Día 202, DAB Español, Domingo 21 de Julio
2 Crónicas 4:1-6:13a; Romanos 7:1-14; Salmos 17; Proverbios 19:22-23 (Nueva Traducción Viviente (NTV))
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Crónicas 4:1-6:13 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Mobiliario del templo
4 Salomón[a] también hizo un altar de bronce de nueve
metros de largo por nueve metros de ancho y cuatro metros y medio de alto.[b] 2
Luego fundió un enorme tazón redondo, que medía cuatro metros con sesenta
centímetros de borde a borde, llamado el Mar. Tenía dos metros con treinta
centímetros de profundidad y trece metros con ochenta centímetros de
circunferencia.[c] 3 Por debajo del borde, estaba rodeado por dos hileras de
figuras que se parecían a bueyes. Había veinte bueyes por metro[d] de la
circunferencia que se habían fundido como parte del tazón.
4 El Mar estaba colocado sobre una base formada por
doce bueyes de bronce que miraban hacia afuera. Tres miraban hacia el norte,
tres hacia el occidente, tres hacia el sur y tres hacia el oriente; y el Mar estaba
asentado sobre ellos. 5 El grosor del Mar era de unos ocho centímetros,[e] su
borde era acampanado como una copa y se parecía a una flor de nenúfar. Tenía
capacidad para unos sesenta y tres mil litros[f] de agua.
6 También hizo diez tazones más pequeños para lavar
los utensilios que se usaban para las ofrendas quemadas. Colocó cinco en el
lado sur y cinco en el lado norte; pero los sacerdotes se lavaban en el Mar.
7 Luego fundió diez candelabros de oro según las
especificaciones que se habían entregado y los colocó en el templo. Puso cinco
contra la pared sur y cinco contra la pared norte.
8 También hizo diez mesas y las colocó en el templo,
cinco a lo largo de la pared sur y cinco a lo largo de la pared norte. Luego
moldeó cien tazones de oro.
9 Después edificó un atrio para los sacerdotes, y
también el gran atrio exterior. Hizo puertas para las entradas de los atrios y
las revistió de bronce. 10 El gran tazón de bronce llamado el Mar fue ubicado
cerca de la esquina suroriental del templo.
11 Huram-abí también hizo los lavamanos, las palas y
los tazones que se necesitaban.
Finalmente Huram-abí terminó todo el trabajo que el
rey Salomón le había asignado que hiciera para el templo de Dios:
12 las dos columnas;
los dos capiteles con forma de tazón en la parte
superior de las columnas;
las dos redes de cadenas entrelazadas que decoraban
los capiteles;
13 las cuatrocientas granadas que colgaban de las
cadenas sobre los capiteles (dos filas de granadas por cada red de cadenas que
decoraban los capiteles sobre las columnas);
14 las carretas para llevar agua que sostenían los
tazones;
15 el Mar y los doce bueyes que lo sostenían;
16 los recipientes para la ceniza, las palas, los
ganchos para la carne y todos los demás utensilios.
Huram-abí hizo todos estos objetos de bronce bruñido
para el templo del Señor, tal como le había indicado el rey Salomón. 17 El rey
mandó que se fundieran en moldes de barro en el valle del Jordán, entre Sucot y
Saretán.[g] 18 Salomón utilizó tanto bronce que no se pudo determinar el peso.
19 Salomón también hizo todo el mobiliario para el
templo de Dios:
el altar de oro;
las mesas para el pan de la Presencia;
20 los candelabros y sus lámparas de oro macizo, para
que ardieran frente al Lugar Santísimo, como está establecido;
21 las decoraciones de flores, las lámparas y las
tenazas, todo del oro más puro;
22 las despabiladeras para las lámparas, los tazones,
los cucharones y los recipientes para quemar incienso, todo de oro macizo;
las puertas para las entradas al Lugar Santísimo y al
salón principal del templo, revestidas de oro.
5 Así terminó Salomón todo su trabajo para el templo
del Señor. Luego trajo todos los obsequios que su padre David había consagrado
—la plata, el oro y los diversos objetos— y los guardó en los tesoros del
templo de Dios.
Traslado del arca al templo
2 Entonces Salomón mandó llamar a los ancianos de
Israel y a todos los jefes de las tribus —los líderes de las familias
patriarcales de Israel— para que fueran a Jerusalén. Ellos debían trasladar el
arca del pacto del Señor desde su sitio en la Ciudad de David, también conocida
como Sión, hasta el templo. 3 Así que todos los hombres de Israel se reunieron
ante el rey durante el Festival de las Enramadas, que se celebra anualmente a
comienzos del otoño.[h]
4 Una vez que estaban presentes todos los ancianos de
Israel, los levitas levantaron el arca. 5 Los sacerdotes y los levitas
trasladaron el arca junto con la carpa especial[i] y todos los objetos sagrados
que había en ella. 6 Delante del arca, el rey Salomón y toda la comunidad de
Israel sacrificaron ovejas, cabras y ganado, ¡en tal cantidad que fue imposible
llevar la cuenta!
7 Luego los sacerdotes llevaron el arca del pacto del
Señor al santuario interior del templo —el Lugar Santísimo— y la colocaron bajo
las alas de los querubines. 8 Los querubines extendían sus alas por encima del
arca y formaban una especie de cubierta sobre el arca y las varas para
transportarla. 9 Estas varas eran tan largas que los extremos podían verse
desde el Lugar Santo,[j] que está delante del Lugar Santísimo, pero no desde
afuera; y allí permanecen hasta el día de hoy. 10 Lo único que había dentro del
arca eran las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en ella en el
monte Sinaí,[k] donde el Señor hizo un pacto con los israelitas cuando
partieron de Egipto.
11 Luego los sacerdotes salieron del Lugar Santo.
Todos los sacerdotes presentes se habían purificado, estuvieran o no de turno
ese día. 12 Los levitas que eran músicos —Asaf, Hemán, Jedutún y todos sus
hijos y hermanos—, vestidos de mantos de lino fino, estaban de pie en el lado
oriental del altar y tocaban címbalos, liras y arpas. A ellos se les unieron
ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas. 13 Los trompetistas y los
cantores se unieron para alabar y dar gracias al Señor. Al son de trompetas,
címbalos y otros instrumentos, elevaron sus voces y alabaron al Señor con las
siguientes palabras:
«¡Él es bueno!
¡Su fiel
amor perdura para siempre!».
En ese momento una densa nube llenó el templo del
Señor. 14 Los sacerdotes no pudieron seguir con la celebración a causa de la
nube, porque la gloriosa presencia del Señor llenaba el templo de Dios.
Salomón alaba al Señor
6 Entonces Salomón oró: «Oh Señor, tú dijiste que
habitarías en una densa nube de oscuridad. 2 Ahora te he construido un templo
glorioso, ¡un lugar donde podrás habitar para siempre!».
3 Luego el rey se dio vuelta hacia toda la comunidad
de Israel, que estaba de pie ante él, y después de bendecir al pueblo, dijo: 4
«Alabado sea el Señor, Dios de Israel, quien cumplió la promesa que le hizo a
mi padre David; pues le dijo a mi padre: 5 “Desde el día en que saqué a mi pueblo
de la tierra de Egipto, nunca escogí una ciudad de ninguna de las tribus de
Israel como el sitio donde se construyera un templo para honrar mi nombre.
Tampoco elegí a un rey para que guiara a mi pueblo Israel; 6 pero ahora he
elegido a Jerusalén como el lugar para que mi nombre sea honrado, y he elegido
a David para que sea rey de mi pueblo Israel”».
7 Después Salomón dijo: «Mi padre David quería
construir este templo para honrar el nombre del Señor, Dios de Israel. 8 Pero
el Señor le dijo: “Tú querías construir el templo para honrar mi nombre; tu
intención es buena, 9 pero no serás tú quien lo haga. Será uno de tus hijos
quien construya el templo para honrarme”.
10 »Ahora el Señor ha cumplido la promesa que hizo,
porque he llegado a ser rey en lugar de mi padre y ocupo el trono de Israel,
tal como el Señor lo prometió. He construido este templo para honrar el nombre
del Señor, Dios de Israel. 11 Allí he colocado el arca, la cual contiene el
pacto que el Señor hizo con el pueblo de Israel».
Oración de dedicación de Salomón
12 Luego Salomón, de pie ante el altar del Señor y
frente a toda la comunidad de Israel, levantó las manos en oración. 13 Ahora
bien, Salomón había hecho una plataforma de bronce de dos metros con treinta
centímetros de largo, dos metros con treinta centímetros de ancho y un metro
con cuarenta centímetros de altura,[l] y la había colocado en el centro del
atrio exterior del templo. Se puso de pie sobre la plataforma y después se
arrodilló frente a toda la comunidad de Israel y levantó las manos hacia el
cielo.
Footnotes:
4:1a O Huram-abí; en hebreo dice Él.
4:1b En hebreo 20 codos [30 pies] de largo, 20 codos
de ancho y 10 codos [15 pies] de alto.
4:2 En hebreo 10 codos [15 pies] de borde a borde
[...] 5 codos [7,5 pies] de profundidad y 30 codos [45 pies] de circunferencia.
4:3 O 6 bueyes por pie; en hebreo dice 10 por codo.
4:5a En hebreo un palmo menor [3 pulgadas].
4:5b En hebreo 3000 batos [16.500 galones].
4:17 Igual que el texto paralelo en 1 Re 7:46; en
hebreo dice Sereda.
5:3 En hebreo durante el festival que se celebra el
séptimo mes. El Festival de las Enramadas comenzaba el día quince del séptimo
mes del antiguo calendario lunar hebreo. Ese día caía a fines de septiembre, en
octubre o a principios de noviembre.
5:5 En hebreo la carpa de reunión; es decir, la carpa
mencionada en 2 Sm 6:17 y en 1 Cr 16:1.
5:9 Así aparece en algunos manuscritos hebreos y en la
versión griega (ver también 1 Re 8:8); el texto masorético dice desde el arca.
5:10 En hebreo Horeb, otro nombre para Sinaí.
6:13 En hebreo 5 codos [7,5 pies] de largo, 5 codos de
ancho y 3 codos [4,5 pies] de altura.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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Romanos
7:1-14 Nueva Traducción Viviente (NTV)
No más atados a la ley
7 Ahora bien, amados hermanos, ustedes que conocen la
ley, ¿no saben que la ley se aplica solo mientras una persona está viva? 2 Por
ejemplo, cuando una mujer se casa, la ley la une a su marido mientras él viva;
pero si él muere, las leyes del matrimonio ya no se aplican a ella. 3 Así que
mientras su marido viva, ella cometería adulterio si se casara con otro hombre;
pero si el esposo muere, ella queda libre de esa ley y no comete adulterio
cuando se casa de nuevo.
4 Por lo tanto, mis amados hermanos, la cuestión es la
siguiente: ustedes murieron al poder de la ley cuando murieron con Cristo y
ahora están unidos a aquel que fue levantado de los muertos. Como resultado,
podemos producir una cosecha de buenas acciones para Dios. 5 Cuando vivíamos
controlados por nuestra vieja naturaleza,[a] los deseos pecaminosos actuaban
dentro de nosotros y la ley despertaba esos malos deseos que producían una
cosecha de acciones pecaminosas, las cuales nos llevaban a la muerte. 6 Pero
ahora fuimos liberados de la ley, porque morimos a ella y ya no estamos presos
de su poder. Ahora podemos servir a Dios, no según el antiguo modo —que
consistía en obedecer la letra de la ley— sino mediante uno nuevo, el de vivir
en el Espíritu.
La ley de Dios revela nuestro pecado
7 Ahora bien, ¿acaso sugiero que la ley de Dios es
pecaminosa? ¡De ninguna manera! De hecho, fue la ley la que me mostró mi
pecado. Yo nunca hubiera sabido que codiciar es malo si la ley no dijera: «No
codicies»[b]. 8 ¡Pero el pecado usó ese mandamiento para despertar toda clase
de deseos codiciosos dentro de mí! Si no existiera la ley, el pecado no tendría
ese poder. 9 Hubo un tiempo en que viví sin entender la ley. Sin embargo,
cuando aprendí, por ejemplo, el mandamiento de no codiciar, el poder del pecado
cobró vida 10 y yo morí. Entonces me di cuenta de que los mandatos de la ley
—que supuestamente traían vida— trajeron, en cambio, muerte espiritual. 11 El
pecado se aprovechó de esos mandatos y me engañó; usó los mandatos para
matarme. 12 Sin embargo, la ley en sí misma es santa, y sus mandatos son
santos, rectos y buenos.
13 ¿Pero cómo puede ser? ¿Acaso la ley, que es buena,
provocó mi muerte? ¡Por supuesto que no! El pecado usó lo que era bueno a fin
de lograr mi condena de muerte. Por eso, podemos ver qué terrible es el pecado.
Se vale de los buenos mandatos de Dios para lograr sus propios fines malvados.
La lucha contra el pecado
14 Por lo tanto, el problema no es con la ley, porque
la ley es buena y espiritual. El problema está en mí, porque soy demasiado
humano, un esclavo del pecado.
Footnotes:
7:5 En griego Cuando estábamos en la carne.
7:7 Ex 20:17; Dt 5:21.
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Salmos
17 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Salmo 17
Oración de David.
1 Oh Señor, oye mi ruego pidiendo justicia;
escucha mi
grito de auxilio.
Presta oído a mi oración,
porque
proviene de labios sinceros.
2 Declárame inocente,
porque tú
ves a los que hacen lo correcto.
3 Pusiste a prueba mis pensamientos y examinaste mi
corazón durante la noche;
me has
escudriñado y no encontraste ningún mal.
Estoy decidido
a no pecar con mis palabras.
4 He seguido tus mandatos,
los cuales
me impidieron ir tras la gente cruel y perversa.
5 Mis pasos permanecieron en tu camino;
no he
vacilado en seguirte.
6 Oh Dios, a ti dirijo mi oración porque sé que me
responderás;
inclínate y
escucha cuando oro.
7 Muéstrame tu amor inagotable de maravillosas
maneras.
Con tu gran
poder rescatas
a los que
buscan refugiarse de sus enemigos.
8 Cuídame como cuidarías tus propios ojos;[a]
escóndeme
bajo la sombra de tus alas.
9 Protégeme de los perversos que me atacan,
del enemigo
mortal que me rodea.
10 No tienen compasión;
¡escucha
cómo se jactan!
11 Me rastrean y me rodean,
a la espera
de cualquier oportunidad para tirarme al suelo.
12 Son como leones hambrientos, deseosos por
despedazarme;
como leones
jóvenes, escondidos en emboscada.
13 ¡Levántate, oh Señor!
¡Enfréntalos
y haz que caigan de rodillas!
¡Con tu
espada rescátame de los perversos!
14 Con el poder de tu mano, oh Señor,
destruye a
los que buscan su recompensa en este mundo;
pero sacia el hambre de los que son tu tesoro.
Que sus
hijos tengan abundancia
y dejen
herencia a sus descendientes.
15 Porque soy recto, te veré;
cuando
despierte, te veré cara a cara y quedaré satisfecho.
Footnotes:
17:8 En hebreo como a la niña de tus ojos.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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Proverbios
19:22-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)
22 Lo que hace atractiva a una persona es su lealtad.
Es mejor ser
pobre que deshonesto.
23 El temor del Señor conduce a la vida;
da seguridad
y protección contra cualquier daño.
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