Friday, March 17, 2023

DAB Español, Sábado 18 de Marzo

Día 077, DAB Español, Sábado 18 de Marzo


Números 26:52-28:15; Lucas 3:1-22; Salmos 61; Proverbios 11:16-17 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))








Números 26:52-28:15

La Palabra (Hispanoamérica)


52 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:


53 — Entre estos se repartirá la tierra en heredad, de acuerdo con el número de los registrados. 54 A los clanes más numerosos darás mayor heredad; a los menos numerosos, una heredad menor. A cada clan se le dará una heredad en conformidad con las personas que tenga registradas. 55 La tierra será repartida por sorteo y la heredad estará en relación con el número de las personas de su familia. 56 La heredad de cada clan será asignada por sorteo, tanto para los más numerosos como para los más reducidos.

Censo de los levitas


57 Los levitas registrados por clanes fueron estos: el clan de los guersonitas, que procedía de Guersón; el de los queatitas, que procedía de Queat; el de los meraritas, que procedía de Merarí. 58 Figuraban, además, entre los clanes levíticos: el clan de los libnitas, el de los hebronitas, el de los majlitas, el de los musitas y el de los coreítas. Queat fue el padre de Amrán, 59 cuya mujer se llamaba Jocabed, hija, a su vez, de Leví y nacida en Egipto. Amrán y Jocabed fueron los padres de Aarón y de Moisés y de su hermana María. 60 De Aarón nacieron Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar. 61 Pero Nadab y Abihú murieron cuando ofrecieron fuego ilícito en presencia del Señor. 62 El total de levitas censados fue de veintitrés mil, todos varones mayores de un mes, que no fueron incluidos en el censo regular de los israelitas, porque no se les había asignado heredad entre los israelitas.

Conclusión del censo


63 Estos fueron los censados por Moisés y el sacerdote Eleazar, encargados de hacer el censo de los israelitas en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó. 64 Entre los censados no había ninguno de los que figuraban en el censo de los israelitas que Moisés y el sacerdote Aarón hicieron en el desierto de Sinaí. 65 Porque el Señor los había condenado a morir en el desierto y, en efecto, ninguno de ellos sobrevivió, salvo Caleb, hijo de Jefuné, y Josué, hijo de Nun.

La herencia de las hijas


27 Las hijas de Selofjad, que se llamaban Majlá, Noá, Joglá, Milcá y Tirsá, y que pertenecían a la tribu de José a través de Jéfer, Galaad, Maquir y Manasés, vinieron 2 y se presentaron ante Moisés, ante el sacerdote Eleazar, ante los jefes y ante la comunidad en pleno, a la entrada de la Tienda del encuentro, diciendo:


3 — Nuestro padre murió en el desierto. Él no formó parte de los secuaces de Coré, que se amotinaron contra el Señor, sino que murió por su propio pecado sin dejar hijos varones. 4 ¡Que no se pierda el nombre de nuestro padre entre su clan por no haber tenido un hijo varón! ¡Danos, pues, una propiedad entre los parientes de nuestro padre!


5 Moisés presentó el caso ante el Señor 6 que le contestó:


7 — El requerimiento de las hijas de Selofjad es justo: les darás una propiedad en posesión hereditaria entre los parientes de su padre, transfiriéndoles la posesión hereditaria de su padre. 8 Además dirás esto a los israelitas: “Cuando alguno muera sin hijos, transferirá la herencia a su hija. 9 Si tampoco tiene hijas, la herencia pasará a sus hermanos; 10 y si no tiene hermanos, darán la herencia a los hermanos de su padre. 11 Y si su padre no tiene hermanos, se la darán como herencia al pariente más cercano de su clan familiar”.


Esto servirá como estatuto judicial para los israelitas, según el Señor mandó a Moisés.

Josué sucede a Moisés


12 El Señor dijo a Moisés:


— Asciende a la cumbre del Abarín y contempla la tierra que he dado a los israelitas. 13 Cuando la hayas contemplado, también tú te reunirás con los tuyos, lo mismo que tu hermano Aarón, 14 pues cuando la comunidad se rebeló en el desierto de Sin, desobedecieron mi mandato y no pusieron de manifiesto ante los israelitas mi santidad por medio del agua; hablo de las aguas de Meribá de Cadés en el desierto de Sin.


15 Moisés respondió al Señor y le dijo:


16 — Que el Señor, origen de toda vida ponga alguien al frente de la comunidad 17 para que la presida y la guíe, de manera que la comunidad del Señor no sea como un rebaño de ovejas que no tienen pastor.


18 El Señor dijo a Moisés:


— Toma a Josué, hijo de Nun, hombre dotado de espíritu, e impón tu mano sobre él. 19 Preséntalo ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad y, en presencia de todos ellos, dale las órdenes oportunas. 20 Transmítele tu autoridad, para que toda la comunidad israelita lo obedezca. 21 Se presentará Josué al sacerdote Eleazar, quien consultará por él la decisión del Señor a través de los Urín cuyo dictamen seguirán tanto él como toda la comunidad israelita.


22 Moisés hizo tal como el Señor le había mandado. Tomó a Josué y lo presentó al sacerdote Eleazar y a toda la comunidad; 23 impuso sobre él sus manos y le dio las oportunas instrucciones, tal como se lo había ordenado el Señor.

Calendario de sacrificios públicos


28 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:


2 — Di a los israelitas: Estén atentos a presentarme en los tiempos prefijados mis ofrendas, es decir, los alimentos que me pertenecen, junto con mis otras ofrendas que me causan un grato olor. 3 Indícales, además, cuales son las ofrendas que han de presentar al Señor y que serán las siguientes:

El sacrificio diario


Como holocausto diario ofrecerán dos corderos de un año sin defecto alguno: 4 un cordero por la mañana y otro a la caída de la tarde, 5 acompañados de la correspondiente ofrenda de cereal, a saber, dos kilos y cuarto de flor de harina amasada con un litro de aceite de olivas machacadas. 6 Este es el holocausto perpetuo, que fue instituido en el monte Sinaí, como ofrenda sacrificial de olor grato al Señor. 7 La libación que debe acompañar este sacrificio será de un litro [de vino] por cordero; esta libación de bebida fermentada en honor del Señor ha de hacerse en el santuario.


8 El segundo cordero lo ofrecerás a la caída de la tarde, preparando la misma ofrenda de cereal y la misma libación que por la mañana, todo como ofrenda de olor grato al Señor.

El sacrificio del sábado


9 Cada sábado ofrecerás dos corderos de un año sin defecto alguno; los ofrecerás con cuatro kilos y medio de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de cereal, junto con su correspondiente libación. 10 Este será el holocausto de cada sábado, además del holocausto diario y su correspondiente libación.

El sacrificio del primer día del mes


11 Cada primer día del mes ofrecerán en holocausto al Señor dos becerros, un carnero y siete corderos de un año sin defecto alguno. 12 Como ofrenda de cereal por cada becerro ofrecerán seis kilos y medio de flor de harina amasada con aceite; como ofrenda de cereal por cada carnero, cuatro kilos y medio de flor de harina amasada con aceite 13 y como ofrenda de cereal por cada cordero, dos kilos y cuarto de flor de harina amasada con aceite. Este será un holocausto de olor grato, una ofrenda sacrificial al Señor. 14 Las correspondientes libaciones serán: dos litros de vino por cada becerro, litro y medio por cada carnero y un litro por cada cordero. Este es el holocausto de cada primero de mes para todos los meses del año. 15 Además del holocausto diario con su libación, se ofrecerá al Señor un macho cabrío como ofrenda de purificación con su correspondiente libación.

Lucas 3:1-22

La Palabra (Hispanoamérica)

II.— COMIENZO DEL MINISTERIO DE JUAN Y DE JESÚS (3,1—4,13)

Predicación de Juan el Bautista (Mt 3,1-12; Mc 1,1-8; Jn 1,19-28)


3 Corría el año quince del reinado del emperador Tiberio. Poncio Pilato gobernaba en Judea; Herodes, en Galilea; su hermano Filipo, en Iturea y Troconítida, y Lisanias, en Abilene. 2 Y Anás y Caifás eran los sumos sacerdotes. Fue entonces cuando Dios habló en el desierto a Juan, el hijo de Zacarías. 3 Comenzó Juan a recorrer las tierras ribereñas del Jordán proclamando un bautismo como signo de conversión para recibir el perdón de los pecados. 4 Así estaba escrito en el libro del profeta Isaías:


Se oye una voz;

alguien clama en el desierto:

“¡Preparen el camino del Señor;

abran sendas rectas para él!

5

¡Que se nivelen los barrancos

y se allanen las colinas y las lomas!

¡Que se enderecen los caminos sinuosos

y los ásperos se nivelen,

6

para que todo el mundo contemple

la salvación que Dios envía!”.


7 Decía, pues, Juan a la mucha gente que venía para que la bautizara:


— ¡Hijos de víboras! ¿Quién les ha avisado para que huyan del inminente castigo? 8 Demuestren con hechos su conversión y no anden pensando que son descendientes de Abrahán. Porque les digo que Dios puede sacar de estas piedras descendientes de Abrahán. 9 Ya está el hacha preparada para cortar de raíz los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.


10 La gente preguntaba a Juan:


— ¿Qué debemos hacer?


11 Y él les contestaba:


— El que tenga dos túnicas, ceda una al que no tiene ninguna: el que tenga comida, compártala con el que no tiene.


12 Se acercaron también unos recaudadores de impuestos para que los bautizara y le preguntaron:


— Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?


13 Juan les dijo:


— No exijan más tributo del que está establecido.


14 También le preguntaron unos soldados:


— Y nosotros, ¿qué debemos hacer?


Les contestó:


— Confórmense con su paga y no hagan extorsión ni chantaje a nadie.


15 Así que la gente estaba expectante y todos se preguntaban en su interior si Juan no sería el Mesías. 16 Tuvo, pues, Juan que declarar públicamente:


— Yo los bautizo con agua, pero viene uno más poderoso que yo. Yo ni siquiera soy digno de desatar las correas de sus sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego. 17 Llega, bieldo en mano, dispuesto a limpiar su era; guardará el trigo en su granero, mientras que con la paja hará una hoguera que arderá sin fin.


18 Con estos y otros muchos discursos exhortaba Juan a la gente y anunciaba al pueblo la buena noticia. 19 También se encaró con el rey Herodes, reprendiendo su conducta con Herodías, la mujer de su hermano, y todas las demás perversidades que había cometido. 20 Entonces Herodes metió a Juan en la cárcel, con lo que colmó la cuenta de sus crímenes.

El bautismo de Jesús (Mt 3,13-17; Mc 1,9-11)


21 Un día, cuando todo el pueblo se estaba bautizando, también Jesús fue bautizado. Y mientras oraba, el cielo se abrió 22 y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Y se oyó una voz proveniente del cielo:


— Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco.

Salmos 61

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 61 (60)

Quisiera morar en tu Tienda


61 Al maestro del coro. Con instrumentos de cuerda. De David.

2

Oye, oh Dios, mi clamor, escucha mi ruego.

3

Desde el confín de la tierra te llamo

mientras mi corazón desfallece;

llévame a la roca que se alza inaccesible,

4

porque tú eres para mí un refugio,

una fortaleza frente al enemigo.

5

Quisiera morar siempre en tu Tienda,

refugiarme al amparo de tus alas,

6

pues tú, Dios, aceptaste mis promesas,

me diste la heredad de quien te honra.

7

Concede largos años al rey,

que dure su vida por generaciones.

8

¡Que él reine por siempre ante Dios!

Convoca para protegerlo al amor y a la verdad;

9

yo cantaré eternamente tu nombre

y cumpliré mis promesas día tras día.

Proverbios 11:16-17

La Palabra (Hispanoamérica)


16

La mujer agraciada alcanza honores,

los audaces consiguen riquezas;

17

El bondadoso se hace bien a sí mismo,

el despiadado perjudica su salud.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)


La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España


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