió los panes y los pescados y los fue dando a los discípulos para que los repartieran entre la multitud. 42 Comieron todos hasta quedar saciados. 43-44 Y aunque eran cinco mil hombres, sobraron doce cestas llenas de panes y pescados.

Jesús camina sobre el agua

45 Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se fueran a Betsaida, donde él se les uniría cuando despidiera a la multitud. 46 Después que todos se fueron, Jesús subió al monte a orar.

47 Ya de noche, cuando los discípulos llegaban al centro del lago, Jesús vio, desde el lugar solitario en que estaba, 48 que sus discípulos remaban con dificultad, porque tenían los vientos en contra. Como a las tres de la mañana, se acercó a ellos caminando sobre el agua y siguió como si tuviera intenciones de pasar de largo.

49 Cuando los discípulos vieron que caminaba sobre el agua, gritaron de terror creyendo que era un fantasma, 50 pues estaban muy espantados por lo que veían. Pero él en seguida les dijo: «Cálmense, soy yo, no tengan miedo».

51 Cuando subió a la barca, el viento se calmó. Los discípulos quedaron boquiabiertos, maravillados. 52 Todavía no entendían lo de los panes, pues tenían la mente ofuscada.

53 Al llegar a Genesaret, al otro lado del lago, amarraron la barca 54 y saltaron a tierra. La gente en seguida reconoció a Jesús. 55 Él y sus discípulos recorrieron toda aquella región, y cuando oían que él estaba en algún lugar, allí le llevaban en camillas a los enfermos. 56 Dondequiera que iba, ya fuera en los pueblos, en las ciudades o en los campos, ponían a los enfermos por donde él pasaba y le suplicaban que los dejara tocarle siquiera el borde de su manto. Los que lo tocaban, sanaban.

Salmos 40:1-10

Nueva Biblia Viva

Al director musical. Salmo de David.

40 Con paciencia esperé que Dios me ayudara; entonces él oyó y escuchó mi clamor. 2 Me sacó del abismo de la desesperación, del pantano y del lodo; puso mis pies sobre senda dura y firme, y me fortaleció mientras yo proseguía mi camino. 3 Me ha dado un nuevo cántico para que lo entone, con alabanzas a nuestro Dios. Ahora muchos oirán de las cosas admirables que él hizo; maravillados estarán ante el Señor, y en él pondrán su confianza. 4 Muchas bendiciones se derraman sobre los que confían en el Señor, y no se fían de los altivos ni de los que confían en ídolos.

5 ¡Señor, Dios mío! ¡Cuántas y cuántas veces has realizado grandes milagros en favor nuestro! ¿Quién más puede hacer tales maravillas? El tiempo no alcanza para narrar todos tus maravillosos actos.

6 A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero me has hecho obediente; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado. 7 Por eso dije: «Aquí me tienes —como el libro dice de mí—. 8 Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío, tu ley la llevo dentro de mí».

9 A todos les he hablado de tu justicia. Sin timidez lo he proclamado, según te consta, Señor. 10 No he ocultado esta buena noticia en mi corazón, sino que he proclamado tu fidelidad y tu salvación. Les he hablado a todos en la asamblea de tu gran amor y tu fidelidad.

Proverbios 10:11-12

Nueva Biblia Viva

11 La boca del justo es fuente de vida, pero la boca del malvado está cubierta de violencia.

12 El odio provoca pleitos, pero el amor cubre todas las faltas.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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