Thursday, March 2, 2023

DAB Español, Viernes 03 de Marzo

Día 062, DAB Español, Viernes 03 de Marzo


Levítico 27:14 - Números 1:54; Marcos 11:1-26; Salmos 46; Proverbios 10:23 (Nueva Biblia Viva (NBV))








Levítico 27:14 - Números 1:54

Nueva Biblia Viva


14-15 »Si alguno ofrece su casa al Señor, y luego desea recuperarla, el sacerdote establecerá su valor, y el hombre pagará esa suma más el veinte por ciento, y la casa será suya nuevamente.


16 »Si alguien consagra una parte de su campo al Señor, el sacerdote determinará el precio del terreno de acuerdo con la cantidad de semilla que se pueda sembrar en él. Por cada doscientos veinte kilos de semilla se pagarán cincuenta monedas de plata. 17 Si alguien consagra su campo en el año del jubileo, pagará el total de su valor; 18 pero si lo hace después del año de jubileo, entonces el valor será calculado en proporción al número de años que falten para el próximo jubileo.


19 »Si la persona decide recuperar el campo, pagará el veinte por ciento sobre lo establecido por el sacerdote, y el campo volverá a su poder. 20 Pero si decide no recuperarlo o si ha vendido el campo a otra persona y ha dado al Señor sus derechos en el año de jubileo, no le será devuelto. 21 Cuando el campo sea liberado en el año de jubileo, pertenecerá al Señor, como campo consagrado a él, y será entregado a los sacerdotes.


22 »Si alguien dedica al Señor un campo comprado, que no es parte de su posesión familiar, 23 el sacerdote estimará su valor según lo que falte para el año del jubileo, e inmediatamente el oferente pagará al Señor el valor estimado. 24 En el año del jubileo el campo volverá a ser propiedad de su dueño original.


25 »Todos los precios se calcularán de acuerdo con la moneda oficial del santuario, que es de diez gramos de plata.


26 »No pueden consagrar al Señor el primogénito de sus bueyes u ovejas, porque ya le pertenecen a él, por ser las primeras crías. 27 Pero, si es el primogénito de un animal impuro, el propietario pagará según la estimación hecha por el sacerdote, más el veinte por ciento. Si el propietario no desea recuperarlo, el sacerdote puede vender el animal a otra persona.


28 »Sin embargo, cualquier cosa consagrada al Señor, ya se trate de personas, animales o tierras, no será vendida ni recuperada, porque es cosa santísima delante del Señor. 29 Ninguno que haya sido sentenciado a muerte podrá pagar por su rescate, sino que deberá morir.


30 »La décima parte del producto de la tierra, sean cereales o frutas, es del Señor, y es santa. 31 Si alguien desea rescatar este producto, debe pagar su valor más el veinte por ciento. 32 El diezmo de sus vacas, ovejas y animales domésticos es del Señor. 33 La parte que pertenece al Señor no se podrá cambiar. Así que nadie puede cambiar un animal bueno por uno malo, pues en ese caso los dos animales serán del Señor, y no podrán ser rescatados».


34 Estos son los mandamientos para el pueblo de Israel que Dios le dio a Moisés, en el monte Sinaí.

Censo de las tribus de Israel


1 El primer día del segundo mes del segundo año desde la salida de los israelitas de Egipto, el Señor dio las siguientes instrucciones a Moisés, que se encontraba en el santuario, en el desierto del Sinaí.


2-15 «Haz un censo de todos los hombres, mayores de veinte años, capaces de ir a la guerra. En la lista anota la tribu y familia a la que pertenezcan. Aarón y tú deberán organizar este trabajo, con la ayuda de los siguientes jefes de cada tribu.

Tribu     Jefe

Rubén    Elisur (hijo de Sedeúr);

Simeón    Selumiel (hijo de Zurisaday);

Judá    Naasón (hijo de Aminadab);

Isacar    Natanael (hijo de Zuar);

Zabulón    Eliab (hijo de Helón);

hijos de José:    

Efraín    Elisama (hijo de Amiud);

Manasés    Gamaliel (hijo de Pedasur);

Benjamín    Abidán (hijo de Gedeoni);

Dan    Ajiezer (hijo de Amisaday);

Aser    Paguiel (hijo de Ocrán);

Gad    Eliasaf (hijo de Deuel);

Neftalí    Ajira (hijo de Enán)».


16 Estos eran los jefes de tribu seleccionados de entre el pueblo.


17-19 El mismo día, Moisés, Aarón y los jefes de tribu que se acaban de mencionar convocaron a todos los hombres de Israel de más de veinte años, para que se inscribieran, indicando su tribu y familia, como el Señor le había dicho a Moisés. 20-46 La tabla resultante:

Tribu     Total

Rubén (el hijo mayor de Jacob)    46.500

Simeón    59.300

Gad    45.650

Judá    74.600

Isacar    54.400

Zabulón    57.400

José: Efraín (hijo de José)    40.500

José: Manasés (hijo de José)    32.200

Benjamín    35.400

Dan    62.700

Aser    41.500

Neftalí    53.400

TOTAL    603.550

Los levitas


47-49 Esa cifra no incluía a los levitas, pues el Señor le había dicho a Moisés: «Excluye a toda la tribu de Leví, 50 porque los levitas tienen que hacerse cargo del trabajo del santuario y de su transporte. Tienen que vivir cerca del santuario, 51 y cuando este deba ser trasladado, los levitas deberán desmontarlo y montarlo. Si cualquiera otra persona lo toca, deberá ser ejecutada. 52 Cada tribu de Israel acampará por separado y tendrá su bandera propia. 53 Las tiendas de campaña de los levitas estarán situadas en torno al santuario para proteger al pueblo de la ira de Dios».


54 Así pues, todas las instrucciones que el Señor dio a Moisés se llevaron a cabo.

Marcos 11:1-26

Nueva Biblia Viva

La entrada triunfal


11 Ya se acercaban a Jerusalén; y cuando estaban cerca de Betfagué y de Betania, frente al Monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos con este encargo: 2 «Vayan al pueblecito que está enfrente. Al entrar verán un burro atado, en el que nadie ha montado. Desátenlo y tráiganmelo. 3 Y si alguien les pregunta por qué lo hacen, díganle que el Señor lo necesita y que pronto lo devolverá».


4 Los dos discípulos obedecieron y hallaron al burrito en la calle, atado junto a una puerta. Y lo desataron. 5 Unos que estaban allí les preguntaron: «¿Por qué lo desatan?».


6 Ellos les respondieron lo que Jesús les había dicho; y los dejaron ir. 7 Y le llevaron, pues, el burro a Jesús.


Los discípulos pusieron sus mantos sobre el burro, y Jesús se montó.


8 Y muchos tendían por el camino sus mantos o ramas de árboles. 9 Y los que iban delante y los que iban detrás gritaban:


―¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! 10 ¡Bendito el reino que viene, que es el reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!


11 Ya en Jerusalén, Jesús entró al templo, miró detenidamente a su alrededor y salió. Como ya estaba avanzada la tarde, se marchó a Betania con los doce.

Jesús purifica el templo


12 A la siguiente mañana, al salir de Betania, tuvo hambre, 13 por lo que se acercó a una frondosa higuera. Esperaba hallar algunos higos, pero al hallar sólo hojas, porque no era la temporada de higos, 14 dijo al árbol: «¡Nadie más va a volver a comer jamás de tu fruto!».


Y lo oyeron los discípulos.


15 Al llegar a Jerusalén, se dirigió al templo. Allí echó fuera a los que vendían y compraban, y volcó las mesas de los que cambiaban dinero y las sillas de los que vendían palomas. 16 Y no permitía que nadie entrara al templo cargando mercancías.


17 Y se puso a enseñar. Les decía: «Las Escrituras dicen que mi templo ha de ser “casa de oración de todas las naciones”, pero ustedes lo han convertido en “cueva de ladrones”».


18 Cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley oyeron esto, comenzaron a urdir un plan para matar a Jesús. Le tenían miedo a Jesús porque toda la gente estaba maravillada con su enseñanza.


19 Y cuando se hizo de noche, Jesús y sus discípulos salieron de la ciudad.

La higuera seca


20 A la siguiente mañana, al pasar junto a la higuera, los discípulos vieron que se había secado hasta las raíces. 21 Pedro, recordando lo que había pasado, exclamó:


―¡Maestro, mira! La higuera que maldijiste está seca.


22 Jesús respondió:


―Tengan fe en Dios. 23 Les aseguro que si alguien le dice a este monte que se mueva y se arroje al mar, y no duda que va a suceder, el monte lo obedecerá. 24 Por eso les digo que todo lo que pidan en oración, crean que lo recibirán, y así será. 25 Pero cuando oren, perdonen a los que les hayan hecho algo, para que el Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados. 26 Pero si no perdonan, nuestro Padre que está en los cielos no les perdonará sus pecados.

Salmos 46

Nueva Biblia Viva

Al director musical. De los hijo de Coré. Canción según alamot.


46 Dios es nuestro amparo y nuestra fuerza, nuestra pronta ayuda en tiempos de tribulación. 2 Por eso no temeremos aunque el mundo se desintegre y los montes se derrumben y caigan al mar. 3 ¡Que rujan los océanos espumantes! ¡Que las montañas se hundan en el mar!


4 Un río de gozo fluye a través de la ciudad de nuestro Dios, de la santa morada del Dios Altísimo. 5 Dios mismo habita en aquella ciudad, la cual por tanto se mantiene firme. Dios lo protegerá al rayar el alba. 6 Las naciones se alborotan y tambalean los reinos, pero cuando Dios habla, la tierra se funde.


7 El Señor Todopoderoso está aquí entre nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. 8 ¡Vengan! ¡Vean las gloriosas hazañas de nuestro Dios; vean cómo derrama ruina sobre el mundo; hace cesar 9 las guerras por todo el mundo; rompe y quema todas las armas! 10 ¡Silencio! ¡Sepan que yo soy Dios! ¡Todas las naciones del mundo me honrarán!


11 ¡Aquí, entre nosotros, está el Señor Todopoderoso! ¡Nuestro refugio es él, el Dios de Jacob!

Proverbios 10:23

Nueva Biblia Viva


23 El necio se divierte haciendo el mal; la diversión del sabio es su sabiduría.

Nueva Biblia Viva (NBV)


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