Thursday, February 10, 2022

DAB Español, Viernes 11 de Febrero

Día 042, DAB Español, Viernes 11 de Febrero


Éxodo 32:1-33:23; Mateo 26:69-27:14; Salmos 33:1-11; Proverbios 8:33-36 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))









Éxodo 32-33

Nueva Biblia de las Américas

El becerro de oro

32 Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, la gente se congregó alrededor de Aarón, y le dijeron: «Levántate[a], haznos un dios que vaya[b] delante de nosotros. En cuanto a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido». 2 Y Aarón les respondió: «Quiten los pendientes de oro de las orejas de sus mujeres, de sus hijos y de sus hijas, y tráiganmelos».

3 Entonces todo el pueblo se quitó los pendientes de oro que tenían en las orejas y los llevaron a Aarón. 4 Él los tomó de sus manos y les dio forma con buril, e hizo de ellos un becerro de fundición. Y ellos dijeron: «Este es tu dios, Israel, que te ha sacado[c] de la tierra de Egipto».

5 Cuando Aarón vio esto, edificó un altar delante del becerro[d]. Y Aarón hizo una proclama y dijo: «Mañana será fiesta para el Señor». 6 Al día siguiente se levantaron temprano y ofrecieron holocaustos y trajeron ofrendas de paz. El pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.

7 Entonces el Señor habló a Moisés: «Desciende pronto, porque tu pueblo, que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido. 8 Bien pronto se han desviado del camino que Yo les mandé. Se han hecho un becerro de fundición y lo han adorado, le han ofrecido sacrificios y han dicho: “Este es tu dios, Israel, que te ha sacado[e] de la tierra de Egipto”». 9 El Señor dijo además a Moisés: «He visto a este pueblo, y ciertamente es un pueblo terco[f]. 10 Ahora pues, déjame, para que se encienda Mi ira contra ellos y los consuma. Pero de ti Yo haré una gran nación».

11 Entonces Moisés suplicó ante el Señor su Dios, y dijo: «Oh Señor, ¿por qué se enciende Tu ira contra Tu pueblo, que Tú has sacado de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? 12 ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: “Con malas intenciones los ha sacado, para matarlos en los montes y para exterminarlos de la superficie de la tierra”? Vuélvete del ardor de Tu ira, y desiste de hacer daño a Tu pueblo. 13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, Tus siervos, a quienes juraste por Ti mismo, y les dijiste: “Yo multiplicaré la descendencia de ustedes[g] como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de la cual he hablado, daré a sus descendientes[h], y ellos la heredarán para siempre”». 14 Y el Señor desistió de hacer el daño que había dicho que haría a Su pueblo.

Moisés rompe las tablas del testimonio

15 Entonces se volvió Moisés y descendió del monte con las dos tablas del testimonio en su mano, tablas escritas por ambos[i] lados. Por uno y por el otro estaban escritas. 16 Las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. 17 Al oír Josué el ruido del pueblo que gritaba[j], dijo a Moisés: «Hay gritos de guerra en el campamento». 18 Pero él respondió:

«No es ruido de gritos de victoria,

Ni es ruido de lamentos de derrota;

Sino que oigo voces de canto».

19 Tan pronto como Moisés se acercó al campamento, vio el becerro y las danzas. Se encendió la ira de Moisés, arrojó las tablas de sus manos, y las hizo pedazos al pie[k] del monte. 20 Y tomando el becerro que habían hecho, lo quemó en el fuego, lo molió hasta reducirlo a polvo y lo esparció sobre el agua, e hizo que los israelitas la bebieran.

Castigo del pueblo

21 Entonces dijo Moisés a Aarón: «¿Qué te ha hecho este pueblo para que hayas traído sobre él tan gran pecado?». 22 «No se encienda la ira de mi señor», respondió Aarón; «tú conoces al pueblo, que es propenso al mal[l]. 23 Porque me dijeron: “Haznos un dios que vaya[m] delante de nosotros, pues no sabemos qué le haya acontecido a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto”. 24 Y yo les contesté: “El que tenga oro, que se lo quite”. Me lo dieron, lo eché al fuego y salió este becerro».

25 Viendo Moisés al pueblo desenfrenado, porque Aarón les había permitido el desenfreno para ser burla de sus enemigos[n], 26 se paró Moisés a la puerta del campamento, y dijo: «El que esté por el Señor, venga a mí». Y se juntaron a él todos los hijos de Leví. 27 Y él les dijo: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Póngase cada uno la espada sobre el muslo, y pasen y repasen por el campamento de puerta en puerta, y maten cada uno a su hermano y a su amigo y a su vecino[o]”». 28 Los hijos de Leví hicieron conforme a la palabra de Moisés; y cayeron aquel día unos 3,000 hombres del pueblo. 29 Entonces Moisés dijo: «Conságrense[p] hoy al Señor, pues cada uno ha estado en contra de su hijo y en contra de su hermano, para que hoy Él les dé una bendición».

30 Al día siguiente Moisés dijo al pueblo: «Ustedes han cometido[q] un gran pecado, y ahora yo voy a subir al Señor. Quizá pueda hacer expiación por su pecado».

31 Entonces volvió Moisés al Señor y dijo: «¡Ay!, este pueblo ha cometido[r] un gran pecado: se ha hecho un dios[s] de oro. 32 Pero ahora, si es Tu voluntad, perdona su pecado, y si no, bórrame del[t] libro que has escrito». 33 Y el Señor dijo a Moisés: «Al que haya pecado contra Mí, lo borraré de Mi libro. 34 Pero ahora ve, conduce al pueblo adonde te he dicho. Mi ángel irá delante de ti. Pero el día que Yo los visite, los castigaré por su pecado[u]».

35 Y el Señor hirió al pueblo por lo que hicieron con el becerro que Aarón había hecho.

La presencia del Señor

33 Entonces el Señor dijo a Moisés: «Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que has sacado de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: “A tu descendencia[v] la daré”. 2 Enviaré un ángel delante de ti, y echaré fuera a los cananeos, a los amorreos, a los hititas, a los ferezeos, a los heveos y a los jebuseos. 3 Sube a una tierra que mana leche y miel. Pues Yo no subiré en medio de ti, oh Israel, no sea que te destruya en el camino, porque eres un pueblo terco[w]».

4 Cuando el pueblo oyó esta mala noticia[x], hicieron duelo, y ninguno de ellos se puso sus joyas. 5 Porque el Señor había dicho a Moisés: «Dile a los israelitas: “Ustedes son un pueblo terco. Si por un momento Yo me presentara[y] en medio de ustedes, los destruiría. Ahora pues, quítense sus joyas, para que Yo sepa qué he de hacer con ustedes”». 6 A partir del monte Horeb los israelitas se despojaron de sus joyas.

7 Moisés acostumbraba tomar la tienda, y la levantaba fuera del campamento a buena distancia de este[z], y la llamó la tienda de reunión. Y sucedía que todo el que buscaba al Señor salía a la tienda de reunión, que estaba fuera del campamento. 8 Cuando Moisés salía a la tienda, todo el pueblo se levantaba y permanecía de pie, cada uno a la entrada de su tienda, y seguía con la vista a Moisés hasta que él entraba en la tienda. 9 También cuando Moisés entraba en la tienda, la columna de nube descendía y permanecía a la entrada de la tienda, y el Señor hablaba con Moisés. 10 Cuando todo el pueblo veía la columna de nube situada a la entrada de la tienda de reunión todos se levantaban y adoraban, cada cual a la entrada de su tienda.

11 Y el Señor acostumbraba hablar con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Cuando Moisés regresaba al campamento, su joven ayudante Josué, hijo de Nun, no se apartaba de la tienda.

Moisés responde al Señor

12 Entonces Moisés dijo al Señor: «Mira, Tú me dices: “Haz subir a este pueblo”. Pero Tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Además has dicho: “Te he conocido por tu nombre, y también has hallado gracia ante Mis ojos”. 13 Ahora pues, si he hallado gracia ante Tus ojos, te ruego que me hagas conocer Tus caminos para que yo te conozca y halle gracia ante Tus ojos. Considera también que esta nación es Tu pueblo».

14 «Mi presencia irá contigo, y Yo te daré descanso», le contestó el Señor. 15 Entonces Moisés le dijo: «Si Tu presencia no va con nosotros, no nos hagas salir[aa] de aquí. 16 ¿Pues en qué se conocerá que he hallado gracia ante Tus ojos, yo y Tu pueblo? ¿No es acaso en que Tú vayas con nosotros, para que nosotros, yo y Tu pueblo, nos distingamos de todos los demás pueblos que están sobre la superficie de la tierra?».

17 Y el Señor respondió a Moisés: «También haré esto que has hablado, por cuanto has hallado gracia ante Mis ojos y te he conocido por tu nombre». 18 Entonces Moisés dijo: «Te ruego que me muestres Tu gloria». 19 Y el Señor respondió: «Yo haré pasar toda Mi bondad delante de ti, y proclamaré el nombre del Señor delante de ti. Tendré misericordia del que tendré misericordia, y tendré compasión de quien tendré compasión». 20 Y añadió: «No puedes ver Mi rostro; porque nadie me puede ver, y vivir».

21 Entonces el Señor dijo: «Hay un lugar junto a Mí[ab], y tú estarás sobre la peña; 22 y sucederá que al pasar Mi gloria, te pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con Mi mano[ac] hasta que Yo haya pasado. 23 Después apartaré Mi mano[ad] y verás Mis espaldas; pero Mi rostro no se verá».

Footnotes

  1. Éxodo 32:1 Lit. Ven.

  2. Éxodo 32:1 O unos dioses que vayan.

  3. Éxodo 32:4 O Estos son tus dioses que te han sacado.

  4. Éxodo 32:5 Lit. de él.

  5. Éxodo 32:8 O Estos son tus dioses que te han sacado.

  6. Éxodo 32:9 Lit. de dura cerviz.

  7. Éxodo 32:13 Lit. simiente.

  8. Éxodo 32:13 Lit. su simiente.

  9. Éxodo 32:15 Lit. por los dos de sus.

  10. Éxodo 32:17 Lit. en su gritería.

  11. Éxodo 32:19 Lit. debajo.

  12. Éxodo 32:22 Lit. que está en el mal.

  13. Éxodo 32:23 O unos dioses que vayan.

  14. Éxodo 32:25 Lit. de los que se levantan contra ellos.

  15. Éxodo 32:27 O pariente.

  16. Éxodo 32:29 Lit. Llenen su mano.

  17. Éxodo 32:30 Lit. pecado.

  18. Éxodo 32:31 Lit. pecado.

  19. Éxodo 32:31 O unos dioses.

  20. Éxodo 32:32 Lit. de tu.

  21. Éxodo 32:34 Lit. visitaré su pecado sobre ellos.

  22. Éxodo 33:1 Lit. simiente.

  23. Éxodo 33:3 Lit. de dura cerviz.

  24. Éxodo 33:4 Lit. palabra.

  25. Éxodo 33:5 Lit. subiera.

  26. Éxodo 33:7 Lit. del campamento.

  27. Éxodo 33:15 O subir.

  28. Éxodo 33:21 Lit. conmigo.

  29. Éxodo 33:22 Lit. palma.

  30. Éxodo 33:23 Lit. palma.

Mateo 26:69-27:14

Nueva Biblia de las Américas

La negación de Pedro

69 Pedro estaba sentado afuera en el patio, y una sirvienta se le acercó y dijo: «Tú también estabas con Jesús el galileo». 70 Pero él lo negó delante de todos ellos, diciendo: «No sé de qué hablas».

71 Cuando salió al portal, lo vio otra sirvienta y dijo* a los que estaban allí: «Este estaba con Jesús el Nazareno». 72 Y otra vez él lo negó con juramento: «¡Yo no conozco a ese[a] hombre!».

73 Un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «Seguro que tú también eres uno de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre». 74 Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: «¡Yo no conozco al hombre!». Y al instante un gallo cantó. 75 Pedro se acordó de lo que[b] Jesús había dicho: «Antes que el gallo cante, me negarás tres veces». Y saliendo afuera, lloró amargamente.

Jesús es entregado a Pilato

27 Cuando llegó la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo para dar muerte a Jesús. 2 Y después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador.

Muerte de Judas

3 Entonces Judas, el que lo había entregado, viendo que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata (30 siclos: 432 gramos de plata) a los principales sacerdotes y a los ancianos, 4 «He pecado entregando sangre inocente», dijo Judas. «A nosotros, ¿qué? ¡Allá tú[c]!», dijeron ellos.

5 Y arrojando las monedas de plata en el santuario, Judas se marchó; y fue y se ahorcó. 6 Los principales sacerdotes tomaron las monedas de plata, y dijeron: «No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, puesto que es precio de sangre». 7 Y después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para sepultura de los extranjeros. 8 Por eso ese campo se ha llamado Campo de Sangre hasta hoy. 9 Entonces se cumplió lo anunciado[d] por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: «Y tomaron[e] las treinta monedas de plata, el precio de aquel cuyo precio había sido fijado por los israelitas; 10 y las dieron[f] por el Campo del Alfarero, como el Señor me había ordenado».

Jesús ante Pilato

11 Jesús fue llevado delante del gobernador[g], y este[h] lo interrogó: «¿Eres Tú el Rey de los judíos?». «Tú lo dices», le contestó Jesús. 12 Al ser acusado por los principales sacerdotes y los ancianos, nada respondió. 13 Entonces Pilato le dijo*: «¿No oyes cuántas cosas testifican contra Ti?». 14 Jesús no le respondió ni a una sola pregunta[i], por lo que el gobernador estaba muy asombrado.

Footnotes

  1. Mateo 26:72 Lit. al.

  2. Mateo 26:75 Lit. de la palabra que.

  3. Mateo 27:4 Lit. Tú verás.

  4. Mateo 27:9 Lit. dicho.

  5. Mateo 27:9 O tomé.

  6. Mateo 27:10 Algunos mss. dicen: di.

  7. Mateo 27:11 I.e. Pilato.

  8. Mateo 27:11 Lit. y el gobernador.

  9. Mateo 27:14 Lit. palabra.

Salmos 33:1-11

Nueva Biblia de las Américas

Alabanza al Creador y Preservador

33 Canten de júbilo en el Señor, ustedes los justos;

Apropiada es para los rectos la alabanza.

2 Den gracias al Señor con la lira;

Cántenle alabanzas con el arpa de diez cuerdas.

3 Cántenle cántico nuevo;

Tañan con arte, con voz de júbilo.

4 Porque la palabra del Señor es recta,

Y toda su obra es hecha con fidelidad.

5 Él ama la justicia y el derecho;

Llena está la tierra de la misericordia del Señor.

6 Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos,

Y todo su ejército por el aliento de Su boca.

7 Él junta las aguas del mar como un montón;

Pone en almacenes los abismos.

8 Tema al Señor toda la tierra;

Tiemblen en Su presencia todos los habitantes del mundo.

9 Porque Él habló, y fue hecho;

Él mandó, y todo se confirmó.

10 El Señor hace nulo el consejo de las naciones;

Frustra los designios de los pueblos.

11 El consejo del Señor permanece para siempre,

Los designios de Su corazón de generación en generación.

Proverbios 8:33-36

Nueva Biblia de las Américas

33 Escuchen la instrucción y sean sabios,

Y no la desprecien.

34 Bienaventurado el hombre que me escucha,

Velando a mis puertas día a día,

Aguardando en los postes de mi entrada.

35 Porque el que me halla, halla la vida

Y alcanza el favor del Señor.

36 Pero el que peca[a] contra mí, a sí mismo se daña;

Todos los que me odian, aman la muerte».

Footnotes

  1. Proverbios 8:36 O yerra.

Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

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