Wednesday, July 24, 2019

DAB Español, Jueves 25 de Julio

Día 206, DAB Español, Jueves 25 de Julio

2 Crónicas 14:1-16:14; Romanos 9:1-24; Salmos 19; Proverbios 20:1 (Nueva Traducción Viviente (NTV))






2 Crónicas 14-16 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Primeros años del reinado de Asa
14 [a]Cuando Abías murió, lo enterraron en la Ciudad de David. Después su hijo Asa lo sucedió en el trono. Hubo paz en la tierra durante diez años. 2 [b]Asa hizo lo que era agradable y bueno a los ojos del Señor su Dios. 3 Quitó los altares extranjeros y los santuarios paganos. Destruyó las columnas sagradas y derribó los postes dedicados a la diosa Asera. 4 Ordenó al pueblo de Judá que buscara al Señor, Dios de sus antepasados, y que obedeciera su ley y sus mandatos. 5 Asa también quitó los santuarios paganos y los altares del incienso de cada una de las ciudades de Judá. Entonces el reino de Asa disfrutó un período de paz. 6 Durante los años de paz, Asa pudo reconstruir las ciudades fortificadas en todo Judá. Nadie estuvo en guerra contra él durante ese tiempo, porque el Señor le daba descanso de sus enemigos.

7 Asa le dijo a la gente de Judá: «Construyamos y fortifiquemos ciudades con murallas, torres, puertas y barras. La tierra aún nos pertenece porque buscamos al Señor nuestro Dios, y él nos ha dado paz en todo el territorio». Así que continuaron con estos proyectos hasta completarlos.

8 El rey Asa tenía un ejército de trescientos mil guerreros de la tribu de Judá, armados con grandes escudos y lanzas. También tenía un ejército de doscientos ochenta mil guerreros de la tribu de Benjamín, armados con arcos y escudos pequeños. Ambos ejércitos estaban constituidos por hombres de guerra bien entrenados.

9 Cierta vez un etíope[c] llamado Zera atacó a Judá con un ejército de un millón de soldados[d] y trescientos carros de guerra. Avanzaron hacia la ciudad de Maresa, 10 por eso Asa desplegó sus ejércitos para la batalla en el valle al norte de Maresa.[e] 11 Entonces Asa clamó al Señor su Dios: «¡Oh Señor, nadie sino tú puede ayudar al débil contra el poderoso! Ayúdanos, oh Señor nuestro Dios, porque solo en ti confiamos. Es en tu nombre que hemos salido contra esta inmensa multitud. ¡Oh Señor, tú eres nuestro Dios; no dejes que simples hombres prevalezcan contra ti!».

12 Entonces el Señor derrotó a los etíopes[f] en presencia de Asa y del ejército de Judá, y el enemigo huyó. 13 Asa y su ejército los persiguieron hasta Gerar, y cayeron tantos etíopes que no pudieron reagruparse. El Señor y su ejército los destruyeron; y el ejército de Judá se llevó un enorme botín.

14 Mientras estaban en Gerar, atacaron todas las ciudades de la región, y un terror de parte del Señor se apoderó de la gente. Como resultado, también se llevaron un enorme botín de esas ciudades. 15 Además, atacaron los campamentos de los pastores y capturaron muchas ovejas, cabras y camellos antes de regresar a Jerusalén.

Reformas religiosas de Asa
15 Luego el Espíritu de Dios vino sobre Azarías, hijo de Obed, 2 y salió al encuentro del rey Asa cuando este volvía de la batalla. «¡Escúcheme, Asa! —le gritó—. ¡Escuchen todos ustedes de Judá y de Benjamín! ¡El Señor permanecerá con ustedes mientras ustedes permanezcan con él! Cada vez que lo busquen, lo encontrarán; pero si lo abandonan, él los abandonará a ustedes. 3 Por mucho tiempo los israelitas estuvieron sin el verdadero Dios, sin sacerdote que les enseñara y sin la ley que los instruyera; 4 pero cada vez que estaban en dificultades y se volvían al Señor, Dios de Israel, y lo buscaban, lo encontraban.

5 »En esos tiempos oscuros no se podía viajar con seguridad y los problemas perturbaban a los habitantes de todos los países. 6 Nación luchaba contra nación, ciudad contra ciudad, porque Dios las afligía con todo tipo de dificultades; 7 pero en cuanto a ustedes, sean fuertes y valientes porque su trabajo será recompensado».

8 Cuando Asa oyó este mensaje de Azarías el profeta,[g] se armó de valor y quitó todos los ídolos detestables de la tierra de Judá y de Benjamín, así como de las ciudades que había conquistado en la zona montañosa de Efraín. Además reparó el altar del Señor que estaba frente a la antesala del templo del Señor.

9 Después Asa convocó a todo el pueblo de Judá y de Benjamín, junto con la gente de Efraín, Manasés y Simeón que se había establecido entre ellos. Pues muchos de Israel se habían mudado a Judá durante el reinado de Asa cuando vieron que el Señor su Dios estaba con él. 10 La gente se reunió en Jerusalén a fines de la primavera,[h] durante el año quince del reinado de Asa.

11 Ese día sacrificaron al Señor setecientas cabezas de ganado y siete mil ovejas y cabras del botín que habían tomado en la batalla. 12 Luego hicieron un pacto de buscar al Señor, Dios de sus antepasados, con todo el corazón y con toda el alma. 13 Decidieron que todo el que se negara a buscar al Señor, Dios de Israel, sería ejecutado, fuera joven o anciano, hombre o mujer. 14 Con gran voz hicieron un juramento de lealtad al Señor al estruendo de las trompetas y al fuerte toque de los cuernos de carnero. 15 Todos en Judá estaban contentos con el pacto, porque lo habían hecho de todo corazón. Con fervor buscaron a Dios y lo encontraron; y el Señor les dio descanso de sus enemigos en todo el territorio.

16 El rey Asa quitó a su abuela[i] Maaca de su puesto de reina madre, porque ella había hecho un poste obsceno dedicado a la diosa Asera. Derribó el poste obsceno, lo hizo pedazos y lo quemó en el valle de Cedrón. 17 Aunque no se quitaron los santuarios paganos de Israel, el corazón de Asa se mantuvo totalmente fiel durante toda su vida. 18 Llevó al templo de Dios la plata, el oro y los diversos objetos que él y su padre habían dedicado.

19 Así que no hubo más guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asa.

Últimos años del reinado de Asa
16 En el año treinta y seis del reinado de Asa, Baasa, rey de Israel, invadió Judá y fortificó Ramá para que nadie pudiera entrar ni salir del territorio del rey Asa en Judá.

2 En respuesta, Asa retiró la plata y el oro de los tesoros del templo del Señor y del palacio real. Los envió al rey Ben-adad de Aram, quien gobernaba en Damasco, junto con el siguiente mensaje:

3 «Hagamos un tratado, tú y yo,[j] como hicieron tu padre y mi padre. Mira, te envío plata y oro. Rompe el tratado con el rey Baasa de Israel, para que me deje en paz».

4 Ben-adad aceptó la propuesta del rey Asa y envió a los comandantes de su ejército a atacar las ciudades de Israel. Ellos conquistaron las ciudades de Ijón, Dan y Abel-bet-maaca[k] y todas las ciudades de almacenamiento de Neftalí. 5 Apenas Baasa de Israel se enteró de lo que ocurría, abandonó el proyecto de fortificar Ramá y detuvo todo el trabajo. 6 Entonces el rey Asa convocó a todos los hombres de Judá para que transportaran las piedras de construcción y la madera que Baasa había estado usando para fortificar Ramá. Asa empleó esos mismos materiales para fortificar las ciudades de Geba y Mizpa.

7 En ese tiempo, Hananí el vidente fue a ver al rey Asa y le dijo: «Por cuanto pusiste tu confianza en el rey de Aram en lugar de confiar en el Señor tu Dios, perdiste la oportunidad de destruir al ejército del rey de Aram. 8 ¿No recuerdas lo que les pasó a los etíopes[l] y a los libios y a su enorme ejército, junto con todos sus carros de guerra y los conductores?[m] En ese tiempo, confiaste en el Señor, y él los entregó en tus manos. 9 Los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen el corazón totalmente comprometido con él. ¡Qué necio has sido! ¡De ahora en adelante estarás en guerra!».

10 Asa se enojó tanto con Hananí por haberle dicho esto, que lo echó en la cárcel y lo puso en el cepo. En ese tiempo, Asa también comenzó a oprimir a algunos de su pueblo.

Resumen del reinado de Asa
11 Los demás acontecimientos del reinado de Asa, desde el principio hasta el fin, están registrados en El libro de los reyes de Judá y de Israel. 12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asa contrajo una enfermedad grave en los pies. A pesar de lo grave que era, no buscó la ayuda del Señor, sino que recurrió exclusivamente a sus médicos. 13 Así que murió en el año cuarenta y uno de su reinado. 14 Lo enterraron en la tumba que había tallado para sí en la Ciudad de David. Fue puesto sobre una cama perfumada con especias dulces y ungüentos aromáticos, y la gente encendió una enorme hoguera funeraria en su honor.

Footnotes:
14:1 El versículo 14:1 corresponde al 13:23 en el texto hebreo.
14:2 Los versículos del 14:2-15 corresponden al 14:1-14 en el texto hebreo.
14:9a En hebreo un cusita.
14:9b O un ejército de miles y miles; en hebreo dice un ejército de mil veces mil.
14:10 Así aparece en la versión griega; en hebreo dice valle de Sefata cerca de Maresa.
14:12 En hebreo cusitas; también en 14:13.
15:8 Así aparece en la versión siríaca y en la Vulgata Latina (ver también 15:1); en hebreo dice de Obed el profeta.
15:10 En hebreo en el tercer mes. En el antiguo calendario lunar hebreo, ese mes, por lo general, cae entre mayo y junio.
15:16 En hebreo su madre.
16:3 Así aparece en la versión griega; en hebreo dice Hay un tratado entre tú y yo.
16:4 Igual que el texto paralelo en 1 Re 15:20; en hebreo dice Abel-maim, otro nombre para Abel-bet-maaca.
16:8a En hebreo cusitas.
16:8b O y los jinetes?
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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Romanos 9:1-24 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Dios elige a Israel
9 Con Cristo de testigo hablo con toda veracidad. Mi conciencia y el Espíritu Santo lo confirman. 2 Tengo el corazón lleno de amarga tristeza e infinito dolor 3 por mi pueblo, mis hermanos judíos.[a] Yo estaría dispuesto a vivir bajo maldición para siempre —¡separado de Cristo!— si eso pudiera salvarlos. 4 Ellos son el pueblo de Israel, elegidos para ser los hijos adoptivos de Dios.[b] Él les reveló su gloria, hizo pactos con ellos y les entregó su ley. Les dio el privilegio de adorarlo y de recibir sus promesas maravillosas. 5 Abraham, Isaac y Jacob son los antepasados de los israelitas, y Cristo mismo era israelita en cuanto a su naturaleza humana. Y él es Dios, el que reina sobre todas las cosas, ¡y es digno de eterna alabanza! Amén.[c]

6 Ahora bien, ¿acaso Dios no cumplió su promesa a Israel? ¡No, porque no todos los que nacen en la nación de Israel son en verdad miembros del pueblo de Dios! 7 Ser descendientes de Abraham no los hace verdaderos hijos de Abraham, pues las Escrituras dicen: «Isaac es el hijo mediante el cual procederán tus descendientes»[d], aunque Abraham también tuvo otros hijos. 8 Eso significa que no todos los descendientes naturales de Abraham son necesariamente hijos de Dios. Solo los hijos de la promesa son considerados hijos de Abraham; 9 pues Dios había prometido: «Volveré dentro de un año, y Sara tendrá un hijo»[e].

10 Ese hijo fue nuestro antepasado Isaac. Cuando se casó con Rebeca, ella dio a luz mellizos.[f] 11 Sin embargo, antes de que nacieran, antes de que pudieran hacer algo bueno o malo, ella recibió un mensaje de Dios. (Este mensaje demuestra que Dios elige a la gente según sus propósitos; 12 él llama a las personas, pero no según las buenas o malas acciones que hayan hecho). Se le dijo: «Tu hijo mayor servirá a tu hijo menor»[g]. 13 Como dicen las Escrituras: «Amé a Jacob, pero rechacé a Esaú»[h].

14 ¿Estamos diciendo, entonces, que Dios fue injusto? ¡Por supuesto que no! 15 Pues Dios le dijo a Moisés:

«Tendré misericordia de quien yo quiera
    y mostraré compasión con quien yo quiera»[i].

16 Por lo tanto, es Dios quien decide tener misericordia. No depende de nuestro deseo ni de nuestro esfuerzo.

17 Pues las Escrituras cuentan que Dios le dijo al faraón: «Te he designado con el propósito específico de exhibir mi poder en ti y dar a conocer mi fama por toda la tierra»[j]. 18 Así que, como ven, Dios decide tener misericordia de algunos y también decide endurecer el corazón de otros para que se nieguen a escuchar.

19 Ahora bien, ustedes podrían decir: «¿Por qué Dios culpa a las personas por no responder? ¿Acaso no hicieron sencillamente lo que él les exige que hagan?».

20 No, no digan eso. ¿Quién eres tú, simple ser humano, para discutir con Dios? ¿Acaso el objeto creado puede preguntarle a su creador: «¿Por qué me has hecho así?»? 21 Cuando un alfarero hace vasijas de barro, ¿no tiene derecho a usar del mismo trozo de barro para hacer una vasija de adorno y otra para arrojar basura? 22 De la misma manera, aunque Dios tiene el derecho de mostrar su enojo y su poder, él es muy paciente con aquellos que son objeto de su enojo, los que están destinados para destrucción. 23 Lo hace para que las riquezas de su gloria brillen con mucha más intensidad sobre aquellos a quienes les tiene misericordia, los que preparó de antemano para gloria. 24 Y nosotros estamos entre los que él eligió, ya sea del grupo de los judíos o de los gentiles.

Footnotes:
9:3 En griego pueblo, mis hermanos.
9:4 En griego elegidos para la adopción como hijos.
9:5 O Que Dios, el que reina sobre todas las cosas, sea alabado por siempre. Amén.
9:7 Gn 21:12.
9:9 Gn 18:10, 14.
9:10 En griego ella concibió hijos de ese hombre solamente.
9:12 Gn 25:23.
9:13 Ml 1:2-3.
9:15 Ex 33:19.
9:17 Ex 9:16 (versión griega).
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Salmos 19 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Salmo 19
Para el director del coro: salmo de David.
1 Los cielos proclaman la gloria de Dios
    y el firmamento despliega la destreza de sus manos.
2 Día tras día no cesan de hablar;
    noche tras noche lo dan a conocer.
3 Hablan sin sonidos ni palabras;
    su voz jamás se oye.[a]
4 Sin embargo, su mensaje se ha difundido por toda la tierra
    y sus palabras, por todo el mundo.

Dios preparó un hogar para el sol en los cielos,
5 y este irrumpe como un novio radiante luego de su boda.
    Se alegra como un gran atleta, ansioso por correr la carrera.
6 El sol sale de un extremo de los cielos
    y sigue su curso hasta llegar al otro extremo;
    nada puede ocultarse de su calor.

7 Las enseñanzas del Señor son perfectas,
    reavivan el alma.
Los decretos del Señor son confiables,
    hacen sabio al sencillo.
8 Los mandamientos del Señor son rectos;
    traen alegría al corazón.
Los mandatos del Señor son claros;
    dan buena percepción para vivir.
9 La reverencia al Señor es pura,
    permanece para siempre.
Las leyes del Señor son verdaderas,
    cada una de ellas es imparcial.
10 Son más deseables que el oro,
    incluso que el oro más puro.
Son más dulces que la miel,
    incluso que la miel que gotea del panal.
11 Sirven de advertencia para tu siervo,
    una gran recompensa para quienes las obedecen.

12 ¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón?
    Límpiame de estas faltas ocultas.
13 ¡Libra a tu siervo de pecar intencionalmente!
    No permitas que estos pecados me controlen.
Entonces estaré libre de culpa
    y seré inocente de grandes pecados.

14 Que las palabras de mi boca
    y la meditación de mi corazón
sean de tu agrado,
    oh Señor, mi roca y mi redentor.

Footnotes:
19:3 O No existe discurso ni idioma en el cual no se oiga su voz.
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Proverbios 20:1 Nueva Traducción Viviente (NTV)
20 El vino produce burlones; la bebida alcohólica lleva a la pelea.
    Los que se dejan llevar por la bebida no pueden ser sabios.

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