Monday, May 2, 2022

DAB Español, Martes 03 de Mayo

Día 123, DAB Español, Martes 03 de Mayo


Jueces 17:1-18:31; Juan 3:1-21; Salmos 104:1-23; Proverbios 14:20-21 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))









Jueces 17-18

Nueva Biblia de las Américas

Idolatría de Micaía

17 Había un hombre de la región montañosa de Efraín, llamado Micaía. 2 Y él dijo a su madre: «Las 1,100 monedas de plata que te quitaron, acerca de las cuales proferiste una maldición a mis oídos[a], mira, esa plata está en mi poder[b]; yo la tomé». «Bendito sea mi hijo por el Señor», le dijo su madre. 3 Entonces él devolvió las 1,100 monedas de plata a su madre, y su madre dijo: «Yo de corazón[c] dedico la plata de mi mano al Señor por mi hijo, para hacer una imagen tallada y una de fundición; ahora, por tanto, yo te las[d] devuelvo».

4 Cuando él devolvió la plata a su madre, su madre tomó 200 monedas de plata y se las dio al platero que las[e] convirtió en una imagen tallada y una de fundición, las cuales quedaron[f] en casa de Micaía. 5 Y este hombre Micaía tenía un santuario[g]. Hizo un efod e ídolos domésticos[h], y consagró a[i] uno de sus hijos para que fuera su sacerdote.

6 En aquellos días no había rey en Israel. Cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus propios ojos.

7 Había un joven de Belén de Judá, de la familia de Judá, que era levita y extranjero allí. 8 Y el hombre salió de la ciudad, de Belén de Judá, para residir donde encontrara lugar; y mientras proseguía[j] su camino, llegó a la región montañosa de Efraín, a la casa de Micaía. 9 «¿De dónde vienes?», le preguntó Micaía. «Soy un levita de Belén de Judá», le respondió él; «y voy a residir donde encuentre lugar».

10 Entonces Micaía le dijo: «Quédate conmigo y sé padre y sacerdote para mí, y yo te daré diez monedas de plata por año[k], el[l] vestido y la comida». Entonces el levita entró[m]. 11 El levita consintió en quedarse con el hombre, y el joven fue para él como uno de sus hijos.

12 Micaía consagró al[n] levita, y el joven vino a ser su sacerdote, y vivió[o] en la casa de Micaía. 13 Entonces Micaía dijo: «Ahora sé que el Señor me prosperará, porque tengo un levita por sacerdote».

Los danitas en busca de heredad

18 En aquellos días no había rey en Israel. Y por aquel tiempo[p] la tribu de los danitas buscaba para sí una heredad donde habitar, porque hasta entonces ninguna heredad se le había asignado[q] como le correspondía[r] entre las tribus de Israel. 2 Los hijos de Dan enviaron de su tribu[s], de entre todos ellos, a cinco hombres, hombres valientes[t] de Zora y Estaol, a reconocer la tierra y explorarla. Y les dijeron: «Vayan, exploren la tierra». Y llegaron a la región montañosa de Efraín, a la casa de Micaía, y se hospedaron allí.

3 Cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron la voz del joven levita; y llegándose allá, le dijeron: «¿Quién te trajo aquí? ¿Qué estás haciendo en este lugar y qué tienes aquí?». 4 Él les dijo: «Así y de esta manera me ha hecho Micaía, me ha tomado a sueldo y ahora soy su sacerdote».

5 Y le dijeron: «Te rogamos que consultes a Dios para saber si el[u] camino en que vamos será próspero». 6 El sacerdote les respondió: «Vayan en paz; el[v] camino en que andan tiene la aprobación[w] del Señor».

7 Entonces los cinco hombres salieron y llegaron a Lais y vieron al pueblo que había en ella viviendo en seguridad, tranquilo y confiado, según la costumbre de los sidonios. Porque no había gobernante[x] humillándolos en nada en aquella[y] tierra, y estaban lejos de los sidonios, y no tenían relaciones con nadie. 8 Al regresar a sus hermanos en Zora y Estaol, sus hermanos les dijeron: «¿Qué noticias tienen?[z]».

9 Y ellos respondieron: «Levántense, subamos contra ellos, porque hemos visto la tierra, la cual es muy buena. ¿Estarán, pues, quietos? No se demoren en ir, para entrar a tomar posesión de la tierra. 10 Cuando entren, llegarán a un pueblo confiado, con una tierra espaciosa que Dios ha entregado en manos de ustedes. Es un lugar donde no falta nada de lo que hay sobre la tierra».

11 Entonces de la familia de los danitas, de Zora y de Estaol, salieron 600 hombres con armas de guerra. 12 Subieron y acamparon en Quiriat Jearim en Judá. Por tanto, llamaron aquel lugar Majané Dan[aa] hasta hoy. Está al occidente[ab] de Quiriat Jearim. 13 De allí pasaron a la región montañosa de Efraín y llegaron a la casa de Micaía.

14 Y los cinco hombres que fueron a reconocer la región de Lais, les dijeron a sus parientes: «¿No saben que en estas casas hay un efod, ídolos domésticos[ac], una imagen tallada y una imagen de fundición? Ahora pues, consideren lo que deben hacer». 15 Allí se desviaron y llegaron a la casa del joven levita, a la casa de Micaía, y le preguntaron cómo estaba. 16 Y los 600 hombres armados con sus armas de guerra, que eran de los hijos de Dan, se pusieron a la entrada de la puerta.

17 Y los cinco hombres que fueron a reconocer la tierra subieron y entraron allí, y tomaron la imagen tallada, el efod, los ídolos domésticos y la imagen de fundición, mientras el sacerdote estaba junto a la entrada de la puerta con los 600 hombres con armas de guerra. 18 Cuando aquellos entraron a la casa de Micaía y tomaron la imagen tallada, el efod, los ídolos domésticos y la imagen de fundición, el sacerdote les dijo: «¿Qué hacen?».

19 Ellos le respondieron: «Calla, pon la mano sobre tu boca y ven con nosotros, y sé padre y sacerdote para nosotros. ¿Te es mejor ser sacerdote para la casa de un hombre, o ser sacerdote para una tribu y una familia de Israel?». 20 Y se alegró el corazón del sacerdote, y tomó el efod, los ídolos domésticos y la imagen tallada, y se fue en medio del pueblo.

21 Entonces ellos se volvieron y salieron, y pusieron los niños, el ganado y sus bienes por delante. 22 Cuando se alejaron de la casa de Micaía, los hombres que estaban en las casas cerca de la casa de Micaía, se juntaron y alcanzaron a los hijos de Dan.

23 Y gritaron a los hijos de Dan, y estos se volvieron[ad] y dijeron a Micaía: «¿Qué te pasa[ae] que has juntado gente?». 24 Y él respondió: «Ustedes se han llevado mis dioses que yo hice, también al sacerdote, y se han marchado, ¿y qué me queda? ¿Cómo, pues, me dicen: “¿Qué pasa[af]?”». 25 Los hijos de Dan le dijeron: «Que no se oiga tu voz entre nosotros, no sea que caigan sobre ti hombres fieros[ag] y pierdas[ah] tu vida y las vidas de los de tu casa». 26 Y los hijos de Dan prosiguieron su camino. Cuando Micaía vio que eran muy fuertes para él, dio la vuelta y regresó a su casa.

27 Entonces los danitas tomaron lo que Micaía había hecho, y al sacerdote que le había pertenecido, y llegaron a Lais, a un pueblo tranquilo y confiado. Y los hirieron a filo de espada e incendiaron la ciudad. 28 Y no había nadie que la librara, porque estaba lejos de Sidón, en el valle que está cerca de Bet Rehob, y ellos no tenían trato con nadie. Después los danitas reedificaron la ciudad y habitaron en ella. 29 Le pusieron el nombre de Dan a la ciudad, según el nombre de Dan su padre, que le nació a Israel. Pero el nombre de la ciudad anteriormente era Lais. 30 Y los hijos de Dan levantaron para sí la imagen tallada. Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Manasés[ai], y[aj] sus hijos fueron sacerdotes para la tribu de los danitas, hasta el día del cautiverio de la tierra. 31 Levantaron, pues, para sí la imagen tallada que Micaía había hecho, todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo.

Footnotes

  1. Jueces 17:2 Lit. y también lo hablaste a mis oídos.

  2. Jueces 17:2 Lit. conmigo.

  3. Jueces 17:3 O totalmente.

  4. Jueces 17:3 Lit. la.

  5. Jueces 17:4 Lit. la.

  6. Jueces 17:4 Lit. y estaba.

  7. Jueces 17:5 Lit. una casa de dioses.

  8. Jueces 17:5 Heb. terafim.

  9. Jueces 17:5 Lit. llenó la mano de.

  10. Jueces 17:8 Lit. hacía.

  11. Jueces 17:10 Lit. días.

  12. Jueces 17:10 Lit. combinaciones de.

  13. Jueces 17:10 Lit. fue.

  14. Jueces 17:12 Lit. llenó la mano del.

  15. Jueces 17:12 Lit. estuvo.

  16. Jueces 18:1 Lit. en aquellos días.

  17. Jueces 18:1 Lit. le había caído.

  18. Jueces 18:1 O heredad.

  19. Jueces 18:2 Lit. familia.

  20. Jueces 18:2 Lit. hombres, hijos de valor.

  21. Jueces 18:5 Lit. nuestro.

  22. Jueces 18:6 Lit. su.

  23. Jueces 18:6 Lit. está delante.

  24. Jueces 18:7 Lit. uno que posee dominio.

  25. Jueces 18:7 Lit. la.

  26. Jueces 18:8 Lit. ¿Ustedes qué?

  27. Jueces 18:12 I.e. Campamento de Dan.

  28. Jueces 18:12 Lit. detrás.

  29. Jueces 18:14 Heb. terafim, y así en el resto del cap.

  30. Jueces 18:23 Lit. y volvieron sus rostros.

  31. Jueces 18:23 Lit. ¿Qué a ti.

  32. Jueces 18:24 Lit. ¿Qué a ti.

  33. Jueces 18:25 Lit. amargados de alma.

  34. Jueces 18:25 Lit. recojas.

  35. Jueces 18:30 Algunas versiones antiguas dicen: Moisés.

  36. Jueces 18:30 Lit. él y.

Juan 3:1-21

Nueva Biblia de las Américas

El nuevo nacimiento

3 Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, prominente entre los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales[a] que Tú haces si Dios no está con él».

3 Jesús le contestó: «En verdad te digo que el que no nace de nuevo[b] no puede ver el reino de Dios».

4 Nicodemo le dijo*: «¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?».

5 Jesús respondió: «En verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te asombres de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo[c]”. 8 El viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu».

9 Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede ser esto?». 10 Jesús le respondió: «Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? 11 En verdad te digo que hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no reciben nuestro testimonio. 12 Si les he hablado de las cosas terrenales, y no creen, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales? 13 Nadie ha subido al cielo, sino Aquel que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo[d].

14 »Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, 15 para que todo aquel que cree, tenga en Él vida eterna.

El amor de Dios

16 »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a Su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. 18 El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

19 »Y este es el juicio: que la Luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, pues sus acciones eran malas. 20 Porque todo el que hace lo malo odia la Luz, y no viene a la Luz para que sus acciones no sean expuestas. 21 Pero el que practica la verdad viene a la Luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios».

Footnotes

  1. Juan 3:2 O los milagros.

  2. Juan 3:3 O de arriba.

  3. Juan 3:7 O de arriba.

  4. Juan 3:13 Muchos mss. antiguos no incluyen: que está en el cielo.

Salmos 104:1-23

Nueva Biblia de las Américas

Dios cuida de sus obras

104 Bendice, alma mía, al Señor.

Señor, Dios mío, cuán grande eres;

Te has vestido de esplendor y de majestad,

2 Cubriéndote de luz como con un manto,

Extendiendo los cielos como una cortina.

3 Él es el que pone las vigas de Sus altos aposentos en las aguas;

El que hace de las nubes Su carroza;

El que anda sobre las alas del viento;

4 Que hace de los vientos Sus mensajeros,

Y de las llamas de fuego Sus ministros.

5 Él estableció la tierra sobre sus cimientos,

Para que jamás sea sacudida.

6 La cubriste con el abismo como con un vestido;

Las aguas estaban sobre los montes.

7 A Tu reprensión huyeron,

Al sonido de Tu trueno se precipitaron.

8 Se levantaron los montes, se hundieron los valles,

Al lugar que Tú estableciste para ellos.

9 Pusiste un límite que no pueden cruzar,

Para que no vuelvan a cubrir la tierra.

10 Él hace brotar manantiales en los valles,

Corren entre los montes;

11 Dan de beber a todas las bestias del campo,

Los asnos monteses mitigan su sed.

12 Junto a ellos habitan las aves de los cielos,

Elevan sus trinos entre las ramas.

13 Él riega los montes desde Sus aposentos,

Del fruto de Sus obras se sacia la tierra.

14 Él hace brotar la hierba para el ganado,

Y las plantas para el servicio del hombre,

Para que él saque alimento de la tierra,

15 Y vino que alegra el corazón del hombre,

Para que haga brillar con aceite su rostro,

Y alimento que fortalece el corazón del hombre.

16 Los árboles del Señor se sacian,

Los cedros del Líbano que Él plantó,

17 Donde hacen sus nidos las aves,

Y la cigüeña, cuya morada está en los cipreses.

18 Los montes altos son para las cabras monteses;

Las peñas son refugio para los tejones.

19 Él hizo la luna para señalar las estaciones;

El sol conoce el lugar de su ocaso.

20 Tú ordenas la oscuridad y se hace de noche,

En ella andan todas las bestias del bosque.

21 Rugen los leoncillos tras su presa,

Y buscan de Dios su comida.

22 Al salir el sol se esconden,

Y se echan en sus guaridas.

23 Sale el hombre a su trabajo,

Y a su labor hasta el atardecer.

Proverbios 14:20-21

Nueva Biblia de las Américas

20 Aun por su vecino es odiado el pobre,

Pero muchos son los que aman al rico.

21 El que desprecia a su prójimo peca,

Pero es feliz el que se apiada de los pobres[a].

Footnotes

  1. Proverbios 14:21 O afligidos.

Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

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