Wednesday, March 15, 2023

DAB Español, Jueves 16 de Marzo

Día 075, DAB Español, Jueves 16 de Marzo


Números 24:1-25:18; Lucas 2:1-35; Salmos 59; Proverbios 11:14 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))








Números 24-25

La Palabra (Hispanoamérica)


24 Al ver Balaán que lo que agradaba al Señor era que él bendijera a Israel, no fue, como las otras veces, en busca de presagios, sino que dirigió su mirada hacia el desierto. 2 Pero cuando Balaán alzó sus ojos y vio a Israel acampado tribu por tribu, el espíritu de Dios vino sobre él 3 y recitó este poema:


Oráculo de Balaán hijo de Beor,

oráculo del hombre de ojos abiertos,

4

oráculo del que oye las palabras de Dios

y recibe visiones del Altísimo,

del que cae en éxtasis con ojos abiertos.

5

¡Cuán hermosas son tus tiendas, Jacob,

tus asentamientos, Israel!

6

Son como filas de palmeras,

como huertos junto al río,

como áloes plantados por el Señor,

como cedros junto a las aguas.

7

Sus ramas destilan humedad,

el agua empapa sus raíces.

Su rey será enaltecido más que Agag,

su reino será engrandecido.

8

Es Dios quien los está liberando de Egipto,

mostrándose con ellos fuerte como un búfalo.

Devora a las naciones enemigas,

tritura sus huesos

y los destruye con sus flechas.

9

Se agazapa y se tumba como un león,

como una fiera leona;

¿quién hará que se levante?

¡Benditos los que te bendigan!

¡Malditos los que te maldigan!


10 Entonces Balac palmoteó enfurecido contra Balaán y le dijo:


— ¡Te he llamado para maldecir a mis enemigos y los has bendecido por tres veces! 11 Regresa, pues, a tu tierra. Yo te iba a recompensar espléndidamente, pero el Señor te ha privado de la recompensa.


12 Balaán le respondió:


— ¿Acaso no dije a los mensajeros que me enviaste: 13 “Aunque Balac me dé su palacio repleto de plata y oro, no podré hacer nada por propia iniciativa, ni bueno ni malo, si es contrario al mandato del Señor? Lo que el Señor ordene, eso diré”. 14 Ahora regreso a mi tierra, pero antes quiero anunciarte lo que el pueblo de Israel hará con el tuyo en el futuro.


15 Entonces Balaán recitó este poema:


Oráculo de Balaán hijo de Beor,

oráculo del hombre de ojos abiertos,

16

oráculo del que oye las palabras de Dios

y recibe visiones del Altísimo,

del que cae en éxtasis con ojos abiertos.

17

Lo que veo, no sucederá en seguida;

lo que contemplo, no está cercano:

una estrella sale de Jacob,

un rey surge en Israel

que aplastará las sienes de Moab,

el cráneo de todos los hijos de Set.

18

Edom será conquistada

y Seír, su enemigo, caerá en su poder,

mientras Israel sale triunfante.

19

De Jacob saldrá el dominador

que destruirá lo que quede de Ir.


20 Entonces Balaán vio a Amalec y recitó este poema:


Amalec es líder entre las naciones,

pero acabará pereciendo para siempre.


21 Luego vio a los quenitas y recitó este poema:


Aunque es segura tu morada

y tienes en la roca tu nido,

22

tu nido será destruido

cuando Asiria te lleve cautivo.


23 Finalmente recitó este poema:


¡Ay! ¿Quién sobrevivirá si Dios lo condena?

24

Vendrán naves de la costa de Quitín

y subyugarán a Assur, subyugarán a Éber,

pero también ellos acabarán pereciendo.


25 Después de esto Balaán partió de regreso a su tierra; y también Balac se fue por su camino.

Cultos idolátricos en Sitín


25 Acampó Israel en Sitín y el pueblo comenzó a prostituirse con las mujeres de Moab 2 que lo incitaban a participar en los sacrificios en honor de su dios. El pueblo participó en esos sacrificios y adoró a ese dios, 3 rindiendo culto a Baal-Peor. Ello hizo que estallara contra Israel la cólera del Señor 4 que ordenó a Moisés:


— Convoca a todos los líderes del pueblo y cuélgalos públicamente en mi presencia para que mi ardiente cólera se aparte de Israel.


5 Entonces Moisés ordenó a los magistrados de Israel:


— Que cada uno de ustedes dé muerte a aquellos de ustedes que hayan rendido culto a Baal-Peor.


6 Y sucedió que un israelita se hizo presente en medio de sus hermanos llevando a su casa una mujer madianita; hizo esto a la vista de Moisés y de toda la comunidad israelita que lloraba a la entrada de la Tienda del encuentro. 7 Cuando lo vio Finés, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, se levantó de en medio de la comunidad, tomó una lanza en su mano, 8 siguió al israelita hasta su tienda y traspasó a ambos por el vientre, al israelita y a la mujer madianita. Con ello cesó el castigo que se había desencadenado contra los israelitas, 9 un castigo en el que murieron veinticuatro mil. 10 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:


11 — Finés, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, ha apartado de los israelitas mi furor, saliendo en mi defensa en medio de ellos y evitando así que mi furor los aniquilara. 12 Por tanto diles: “Yo hago con Finés una alianza de paz. 13 Para él y para todos sus descendientes será una alianza que le asegure para siempre el sacerdocio, por cuanto salió en defensa de su Dios e hizo expiación por los israelitas”.


14 El nombre del israelita muerto, ejecutado junto con la mujer madianita, era Zimrí, hijo de Salú, jefe de una familia de la tribu de Simeón; 15 el nombre de la mujer madianita muerta era Cozbí, hija de Zur, jefe de clan en una familia patriarcal de Madián.


16 El Señor se dirigió entonces a Moisés y le dijo:


17 — Ataquen a los madianitas y derrótenlos, 18 pues ellos, con sus ardides, se han convertido en enemigos de ustedes; así se portaron en el caso de Baal-Peor y en el de su compatriota Cozbí —hija de un jefe madianita— que murió el día del castigo desencadenado por lo de Peor.

Lucas 2:1-35

La Palabra (Hispanoamérica)

Nacimiento de Jesús (Mt 1,18-25)


2 Augusto, el emperador romano, publicó por aquellos días un decreto disponiendo que se empadronaran todos los habitantes del Imperio. 2 Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. 3 Todos tenían que ir a empadronarse, cada uno a su ciudad de origen. 4 Por esta razón, también José, que era descendiente del rey David, se dirigió desde Nazaret, en la región de Galilea, a Belén, la ciudad de David, en el territorio de Judea, 5 para empadronarse allí juntamente con su esposa María, que se hallaba embarazada.


6 Y sucedió que, mientras estaban en Belén, se cumplió el tiempo del alumbramiento. 7 Y María dio a luz a su primogénito; lo envolvió en pañales y lo puso en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Los ángeles y los pastores


8 En unos campos cercanos había unos pastores que pasaban la noche a la intemperie cuidando sus rebaños. 9 De pronto, se les apareció un ángel del Señor y el resplandor de la gloria de Dios los llenó de luz de modo que quedaron sobrecogidos de temor. 10 Pero el ángel les dijo:


— No tengan miedo, porque vengo a traerles una buena noticia, que será causa de gran alegría para todo el pueblo. 11 En la ciudad de David les ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías, el Señor. 12 Esta será la señal para que lo reconozcan: encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.


13 En aquel mismo instante apareció junto al ángel una multitud de otros ángeles del cielo, que alababan al Señor y decían:


14 — ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!


15 Luego los ángeles volvieron al cielo, y los pastores se decían unos a otros:


— Vamos a Belén, a ver eso que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.


16 Fueron a toda prisa y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre. 17 Al verlo, contaron todo lo que el ángel les había dicho acerca del niño. 18 Y todos cuantos escuchaban a los pastores se quedaban asombrados de lo que decían. 19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en lo íntimo de su corazón.


20 Los pastores se volvieron dando gloria a Dios y alabándolo por lo que habían visto y oído, pues todo había sucedido tal y como se les había anunciado.

Jesús es circuncidado y presentado en el Templo


21 A los ocho días llevaron a circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, el nombre que el ángel le puso antes de ser concebido. 22 Más tarde, pasados ya los días de la purificación prescrita por la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentárselo al Señor, 23 cumpliendo así lo que dispone la ley del Señor: Todo primogénito varón ha de ser consagrado al Señor, 24 y para ofrecer al mismo tiempo el sacrificio prescrito por la ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones.


25 Por aquel entonces vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso que esperaba la liberación de Israel. El Espíritu Santo estaba con Simeón 26 y le había hecho saber que no moriría antes de haber visto al Mesías enviado por el Señor. 27 Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al Templo cuando los padres del niño Jesús llevaban a su hijo para hacer con él lo que ordenaba la ley. 28 Y tomando al niño en brazos, alabó a Dios diciendo:


29

Ahora, Señor, ya puedo morir en paz,

porque has cumplido tu promesa.

30

Con mis propios ojos he visto

la salvación que nos envías

31

y que has preparado

a la vista de todos los pueblos:

32

luz que se manifiesta a las naciones,

y gloria de tu pueblo Israel.


33 Los padres de Jesús estaban asombrados de lo que Simeón decía acerca del niño. 34 Simeón los bendijo y anunció a María, la madre del niño:


— Mira, este niño va a ser causa en Israel de que muchos caigan y otros muchos se levanten. Será también signo de contradicción 35 puesto para descubrir los pensamientos más íntimos de mucha gente. En cuanto a ti, una espada te atravesará el corazón.

Salmos 59

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 59 (58)

Dios mío, líbrame de mis enemigos


59 Al maestro del coro. Según “No destruyas”. Poema de David. Cuando Saúl envió a vigilar su casa para matarlo.


2

Dios mío, líbrame de mis enemigos,

protégeme de mis agresores;

3

líbrame de los malhechores,

sálvame de los sanguinarios

4

que están acechando mi vida.

Me atacan, Señor, los poderosos

sin que yo haya cometido falta ni pecado;

5

corren y se preparan contra mí

sin que yo tenga culpa alguna.

¡Despierta, sal a mi encuentro, mírame!

6

Tú, Señor, Dios del universo, Dios de Israel,

decídete a castigar a las naciones,

no te apiades de ningún traidor. [ Pausa]

7

Al atardecer regresan,

aúllan como perros,

rondan por la ciudad.

8

Mira, ladran con sus bocas,

hay espadas en sus labios:

“¿Quién puede oírnos?”.

9

Pero tú, Señor, te ríes de ellos,

te burlas de todas las naciones.

10

Fuerza mía, en ti espero

porque tú eres, oh Dios, mi refugio.

11

El Dios de bondad me acogerá,

Dios hará que vea a mis rivales derrotados.

12

No los mates, no sea que mi pueblo los olvide;

dispérsalos con tu poder y humíllalos,

tú, mi Señor, que eres nuestro escudo.

13

Es pecadora su boca cuando hablan;

que sean presos de su propia soberbia,

de las maldiciones y mentiras que lanzan.

14

Destrúyelos con tu ira; que no quede ninguno

para que sepan que Dios domina en Jacob,

hasta los confines de la tierra. [ Pausa]

15

Al atardecer regresan,

aúllan como perros,

rondan por la ciudad.

16

Vagabundean buscando comida,

gruñen si no quedan saciados.

17

Pero yo cantaré tu poder,

al alba aclamaré tu amor,

porque tú eres mi refugio,

mi fortaleza en la angustia.

18

Fuerza mía, a ti te canto,

porque Dios es mi refugio,

él es el Dios que me ama.

Proverbios 11:14

La Palabra (Hispanoamérica)


14

Cuando hay desgobierno, el pueblo se hunde;

muchos consejeros traen la salvación.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)


La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España


No comments:

Post a Comment

DAB Español, Lunes 13 de Mayo

Día 134, DAB Español, Lunes 13 de Mayo 1 Samuel 14:1-14:52; Juan 7:30-53; Salmos 109; Proverbios 15:5-7 (Nueva Traducción Viviente (NTV)) ...