Monday, May 30, 2022

DAB Español, Martes 31 de Mayo

Día 151, DAB Español, Martes 31 de Mayo


2 Samuel 17:1-29; Juan 19:23-42; Salmos 119:129-152; Proverbios 16:12-13 (Traducción en lenguaje actual (TLA))









2 Samuel 17

Traducción en lenguaje actual

Husai deshace el plan de Ahitófel

17 Más tarde, Ahitófel le sugirió a Absalón:

«Déme usted doce mil de sus mejores soldados, y permítame ir tras David esta misma noche. 2-3 Me será fácil alcanzarlo, pues él está cansado y sin ánimo. ¡Lo asustaré de tal manera, que su gente huirá y lo dejará solo!

»Pero no heriré a nadie más que a David, ya que usted sólo quiere deshacerse de él. Entonces la gente se volverá a usted, y nadie saldrá lastimado».

4 Absalón y los líderes de Israel aceptaron el consejo de Ahitófel. 5 Luego Absalón mandó llamar a Husai el arquita para saber lo que pensaba. 6 Cuando Husai llegó, Absalón le dijo:

—Ahitófel nos aconsejó que persiguiéramos ahora mismo a David. ¿Tú qué crees? ¿Debemos hacerlo, o no?

7 Husai le contestó:

—Esta vez Ahitófel no le ha dado a usted un buen consejo. 8 Usted bien sabe que su padre y sus hombres son muy valientes, y que ahora deben estar muy enojados, como una osa a la que le han robado sus hijos. Además, como su padre tiene mucha experiencia en la guerra, seguramente no pasará la noche con la tropa. 9 Lo más probable es que se esconda en una cueva o en algún otro lugar.

»Si ahora usted envía algunos soldados, y los hombres de David los derrotan, los que se enteren van a creer que David derrotó a todo el ejército. 10 Entonces, hasta los más valientes se volverán cobardes. Recuerde usted que David y sus hombres tienen fama de valientes. Eso, todo el mundo lo sabe.

11 »Más bien, yo le aconsejo a usted que reúna a todos los soldados israelitas del país, es decir, un ejército que nadie pueda contar, y que usted mismo los dirija en la batalla. 12 ¡Así caeremos sobre David como el rocío que cae sobre la tierra, y no dejaremos vivo a nadie!

13 »Tal vez David trate de refugiarse en alguna ciudad. Pero como todos los israelitas vamos a llevar cuerdas, destruiremos esa ciudad, y echaremos en el arroyo hasta la última piedra. ¡De esa ciudad no quedará ni el recuerdo!

14 Absalón y todos los israelitas prefirieron seguir el consejo de Husai, y no el de Ahitófel, porque Dios así lo había decidido para dañar a Absalón.

15 Entonces Husai les dijo a los sacerdotes Sadoc y Abiatar:

«Ahitófel les dio un consejo a Absalón y a los jefes de Israel, pero yo les di este otro: 16 Corran a decirle a David que no pase esta noche en los caminos del desierto, sino que cruce al otro lado del río Jordán. Díganle también que si no lo hace, tanto él como su gente morirán».

17 Mientras tanto, los sacerdotes Jonatán y Ahimaas estaban esperando en el Manantial de Roguel, pues no querían que nadie los viera entrar a la ciudad. Los mensajes los recibían por medio de una muchacha que era sirvienta. 18 Pero un niño se dio cuenta, y fue a contárselo a Absalón. Entonces Jonatán y Ahimaas huyeron rápidamente a la casa de un hombre que vivía en Bahurim.

Cuando llegaron allá, se escondieron dentro de un pozo. 19 La esposa de ese hombre cubrió el pozo con una tapa, y sobre la tapa echó trigo. Así nadie pudo darse cuenta de que allí había un pozo.

20 Al llegar los hombres de Absalón a la casa, le preguntaron a la mujer dónde estaban Ahimaas y Jonatán. Ella les dijo que habían cruzado el arroyo. Y como los buscaron y no pudieron encontrarlos, regresaron a Jerusalén.

21 En cuanto los hombres de Absalón se fueron, los sacerdotes salieron del pozo y fueron a decirle a David: «Váyase usted de aquí. Cruce rápidamente el río, porque Ahitófel le ha dicho a Absalón cómo darle alcance a usted».

22 Esa misma noche David y toda su gente cruzaron el río Jordán. Cuando amaneció, ya todos lo habían cruzado. 23 Mientras tanto, como Ahitófel vio que Absalón no le había hecho caso, montó en su burro y se regresó a su casa en Guiló. Al llegar, arregló sus asuntos familiares, y luego se ahorcó. Así murió y fue enterrado en la tumba de su padre.

David en Mahanaim

24-27 Absalón y todos sus hombres cruzaron el río Jordán y acamparon en la tierra de Galaad. Su ejército estaba al mando de Amasá, a quien Absalón había nombrado jefe en lugar de Joab. Amasá era hijo de un ismaelita llamado Itrá, que vivía con Abigail, la madre de Joab. Abigail era hija de Nahas y hermana de Seruiá.

Mientras tanto, David llegó a Mahanaim. Allí lo recibieron Sobí hijo de Nahas, Maquir hijo de Amiel, y Barzilai. Sobí era de la ciudad amonita de Rebá, Maquir era de la ciudad de Lodebar, y Barzilai era de Roguelim, que está en la región de Galaad. 28 Estos tres les dieron a David y a su gente camas, jarras y ollas de barro. También les dieron trigo, cebada, harina, grano tostado, habas, lentejas, 29 miel, requesón de oveja y queso de vaca. Lo hicieron porque sabían que David y su gente venían del desierto, cansados y con mucha hambre y sed.

Juan 19:23-42

Traducción en lenguaje actual

23 Después de que los soldados romanos clavaron a Jesús en la cruz, recogieron su ropa y la partieron en cuatro pedazos, una para cada soldado. También tomaron el manto de Jesús, pero como era un tejido de una sola pieza y sin costuras, 24 decidieron no romperlo, sino echarlo a la suerte, para ver quién se quedaría con él. Así se cumplió lo que dice la Biblia:

«Hicieron un sorteo

para ver quién se quedaba con mi ropa.»

25 Cerca de la cruz estaban María la madre de Jesús, María la esposa de Cleofás y tía de Jesús, y María Magdalena. 26 Cuando Jesús vio a su madre junto al discípulo preferido, le dijo a ella: «Madre, ahí tienes a tu hijo.» 27 Después le dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y a partir de ese momento, el discípulo llevó a María a su propia casa.

La muerte de Jesús

28 Jesús sabía que ya había hecho todo lo que Dios le había ordenado. Por eso, y para que se cumpliera lo que dice la Biblia, dijo: «Tengo sed».

29 Había allí un jarro lleno de vinagre. Entonces empaparon una esponja en el vinagre, la ataron a una rama, y la acercaron a la boca de Jesús. 30 Él probó el vinagre y dijo: «Todo está cumplido». Luego, inclinó su cabeza y murió.

La lanza en el costado de Jesús

31 Era viernes, y al día siguiente sería la fiesta de la Pascua. Los jefes judíos no querían que en el día sábado los tres hombres siguieran colgados en las cruces, porque ése sería un sábado muy especial. Por eso le pidieron a Pilato ordenar que se les quebraran las piernas a los tres hombres. Así los harían morir más rápido y podrían quitar los cuerpos.

32 Los soldados fueron y les quebraron las piernas a los dos que habían sido clavados junto a Jesús. 33 Cuando llegaron a Jesús, se dieron cuenta de que ya había muerto. Por eso no le quebraron las piernas.

34 Sin embargo, uno de los soldados atravesó con una lanza el costado de Jesús, y enseguida salió sangre y agua.

35-37 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que dice la Biblia: «No le quebrarán ningún hueso». En otra parte, la Biblia también dice: «Mirarán al que atravesaron con una lanza».

El que dice esto, también vio lo que pasó, y sabe que todo esto es cierto. Él cuenta la verdad para que ustedes crean.

Jesús es sepultado

38 Después de esto José, de la ciudad de Arimatea, le pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. José era seguidor de Jesús, pero no se lo había dicho a nadie porque tenía miedo de los líderes judíos. Pilato le dio permiso, y José se llevó el cuerpo.

39 También Nicodemo, el que una noche había ido a hablar con Jesús, llegó con unos treinta kilos de perfume a donde estaba José. 40 Los dos tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en vendas de una tela muy cara. Luego empaparon las vendas con el perfume que había llevado Nicodemo. Los judíos acostumbraban sepultar así a los muertos.

41 En el lugar donde Jesús murió había un jardín con una tumba nueva. Allí no habían puesto a nadie todavía. 42 Como ya iba a empezar el sábado, que era el día de descanso obligatorio para los judíos, pusieron allí el cuerpo de Jesús en esa tumba, porque era la más cercana.

Salmos 119:129-152

Traducción en lenguaje actual

129 ¡Tus enseñanzas son maravillosas!

¡Por eso las sigo fielmente!

130 Cuando un maestro las explica,

hasta la gente sencilla las entiende.

131 Deseo conocer tus mandamientos;

¡me muero por entenderlos!

132 Dios mío,

¡atiéndeme y tenme compasión

como acostumbras hacerlo

con todos los que te aman!

133-134 Guíame, como lo has prometido;

¡yo quiero cumplir tus mandamientos!

No dejes que me maltraten,

ni me dejes caer en la maldad.

135 Dame muestras de tu bondad

y enséñame tus mandamientos.

136 Me dan ganas de llorar

cuando veo que nadie los cumple.

137 Dios mío,

tú eres justo y juzgas con rectitud.

138 Los mandamientos que nos diste

son justos y dignos de confianza.

139-141 Mis enemigos me humillan

pero yo no olvido tus enseñanzas.

Me muero de enojo

porque ellos no las cumplen.

En cambio, yo las amo,

pues son puras como oro refinado.

142 Tú siempre actúas con justicia,

y tus enseñanzas son verdaderas.

143 Cuando estoy afligido y en problemas,

tus mandamientos son mi alegría.

144 Tus leyes son siempre justas;

¡dame entendimiento y vida!

145-146 Dios mío,

te llamo con todas mis fuerzas;

¡respóndeme, sálvame!

¡Quiero cumplir tus mandamientos!

147 Muy temprano me levanto

para pedirte que me ayudes,

pues confío en tu palabra.

148 Me paso la noche en vela

meditando en ella.

149 Dios mío,

tú eres todo amor, ¡escúchame!

Eres todo justicia, ¡dame vida!

150 Cada vez siento más cerca

a los que se han alejado

de tus enseñanzas

y procuran mi mal.

151 Pero a ti, Dios mío, te siento cerca,

y confío en tus mandamientos.

152 Desde hace mucho tiempo

conozco tu palabra;

tú la estableciste para siempre.

Proverbios 16:12-13

Traducción en lenguaje actual

12 Ningún rey soporta a los malvados;

todo buen reinado depende

de que se practique la justicia.

13 Los reyes aprecian a la gente

que les habla con la verdad.

Traducción en lenguaje actual (TLA)

Copyright © 2000 by United Bible Societies

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